Todos conocemos, aunque sólo sea
de oídas, los parámetros que dan lugar a las diferencias
entre unos vinos y otros: el clima, la tierra, la uva, la mano
del hombre y la localización geográfica.
LA LOCALIZACIÓN
La Rioja alavesa está
localizada al sur de Álava. Por el norte linda con la
cordillera cantábrica y por el sur con el Ebro y con la
Comunidad Autónoma de La Rioja.
La
Rioja alavesa desciende de los 1400 metros de altura que alcanza
en la cordillera cantábrica hasta los 350-400 metros del
río Ebro.
El satélite artificial
Lansat ofrece una imagen muy peculiar de la zona, teñida
de un color ocre claro característico de la piedra caliza
en la que no se distinguen las parcelas, dado que la fisiología
del terreno obliga a estructurarlo en pequeños viñedos.
EL CLIMA
La latitud y la altura de la
Rioja alavesa dotan a esta zona de un clima especial que por
el régimen del viento y la orientación de los viñedos
resulta muy adecuado para la vinicultura.
Desde Lugo hasta Girona se sucede
una cadena de montañas que hace las veces de una pared,
impidiendo que el viento llegue hasta el Cantábrico. Sin
embargo, hay una hendidura de forma triangular, la llamada fosa
tectónica vasca, en cuyas vértices están
Castro Urdiales, Baiona y La Rioja. En consecuencia, las montañas
son más bien pequeñas y permiten el paso del viento
procedente del Cantábrico.
En
verano, con la presencia del anticiclón de las Azores,
el viento húmedo se dirige de norte a sur, hacia la Rioja
alavesa, no así a León, Castilla ni Aragón,
y en julio y agosto provoca lluvias muy beneficiosas para la
calidad del viñedo.
Los viñedos de la Rioja
alavesa están situados en las laderas del sur, desde la
cordillera cantábrica hasta el Ebro ("a carasol",
como dicen los vinicultores).
LA TIERRA
La tierra que mejores vinos produce
es la arcilla-caliza.
Casi el 95% de los viñedos
de la Rioja alavesa crece en tierra de arcilla-caliza, mientras
que el 5% restante son tierras sedimentales de Oion, Baños
de Ebro, Elciego y Lapueblo de Labarca y de Salinillas de Buradon.
Es
evidente que este tipo de tierra no garantiza por sí sola
la calidad; exige mucha dedicación. Hay que tener en cuenta
que en el subsuelo la piedra caliza y la arcilla forman una crujía.
Cuando la uva está llegando
a su madurez, la arcilla sostiene el agua de lluvia e impide
que el viñedo lo absorba.
TIPOS DE UVA
Según lo dispuesto por
la Denominación de Origen Calificada de la Rioja, los
tipos de uva que se pueden emplear para que un vino pueda llevar
el etiquetado que se acaba de mencionar son siete:
En
los tintos: el Tempranillo, la Garnacha, el Graciano y el
Mazuelo.
En los blancos: la Viura, la Malvasia y la Garnacha blanca.
El 79% del vino que se produce
en la Rioja alavesa se elabora a partir del Tempranillo.
LA MANO DEL HOMBRE
El vinicultor combina los factores
naturales y practica una vinicultura tradicional, aunque sin
renunciar a la enología moderna ni a los rigurosos métodos
científicos.
Cuantas
más zonas vinicultoras se conocen, más se aprecia
el buen nivel de la Rioja alavesa. El único inconveniente
sería el de la producción por hectáreas,
incompatible con la calidad.
Por eso, unos vinos de la Rioja
alavesa se elaboran a partir de uvas procedentes de vides de
300 gramos, y otros a partir de vides de bastantes kilos más.
Es precisamente éste el factor que origina la diferencia
de precios.
Tras
haber explicado brevemente el clima, la tierra y demás
variables de la Rioja alavesa, nos falta un último detalle:
catar los vinos uno por uno, prescindiendo de los habituales
parámetros de la edad, el año y el título
(reserva, gran reserva). Aprenderemos a catar mediante un sencillo
y divertido ejercicio, ya sea en grupo, en familia o en pareja.
Espero que este manual os sirva de ayuda para descubrir los secretos
que encierran los vinos.
LA CATA
¿En qué consiste?
- En probar un producto para precisar
su calidad.
- En examinar un producto con
nuestros sentidos.
- En tratar de conocer un producto
a través de sus cualidades y defectos.
- En examinar, analizar, describir,
juzgar y clasificar.
Aplicaciones de la cata:
- La cata -un fácil y rápido
sistema de detección- es un requisito necesario para valorar,
conocer y controlar la calidad del vino.
- Es un arte, una ciencia y un
oficio que requiere una especial aptitud para descubrir sabores
y olores, aunque lo más importante es mostrar interés
por el vino.
