En
los años 60, un periodista del Baztán se fue en
autostop a Donostia. Quería acudir a una feria de artesanía
y ver, conocer, palpar ese mundo tan cercano y lejano para él.
Fascinado, comienza a adentrarse en los talleres de artesanos,
se mezcla con el polvo de los canteros, las virutas de las tallas...para
embriagarse cada vez más con estos oficios que parecen
destinados a convertirse en una especie en extinción. Gran
conocedor del mundo artesanal, pero principalmente de su entorno
más cercano; Navarra, Gabriel Imbuluzqueta ha dado luz
a la oscuridad de los talleres gracias a los diversos estudios
y trabajos que hasta ahora ha publicado y vaticina un futuro complicado
pero posible.
-¿Cómo
es el artesano de hoy día? Hasta
hace unos 50 años era un hombre anclado en el siglo XIX
pero en pocos años la evolución se ha dado en todos
los ámbitos y, por lo tanto, los artesanos también
han evolucionado. El artesano era un hombre arrinconado en la
oscuridad de su taller, sin valor social, ahora en Navarra, a
partir de las ferias de los 80 a pasado a ser un hombre admirado
que cuenta con un apoyo institucional pero que además necesita
del apoyo social. El cual no se limite a felicitarle sino a comprarle.
Por otra parte, hay muchos que están dormidos, se limitan
a ir a las ferias, no se preocupan de hacer más promoción,
ni de continuar formándose. Hay un poco de todo de todos
modos. Ahora hay mucha gente joven que se ha incorporado a la
artesanía pero que, en buena medida, se trata de manualidades,
de artesanía de "hippies" que digo yo, para venderlo por
los tenderetes.
-¿Cuáles
han sido las causas del declive de la artesanía? La
industrialización, productora de obras seriadas y, por
tanto, económicamente más asequibles, y la mecanización
del campo han sido dos de los factores de mayor trascendencia
a la hora de hablar de la desaparición de muchos oficios
artesanos. A partir de este momento el colectivo artesanal queda
sumido en el anonimato de sus talleres, cuando no en el desprecio
social de hecho o, al menos en la minusvaloración real
de su trabajo. No obstante, precisamente en los peores momentos
para su supervivencia, la artesanía iba a resurgir de la
mano de un interés cultural y etnográfico. Así
en 1980, la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza organizó
en Pamplona la I Exposición de Artesanía viviente.
El éxito que alcanzó llevó a preparar una
segunda edición al año siguiente. En 1982, el Gobierno
de Navarra tomó el relevo y organizó la I Feria
de Navarra de Artesanía. Las aproximadamente 50.000 personas
que acudieron a visitarla en la Ciudadela de Pamplona supusieron
el aval definitivo para intentar una recuperación que se
había mostrado muy problemática hasta entonces.
A partir de ese año su celebración ha sido anual.
-Estas ferias
y mercados supusieron un buen empuje...
Si,
momentaneamente y aparentemente la artesanía se salvó
y las ferias fueron extendiéndose por otras muchas localidades
navarras con motivo de fiestas patronales, ferias o mercados anuales,
días de los valles u otros acontecimientos. Pero enseguida
se vio la necesidad de ir más allá y no reducir
la artesanía a un mero espectáculo o a un mercadillo.
-Es en este
momento cuando surge la idea de la Cooperativa... Tras
las dos exposiciones organizadas por la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko
Ikaskuntza y la I Feria Navarra de Artesanía y su espectacular
aceptación por el público, y a la vista de las inquietudes
que se manifestaban en el colectivo artesanal, un grupo de profesionales
promovió la creación de "Eskuz Sociedad Cooperativa".
Surgió en 1983 como fruto de un empeño común
de modernizar al sector artesanal y de dotarle de los medios hasta
entonces desconocidos para la mayoría: se intentó
dotar a los artesanos navarros de un mínimo de formación
empresarial y, al mismo tiempo, procurar una evolución
en su trabajo rutinario. De ahí que surgiera una primera
preocupación por realizar cursos de diseño. Sin
embargo, fue un intento fallido.
