Se ha realizado una importante obra de
restauración en el pórtico de la iglesia parroquial
de la villa guipuzcoana de Placencia de las Armas. Su entramado
es uno de los más bellos conjuntos del arte popular vasco
de talla en madera y por ello ha merecido la calificación
y propuesta para monumento histórico-artístico.
Pero antes de entrar en la descripción
de este pórtico y de su pequeña historia, es obligado
anotar algunas noticias que afectan al templo al que sirve de
complemento. «La fundación de las iglesias de Guipúzcoa
nos dice Gorosabel es coetánea a la población
del territorio a que pertenece y, por consiguiente, para calcular
el origen de aquellas hay que averiguar desde cuándo data
cada pueblo» (1). Sin embargo, a causa de que nuestras poblaciones,
bajo el concepto de agrupamiento en vecindad, son bastante anteriores
a las fechas de las correspondientes cartas-pueblas por las que
se constituyen en ciudades, villas o ante-iglesias, resulta que
tienen que ser otros documentos, si los hay, los que deben informarnos
en este aspecto.
En lo concerniente a Placencia,
su villazgo data del año 1343, así como este nombre,
pero hay constancia de su iglesia desde el siglo anterior mediante
cierto documento del año 1267 referido al poblado de Soraluze,
nombre primitivo de la población (2).
También existe otra referencia del año 1215, recogida
por Andoni Astigarraga en una publicación de la Editorial
Ekin, de Buenos Aires, referida a la iglesia de Soraluze, aunque
este dato requeriría una rigurosa confrontación
histórica.
 Maqueta del atrio de la iglesia
parroquial de Santa María la Real de Soraluze-Placencia
de las Armas, que se encuentra cedida y depositada en el Museo
de San Telmo, de San Sebastián, desde el año 1986.
En esta transcripción
que sigue hallamos una clara mención de los que disfrutaron
el patronazgo de esta y otras iglesias próximas. Además
confirma la antigüedad señalada por L. Murugarren:
«Doña María
González de Olaso, casada con Fernán Yañez
de Gamboa, a quien el rey D. Sancho IV concedió los patronatos
de Olaso, Eibar, Soraluce, y Régil, por real carta de
3 de abril de 1293, hijo de Lope Fernández de Gamboa,
vecino que fue de Zumaya, y nieto de Juan López de Gamboa,
que en 1267 había también obtenido del rey Alfonso
el Sabio los mencionados patronatos» (3).
Al haber emparentado esta familia
con los Abendaño, por matrimonio de María López
de Gamboa, Señora de Olaso, con Martín Ruiz de
Abendaño, que murió en 1410 durante el asedio de
Antequera, son los de este linaje quienes durante muchos años
gozarán el patronato de estas iglesias, «por haberlo
obtenido a perpetuidad D. Martín de Abendaño y
Gamboa, vasallo de Enrique IV, caballero de gran mérito,
destacado como uno de los más importantes personajes de
la historia de Guipúzcoa» (4).
Pero como todo es efímero, parece ser que terminó
el privilegio de esta familia con Diego de Abendaño, patrón
mercenario, durante el primer cuarto del S. XVII, al que se citará
más abajo como parte interesada en un litigio referente
a obras de construcción y ampliación en la iglesia
placentina.
Pasó a beneficiarse el
Duque de Ciudad Real, bajo cuyo patronazgo se llevó a
cabo la construcción del pórtico o eleiz-atari
que nos ocupa. Recogemos el nombramiento de uno de los registros
de Lope de Isasti (5), que menciona a esta iglesia de Placencia
con otras de la cuenca del Deva, como pertenecientes al arciprestazgo
de Mondragón y a la diócesis de Calahorra, añadiendo:
«La iglesia parroquial
es de la advocación de Nuestra Señora de la Asumpción,
que la sirve un vicario y seis beneficiados con muy buena renta,
porque el vicario goza quinientos ducados y los beneficiados
a trescientos cincuenta. El patrón de la iglesia es V.
Magestad y por merced suya el Duque de Ciudad Real, Conde de
Aramayona» (6).
Precisamente, a causa de este
patronazgo de calificación real sigue llamándose
actualmente Parroquia de Santa María la Real.
Concuerda la anterior con esta
otra cita extraída del Archivo Histórico Provincial
de Protocolos de Oñate por Javier Elorza, administrativo
del Ayuntamiento de Placencia de las Armas, investigador y entusiasta
colaborador en la historia local:
«El año de 1622
se le dieron al Duque de Ziudad Real, Patrón Mercenario
de la Yglesia Parroquial de esta Villa, las dos terceras partes
de los frutos dezimales de dicha yglesia, es decir 1.334 reales
de vellón y 28 maravedís. Conforme a la carta partida,
la tercia parte correspondía a los clérigos y beneficiados
de dicha parroquia» (7).
La transcripción del texto
más expresivo del aludido litigio demuestra que a partir
de su resolución cambiaron las circunstancias, hasta entonces
adversas, para la continuación de las obras parroquiales,
porque es en el S. XVII cuando se realizan grandes ampliaciones
y reformas merced a una mejor administración del importe
de los diezmos que, al parecer, se llevaba casi en su totalidad
Diego de Abendaño, quizá haciendo uso de las prerrogativas
de sus antepasados, y en particular de uno de igual nombre, Señor
de la Casa de Olaso, que fue cabeza del bando gamboino durante
las pendencias de los Parientes Mayores. El documento refleja
con fidelidad y detalle la situación de la administración
parroquial, bastante desastrosa, y que al ser superados los obstáculos
en los años siguientes dio lugar a que, entre otras mejoras
realizadas, se construyera el pórtico que hoy podemos
admirar. Se conserva el legajo en el Santuario de Loyola (8), cuyo archivero, el Rvdo. P. José Ramón
Eguillor, nos facilitó hace algún tiempo su copia
traducida. Dice así la principal parte argumental:
«PARESCER
DEL CORREGIDOR. Por parte de la Villa de Placencia, en
esta muy noble y leal provincia de Guipúzcoa, fui requerido
con la real provisión que va por cabeza para que hiciese
información de la necesidad que tenía la iglesia
de la dicha villa de acabarse y de hacer retablo y ornamentos
y otras cosas, y que tanto tiempo ha que había cesado
la fábrica, y porque, como más largamente de ella
consta, y habiendo citado a Don Diego de Avendaño, patrón
que es de la dicha iglesia por merced de V. Magd. de las informaciones
que las partes dieron y de lo que he hecho de oficio y lo que
vi por vista de ojos habiendo ido a la dicha Villa, parece, está
muy mal reparada y por acabar y con mucha indecencia, y que cuando
llueve, no puede parar la gente, y cuando hay aire, de desclavarse
alguna tabla con que está cubierta y de matar y descalabrar
a los que cogiere cesó el edificio de ella el año
pasado de mil y quinientos ochenta y ocho por no tener con que
proseguir las obras, y está muy empeñada
que tiene ciento cincuenta ducados de renta de fábrica,
que vale la primicia, que es de la iglesia y que la mitad
y más se gasta en los gastos ordinarios de cera, aceite
y otras cosas, y que lo demás se ha acudido al desempeño
de la dicha iglesia y que los diezmos valen siete mil reales
aunque conforme dos arrendamientos que están presentados
por parte del dicho Don Diego, que lleva todos los diezmos, paresce
no se han arrendado más de a razón de cinco mil
reales al año verdad es que tiene por el contrario
pagado algo adelantado, como de ellos consta De estos cinco
mil reales y de lo que de ordinario valen los frutos y diezmos
paga el dicho Don Diego a cinco beneficiados que sirven la dicha
iglesia ciento y diez ducados cada año, y mas el subsidio
y escusado Asimismo paresce, ansí por las probanzas
de entrambas partes como por la declaración que hicieron
los oficiales ante mí, que para acabarse la dicha iglesia
por la traza que se comenzó y conforme está acabado
el crucero Para alzar las paredes y bóvedas y tejado
serán menester más de doce mil ducados, y asimismo
no tiene retablo la dicha iglesia en el altar mayor, y, conforme
a la capacidad de la capilla y calidad de la dicha villa, serán
menester ocho mil ducados. Los ornamentos, también tienen
mucha necesidad, principalmente de los frontales, que son pocos
y rotos, que serán menester de tres a cuatro mil ducados.
