Abstract:
El conocimiento científico
en uno de los factores determinantes del desarrollo social
moderno. La sociedad está tomando conciencia de
ello y en consecuencia están proliferando discusiones
sobre las implicaciones sociales de la ciencia y su empleo
como bien social. No son solo las sociedades más
desarrolladas las que están inmersas es esta dinámica.
Las naciones del tercer mundo celebraron en Junio de 1999
en Budapest una cumbre para debatir acerca del papel la
ciencia en su desarrollo social y en el avance hacia la
construcción de sociedades de bienestar. Sin embargo,
las relaciones interfaciales entre la generación
de conocimiento, su usabilidad y la mejora del bienestar
social son complejas y cambiantes. En este trabajo se
discuten algunas claves del entramado entre la ciencia
y la sociedad que ayudan a mostrar la complejidad del
escenario en el que se dan los procesos de transferencia
de conocimiento científico a la sociedad. Finalmente,
a la vista de dicho escenario, se discuten las recomendaciones
emanadas de la cumbre de Budapest. |
El
título que he elegido para este trabajo es el de " Democratizar
el conocimiento y usar el conocimiento: la visión de un
científico". Es reconfortante para mí constatar
que la sociedad está interesada en saber más acerca
de labor científica. De hecho creó que se está
construyendo una conciencia social robusta sobre la actividad
científica en este país. Observemos, no obstante
que antes no existía mucho debate sobre los beneficios
y peligros derivados del uso del conocimiento científico.
Se suponía, tácitamente, que era algo bueno. Este
era el periodo de la inocencia, antes de que se inventase la bomba
atómica, antes de que el ideal del científico se
viese contaminado por la responsabilidad en que había incurrido
en la aparición de ese fenómeno tan aterrador o
antes de que se constatasen las enormes ventajas competitivas
que proporciona el aprovechamiento del conocimiento científico.
Una de las consecuencias del uso de la ciencia, es que la sociedad
actual cambia más rápidamente que las que nos han
precedido y aquí podemos constatar que probablemente la
evolución nos haya fallado. No nos ha equipado con
la celeridad adecuada, para lidiar con los problemas técnicos
del mundo moderno, esto es: con condiciones cambiantes a una
velocidad apreciable. Observemos que durante la historia de
la humanidad, salvo en los últimos 70 años como
mucho, las personas morían en el mismo mundo en que habían
nacido. La velocidad de cambio era tan pequeña que apenas
era perceptible durante el transcurso de una vida. Durante todo
ese periodo, los jóvenes aprendían de sus mayores
y después pasaban su conocimiento a la generación
posterior. Sin embargo, las condiciones actuales de vida son radicalmente
diferentes a las que conocieron mis padres. La ciencia es en gran
medida responsable de tal situación. Y esto nos plantea
un paradigma nuevo y propio de los tiempos que corren: la sociedad
no puede seguir ignorando lo que los científicos hacen,
como hacen lo que hacen y, lo más importante, no se puede
seguir ignorando las implicaciones sociales de la actividad científica.
De hecho, una de las motivaciones para la celebración de
la cumbre de Budapest fue precisamente que las naciones del llamado
tercer mundo se han dado cuenta de que no pueden permanecer ajenas
a las implicaciones de la ciencia, simplemente porque de lo contrario
nunca dejaran de ser el tercer mundo. Sin embargo, las
implicaciones de la ciencia en la sociedad y particularmente en
el bienestar social son todo menos obvias y directas. Por tanto,
si bien comparto la motivación generatriz de la cumbre
de Budapest, no estoy seguro de compartir todas sus conclusiones
y menos aun algunas de las recomendaciones que dicha cumbre propuso
a los países participantes en ella. Mi opinión está
sustentada en lo que conozco, esto es, la ciencia y la sociedad
en el primer mundo, al cual Euskadi pertenece a tenor de
los indicadores económicos al uso y de los propios criterios
de la Unión Europea. Confieso que esto es una visión
parcial y por ello recomiendo al lector una buena dosis de cautela.