Factores que afectan en la
cata:
Las condiciones ambientales y
el equipamiento revisten especial importancia:
En la sala en que tiene lugar la cata: la luz, la ventilación,
la humedad, la temperatura, etc.
La temperatura del vino, porque influye en el olfato y en el
gusto.
La técnica empleada en la vinicultura: el catador deberá
descubrir el/los tipo(s) de uva, la tierra, la climatología
y la metodología que se ha empleado en la elaboración
del vino.
El instrumento del catador:
la copa.
- El cristal debe ser transparente
y sin color.
- No se deben emplear copas de
boca ancha, de cristal grueso ni de relieve.
- La copa oficial: un grupo de
expertos franceses ha diseñado, en colaboración
con otras instituciones oficiales, la copa AFNOR (Asociación
Francesa Normalizadora), cuyo contenido es de 210-255 ml, con
bordes regulares e iguales.
- Su limpieza: las copas deben
lavarse con agua y jabón, y dejarlas secar, para que no
quede resto de manchas u olores.
El
sabor
El sabor es la impresión
que las sustancias sabrosas dejan en la lengua.
Se dice que el sabor es el resultado de la combinación
del tacto y del olfato, y que ésa es la razón por
la que se confunden con tanta frecuencia.
La lengua, el órgano del sabor, capta las sensaciones
a través de las papilas, que están repartidas por
toda la lengua, salvo en el centro, tal como se puede apreciar
en la imagen. Las papilas reconocen cuatro sensaciones degustativas
básicas:
- el dulce
- el ácido
- el salado
- el amargo
Los sabores básicos: no
se perciben todos a la vez, porque las papilas reconocedoras
de cada sabor se encuentran en distintas zonas:
- el sabor dulce lo detecta la
punta de la lengua
- el ácido, los laterales
de la parte superior de la lengua
- el salado, los laterales de
la parte inferior de la lengua
- el amargo, la parte trasera
Los cuatro sabores básicos
del vino:
- El sabor dulce se lo proporcionan
el alcohol y el azúcar que pueda tener.
- El sabor ácido se lo
proporcionan los ácidos orgánicos libres.
- El sabor salado, sus ácidos
salificados.
- El sabor amargo, sus componentes
fenólicos, llamados coloquialmente taninos.
El
olfato
Es el segundo sentido que interviene
en la cata.
El olfato nos permite distinguir al momento si aquello que tenemos
delante nos agrada o desagrada.
Antes de tomarse un trago, hay que aspirar profundamente. Y si
el vino se agita, el aroma se percibirá mejor.
Algunos vinos se pueden calificar sirviéndose sólo
del olfato.
El aroma se clasifica del siguiente
modo:
- El aroma básico: el proporcionado
por el tipo de uva.
- El aroma de segundo grado: se
lo proporciona la fermentación.
- El aroma de tercer grado: (tanto
en el barril como en la botella) el que le proporciona la maduración.
Los catadores catalogan los olores
en 10 grupos aromáticos:
Olfatea los siguientes aromas, distínguelos, y trata de
recordarlos al catar el vino. En cada vino encontrarás
más de un olor:
- El animal: la caza, el almizcle,
la civeta, la carne.
- El balsámico: el aceite
de enebro, de pino o de resina.
- El de madera: madera húmeda,
madera vieja, lápiz, caja de puros.
- El químico: acético,
alcohol, carbónico, azufroso.
- El de especias: anís,
canela, clavo, pimienta negra.
- El enpireumático: quemado,
tostado, café torrefacto, chocolate.
- El estérico: acetona,
laca de uñas, mantequilla, yogur.
- El floral: acacia, jazmín,
rosa, violeta.
- El frutal: ciruela, piña,
plátano, higo seco.
La vista
Es el primer sentido que interviene
en la cata.
Para que un vino reciba la aprobación mediante la vista,
el catador tiene que reparar en su
color y aspecto, las dos primeras características organolépticas
que aprecia y que incitan a beber o a abstenerse.
Con sólo observar un vino podemos saber cuál es
su edad y su origen.
Mediante la vista, apreciaremos:
- El aspecto físico del
vino: su fluidez y movimiento, su transparencia y burbujeo.
- Su color: la intensidad, la
viveza, la tonalidad y el matiz.
Recuerda estos matices:
En los vinos
blancos: - El que tiene matices
de blanco pálido
- El blanco amarillento
- El amarillo verdoso
- El amarillo limón
- El amarillo color paja
- El amarillo oro
- El amarillo ámbar
En los vinos
rosados: - El rosa
- La uva roja
- La frambuesa
en otra gama
- El naranja
- El color de la corteza de la cebolla
- El color del ojo de la perdiz
En los vinos
tintos: - El rojo rubí
- El rojo granate
- El rojo burdeos
- El rojo púrpura
- El rojo cereza
- El rojo violeta
- El rojo morado
en otra gama
- El rojo teja
- El ocre
- El yodado
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Mikel Zeberio,
editor de la revista Viandar |