La Villa no tiene propios porque no tiene más de lo que
vale la renta de la alcabala, que puede valer veinte y dos o
veinte y tres mil maravedises, y de estos paga a Vª. Magd.
por su encabezamiento cuarenta y dos ducados, de manera que para
los gastos ordinarios y para pagar los réditos del censo
que tomaron para la curación de la peste, se reparte siempre
entre los vecinos. Tienen también la mitad de una
herrería y molinos de barrenar arcabuces y mosquetes para
la fábrica de armas que Vª Magd. allí tiene,
que les renta en cada un año setenta y ocho ducados, de
los cuales pagan en cada un año sesenta de réditos
del censo de mil y cuarenta y dos ducados que tomaron para la
fábrica de la dicha herrería y molinos, y el resto
se consume en los reparos que cada un año tiene necesidad
de dicha herrería De suerte que no le quedan propios
algunos ni se entiende que hay de donde poder sacar lo necesario
para acabarse la dicha iglesia y acudir a sus reparos si no es
contribuyendo algo el dicho Don Diego de Avendaño como
persona que lleva los diezmos, y así vistas las necesidades
de la iglesia y lo mucho que tiene que hacer para acabarla, y
que por lo menos para estar con alguna decencia, conviene levantarse
las paredes de toda la dicha iglesia y hacer el tejado a su medida,
lo cual costará, conforme la información dada por
el dicho Don Diego ocho mil ducados de levantar las paredes y
cuatrocientos y cincuenta el tejado que esto es ahora lo más
necesario Me paresce que Vª Magd. debe mandar al dicho
Don Diego diese alguna cosa del valor de los dichos diezmos cada
un año, con que ahora se fuese esto haciendo, y a las
bóvedas, retablos y ornamentos se podría acudir
adelante. Esto me paresce Vª Magd. haga, entendiendo como
más a vuestro real servicio convenga. En Azcoitia a doce
de junio de mil y seiscientos y seis años. El Licenciado
Juan del Espinar.
«PARESCER
DEL OBISPO. Habiéndose mandado por cédula
real de Vª Magd. del veinte y ocho de Mayo del año
pasado supiese y me informase qué necesidad es la que
hay de que la iglesia de la villa de Plasencia, de la muy Noble
y muy Leal Provincia de Guipúzcoa, se acabe de hacer y
fabricar, y se pongan en ella los retablos y ornamentos necesarios,
y la fábrica que tienen, y que diezmos se pagan y quién
todo lleva, y lo que más la dicha real cédula contiene
habiéndola aceptado con la reverencia debida, su cumplimiento,
a causa de estar yo actualmente ocupado en el de otras, sus cédulas
reales en este monasterio real y hospital real de las Huelgas
de Vª Magd. cometí y encargué al doctor Salazar,
visitador general de mi obispado, quien, cumpliendo con lo a
mí por la dicha real cédula mandada guardando el
tenor de ella y su comisión, vista la dicha iglesia ocularmente,
hizo la información y auto que con esta van originalmente
escrita en todo y en parte en trece hojas, inclusa la dicha real
cédula original, y porque Vª Magd. me manda por ella
en-víe relación firmada de mi nombre con parescer
mío de lo que en ello se debe hacer, demás que
tengo particular noticia de las cosas de la dicha iglesia por
la haber visitado con las demás de aquella Provincia,
personalmente de ellas.he procurado ser informado muy en particular,
y considerado todo y vista la dicha información, soy del
siguiente:
Que para acabar
de cerrar la dicha iglesia de pared que está abierta desde
la capilla mayor abajo, aunque los cimientos están levantados
hasta la mitad en el coro, son menester diez mil ducados. Y para
hacer la torre de las campanas, cuatro mil ducados, y para hacer
el retablo sin dorar, cuatro mil ducados, y si se hubiese de
dorar, costará otros cuatro mil. El echar los tejados
costará mil quinientos ducados. Tiene de ornamentos cuatro
ternos razonables, tres viejos, ocho casullas, tres capas, dos
frontales para el altar mayor, cinco cálices y uno dorado,
y así paresce estar razonablemente por ahora. La iglesia
tiene de primicias, un año con otro, ciento y cincuenta
ducados, y estos ducados están arrendados a cienta y ochenta.
Tiene cinco mil quinientos y once reales sobrados, como ha constado
del alcance final de la visita próxima. Patrón
de la iglesia es Don Diego de Avendaño por merced, según
parece, de Vª Magd., y hacienda los diezmos estos años
en cinco mil y ciento y cuarenta y tres reales, y lo que valen
en especie constará de la información que son siete
mil reales.
De estos paga
a cinco beneficiados que hay para el servicio de la iglesia,
ciento y diez ducados, y doscientos reales de subsidio y escusado.
Según
lo cual, y que el patrón no consta que hasta aquí
haya dado nada, la necesidad que al presente tiene la dicha iglesia,
para cuyo reparo, aunque es grande la suma que en la información
hay y se sabe que los oficiales se alargan en las obras, todavía
con lo que mas tiene la iglesia, se gaste en lo más necesario
e importante a disposición del ordinario y sus visitadores,
o como más Vª Magd. Servido sea, cuya real persona
guarde Ntro. Señor como la cristiandad ha menester y yo
menor capellán de Vª Magd. pido en los cuotidianos
sacrificios.
Huelgas, veinte
de julio de mil y seiscientos y seis. El Obispo de Calahorra».
«Y vistas
por los dichos señores del Consejo las dichas diligencia
y paresceres, juntamente con la contradicción y demás
dicho y alegado por el dicho Don Diego de Avendaño ante
el dicho corregidor que hizo las dichas diligencias, proveyeron
un auto señalado de sus rúbricas y señales
del tenor siguiente:
AUTO.- En la
villa de Madrid a diez días del mes de mayo de mil y seiscientos
y siete años. Visto por los señores del consejo
de su majestad las diligencias hechas de pedimiento de la villa
de Plasencia por el Obispo de Calahorra y la Calzada y por el
Licenciado Juan de Espinar, corregidor de la Provincia de Guipúzcoa
por su majestad, y sus paresceres en razon del edificio de la
iglesia parroquial de la dicha villa de Plasencia y lo dicho
y alegado por Don Diego de Avendaño, como interesado y
persona que lleva los diezmos de la dicha villa, dijeron que
mandaban y mandaron dar provisión de su majestad para
que el dicho Don Diego de Avendaño, por tiempo y espacio
de treinta años primero siguientes, dé para el
edificio de la dicha iglesia la tercia parte de lo que valieren
los diezmos de la dicha villa de Plasencia, sacado lo que da
para su congrua a los beneficiados de la dicha iglesia y lo que
paga de subsidio y escusado, y lo que así montare la dicha
tercia parte se ponga en poder de una persona legallana y abonada,
para que con cuenta y razón se gaste en la obra de la
dicha iglesia y ornamentos de ella y no en otro efecto y cosa
alguna. Y así lo proveyeron y mandaron.