La lectura de los
documentos producidos en la cumbre de Budapest pone de manifiesto
que la intención de los países de la cumbre de Budapest
es instaurar lo más rápidamente posible en sus países
los estandares científicos del primer mundo. Sin
embargo, yo creo que la pregunta que hay que plantear está
relacionada con el fin que se pretende conseguir con ello : ¿
seguro que la implantación de esos estandares conducirá
inexorablemente a una mayor calidad de vida de los habitantes
del tercer mundo ?. Cualquiera que haya tenido una mínima
experiencia científica se habrá dado cuenta que
plantear la pregunta correcta es casi más importante que
obtener la respuesta correcta. La pregunta correcta, aun siendo
insoluble de forma exacta en ocasiones, es una guía para
avanzar. Este es el espíritu que me guía. No esperen,
por tanto, de mí respuestas contundentes; me conformo con
plantear correctamente preguntas relevantes.
El espectacular progreso
científico experimentado en las sociedades occidentales
durante el último siglo se ha debido a un contrato tácito
que ha existido entre la sociedad y los científicos. Si
bien, este contrato se ha extendido a todos los agentes científicos,
en el caso de la Universidad, por ejemplo, se ha materializado
en que la Universidad proporcionaba investigación y formación
a cambio de financiación, dinero público, y una
relativa autonomía. En este contexto a la Universidad le
ha correspondido generar conocimiento básico para la sociedad
y educar a los empleados altamente cualificados que requería
una sociedad industrialmente avanzada. Sin embargo, el contrato
con la I+D industrial se ha basado sobre el hecho de que la industria
se haría cargo del uso del conocimiento científico
a través del trabajo realizado en sus laboratorios de I+D
que convertían conocimiento en productos usables.
A cambio, la administración se hacía cargo de la
I+D en áreas de interés nacional tales como
defensa, energía, salud pública, entre otras. Durante
la mayor parte del siglo XX, las universidades, la administración
y los laboratorios industriales de I+D han trabajado de modo independiente,
con más o menos coordinación, pero esencialmente
cada uno ha desarrollado su modus operandi. Sin embargo,
recientemente este escenario se ha transformado radicalmente y
la impermeabilidad mencionada se ha resquebrajado. La sociedad
moderna ya no es ajena al desarrollo científico porque
además de las implicaciones locales, el uso del conocimiento
científico asociado al concepto de nación napoleónica,
ha generado profundas diferencias geográficas, en ambos
sentidos. Ha catapultado a Hong-Kong, Taiwan y Singapur y ha enterrado
a Thailandia, antes el todopoderoso reino de Siam, y a otros muchos,
por mencionar ejemplos geográficamente cercanos entre sí.
Todo este entramado
entre los agentes científicos, generó un conjunto
de relaciones entre las funciones y objetivos de aquellos y que
ha sido objeto de estudio en la reunión de Budapest. Así,
parecía bien establecida la relación causa efecto
entre ciencia - tecnología - innovación y bienestar
social y de hecho nadie dudaba de la linealidad interfacial entre
estos conceptos. Sin embargo, hoy en día debemos cuestionar
al menos la correspondencia temporal escalada de esta relación.
El laser es un ejemplo paradigmático de esto. Fue descubierto
como un subproducto de los estudios que se estaban realizando
en los laboratorios de investigación básica en los
años 40-50. Pero hubo que esperar unos 20 años para
que se comenzase a aplicar. Démonos cuenta, por tanto de
que se generó el conocimiento, se hizo usable pero no se
supo para que, no contribuyó al bienestar social hasta
bastante después. No hay correspondencia temporal. El laser
fue una solución a la búsqueda de un problema
durante mucho tiempo. Esto muestra la compleja trama de relaciones
que gobierna la transferencia de conocimiento científico
a la sociedad y pone en cuestión la relación lineal
antes aludida. Es decir, pone en cuestión el hecho de que,
el que una sociedad incremente el gasto en desarrollo científico
no necesariamente debe conducir lineal e inexorablemente
a una mejora de la calidad y duración de la vida de sus
individuos. Y a pesar de todo, en todas las propuestas de Budapest
se incluye un incremento de la fracción del PIB dedicado
a investigación. Esta propuesta está inspirada en
el modelo que acabo de discutir y que está en declive.
La sociedad actual
presenta otros factores que merecen nuestra atención. Uno
de esos factores es el feedback entre la sociedad y la ciencia.
Las ingerencias sociales en el desarrollo de la ciencia,
son obvias en la historia del devenir científico moderno.
La energía y centrales nucleares es un tema familiar a
todos, pero no es el único. En el mundo científico
existen lo que se llaman hot topics, que son como flores
de primavera, efímeras y que solo alimentan el recuerdo.
