Título de la publicación: Primer Congreso
de Estudios Vascos: recopilación de los trabajos
de dicha asamblea, celebrada en la Universidad de Oñate
del 1 al 8 de septiembre de 1918, bajo el patrocinio de
las Diputaciones Vascas.
Año
de la publicación: 1919
Páginas
del artículo: 493-497
Resumen:
Personajes pertenecientes al pueblo vasco han aportado al
arte, música, ciencias, exploraciones, religión,
literatura, etc... sus obras y sus conocimientos.
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Presentación del disertante por el Sr. Elorza.
Está encargado de desarrollarla
el doctor Catedrático de la gloriosa e histórica
Universidad de Salamanca, D. Angel Apraiz.
En encomio de su labor cultural sólo
he de decir, y éste es su mayor elogio, que el iniciador
de este Congreso, el que sembró la semilla cuyo fruto todos
hemos de recoger, es el ilustre conferenciante alavés que
os va a dirigir la palabra.
Si el éxito corresponde al
grandísimo entusiasmo y brillantez de los actos realizados
por el Congreso —cuyo éxito yo creo que está descontado—,
la mayor gloria será para él que lo ideó,
para él que, desde el primer momento, le prestó
las luces de su privilegiada inteligencia y todas las energías
de su decidida y tenaz voluntad.
Sean estas palabras un elogio muy
modesto de las cualidades que adornan al Sr. Apraiz.
Yo pido al Congreso, y espero de
él, que hoy tributará a su iniciador un homenaje
cariñoso, entusiasta Y efusivo que se anticipe al que le
ha de rendir Vasconia entera.
Disertación del conferenciante
ILUSTRÍSIMO SEÑOR.
SEÑORAS, SEÑORES:
Debía ser uno de los fines
primordiales de este Congreso, colocar los asuntos que afectan
a la vida de nuestro pueblo más profundamente, en un plano.de
universalidad, lo que quiere decir que nos situemos ante el mundo
con la consideración, examinemos lo que hemos hecho para
él en esta fraternidad de trabajo que es nuestra vida sobre
la tierra, y en tal estudio de relación aprendamos mejor
a conocer nuestros valores propios, con los cuales en el actual
religioso momento en que se encuentra la humanidad y nosotros
entre ella escuchando en la conciencia una vigorosa llamada, dispongamos
nuestro lugar en la vida nueva que ya por todas partes asoma.
Así, pues, en esta conferencia
que se me ha confiado independientemente de mi voluntad, la cual
hubiere deseado para tal tema el mejor disertante, –y que va a
ser muy breve, atendiendo a varias premuras—, no penseis que voy
a esfumarme por ensalzar inconsideradamente, de un modo que no
lo creo propio de la severidad de los actos de este Congreso ni
a vosotros os convencería, las glorias de nuestro país,
fundándolas en la exaltación personal de tantos
y tantos hombres insignes que en él nacieron.
Si aquí se tratase de entonar
himnos, más bien iría dirigido el que a mi de dentro
me brota, al vivir tan callado como lleno de virtudes y austera
ejemplaridad, de ese conjunto para tantos anónimo de nuestro
pueblo: rico venero de personalidad que aquel ha podido defender
en medio de las laxitudes y de las tormentas, con una continuidad
de propiedades características, con sabias leyes y con
instituciones, que el mundo ha admirado como superiores a las
vicisitudes del tiempo, que supieron prever y que el genio de
la raza, si se encuentra a si mismo, sabrá también
dominar.
Es la voluntad la predominante entre
todas las cualidades vascas. Ella expresa las voces madres de
nuestro ser sin el intermedio de representaciones, según
una conocida idea, por medio de la música. Y así
en este arte, con lo que tiene de subconsciente y de más
íntimo, parece que es donde ha manifestado el alma de nuestro
pueblo, multiformemente esparcida por los montes y los valles,
todas sus arrogancias, sus regocijos, sus ternuras, todas las
reconditeces de su misterio, en tantas y tantas inspiraciones
de nuestro folk-lore, cada día más conocido
y celebrado. En el que el lirismo que se manifiesta no sólo
en el elemento melódico, sino también en el color
de la armonía, ofrece como ha notado un crítico
que no es de nuestra tierra, una concordancia profunda y esencial,
sin perder por eso su peculiaridad y distinción especialmente
en el ritmo lleno de atrevimientos, con la sensibilidad europea,
que participa con nuestros técnicos en la admiración
y en la elaboración de tales motivos.