Y en conformidad
del dicho auto, en once de mayo del año pasado de seiscientos
y siete, se dió y libró carta y provisión
de su majestad dirigida al Corregidor de la dicha Provincia de
Guipúzcoa o a su lugarteniente en el dicho oficio, para
que él lo guardase, cumpliese, y ejecutarse. Después
de lo cual paresce que, en diez y seis de julio de dicho año
pasado de seiscientos y siete, por parte del dicho Don Diego
de Avendaño y Gamboa, se presentó ante los señores
del dicho consejo una petición del tenor siguiente:
Muy poderoso
señor: Diego de las Cuevas en nombre de Don Diego de Avendaño
y Gamboa en el pleito con los vecinos y parroquianos de la Villa
de Plazençia, afirmándose en la suplicación
que tengo interpuesta y, si necesario es, interponiéndola
de nuevo de la sentencia dada por algunos del vuestro consejo,
por la cual condenaron a mi parte a que por espacio de treinta
años contribuya con la tercia parte de los diezmos que
lleva en la dicha villa para la fábrica de la iglesia
parroquial de ella, su tenor presupuesto y hablando con el debido
respeto, digo que por la A. se ha de mandar enmendar y revocar,
por lo siguiente: Lo primero, por lo general Lo otro, porque,
conforme a la costumbre inmemorial que siempre ha habido en la
dicha Villa y en todo el Obispado de Calahorra, de cuya diócesis
es, los parroquianos tienen obligación a reparar y edificar
sus iglesias, la cual costumbre es legallana y bastante para
inducir la dicha obligación en las personas de los parroquianos
y exonerar de ella a los interesados en los diezmos- Lo otro,
porque la obligación de los que llevan los diezmos es
sólo reparar las iglesias de suerte que no se caigan,
pero no hacerlas de nuevo, y las partes contrarias, por su propia
autoridad, como personas por cuyo cargo había de cobrar
la obra de la dicha iglesia, la comenzaron a hacer con mucha
suntuosidad y desigual proporción de la que, convenía
al lugar, que sólo tiene hasta doscientos vecinos..Lo
otro, porque es continuación de la dicha obligación
que a ellos incumbe, no sólo comenzaron a hacer la dicha
iglesia sin requerir a mi parte, antes la continuaron muchos
años hasta que ahora de nuevo movieron este pleito a mi
parte sólo a fin de hacerle molestia por sus fines particulares.
Lo otro, porque mi parte les da la congrua sustentación
al cura y beneficiados en vez de las primicias que habían
de llevar conforme a la costumbre de aquel obispado, las cuales
ha dejado para la fábrica de la dicha iglesia, y vale
en cada un año más de ciento y cincuenta ducados,
y conservando y reparando la dicha iglesia en el estado antiguo,
bastarán las dichas primicias, con lo cual viene a estar
libre mi parte de cualquiera obligación. Por todo lo cual
a V.S. suplico enmiende y revoque la dicha sentencia absolviendo
a mi parte, sobre que pido justicia y costas, y ofrézcome
a probarlo necesario. El Licenciado Don Alonso de Vargas de la
Carrera. Diego de las Cuevas.
«Y vista
la dicha petición por los dichos señores del consejo,
mandaron dar traslado a la parte de la dicha villa de Placencia,
y se notificó a Diego Garcia de Meñaca como a su
procurador en su nombre, y por no haber respondido ni dicho ni
alegado contra ello cosa alguna por parte del dicho Don Diego
de Avendaño, se le acusó la rebeldía y se
concluyó el dicho negocio, y en este estado está
y queda el dicho pleito en el dicho oficio, como de él
consta. A que me refiero, y para que de ello conste, el pedimiento
de la dicha Villa de Azpeitia y mandado de los dichos señores
del consejo, di esta fe en la Villa de Madrid a tres de Agosto
de mil y seiscientos y doce años, y en fe de ello, lo
firmé y lo signé.
En testimonio
de verdad, Juan Gil de Cogollos, escribano»
Para completar brevemente ciertas
noticias sobre los acontecimientos históricos referentes
a obras de mejora en la iglesia parroquial, existen algu.nas
entre los años 1532-45. Figuran extractadas en un pequeño
trabajo que realizamos hace unos años (9).
Y si cotejamos todo ese conjunto de datos se obtendrán
los siguientes resultados: Que la primitiva iglesia debió
ser muy pequeña y rústica, quizá del tamaño
de una casa de vecindad y con un torreón o atalaya que
la distinguiría, en la que estarían dispuestas
las campa-nas, permaneciendo en ese estado hasta que se amplió
la nave central, única existente, es decir, por un espacio
de tres siglos. Pasaría otro más hasta la construcción
del pórtico, y otros tres más desde entonces hasta
ahora: más de setecientos años en los que numerosas
generaciones soraluzetarras han acudido a su iglesia para practicar
su religión católica.
Se intuye cual pudo ser el itinerario
o acceso en el acusado desnivel existente: mediante una rampa
o camino que ascendería desde la misma orilla del río
Deva, entre las actuales calles Kalebarren y Santa Ana y a través
del espacio que ahora ocupa el edificio del Ayuntamiento (data
del S. XVIII). Probablemente, estos terrenos de acceso, así
como el de la actual Plaza Nueva, fueron pertenecidos de Loiola-etxea,
solar ubicado en la actual Cooperativa Placencia.
La iglesia soraluzetarra, de
color gris acero, con su torre todavía altiva a pesar
de que actualmente está rodeada de mayores niveles habitados,
a causa del accidentado terreno, cumple esa singular misión
externa de los templos parroquiales en cada pueblo. ¿Qué
sería y qué aspecto ofrecería una población
sin su respectivo templo parroquial y su torre? La iglesia es
un símbolo de cada lugar y su permanente vigía
que alerta con la voz de sus campanas de cualquier acontecimiento.
Anuncia con alegre repiqueteo, desde el inicio de las fiestas
hasta el fallecimiento de un vecino con el toque de agonía,
para seguir con el profundo y grave tañer por el difunto.
Además, en Placencia, mediante el agresivo doblar de la
«Santa Bárbara» (viejo nombre de la campana
mayor) se informa a los vecinos el deber de contribuir a la extinción
de un incendio que se haya producido. Se ha solido anunciar también
por este medio la inminente llegada de una tormenta. Todo eso
y mucho más significa la parroquia. Y en ella está
el pórtico que ha solido cobijar procesiones durante los
días lluviosos, así como nuestros juegos infantiles;
que fue testigo en nuestro bautizo y en el último y definitivo
tránsito de nuestros mayores y amigos.
Y centrándonos ya en el
pórtico, hemos optado por resumir noticias documentales
y comentarios que se han ido reuniendo en estos años,
con cuyo contenido trataremos de ofrecer conjuntamente los aspectos
histórico-técnicos que diversas personas del mundo
del arte y de la información han emitido sobre esta cuestión.
Será, quizá, la mejor forma de plasmar en este
trabajo literario cuanto se corresponda con su construcción
el año 1666, como con su restauración, finalizada
a principios de 1983 y su inauguración celebrada el 24
de abril de este mismo año.
 Pórtico de Placencia
de las Armas. (Foto Berrueta)
Hace casi cuarenta años,
fuimos testigos de una visita que realizó a Placencia
José M.ª Donosty, cronista oficial de San Sebastian,
con la exclusiva idea de contemplar el pórtico. Fue una
de las primeras inquietudes que se fueron sucediendo para promover
su restauración.
D. José M.ª Aguirrebalzátegui
() que tanto se ocupó del Archivo Provincial de
Protocolos de Oñate, publicó en la parte literaria
de los programas de festejos de Placencia de los años
1969 y 1970, interesantes notas que había extraído
de los legajos correspondientes. En ellas queda condensada esa
pequeña historia del atrio. Estas son las más importantes:
«Hagamos historia basándonos
en los datos fidedignos que nos suministran los legajos de protocolos
del entonces escribano público de la Villa, Juan de Hernizqueta,
que se conservan en el Archivo Histórico Provincial con
sede en la antigua Universidad de Oñate.
Fue en los primeros días
del año 1665 cuando de Placencia salió para la
ciudad de Logroño la solicitud firmada por Domingo de
Gárate, como mayordomo de obras de la iglesia parroquial
de Santa María la Real, en la que se solicitaba licencia
para construir el pórtico, pues se afirmaba al Sr. Obispo
de Calahorra y La Calzada en la solicitud que "la dicha
iglesia se halla rasa y sin portalada, de la cual precisamente
necesita para hacer las procesiones que se acostumbran, porque
lloviendo se pierden los ornamentos y se causa indecencia sin
devoción, y también para los bautizos que se sacan
los niños a la puerta, y con su licencia se haga la dicha
portalada y gradas cubiertas, gastando lo necesario para ello
de los bienes de dicha iglesia".
Llegó de Logroño
la solicitada licencia extendida por el Provisor y Vicario General
don Juan Francisco de Maldonado, que el solicitante don Domingo
de Gárate puso inmediatamente en conocimiento de los curas
de la parroquia, don Ignacio de Orduña y don Joan Abad
de Ugalde, el 18 de abril de 1665.