La biomasa, nuevos materiales, el genoma, todo aquello que lleve
la palabra diseño, probablemente lo que llamamos sociedad
de la información, donde lo importante parece ser tener
acceso a la información, cuando lo relevante es
comprenderla y usarla racionalmente, y eso no tiene que ver con
el acceso, son algunos de los hot topics actuales que alimentan
las grandes frases que inundan la prensa diariamente tales como:
"el siglo XXI será el siglo del gen " o "el siglo
XXI será el siglo de la exploración espacial
",y que responden más a modas sociales occidentales
del momento que a realidades obvias. Lo más probable, sin
embargo es que todas estas predicciones fallen, como les ha ocurrido
a casi todas las predicciones. Ahora bien, en los países
en desarrollo se dan otros modos, más que modas
sociales, que afectan más profundamente al proceso de generación
y transformación del conocimiento en cosas usables. Por
ejemplo,
- El fanatismo religioso. De hecho
la religión ha dado a los seres humanos repuestas a preguntas
que la humanidad se ha hecho desde siempre. No se conoce ninguna
cultura que no se haya preocupado por saber quienes somos y
de donde procede el mundo. Las explicaciones religiosas se han
transmitido de generación en generación a través
de los mitos, relatos sobre dioses que pretenden explicar,
o quizás solo ilustrar, el origen de la vida y
de las cosas. Si tenemos los mitos no necesitamos la ciencia.
El fanatismo va más allá, declara que la ciencia
es herética y por tanto no es que no sea una opción
sino que es un enemigo cuya sola existencia amenaza la suya
propia.
- La postergación (marginalización)
de las mujeres es otro de hechos que no debe pasar desapercibido,
porque su efecto en el desarrollo de una sociedad en la que
puedan llevarse a cabo proyectos sostenibles, no es baladí.
El banco de las pobres de Bangla Desh ha demostrado claramente
que la economía de los países en desarrollo descansa
básicamente en el trabajo de las mujeres ya que el rol
social asociado a los hombres no es productivo.
Y todavía
nos queda el problema de la diseminación de la información
en el cuerpo social. No basta con que la información esté,
tiene que ser aprehendida. Y esto es un hecho diferenciado
del estar. Yo señalaría dos aspectos en este apartado:
- Permeabilidad del cuerpo social
a la información científica. Creo que debe existir
una organización social adecuada para que la información
científica fluya adecuadamente. Incluso las sociedades
occidentales se han dado cuenta de que tienen un déficit
notable en este terreno. Los Museos de ciencia participativos,
programas educativos y de TV sobre temas científicos
son algunas de las soluciones ensayadas últimamente.
Si bien, como están a cargo de fondos públicos,
hay quien cuestiona su costo. Pero, ¿ es esto un despilfarro
de fondos públicos?. ¿ Cuánto cuesta una sociedad
con acceso a la información, pero desinformada?.
- Aprehensión de la información
científica por los individuos de la sociedad. Si la sociedad
debe enfrentarse a las consecuencias del conocimiento,
los ciudadanos deben aprender a informarse y deben formarse
una opinión lo más objetiva y personal posible
sobre las consecuencias de la actividad científica. Y
recordemos que no basta con tener acceso a la información,
repito hay que aprender a informarse. De hecho, no es
lo mismo la información pública que la publicada.
Por último,
debemos también hablar de los límites del conocimiento
científico y de los límites de su aplicabilidad.
Lo sabemos todo, o nos queda todavía algo más por
descubrir acerca de las leyes que rigen el mundo natural. La propia
comunidad científica está divida ante esta cuestión.
Los principales argumentos de las dos corrientes dominantes se
han publicado recientemente en sendos libros,
- The End of Science: The limits
of the scientific knowledge at the end of the century. John
Horgan, Addison-Wesley, New York, 1996
- What Remains to be Discover:
Mapping the secrets of the universe, the origins of live, and
the future of the human race. John Maddox, Free Press, New
York, 1998
Sin embargo, el verdadero
problema es como saberlo. Yo creo, solo creo pero firmemente,,
que todavía queda mucho por descubrir, quizás influenciado
por la certeza de que a mí, me queda mucho por aprender.
Pero de hecho, el
pesar una cosa u otra está determinado por la visión
que el hombre tiene de sí mismo. Edward O. Wilson, ha atisbado
dos grupos bien diferenciados, los que preconizan una autoimagen
naturalista y aquellos que abogan por una autoimagen exencionalista.