-¿Qué
motivos impidieron que la cooperativa siguiera adelante? La
mayor parte de los artesanos se desentendieron, quizá confiados
en que poco de o nada les podían enseñar sobre sus
respectivos oficios unos profesores que nunca habían sido
artesanos. En mi opinión fue un error de cálculo;
la superación profesional constante es la que permite enfrentarse
a un mundo que se rige por cánones de competencia y en
el que la formación permanente es tan necesaria como obligatoria.
Esto no quiere decir que haya que estar acudiendo a cursos de
reciclaje, pero sí que, cuando menos, todo profesional
ha de tener la disposición suficiente como para que su
mente esté abierta a ver y analizar el trabajo hecho por
otros, a investigar técnicas y modos de trabajar, a estudiar
las obras de artesanos anteriores o actuales, a arriesgar parte
de su esfuerzo en nuevos planteamientos orientados a una comercialización
más acorde con los gustos, y demandas, de la sociedad de
hoy. En este sentido, algunos artesanos deberían examinarse
y reconocer que el éxito alcanzado en las ferias de Artesanía
será efímero si no se produce una evolución
final, si no se aporta funcionalidad a los productos que la han
perdido.
-¿Es posible
que los artesanos rediseñen sus productos con el fin de
darles una nueva salida? Por supuesto, y en
ello deben poner todo su empeño. Es evidente que hay productos
artesanales "inmejorables" en cuanto a su diseño. Tal ocurre,
por ejemplo con el kaiku, la bota de vino o la herrada. Pero,
a modo de ejemplo, ha habido un diseñador italiano que
ha partido de la herrada navarra para, rediseñándola,
lanzar la mercado un producto diferente muy atractivo: una cafetera.
No obstante, el rediseño o el cambio de funcionalidad no
siempre es posible y pretender un evolución en ciertos
objetos carece de sentido. Eso sí, el nuevo diseño
ha relanzado el trabajo de algunos artesanos. El empeño
por avanzar en este campo, por mirar al futuro, ha logrado que
algunos de los mejores artesanos hayan alcanzado prestigio nacional
e internacional.
-Sin embargo
la competencia en los precios de los productos, por ejemplo, decorativos
es tal que la mayoría de la gente optará por la
producción industrial...
El
público que asiste a una exposición de artesanía
y el consumidor que adquiere sus productos distinguen perfectamente
y valoran de distinta forma lo que es propiamente artesano y lo
que no lo es. Saben igualmente estimar en su justa medida la relación
calidad-precio de los productos ofertados. Es un problema de sensibilidad.
Cuando se compra una pieza artesanal se sabe y se valora que es
única. Además, el ciudadano debe saber que la artesanía
navarra, en muchos casos, ofrece calidad y precios bajos aunque
superen a los procedentes de la fabricación industrial.
Esto se debe a que pocos artesanos se atreven a cobrar lo que
realmente debieran si se ha de hacer caso a la singularidad de
la obra, al material empleado y a las horas invertidas en la ejecución
de la obra. Tienes que competir en diseño, calidad y precio.
En cuanto al precio no puedes competir. Tienes que ganarles en
diseño y calidad. La producción industrial también
puede ser de calidad pero no tiene ese valor de ser único.
-¿Cómo
pueden subsistir estos oficios en la era de las tecnologías? Bueno,
hoy día se vende por Internet. El Gobierno de Navarra ha
puesto al servicio de los artesanos una página y son varios
los que se han animado a este nuevo sistema de venta y promoción.
-¿Qué
tipo de ayudas se proporcionan desde las instituciones públicas? Desde el Gobierno de
Navarra son y han sido varias las iniciativas. Mercado en Internet,
ferias anuales, ayudas económicas para acudir a ferias
internacionales...y el Concurso Navarro de Diseño en artesanía.