El 17 de mayo, domingo, durante
la misma conventual, el señor cura dio lectura a la publicata
"en alta e inteligible voz en lengua castellana y bascongada
declarando este auto y que en su virtud se pondría esta
tarde, después de Vísperas, en las puertas de la
casa principal del Concejo la condición para la obra de
carpintería del cobertizo dando a quien se rematare todos
los materiales al pie de la obra y que se remataría en
los tres días de Pascua y se había escrito a los
curas de las iglesias parroquiales de Vergara, Elgoibar, Eibar
y Elgueta para que pudiesen venir algunos car-pinteros..."
Consta también que la
traza (proyecto) fue encomendada y realizada por Antonio de Anziondo,
maestro carpintero de Deva.
Se realizaron cuatro subastas
o "almonedas" los días 17, 24, 25 y 26 de mayo
de 1665. El encabezamiento de las actas de estas subastas comienza
con estas palabras: "En las puertas principales de la Casa
del Concejo de dicha Villa, que están a la calle y plaza
pública, se celebró la almoneda de dicho cobertizo.
Francisco de Mendiola, jurado de la Villa, puso un cabo de vela
encendida en la calle pública..."».
Como aclaración a este
último párrafo, diremos que la celebración
de la «almoneda» o la expresión «puesta
en candela y almoneda» consistía en admitir las
ofertas de quienes acudían a la puja mientras se consumía
el cabo de vela que se encendía a la vista de todos los
asistentes.
Se nos dice que nadie pujó
en la primera subasta. Inició la segunda, con su oferta,
el maestro carpintero elgoibarrés Domingo de Cruzelegui
con una cantidad de 6.000 reales y con la promesa de ejecutar
la obra para las fiestas de agosto, pero tras varias ofertas
que se sucedieron, quedó en vigor hasta la siguiente sesión
la de Andrés de Aldeta, de Bergara, en 3.950 reales de
vellón. La tercera almoneda sucedió sin oferta
alguna. Para la cuarta, que se celebró el 26 de mayo,
se formularon nada menos que veinticuatro pujas que fueron rebajando
el precio hasta que quedó definitivamente establecida
y adjudicada por ser la más ventajosa la de PEDRO DE ALDAZABAL,
vecino de Placencia, maestro carpintero, por la cantidad de 2.075
reales. Habían acudido, además del placentino,
cuatro maestros carpinteros de Bergara, uno de Elgoibar y otro
de Deva.
 Placencia de las Armas: La
plaza nueva con su famosa fuente, al fondo el pórtico
de la iglesia parroquial. (Foto Berrueta)
Para la madera-ripia quedó
encargado, en tercera almoneda, Martín Ruiz de Aguirre,
probablemente natural de Bergara, quien se comprometió
en disponer toda la madera necesaria, «80 estados a nueve
reales cada uno, para el día de Santiago próximo».
Y Andrés de Beiztequi Egoza se comprometió por
su parte a traer a pie de obra «catorce maderos de seis
estados cada uno, de la anchura señalada en la traza,
labrados y de toda satisfacción». Este último,
pudo ser familiar de Lorenzo de Beiztegui Egoza, veedor y superintendente
sustituto de las Reales Fábricas de Armas de Placencia
en 1635, natural y vecino de la villa.
También tomamos estos
párrafos del escrito de Aguirrebalzátegui:
«El 22 de octubre de 1665
se firmó la escritura para el aporte de la teja necesaria
entre Domingo de Gárate, mayordomo, y Pedro de Irazabala,
"maestro texero, vecino de Larrresou, en el reino de Francia,
y sus fiadores Pedro de Iraola Larreategui y Martín Ruiz
de Aguirre, vecinos de Placencia, que harán y cocerán
un horno de nueve mil tejas a 36 reales de plata el millar, puesto
en la texera".
Las rejas corrieron a cargo de
Antonio Fernández de Betolaza, de Elgoibar, y costaron
1.200 reales de vellón.
El 6 de mayo de 1666, Lázaro
de Aranceaga dio su conformidad a la obra poniendo, no obstante,
unos pequeños reparos con el compromiso de solucionarlos
por 800 reales.
Para el pago de las obras hubo
de sacar la iglesia un censo de 200 ducados de plata que se redimirán
al cobrar la primicia y se vendan los frutos del año,
pues no tiene otros fondos por ser de patronato laical".
El dinero de este censo fue aportado por Juan de Orduña,
de Placencia, en monedas de 8 y 4 reales».
Además de los intervinentes
ya nombrados, hay que señalar los siguientes:
Alcalde ordinario de la villa:
Domingo de Yraolagoitia. Autor de los planos: Antonio de Anziondo,
de Deva. Mayordomo sustituto: Francisco de Iraola Larreategui.
Testigos: Domingo de Aguirre Zengotita, Andrés de Mendiola,
Domingo de Goenechea, Pedro de Irure, Domingo de Aldazábal
Aseguinolaza, Pedro de Unamuno, Martín de Churruca, Martín
Pérez de Unamuno y Arizaga, Ignacio de Aldazábal,
Pedro de Calegoen, Francisco de Ugarcalde, etc.
Algunos acuerdos municipales,
como el que sigue, vienen a configurar las circunstancias en
que se desarrolló aquella adjudicación de obra.
El Ayuntamiento, en sesión de 27 de septiembre de 1665,
presidido por Domingo de Yraolagoitia y con asistencia de Pedro
de Unamuno, síndico procurador, y los regidores Martín
de Churruca, Domingo de Goenechea y Andrés de Mendiola
e Iturriaga, adoptó este acuerdo:
«Otrosí decretaron
de conformidad, que a Pedro de Aldaçabal, maestro carpinterio
vezino de esta Villa en quien se remató la manufatura
de la portalada y cobertizo de la Yglesia parroquial de Ntra.
Sª Sancta María la Real desta dha. villa, se le acuda
con mil y seiscientos reales de la Limosna que los vezinos y
moradores desta dha. villa ofrecieron para ayuda de azer la dha.
Portalada y cobertizo, y esta cantidad se le da además
de los dos mil y setenta y cinco reales en que se le remató
la dha. manufatura conforme la traza y condiciones con que se
le remató por todas las pretenziones que tiene de mejoras
que ha echo en la dha. Obra fuera de la traza y condiciones con
que se le otorgó la escriptura y con calidad y condición
que no aya de pretender mas sobre las dhas. mejoras y no de otra
manera».
La lectura de este acuerdo indica
que Pedro de Aldazábal, excelente tallista, debió
esmerarse muchísimo en el trabajo hasta tal punto que
superó y rebasó las obligaciones contraídas,
consciente de que trabajaba para su propio pueblo y que su obra
sería perdurable. Hay que pensar también que contaría
con el estímulo de algunas personas que le animarían
en su curiosa y artística labor, circunstancias estas
que obligaron al Ayuntamiento a premiarle, si bien al concederle
una cantidad suplementaria a la de su contrata, la última
parte del acuerdo nos demuestra que pusieron coto a las aspiraciones
creadoras del artista.
Poco después, el 1.º
de octubre, informaba el examinador de las obras Lázaro
de Aranceaga, de Vergara, que «la dicha obra y su manufactura
está.firme y en toda seguridad y buena y bien labrada
y conforme arte y según la traza».
Como remate a la ejecución
de esta importante obra, aparece un acuerdo municipal de 11 de
abril de 1666, en el que siendo alcalde Francisco de Yraola y
Larreategui los Ayuntamientos cambiaban todos los años
el día de San Miguel, con asistencia del síndico
procurador Domingo López de Yturriaga, menor, y regidores
Domingo de Goenechea, mayor en días, Domingo López
de Yturriaga, mayor en días, y Domingo de Yraola Insausti,
ante el escribano Joan de Hernizqueta, es del tenor literal siguiente:
«Decretaron de conformidad,
que para ver las cuentas del gasto que ha echo Domingo de Gárate,
mayordomo que fue de la Yglesia Parroquial de Ntra. Sª Sancta
María la Real de la dha. Villa el año último
pasado de seiscientos y sesenta y cinco en la fábrica
de cobertizo de la dha. yglesia, nombraban y nombraron a Juan
de Aramburu, cajero, y al dho. Domingo López de Yturriaga,
regidor, y sobre ellas den su parezer».