Los primeros sostienen que estamos confinados a una bioesfera
delgada como una hoja de afeitar, dentro de la cual son posibles
mil infiernos, pero solo un paraíso. Por otra parte los
exencionalistas conciben nuestra especie como separada
del mundo natural y con capacidad de dominio sobre sí misma.
El sueño de
este hombre liberado del ambiente natural de la Tierra se puso
a prueba y fracasó a principios de los 90 con el proyecto
Biosfera 2, un ecosistema cerrado que ocupaba 12800 m2
en el desierto de Oracle, Arizona y que pretendía probar
que la vida humana puede ser sustentada de forma independiente
en burbujas herméticas en cualquier lugar del sistema solar
que no esté demasiado expuesto a un calor exagerado o a
radiaciones abrasivas. A pesar de que los biosferanos consiguieron
permanecer dentro del recinto los dos años enteros que
originalmente habían planeado, demostraron, en palabras
de Joel E. Cohen (Rockefeller Univ.) y David Tilman (Univ. of
Minnesota), dos biólogos que examinaron los datos de la
experiencia, que ...Nadie sabe todavía como manipular
sistemas que proporcionen a los seres humanos los servicios de
soporte de la vida que los ecosistemas naturales producen gratuitamente
y, a pesar de sus misterios, la Tierra sigue siendo el único
hogar conocido que puede sustentar al vida. Es en su olvido
de la fragilidad de la vida donde el exencionalismo fracasa
definitivamente. Creer que la ciencia y su uso vayan a resolver
todas y cada una de las crisis que vayan surguiendo, implica una
confianza excesiva en la ciencia, que a mi entender no está
justificada. Quizá esto sea posible en el futuro, pero
en la actualidad todavía no se atisban razones sólidas
para tanta confianza.
La amenaza más
grave que la biosfera tiene hoy en día es la superpoblación
y a pesar de ello no hay en las recomendaciones de Budapest ninguna
mención a este fenómeno.
¿Cuántas personas
puede alimentar este planeta durante un periodo indefinido?. La
cifra de los expertos es entre 4000 y 16000 millones, dependiendo
de la calidad de vida que se esté dispuesto a tener. Si
los seres humanos utilizaran como alimento toda la energía
captada por la fotosíntesis vegetal, unos 40 millones de
Watios, la Tierra podría alimentar unos 16000 millones
de personas. Pero esto supondría que todas las demás
especies deberían desaparecer. No parece que este sea un
escenario satisfactorio. Por tanto, es recomendable que la población
humana se estabilize por debajo de los 10000 millones. La población
era de 5600 millones en 1997. Con esta cifra si cada mujer pariera
2.1 hijos, la población en el 2050 sería de 7700
millones, con 2.2 la población sería de 12500 millones.
Está claro que la población mundial es muy sensible
a ese número y es por tanto muy difícil hacer previsiones.
Tengamos en cuenta que en 1963 cada mujer paría 4.1 hijos,
pero en 1966 esa cifra bajó a 2.6.
El nenúfar
nos enseña algo importante en este tema. Coloquemos una
hoja de nenúfar en un lago y supongamos que cada día
la hoja y después todos sus descendientes se duplican.
Supongamos ahora que el trigésimo día el lago está
completamente cubierto de nenúfares. ¿ Que día estaba
el lago medio lleno?. El vigésimo noveno. Esto es: Hay
que tomar medidas a tiempo y hay un tiempo para tomar medidas.
De cualquier forma
la población del planeta es precariamente grande y unos
a un ritmo y otros a otro todos estamos mejorando en salud y longevidad,
pero a costa de comernos el capital del planeta, incluyendo los
recursos naturales y la diversidad biológica que tienen
millones de años de antigüedad. Este es un tema candente
estos días, cuanto vale un litro de gasolina?. ¿130 Ptas
?. Cree alguien en su sano juicio que con 130 Ptas podría
reponer la cantidad necesaria de petróleo para producir
un litro de gasolina en las bolsas de crudo ?. El petróleo
ha tardado millones de años en hacerse y una vez
consumido se fue. 130 Ptas parece poco, ¿ no es cierto ?. Otra
cosa es lo que debe cobrarse el litro de gasolina en la sociedad
actual, pero lo que vale es más, mucho más que esas
130 Ptas. Con esto quiero poner de manifiesto que estamos no solo
agotando sino extinguiendo recursos naturales con demasiada alegría.