Se viene desarrollando desde 1984 de la conjunción de voluntades
del Gobierno Foral y de la entonces Cooperativa Eskuz. Lo que
el concurso busca es potenciar la elaboración de productos
con un proyecto de diseño o rediseñados que empleen
técnicas artesanales y satisfagan necesidades que responden
a los gustos y estéticas de hoy. Aunque este tipo de productos
podría combinar técnicas industriales y artesanales
a fin de poder ser competitivas. Pero la artesanía no
necesita muestras de paternalismo ni de proteccionismo, sino de
realismo. Así, a la acción del Gobierno habrán
de responder la comprensión, la aceptación y el
esfuerzo de los artesanos, así como su unión de
cara a abrir canales de comercialización conjunta. Es preciso
que el artesano tenga mentalidad de empresario. Este planteamiento
comercial no vicia en absoluto el carisma de lo artesano, precisamente
porque lo que se pone en venta es el producto de un trabajo. Lo
ideal sería que hubiera una estructura comercial, hubo
un intento que fracasó. Y es que es muy difícil
hacer una estructura común. La creación de catálogos
conjuntos promocionados por el Gobierno de Navarra, la Cámara
de Comercio es un paso importante que hoy día ya se está
haciendo. Hay que buscar salidas a los productos aunque hay artesanías
que evidentemente han desaparecido, pero incluso habiendo desaparecido
se les pueden dar salidas; ahí está el caso de las
almadías a las que se les ha dado la vuelta con las exhibiciones
de nivel mundial incluso.
-A pesar de
las dificultades del sector, ¿Qué lleva a una persona a
vivir de esto?
Simplemente
la necesidad de vivir de algo. Es un oficio tan válido
como otro cualquiera. cuando consigues un cierto prestigio son
la propias instituciones las que te van a llamar para que acudas
a ferias internacionales, y te van a encargar trabajos con los
que poder subsistir. Evidentemente, no pueden llegar todos. Y
la importancia que a lo largo de los siglos han tenido algunos
oficios ha quedado reflejada en el nomenclátor de calles
o topónimos, por citar algún ejemplo baste recordar,
en Pamplona, las calles Calderería, Pellejería,
Tejería, Errotazar...Pero hay que ser realistas. La industrialización,
las nuevas formas de vida y la falta de estima social han dado
al traste a lo largo de este siglo con numerosos oficios artesanos.
Por concretar esta afirmación, puede mencionarse la desaparición
de artesanías coma la de los cordeleros, basteros, carreros,
alfareros, hilanderos, molineros, curtidores, alpargateros, etc.,o
el trabajo residual o meramente testimonial de otros como carboneros,
cesteros, herreros, fabricantes de aperos de labranza, de hachas
de escobas de brezo, etc. Sin embargo, creo que por medio de las
asociaciones y un rediseño de "aquellos oficios de
glorioso pasado, agonizante presente y grisáceo futuro"
podrán perdurar.
-¿Qué
actitud muestran los artesanos ante las nuevas técnicas
y herramientas? En algunos
sectores se está incorporando maquinaria. Ahora, una cosa
es trabajar así y otra es con moldes. No es lo mismo. Es
evidente que una máquina si te puede ayudar la vas a incorporar
a tu trabajo. Pero eso no conlleva que vayas a realizar tu pieza
en serie, con moldes.
-¿Qué
le impulsó a adentrarse en los oscuros talleres de los
artesanos? Parto de
un mundo rural del Baztán, de Elizondo, y te gusta tu cultura,
tu tierra y entras y la primera vez que ves a alguien pues te
impresiona, te pilla, te agarra, te engancha. La primera vez fue
en San Sebastián, me fui en autoestop y me quedé
encantado. Fueron unas ganas de conocer lo más cercano,
vi a Domingo Etxandi, un kaikugile de mi zona, y me gustó
muchísimo. Luego, comencé a escribir y publicar
lo que veía. Es algo que me interesó y continuo
en ello.
Gabriel
Imbuluzqueta Alcasena ha contribuido en diversas publicaciones:
- Artesanías de
España
- Gran Enciclopedia Navarra
- Libros de la Caja de
Ahorros de Navarra
- Tomos de la Colección
Panorama del Gobierno de Navarra
- Fascículos de
la colección del Diario de Navarra
Es así mismo:
- Miembro del Consejo Navarro
de Artesanía 1998
- Secretario provincial
de Etniker
- Doctor en Ciencias de
la Información
|
Fotografías: Idoia Marcellán
-
Euskonews & Media 104.zbk (2000-12-22
/ 2001-1-5)
|