Otra modalidad estética, de
las que mejor ponen de relieve lo más genuíno de
nuestro ser, la constituyen las artes plásticas; y respecto
a ellas hemos podido igualmente ver en los estudios de los cursillos
y las secciones, y yo he tratado de buscar la ocasión de
mostraros, calmo en las líneas y las formas,—ciertamente
con preferencia al color, acaso más que por faltar el esplendor
de éste en nuestro paisaje, cuya variedad consiste sobre
todo en los matices, por ser tal elemento más externo y
sensual y el alma vasca concentrada, interior......— se ha manifestado
por medio de una muchedumbre innumerable y en su mayor parte desconocida
de hombres de nuestro país, una aptitud también
muy común en éstos para poner límite al espacio
con la obra de sus manos. Ella se da desde.que la aplican a la
ingenuidad humilde y llena de encantos por eso mismo, de una talla
aldeana, hasta cuando, bien en nuestra tierra, o más frecuentemente
y por desgracia, fuera, enhistoria que no está del todo
estudiada todavía, recubren los monumentos con las ornamentaciones
de su escultura o dirigen o levantan algunos de los más
grandiosos y más perennes.
Hablábamos antes de la voluntad
como la facultad vasca predominante, y la energia y la constancia
llevada a la tenacidad, dotes quede aquella se derivan y que respecto
al vasco se han hecho proverbiales aunque acaso no siempre con
benévola intención por parte del autor del proverbio,
debemos elevarlas a la categoría de un blasón,en
calidad de tal muchas veces costoso, ya que ellas, puestas en
contacto con la realidad y con la historia, han originado las
empresas, los hechos y los hombres mediantelos cuales nuestra
acción se ha exteriorizado más. Si tratáramos
de hacer una enumeración de tales recuerdos, pocos pueblos
pueden presentamos tan gloriosos como los de las dilatadísimas
navegaciones de los balleneros, y las mercantiles siempre portadoras
de cultura, que a mediados del siglo XIVtienen la importancia
que supone el implantar establecimientos permanentes en los Países
Bajos y el dar origen a Ordenanzas cual las del Consulado de Bilbao
de tan gran renombre... La parte que va esclareciéndose
cada vez más, correspondiente a los vascos en el descubrimiento
de nuevas tierras y la hazaña tan representativa del impulso
de la raza que llega la primera con Elcano a dar la vuelta al
mundo... Las de los exploradores, guerreros y conquistadores por
todos los mares, hoy patentes respecto a las tierras del Perú,
Nueva Vizcaya,California, Terranova, Molucas, y la introdución
en China... Actividad que dura hasta la época actual, completada
con empresas comerciales y bancarias por los más apartados
lugares y sin que lo natural y espontánea que en ellos
ha sido la obra, haya dado lugar la mayor parte de las veces ni
a la reflexión que supone un relato... Las fundaciones
de esos grandes emporios que son ya Montevideo y Buenos Aires,
las colonizaciones de Legazpi y Urdaneta,los desvelos civilizadores
de Zumárraga el primer Obispo de México, rodeado
de auxiliares que el reclama de su Orden y de su país...
Y en esta elevadísima esfera de la acción religiosa,
tantos y tantos misioneros, tantos mártires de los que
ya varios reciben el culto de la Iglesia y sobre todos la figura
más trascendental de San Ignacio de Loyola, el vasco de
espíritu adentrado, que quiere volverlo todo hacia Dios
y con dos breves escritos, el de los Ejercicios Espirituales
y el de las Constituciones, conquista el mundo y lo
organiza.
