El vino de rioja que se elabora en Alava
se ha convertido en los últimos años en uno de
los símbolos más importantes del País Vasco.
El vino está de moda en todo el mundo, transmite la historia
de un pueblo y une a quienes lo paladean.
La
cultura vitivinícola data de la Edad Media, sus principales
difusores fueron los monjes. La primera referencia documental
relacionada con la protección de la calidad y garantía
de los vinos en esta zona data de 1650.
La Rioja Alavesa está
protegida por la Sierra de Cantabria, en la margen izquierda
del Ebro. Con un mapa a la vista, podríamos decir que
comienza a la salida de Haro, en Labastida y termina en Oyón,
cerca de Logroño. Un recorrido que no llega a 40 kms.,
salpicado por más de un centenar de bodegas de todo tipo.
Y qué tiene el rioja de
Alava que le hace ser distinto?. Para muchos la diferencia está
en el suelo y en el clima. El terreno es arcillo-calcáreo;
el clima atlántico y mediterráneo, con la sierra
de Cantabria que lo protege de los fríos del norte, y
por otro lado es una zona muy soleada, condición indispensable
para el buen desarrollo de la vid.
El viñedo alavés
ocupa el 25% de la Denominación de Origen Rioja, organismo
que bajo el nombre de Rioja unifica la elaboración de
vino que se realiza en Alava, Rioja y parte de Navarra. El viticultor
alavés cuida mucho su viñedo, en especial el viejo,
de cepas con más de treinta años se obtienen las
uvas que darán los caldos más selectos.
La variedad predominante hasta
el 85% es la tempranillo, base de los tintos alaveses, son caldos
aromáticos, con sabor a frutas, buen color y fáciles
de envejecer. Son vinos ricos al paladar, que te llenan la boca
y te dejan un buen sabor.
Pero el vino es historia y si
quieres disfrutarla, te propongo un recorrido por la rioja alavesa
donde tomarás una copa llena de cultura. Puedes empezar
en Labastida, en la ermita románica del Sto. Cristo, situada
en la zona más alta de este pueblo de origen medieval,
desde allí verás los Montes del Toloño,
a sus pies está la Granja de Ntra. Sra. de Remelluri,
una antigua propiedad del Monasterio de Toloño; en 1581,
la Granja ya pagaba un impuesto de 16 cántaras al Ayuntamiento.
de Labastida. Hoy es una bodega familiar de reconocido prestigio.
En
Samaniego verás como sus casas estaban situadas al amparo
de la iglesia parroquial de la Asunción, antigua fortaleza
del siglo XV. Allí hay bodegueros exquisitos como Fernando
Remirez de Ganuza, un elaborador concienciado con la calidad
y la investigación. Es un claro ejemplo de lo que ahora
se conoce como "vino de autor".
Cuando llegas a Leza busca alguna
bodega pequeñita donde te enseñen como hacen el
llamado "vino de cosechero" o de maceración
carbónica. Verás como se echa la uva entera en
lagos o depósitos, donde fermentará a los pocos
días. Despues, varios hombres la pisan y se obtiene el
vino de corazón, que es el mejor. Son frescos, muy aromáticos,
de color rojo rubí que saben a frutas y tienen un ligero
toque ácido. Muchas de estas pequeñas bodegas elaboran
bajo el nombre de Artadi, cosecheros alaveses.
Sigo mi camino y en Elciego paso
por las bodegas del Marqués de Riscal, uno de los hombres
ilustrados que más hizo por el desarrollo de la cultura
vitivinícola en el siglo XIX. En sus calados de crianza
hay más de 30.000 barricas con caldos nobles muy apreciados
en todo el mundo. Riscal puede presumir de ser una Casa experta
en envejecer vinos: tiene caldos de hace 50 años en perfectas
condiciones
Como primer recorrido por la
Alava de los vinos quiero acabar en Laguardia, antigua fortaleza
del siglo X, que conserva un atractivo trazado urbano medieval.
La portada policromada de la Iglesia de Sta. María es
paso obligado, es una joya del siglo XIV perfectamente conservada.
Si
quiero tomar unas clases de cata de vinos, puedo hacerlo en Bodegas
Palacio, a los pies de Laguardia. Allí me enseñaran
a apreciar los distintos sabores, olores y colores del vino,
de la vainilla, al cuero; del rojo rubí al cereza... toda
una simbología para deleitar los sentidos. Un complemento
más en ese triángulo entre la tierra, el hombre
y su historia.
María Antonia Martínez, directora de "Días
de Vino". TVE |