La reja del pórtico debió
ser colocada bastantes años antes que la que últimamente
había en el presbiterio de la iglesia parroquial. Se ha
visto que fue un forjador elgoibarrés, Antonio Fdez. de
Betolaza, quien la hizo para el atrio. No cabe entonces confusión
con otro dato del 24 de noviembre de 1768 que dice: «Se
remató en Lucas de Camino, maestro arquitecto residente
en Azcoitia, la obra de hacer una cancela (verja) para la iglesia
parroquial, según traza (trazado, planos) dispuesta por
el maestro Xabier Ignacio de Echeverría en 2.940 reales
de vellón». Este Echeverría era vecino de
Azpeitia y a finales de ese mismo año realizó algunas
reparaciones en los tejados, capillas y pilastras, y alineó
una de las paredes del pórtico. La verja que hubo en el
interior, frente al altar mayor, se encuentra actualmente en
la capilla de Altos Hornos de Vergara, por causas que no viene
al caso relatar aquí. Más de un placentino ha solido
ir a verlas con cierta nostalgia...
Otra de las reformas se verificó,
por entonces, en las escaleras de acceso al pórtico y
de éste hasta la iglesia. Y resulta curioso observar que
quien diseñó las renovaciones fue un coronel de
Artillería, don José de Parrón, Director
de las RR.FF. de Armas, que se sintió un placentino más
a la hora de colaborar por el pueblo.
Pero el principal protagonista
en el arte que se contempla en el atrio soraluzetarra es Pedro
de Aldazabal. Y no debe causar extrañeza que en una población
que durante medio milenio ha venido dedicándose a la industria
armera haya habido destacados artesanos en el trabajo de la madera.
No olvidemos un importante gremio, el de los cajeros, que en
el curso de todo ese tiempo se dedicó a encepar en millares
de armas de fuego de todo género las cajas o culatas de
nogal, por procedimientos enteramente manuales, que a veces decoraban
con artísticas o quiméricas figuras cuando su destinatario
era algún destacado personaje. Sospechamos, por lo tanto,
que este artista (así como otros de igual nombre y apellido
que figuran en el registro parro-.quial, entre ellos otro muy
famoso, fallecido en Barcelona el 13-9-1821, que fue maestro
examinador en las fábricas de armas de Ripoll, no sería
ajeno a la práctica de este arte, porque difícilmente
puede explicarse de otra forma la habilidad en el manejo del
formón, la gubia, el escoplo, o la azuela, bajo un depurado
conocimiento del dibujo y de la estética.
Otro aspecto a destacar en Aldazábal
es el que se advierte en la misma ejecución del trabajo:
se ve que «sentía el pueblo», a sabiendas
de que realizaba una obra duradera. Sentir el propio pueblo es
a nuestro juicio el más puro de los afectos que puede
exteriorizar públicamente una persona.
Bastantes comentaristas, desde
sus secciones informativas, han venido ocupándose en estos
pasados años sobre el pórtico placentino. Destacaremos
entre ellos a Luis Pedro Peña Santiago por antigüedad
e insistencia en sus escritos, al propugnar la restauración.
Hace bastantes años escribía lo siguiente:
«La parroquia de Placencia
guarda además una joya. Es su magnífico pórtico
de madera tallada, único en su género en la provincia
de Guipúzcoa y en unas cuantas provincias a la redonda,
si exceptuamos en distinto carácter el de la Colegiata
de Zenarruza, en Vizcaya. Hace poco, el año pasado (me
refería a 1966) el pórtico de Santa María
la Real cumplió nada menos que trescientos años.
Me parece que para celebrarlo no se le dió ni una mano
de aceite de linaza o de xilophine».
Y añadía: «
...tengo además la ligera impresión quisiera
confundirme que este valiosísimo testimonio de nuestra
arquitectura popular no ha sido declarado todavía monumento
provincial, ya que leída la relación de monumentos
histórico-artísticos provinciales, no aparece,
y nos queda la duda de la coletilla final, un tanto ambigua y
de manga estrecha, o ancha, según se tome» (10).
Y seis años después,
en el mismo periódico, insistía preguntándose:
En torno a Placencia de
las Armas ¿qué vamos a hacer con el atrio de la
iglesia parroquial de la Asunción?
Y como para entonces se había
realizado cierto informe por técnicos y expertos de la
lucha antitermítica (extinción de las termitas),
añadió a su comentario algunos párrafos
del informe, que contiene estos elogios:
«El conjunto de maderas
que sostienen el tejado es bellísimo; pies derechos, correas,
tornapuntas, ménsulas, barrotillos y lar-gueros, son labrados
a golpe de mazo y escoplo o gubia. Es obra de nuestros artesanos,
no frío e impersonal trabajo de máquina.
Nos hace pensar esto que el carpintero
que ejecutó esta obra, no solamente era un buen maestro
de lo blanco (artífices que tallaban y construían
artesonados y retablos) SINO QUE ERA ADEMAS UN GRAN ARTISTA»
(11).
Fueron así despertándose
inquietudes en otros ámbitos. Se nos informa que los últimos
Ayuntamientos, presididos por Alberto Lersundi, Gonzalo Akizu
y Jesús M.ª Akizu, fueron atendiendo al proyecto,
cada uno en su etapa respectiva. Gustavo Kraemer Koeller, catedrático
de Bellas Artes, restaurador y químico profesional fue
quien redactó el proyecto general.
Pero
antes de proceder a la transcripción íntegra del
informe del Dr Kraemer, es necesario mencionar e inscribir como
figura destacada en esta restauración artística
del pórtico parroquial a su ejecutor: IGNACIO DE MIGUEL
«ITXASOI», baserritarra del caserío Itsasoegi,
magnífico tallista en madera, por afición, aunque
mecánico de profesión para ganarse la vida, que
emprendió previamente la tarea de preparar una maqueta
del atrio a escala 1:20. Confeccionada con esmero y como digno
preludio de la labor que ejecutaría después, estuvo
expuesta en el salón del Ayuntamiento desde primeros de
1979.
Tenemos, pues, en Iñaki
un autodidacta de gran mérito que honra la parcela artística
local, bastante abandonada en enseñanza durante estos
últimos lustros, desde que desaparecieron las academias
de dibujo y de música, así como otras actividades
tradicionales en las que destacados artesanos siempre sobresalieron.
Existen museos que ofrecen todavía sus trabajos a la curiosidad
del público.
Vayamos con la lectura del estudio
realizado por el Dr. Gustavo Kraemer Koeller: (12)
INFORME TECNICO
Núm. 33/73
El pórtico
de talla rural del año 1666, de la iglesia parroquial
de Santa María la Real en Placencia de las Armas (Guipúzcoa);
historial y conveniencia de su restauración. Octubre,
1973.
Por deseo del
Director técnico del Instituto de Conservación
y Restauración de Obras de Arte, Don Gonzalo Perales Soriano
y a consecuencia de una solicitud del Excmo. Sr. Gobernador de
Guipúzcoa a la Dirección General de Bellas Artes,
he visitado en el día 3 de Octubre de 1973 Placencia y
realizado las oportunas averiguaciones sobre su estado y los
procedimientos necesarios para su conservación.
También
se han tenido amplias conversaciones con el Sr. Alcalde de Placencia
de las Armas, que ensenó al que suscribe el amplio expediente
que se conserva en el Ayuntamiento sobre el pórtico, y
con el Sr. Cura párroco. De todo esto resulta la siguiente:
Historial
del pórtico: Su realización en el año 1666 se
confirma por el año tallado en una de las vigas principales.
Coincide el dibujo de la talla con los aleros del ayuntamiento
que está en frente, si bien el edificio del mismo es más
antiguo. También la iglesia gótica,
es bastante más antigua que el pórtico. Hay que
suponer que en una reforma de todo el recinto, iglesia, ayuntamiento
y plaza de la fuente (lateral al Ayuntamiento) se construyó
el pórtico (de unas dimensiones de más que 300
metros cuadrados), escaleras que subieron de la plaza hasta la
iglesia y se reconstruyó el ayuntamiento.