Aquí ya se nos ofrece unión
tal de la voluntad con la reflexión, que rebasando no sólo
la esfera de la actividad subconsciente, sino también la
de la inteligencia empleada únicamente la actuación
personal y sin tratar de influir en el mundo de las ideas, adquiere
carta de naturaleza en él desde el momento en que las manifiesta
con medios que han de sobreponerse al tiempo y al espacio, y principalmente
con el de la palabra escrita.De ella, en la que propiamente pudiéramos
llamar palabra vasca,la escrita en el lenguaje propio, tenemos
relativamente un caudal menor del que corresponde a nuestra tradición
oral. Refléjanse muchos de los sentimientos de nuestro
pueblo, sobre todo los que revisten un carácter alegre,
en las poesías del buen Etxepare; y la religiosidad tan
acendrada y general en nuestro país halla su expresión
y su alimento en los catecismos y libros de devoción cristianos,
que si constituyen en todas las épocas literatura abundante,
de la que principalmente se destaca ese libro de concentración
del alma ante sus destinos futuros que es el Gero de Axular...
Esta misma modalidad del espíritu
vasco, formadora de lo que se ha llamado hombres de por dentro,
la vemos también en los escritores que por causas de
que luego hemos de lamentarnos, escriben en lenguas que no son
la peculiar de su raza, pero dando en ellas muestra de las aptitudes
de su genio propio que tratamos de señalar e influyendo
de este modo, a veces considerablemente, en la cultura general
humana. Así en la mística, dos navarros, el tiernísimo
Fray Diego de Estella y el fuerte y vigoroso Malón de Chaide.
Otra de las inclinaciones predilectas
de tales escritores vascos ha sido la Historiografía. Y
ya desde las crónicas del alavés sagaz y estoico
D. Pedro López de Ayala —en el que también,como
ha apuntado un literato moderno, se muestra otra de las tendencias
nuestras, si le consideramos en su flagelación de los vicios
del mundo como jefe de la que se ha llamado escuela didáctica—;
y desde las obras, no menos acompañadas de filosóficas
reflexiones, del vizcaíno Lope de Salazar; hasta la historia
tan completa y genuínamente nuestra de Oihenart y las clásicas
de Henao, Moret y Landhzuri, vemos en las producciones de esta
clase, pruebas del espíritu concienzudo y examinador del
pasado que las engendrara.
Teólogos, filósofos
y humanistas no han faltado entre los hombres que nacieron en
nuestro suelo. Por los tiempos en que se abría y se desarrollaba
esta Universidad que con encanto ahora, vivimos, y alguno de cuyos
alumnos como también otros vascos numerosos enseñaron
luego en las renombradas de Europa, brillaban Fortún de
Ercilla, Olave, Esquivel, Azpilcueta, Bañez, los Carranzas...,el
filósofo Huarte, cuya originalidad muestra un germen que
no ha dejado de prender muchas veces en nuestro país, aunque
en hombres de menos valía. Tantos, en fin, de cuyos nombres
no voy a hacer la lista dilatada que mis notas inéditas
algunas, permitieran y que no consiente la brevedad del espacio
que trato de ocupar. Pero sin que pueda prescindir de nombrar
a uno, aludido en este local hace muy pocos días por palabra
venerable, Francisco de Vitoria, el gran teólogo del siglo
XVI, que, sin duda como vasco, fué de los que no escribieron,
por lo que se le llama el Sócrates, alavés. Cuyo
magisterio, consignado en notas de sus alumnos cuando allá;
en Salamanca ante la imposibilidad de moverse se hacía
trasportar a cátedra en una silla de manos, fué
tan luminoso y su fe en la idea que desarrollaba tan recia, que
contestó a Carlos V designándole el imperio de los
cuerpos, mientras que él en el de las almas seguiría
aún contra la oposición de tal prepotencia, divulgando
sus cristianas y pacíficas doctrinas en que se ha formado
el Derecho de Gentes.
Existe también en nuestro
país una tradición bastante antigua, y continuada
de Academias y de estudios y publicaciones de ciencias sociales,
matemáticas físicas y de observación, que
hicieron sobresalir a los vascos en obras marítimas y de
construcción, realizadas muchas de ellas fuera del suelo
nativo la Sociedad de Amigos del País, que tuvo indudablemente
sus gérmenes en las tertulias literarias y científicas
que aquí encontraron bastante ambiente, dedicó de
un modo predominante aunque no exclusivo sus esfuerzos, a los
estudios que pudieran aumentar en el pueblo la prosperidad material.