Y los mayores responsables de este expolio somos los países
industrializados. Pero es justo reconocer que las formulas que
han dado prosperidad a estos países están siendo
emuladas entusiásticamente por los países en vías
de desarrollo. Esto es lo que rezuma de las conclusiones de la
cumbre de Budapest. Ahora bien, dicha emulación no puede
sostenerse, no con los mismos niveles de consumo y de desecho.
El estilo de vida relativamente extravagante de Europa, América
del Norte y Japón, recordemos lo del precio del litro de
la gasolina, no podrán alcanzarlo la mayor parte del resto
del mundo. Independientemente de sus deseos, el planeta Tierra
no puede soportarlo porque el impacto de cada país en la
biosfera es multiplicativo.
La magnitud de este
impacto puede ilustrarse con la llamada huella ecológica,
un concepto introducido por William E. Rees y Mathias Wackernagel.
La huella ecológica es la cantidad de tierra productiva
que hace falta para soportar a cada miembro de la sociedad con
la tecnología actual. Para Europa es 3.5 hectáreas,
para Canadá 4.3 y para EEUU de 5 hectáreas. En la
mayoría de los países en vías en desarrollo
es menor que 0.5 hectáreas. Para que todos los habitantes
de la Tierra alcanzarán el nivel de EEUU harían
falta dos planetas Tierra más, además del que tenemos.
De forma que ese
programa de un planeta con todos sus habitantes con un nivel de
vida como el de los más prósperos es simplemente
un sueño en pos de una imposibilidad matemática,
tengamos ciencia y sepamos usarla o no. Sin embargo, además
de estos existen más límites al uso del conocimiento
científico actual. No todo lo que es posible es usable.
Simplemente con mencionar: creación de órganos para
transplantes o injertos, clonación de seres humanos, eutanasia,
estoy convencido de que todos sabrán a que me refiero.
De hecho estos son límites éticos. Pero existen
también otros tácitos. Que tipo de conocimiento
usable interesa, el viagra o los crecepelos, en vez de vacunas
eficaces contra la malaria, que solo se da en países subdesarrollados
?. Por último no puedo dejar de mencionar los límites
impuestos por la economía de mercado: el hambre, podría
erradicarse con la cantidad de alimentos sobrantes de la producción
actual. Sin embargo el hambre sigue siendo un problema crítico
para gran parte de la población del tercer mundo. La deuda
externa, que sigue siendo una preocupación crónica
para los gobiernos del tercer mundo y una dura carga para sus
habitantes. Es un hecho conocido la relación directa que
existe entre el incremento de la deuda externa de un país
y la fuga de capitales de ese país. Con ello se reducen
de forma multiplicativa los recursos de ese país. En este
contexto, las recomendaciones de la cumbre de Budapest se basan
en dos supuestos, (i) que la ciencia produce sin más
bienestar social y por tanto los países del tercer mundo
deben embarcarse en una revolución científica y
(ii) que dichos países tienen recursos económicos
para financiar dicha revolución científica. Con
estas dos ideas en mente, las recomendaciones de la cumbre de
Budapest están ejemplarizadas en la propuesta del Dr. C.N.R.
Rao (India), que presentó la siguiente agenda:
|
Que
|
Cuando
|
1
|
Preparar un
Plan de I+D |
2002 |
2
|
Inversión
del 1-2% del PIB en I+D |
2005 |
3
|
Educación
primaria universal |
2005 |
4
|
Agua potable
y alimentos para toda la población |
2010 |
5
|
Erradicar enfermedades
(malaria, etc.) |
2010 |
6
|
Explotar recursos
propios |
2010 |
7
|
Estándares
científicos occidentales implantados |
2015 |
El problema de la
democratización de la ciencia es complejo porque implica
a entes complejos, la sociedad, la ciencia, la tecnología
y sobre todo a las relaciones entre esos entes, que en el mejor
de los casos son poco conocidas. Este es un problema al que la
humanidad deberá hacer frente en el milenio entrante y
exigirá el esfuerzo de muchos. No obstante, es muy importante
que un país pequeño como este haya empezado a tomar
conciencia de ello.
Jesus M. Ugalde, Kimika
Fakultatea-Euskal Herriko Unibertsitatea, P. K. 1072, 20080 Donostia
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