A lo largo del
tiempo sufrió el pórtico daños considerables
y ha sido objeto de reparaciones, en parte muy poco conscientes
del último siglo (según la forma del trabajo de
carpintería entonces realizado lo suponemos, fecha exacta
se ignora) la construcción se derrumbó parcialmente.
Se sustituyó una pilastra de madera por una de piedra
(aparentemente recogida en algún sitio, porque no coincide
en nada con las auténticas columnas de piedra de la iglesia
que lateralmente hay) y se montaron vigas no talladas en cierta
cantidad, colocando piezas talladas en sitios falsos, cortándolas
o ajustándolas en forma muy lamentable.
En 1962, el estado
del pórtico nuevamente estaba en acusada deficiencia,
sin que de parte de la parroquia se pensaba en más que
cerrar el mismo totalmente, porque al Sr. Cura molestaban los
bailes que se realizaban en su cercanía. Se desarrolló
cierta disputa de la cual se guarda curiosa documentación,
pero así por lo menos se llegó a estudiar de nuevo
el problema de su conservación y en 1963 se realizó,
con un presupuesto de unas 65.000 pesetas por parte de la villa,
una reparación que eliminó el peligro inmediato
de su hundimiento mediante suplementos de hierro, puntales adicionales,
etc. y en año siguiente, con una subvención de
unas 25.000 de la Diputación se arregló el tejado
y las goteras, preservando de esta manera el pórtico del
peligro in-mediato, si bien su talla sufrió en esta ocasión
algo más por los necesarios cortes etc., para hierros
y puntales.
Desde entonces
la villa empezó a tomar nuevamente cariño a su
pórtico y al recinto antiguo, alrededor de la iglesia,
Ayuntamiento, etc. y comenzaron estudios de una nueva ordenación
del sector con el plan de reconstruir las antiguas escaleras
(actualmente ramplas poco aceptables), etc. Actualmente se realizan
las reformas del edificio del Ayuntamiento, exactamente en su
estilo antiguo. En el expediente existe también algún
aparatoso informe en que se propone ciertos bajos de conservación
(y que son lamentablemente poco acertados e incluso contraproducentes
o falsos) y se pide un precio (en 1969) que aún hoy, después
de los conocidos fuertes aumentos de costos representan el doble
de lo realmente necesario. El Ayuntamiento no lo realizó.
Habiendo cambiado
entre tanto, tanto el Sr. Cura que el Sr. Alcaldo, se llegó
a un nuevo entendimiento y se acordó acudir al Sr. Gobernador
Civil de Guipúzcoa, que se ocupa del problema y después
de una visita personal del Sr. Gobernador, se presentó
la solicitud ala Dirección General de Bellas Artes.
El Pórtico
y su estado actual
El pórtico
es enteramente de castaño, cubre todo el frente de la
iglesia y tiene una dimensión de aprox. 25 metros de anchura
y 10 de profundidad, más una parte lateral de aprox. 7
x 8 metros. Su problema estructural es la subida desde su frente
hasta la puerta de la iglesia que comprende un desnivel de unos
5 metros.
Su talla es típica
de la región. Si no llevase el año de su elaboración
puesto, el que suscribe habría optado por una fecha anterior,
por objetos (inferiores de importancia) que conoce de Navarra.
El trabajo se realizó enteramente con la antigua herramienta
de la «azuela de peto» como se puede comprobar, midiendo
anchura y longitud de cada corte de la herramienta. Esta técnica
de tallar columnas, vigas, etc. en la construcción ha
sido muy desarrollada en las Vascongadas y Navarra. El trabajo
realizado en esta forma ofrece un efecto óptico extraordinario
a partir de cierta distancia de observación; parece muy
plástica la talla aunque tenga poca profundidad.
Actualmente falta
casi la mitad de las piezas talladas, parcialmente repuesto por
madera lisa o, incluso, por una columna de piedra, estilo toscano
(siendo las columnas auténticas de las partes laterales,
piedras montadas en forma cuadrada). Por otra parte existen referencias
de sobra para recomponer todo el pórtico grande, solamente
la pequeña parte lateral carece ya de referencias y no
se puede restaurar. Según el criterio del que suscribe,
el objeto es muy digno de ser restaurado totalmente.
Resulta que en
la restauración del edificio del Ayuntamiento, se tallaron
ya unos cabezales de una forma muy aceptable por algún
carpintero local. Consideramos que con la herramienta antigua
conseguía copia muy cerca de los originales de la talla.
Se acordó por tanto con el Sr. Alcalde que se realiza
una muestra para poder juzgar mejor. Resultando que en la colección
del que escribe existe un ejemplar de la antigua herramienta,
se realizará una copia de la misma para esta prueba.
El estado de
la conservación de las maderas talladas, en general es
buena. En especial no existe prácticamente ningún
ataque, por insectos, salvo en la base de una columna por carcoma
de minas (Rhycolus), debido al estancamiento de agua allí.
En los puntos de goteras existen infecciones locales por hongos
xilófagos (se determinó principalmente lencitos,
pero también Dasdalera y posiblemente Irpex),
pero ninguna de las especies observadas es peligrosa sin goteras.
Siendo el pórtico muy expuesto al temporal en el invierno,
la madera de las columnas (de unos 40 X 40 cm. en madera maciza
de castaño) ha sufrido por el desgaste biótico.
No obstante, también es admirable su grado de resistencia.
En el dictaminado
peligro (en el informe de 1969, arriba mencionado) no existe
nada que se refiere a agentes bióticos. Si bien consideramos
conveniente, especialmente si entra nueva madera a la obra, que
se realice con el tratamiento contra el daño climático,
también una impregnación con germicidas. El problema
base de la conservación es la actual sobrecarga de ciertas
partes mal reconstruídas que deja romper vigas sanas y
la protección contra el clima.
Trabajos a
realizar
Partimos del
concepto que se desea llegar a una reconstrucción y restauración
total del objeto en su forma original. Entonces se debía
proceder de la siguiente manera:
1) Realizar un
estudio detallado del verdadero emplazamiento de las piezas talladas
y parcialmente puestas en un sitio falso. Determinar las piezas
que faltan y aclarar su referencia para hacerlas de nuevo. Este
estudio es factible para el que suscribe; necesitaría
3-4 días para el mismo.
2) Una vez aclarada
la técnica y la(s) persona(s) que tallan (según
nos consta es relativamente fácil aprender nuevamente
la antigua técnica, porque hemos visto ya un caso similar,
en Navarra, donde se hizo esto con éxito), se debe obtener
la madera de castaño (bien seca) que salvo las columnas
grandes, es fácil. Realizando entonces las piezas que
faltan. Este trabajo durará por lo menos medio año,
si dos personas trabajan intensamente.
La supervisión
de los carpinteros en su trabajo, puede atender el que suscribe.
La columna que
falta entera y la que parcialmente falta, es problema de la obtención
del material. Se puede considerar imposible obtener en el mercado
piezas de 40 X 40 cm. Por tanto hemos pensado en hacer estas
piezas industrialmente por el método de «Verbundholz»
que permite obtener tamaños de cualquier dimensión,
partiendo de tablas de la madera que se desea. Esta técnica
está hoy ya tan perfeccionada que se construyen armaduras
de grandes naves etc. de esta madera compuesta. En España
se realizó recientemente incluso una chimenea para vapores
de la fabricación de coque, con 10 X 10 metros de luz
y 46 m. altura. Por tanto la resistencia al clima es muy segura.
La unión (pegada con colas especiales de urea-formol-melamina
o fenol-formol, es prácticamente invisible (una línea
como una beta) y se ocultará por completo por la talla.