Pero igualmente por entonces y aún entre los propios Amigos,
trata de cultivarse la poesía; y es ésta también
una poesía didáctica, como la de las fábulas
de Samaniego o las que Laurancín escribía en francés.
Xerica compone, precisamente durante su vida estudiantil en Oñate,
versos satíricos y amatorios. Viene luego el movimiento
vascófilo de los Moguel y Astarloa, que se continúa
durante el influjo del Romanticismo y da lugar a los poetas euskéricos
de que tan bellas cosas se os han dicho durante este Congreso,
y los cuales ni consiguen ni pretenden trascender al exterior.
Si lo logran en cambio los músicos, que a mediados del
siglo XIX se llaman Gaztambide, Arrieta, Gorriti, Eslava, y en
nuestros días crean la ópera vasca y son por todas
partes ensalzados sus nombres, que como todos los aún muy
recientes o que viven entre nosotros, no tengo para qué
pronunciar. Nuestros actuales y muy numerosos pintores, siguiendo
la tradición tampoco perdida de nuestros escultores y arquitectos,
con su fuerza de expresión interior y la seguridad de su
técnica,alcanzan en todo el mundo la gloria que en él
puede lograrse. Igual acontece con varios escritores aquí
nacidos, los más vigorosos hoy entre cuantos se producen
en lengua castellana, y que aún en ésta muestran
las cualidades de la raza de que proceden y que se manifiestan
en la concisa plenitud y en la violencia inquietadora.
¿Pero estos triunfos, como otros
que alcanzan nuestros hombres de ciencia y los logrados en épocas
pasadas que hemos tratado de recordar sumariamente, deberán
bastar para satisfacer por completo la preocupación sincera
que la misión y los destinos de nuestro pueblo inspiran
seguramente a todos cuantos en estos días nos hemos reunido
aquí, pues si así no fuera ignoro por qué
nos habremos reunido? Para el afianzamiento de la personalidad
vasca, de la colectiva y ya veremos como más o menos inmediatamente
para la misma individual, no podemos menos de estimar imprescindibles
la conservación y el cultivo de la lengua peculiar,de esa
lengua que yo mismo no conozco aún como quisiera y que
considero sin embargo como la principal de las características
propias, que no siempre han tenido esos vascos ilustres en la
debida estimación. Pues las deseamos no sólo para
que por ellas se nos conozca con nuestro nombre de vascos, aunque
el nombre sea ya como una penetración en lo nombrado y
por saber su nombre luchaba Tobías con el Angel, sino porque
este manantial de virtud que hemos considerado al examinar las
cualidades de la raza, empezaría por enturbiarse y a las
pocas generaciones desaparecería, si le priváramos
de la vena vital que de nuestras montañas viene, siempre
fresca, a nutrirlo. Nuestra personalidad moriría con él,
y arrastrados nosotros por un turbión de decadencia, pronto
se borraría hasta el rastro de nuestro pueblo.
Queremos ser y el vigorosoaliento
que estos días hemos sentido, especialmente en los organismos
más vitales, según esa mi idea, del Congreso, muestra
que no sería nuestra ideal existencia la de un ente fosilizado,
sino que se mantendría en las más elevadas esferas
de relación. Hacia ellas vamos y tenemos que esforzar la
vista, olvidar los prejuicios y dejar a un lado los obstáculos,
para que no sea errado el camino.
Y considerad todo un mundo nuevo
que aquél nos ofrece. Es el mundo nuestro, que faltando
a un humano deber habíamos desconocido y que aguarda el
cultivo que a todos sus terrenos hemos de dar, para pagárnoslo
con frutos, respecto a los cuales los que esta tarde hemos examinado
solo deben ser como primicias. Porque cuanto uno más alcanza
la plenitud de su ser, resulta por este mismo hecho más
universal. Así el conocimiento propio, base del saber,
y la concentración del esfuerzo que es el principio de
toda acción, serán nuestras mejores ofrendas al
patrimonio común de todos los hombres.
HE TERMINADO |