3) Una vez obtenido
y tallado todo el material, se puede proceder a reconstruir el
esqueleto del pórtico (quitando naturalmente primero el
tejado). En vista de que varias vigas talladas están rotas
por sobrecarga, hay que montar invisiblemente piezas de T de
hierro (65 X 125 mm.) que se pueden ocultar perfectamente. Son
aprox. 72 metros que faltan. Así se pueden suprimir los
puntales no pertenecientes a la construcción original
que de momento se pusieron para asegurar la obra.
Una vez reconstruído
el esqueleto, se debe realizar el tratamiento de conservación.
Se aplica Poimate Standard y Poimaniz, el último
producto contra el clima y se endurecen unos puntos muy locales
dañados por el clima con Poimasol endurecedor.
A continuación
se puede clavar de nuevo la tabla, sustituyendo la podrida por
las goteras (menos que una cuarta parte) y se impregna la tabla,
antes de poner las tejas con Poimate Standard. Encima
de la tabla se clava una hoja de plástico de 0,3 mm. de
Cloruro de Polivinilo para evitar cualquier gotera futura y unos
listones que permiten agarrar la masa con que se asientan las
tejas. (Faltarán aprox. 1/3 por roturas etc.).
Los trabajos
del montaje y los tratamientos puede dirigir el que suscribe;
las obras del tejado realizará cualquier contratista.
Costos aproximados
de la restauración
La actual situación
de precios, no permite hacer estimaciones muy seguras y las siguientes
cifras se dan solamente a título informativo y a expreso
deseo del Sr. Alcalde.
Madera de castaño,
vigas 3,7 m3 aprox. 70.000.
Madera de castaño, compuesta industrialmente 1,35 m 3
39.000.
Trabajo de tallar, 2 carpinteros aprox. 150 jornales cada uno, seg.
sociales, etc. aprox. 220.000.
Transportes, herramientas, etc. 15.000.
Estudio de la restauración y dirección de los trabajos
de carpinteros, etc. desplazamientos 47.000.
Tratamientos de conservación de la madera antigua y de
la nueva 249.000.
Trabajos de construcción en las bases y reajuste de barandillas
forjadas 32.000.
Montaje del esqueleto del pórtico, 4 carpinteros, 25 jornales
cada uno, Seg. Soc. etc. 74.000.
Reposición del tejado aprox. 330 m2 de tejas y de clavar
tabla,
80 m2 tabla nueva, 330 m2 plásticos, listones, etc. (m2
aprox. 1.750 ptas. 597.500.
Dirección del montaje del esqueleto por el que suscribe, desplazamientos,
etc. 75.000.
Hierros de T.. 43.000.
Transporte, soldadura, etc. 9.000.
Varios del montaje (clavos, tornillos, etc.) e imprevistos. 20.000.
Total, si no
hay subida de precios y salarios 1.491.000.
A partir de aclarar
la forma de tallar y aseguramiento de los fondos, se debe calcular
entre 8 los meses en realizar la restauración.
Por el
informe técnico,
Gustavo Kraemer Koeller
Doctor Biólogo
Otro informe que emitió
el venerado y culto don Manuel de Lecuona, que tanto ha trabajado
durante su larga vida intelectual en variadas facetas de la cultura
vasca, a raíz de que el Ayuntamiento de Placencia solicitase
su opinión y criterio a la vista del eleiz-atari, dice
también mucho sobre esta magnífica representación
o muestra de arte popular vasco que se conserva en Soraluze.
EL PORTICO DE LA IGLESIA
Informe de carácter
arqueo-etnográfico.
Acabo de venir
de Placencia de las Armas, de realizar una inspección
ocular del Atrio Porticado de su iglesia parroquial, para establecer
su impor-tancia; cometido en el que me fijaré principalmente
en su valor arqueológico-etnográfico, como obra
de una modalidad constructiva muy importante antes en el País:
las construcciones de madera o el uso de la madera en las construcciones.
Y desde este
punto de vista, en pocas palabras, me ha parecido que dicho Pórtico
como tal, es comparable a lo que como iglesia es la ya famosa
iglesia de la Antigua de Zumárraga: una obra digna de
la máxima atención como exponente del Arte de la
madera en el País.
En un País
de tanta riqueza forestal como es Guipúzcoa, es natural
que las habitaciones humanas al principio fueran a base de madera;
madera en forma de tablones, si ya no donde los cimientos, que
más bien serían a base de piedra, sí al
menos desde el piso. Pero, aún después de que se
empezó a fabricar de cantería la totalidad, siempre
ha tenido la madera una buena participación en las construcciones,
en forma, por ejemplo, de entramado de madera en las fachadas
de las casas, no solo de vigas de madera y complemento de ladrillo
o cepa de escorias de las ferrerías.
Las iglesias
mismas en la Edad Media se sabe que muchas de ellas se fabricaban
por el mismo procedimiento maderero. Aun hoy se conserva en Vizcaya
un ejemplar de iglesia rural de ese carácter, en Castillo
y Elejabeitia.
Pero, al igual
de las casas y caseríos, aun después de que las
iglesias normalmente se fabricaban de piedra, la madera tuvo
una gran participación en una buena parte de la construcción
total.
Desde luego,
aparte de la techumbre propiamente dicha, hay ejemplares de iglesias
con bóveda igualmente de madera, como, por ejemplo, el
ya citado de la Antigua de Zumárraga y el del Santuario
de Arrate en Eibar, igual que aunque camufladamente en el caso
de la Parroquia de Villarreal de Urretxu, de Guipúzcoa
y visiblemente en el de Plencia de Vizcaya.
Pero donde la
madera entra como elemento en gran escala, es en los pórticos,
en los Atrios y Vestíbulos porticados de casi todas las
Iglesias.
Ejemplar procer
y modelo en la materia es el famoso Pórtico de Sta. María
de Durango en Vizcaya, y el de Berástegui en Guipúzcoa,
junto con multitud de iglesias más, de Guipúzcoa
y de Vizcaya.
Entre tales Pórticos,
los hay algunos, que, además de su peculiaridad como ensamblaje
de carpintería, llaman la atención por los adornos
con que decoran los frontales y las vigas y los pies derechos
de la obra. Tal es el caso del Pórtico de Placencia de
las Armas, para cuyo exámen, como decimos, se nos ha hecho
una atenta invitación.
Clasificando
El caso de Santa
María de Durango es ponderado por el maravillosos ensamblaje
de vigas y frontales de su ancha techumbre. Así como en
Guipúzcoa el caso de Berástegui se distingue por
lo anchísimo del conjunto si bien con pies derechos, que,
sosteniendo visiblemente la techumbre, disminuyen la espectacularidad
del porticado; porticado que por lo demás es expresión
de la importancia que los pueblos han concedido tradicionalmente
a los pórticos de las iglesias como lugares de reunión
de los Concejos Abiertos de los vecinos, aparte, si se quiere,
la finalidad y función comercial, también muy importante,
del caso de Durango.
Placencia se
distingue por lo espectacular de su porticado en pendiente, con
una disposición cuasi teatral del conjunto con sus dos
pisos en gradas, a modo de Escena y Proscenio del Teatro Antiguo.
Todo ello protegido o en una techumbre a base de frontales y
vigas, y zapatas y tornapuntas, además de bien calculadas
en su punto, curiosamente decoradas en su superficie,.igual a
como se decoran las piezas de un Retablo de Altar, con exquisito
Arte, sin reparar en gastos.
La profusión
de la ornamentación inclina a un cotejo y comparación
con el ejemplar de la iglesia de la Antigua de Zumárraga.
Pero hay una diferencia muy marcada de estilo y época
impuesta por la edad de las obras. La Antigua de Zumárraga
trata la madera en estilo románico; mientras el pórtico
plaentxiarra la trata en estilo Renacimiento, tendiendo un tanto
un tanto, nada más al barroco, en los fustes
sobre todo de las columnas o pies derechos y en las tornapuntas,
que partiendo del remate de las columnas se dirigen a sostener
los largos frontales del conjunto, todo en estilo Renacimiento,
siglo XVII. Son muy típicos en el estilo los remates de
los aleros del tejado, idénticos a muchos otros ejemplares
de las casas estilo Palacio de la Provincia.
Pequeños
ejemplares de dibujo cuasi románico, similares a lo de
la Antigua Zumárraga, los hay en el entorno plaentxiarra;
desde luego un caso en el Santuario azcoitiarra de los Santos
Mártires, concretamente en los frontales del piso del
pórtico-vestíbulo; y más cerca aún,
en la propia Placencia, en la magnífica Ermita de Ezozia,
cuyo frontal que sostiene el coro, ostenta una ornamentación
totalmente parecida a la ornamentación de nuestras viejas
kutxas, con las típicas cadenetas de rombos y el no menos
típico disco solar de swásticas múltiples,
todo ello finamente labrado, como es costumbre en el estilo.
Para terminar
este informe, tenemos que decir que la categoría del conjunto
que acabamos de inspeccionar, es tal, que bien merece que se
haga un buen dispendio para la conservación de una joya,
que, a una con el conjunto de la Antigua de Zumárraga,
constituyen ambas sendas muestras del Arte de la madera en el
País Vasco, muestras, si bien de etapas muy distantes
en su estilo, muy unidas por la común tradición
maderera del País.
Si además
de «conservación se impone una «restauración
a fondo y en qué proporción, lo tienen que decidir
los arquitectos. Nosotros no hacemos más que recordar
lo razonable que es que las Corporaciones Provinciales amparen
el Arte de la madera, tan propia y natural en un País
de tanta riqueza forestal como es Guipúzcoa.
Oyarzun
a 27 de Setiembre de 1978
Manuel de LECUONA (13)
En el programa de festejos de Placencia del año 1978 dedicamos
una amplia crónica a este misma tema (14).
Y aunque todos los artículos literarios que se han publicado
por la prensa mientras han durado las obras del pórtico
son dignos de ser reproducidos, señalaremos algunas referencias
junto al nombre de sus autores y fecha de publicación,
para que en, su caso, sirvan a quien desee profundizar más
detalladamente en este proceso:
En este orden de ideas y bajo
un acomodo cronológico de publicación veamos algunas
frases de Joaquín de Ormaetxea.
«...es un prodigioso ejemplo
de talla rural vasca, una auténtica joya artística.
Trescientos trece son muchos años para que las lluvias,
heladas y calores no hayan dañado este bellísimo
pórtico que demanda una pronta y eficaz restauración...
El pórtico no tiene parangón
en Guipúzcoa ni en muchas provincias a la redonda. Desde
el punto de vista de arte popular se pueden citar los atrios
de la iglesia parroquial de Berástegui y de San Martín
de Régil, y bajo el punto de vista etnográfico
el de la parroquia de Cizúrquil, pero no poseen la riqueza
de talla que exterioriza el de Placencia de las Armas, lo que
confiere a este pórtico de Soraluze singularidad y gran
valor artístico». (15)
Otro entusiasta colaborador periodístico,
Alfredo Feliú Corcuera «Zinzarri» asiduo comentarista
en temas de este género a página entera, con gráficos,
entre ellos una fotografía de Ignacio de Miguel, con algunas
de sus tallas, presentaba una amplia crónica, El más
hermoso de Guipúzcoa. Ya está restaurado el atrio
de Placencia... en maqueta, de la que extraemos los siguientes
párrafos:
«...el atrio de Placencia
es un valor social, no lo olvidemos, que merecería una
atención más generosa.
...Se han traído vigas
de roble antiguo de unos derribos de Bergara, y Kraemer está
buscando el resto en Santander en vigas de diez o doce metros
que tratará en un secadero especial.»
Y refiriéndose a Iñaki
«Itxasoi» pone en boca suya estas frases:
«Aprendí por
afición; no he tenido quien me enseñe a tallar.
Tallé desde muy joven y he presentado trabajos en algunas
exposiciones de Baracaldo, Tolosa, Atáun... Hago trofeos,
yugos, cuadros con herramientas de caserío en miniatura,
nacimientos, escenas de deporte rural y cosas así. No
es gran cosa».
«...Sí que lo es.
Hemos insistido hasta ver el fruto de sus manos y damos fe de
su talento. Un horquillo, una guadaña, un cesto, un rastrillo
bastan a Ignacio para crear una original y excelente obra de
arte. Somos exigentes, no prodigamos los elogios, pero en esta
ocasión podemos certificar y certificamos la limpia ejecución,
el sentido de la composición, la exquisita delicadeza
del escultor baserritarra, más valiosa por cuanto es autodidacta...
...A Pedro de Aldazábal
le cupo hacer el atrio más hermoso de Guipúzcoa;
a Ignacio de Miguel le cabe salvarlo y perpetuarlo». (16).
No debe faltar en una recopilación de opiniones de esta
naturaleza la que Juan San Martín ofrecía en uno
de sus amenos trabajos euskéricos que semanalmente nos
ofrecía en la Hoja del Lunes:
«Baina, arestian esan bezala,
Plaentziako elizak duen gauzarik bereziena zera da, "Eliz-ataixa";
bai bere zurezko arkitekturaren aldetik eta bai apaingarrizko
zura-lan ederren aldetik.
Zurezko lan ederrak badira Euskal-Herriko
elizetan, Durangoko Santa Marian bezala, baina Plaentziakoak
beste era baterako egitura du eta orokortasunez begiraturik guzietan
ederrena dugu.
Plaentziakoak egitura bikaina
du: zutoi, gapiro, euskarri, trabez eta abar eta guziak ederto
tailutuak. Merito handidun lana da». (17)
En
la siguiente entrevista mantenida por Miren Jone Azurza con el
técnico Gustavo Kraemer y publicada en el periódico
Deia (18) , podemos apreciar algunos matices de interés
que conforman en buena medida la documentación de las
obras de restauración del pórtico:
«La obra
de restauración del pórtico de la iglesia parroquial
de Placencia de las Armas, en Guipúzcoa, está en
estos momentos parada por falta de fondos, sin los cuales es
imposible adquirir el material para construir las columnas de
roble laminado cuyo emplazamiento y dimensiones se han averiguado
con exactitud a pesar de las dificultades que ofrecía.
Lleva a cabo el trabajo de restauración Gustavo Kraemer,
especialista en conservación de monumentos de arte, que
ha trabajado en obras de reconstrucción de bastantes edificios
artísticos en Alava, Guipúzcoa y Vizcaya.
D.:
¿Cuál es el problema que técnicamente supone
la restauración del pórtico de Placencia de las
Armas?
GUSTAVO
KRAEMER: La composición actual es un desastre. La mayor
parte de las columnas no están en su debido emplazamiento
y el con-junto dista mucho de la gracia que originariamente tenía,
verdaderamente genial. Una vez que hemos visto que las piezas
fueron talladas con exactitud, solucionamos el problema de cómo
era en realidad. Así, descubrimos que el pórtico
no era cúbico como ahora, sino ligeramente cónico
de modo que el escalonamiento permitía apreciar todas
las columnas casi desde cada ángulo de mirar. No tenemos
certeza del punto de colocación de una de las colum-nas,
pero por deducción no puede ser otro que el que hemos
maquetado. El problema técnico ha consistido en dar con
la arquitectura original.
La clave consistió
en que las dimensiones de las tallas de las vigas se repe-tían
con exactitud. Hemos buscado las cajas de cada columna, y a base
de tanteos, hemos dado con el quid.
Lamentablemente,
cuando pusieron la calefacción cambiaron el nivel del
suelo cortando las bases de cinco columnas originales. De ellas,
tres ya no tienen solución porque no podemos quitar la
calefacción, pero las otras dos las repararemos también.
D.:
¿En qué momento se encuentra el proyecto?
G.K.: Está
parado por falta de fondos para adquirir el material preciso
para reconstruir las columnas que deben tallarse de nuevo. Se
trata de roble en forma de madera laminada que se va compactando
a base de capas que se pegan con colas especiales. Hay que hacer
bloques de 55 por 55 centímetros y de 6 a 7 metros de
longitud. La madera debe tener una humedad relativa, para secarse
definitivamente una vez encolada, con objeto de que luego no
se deforme.
Son operaciones
que se hacen mejor en la temporada de verano.
D.:
¿Cuánto es el dinero que falta en realidad?
G.K.: Algo
más de la décima parte del costo total. Antes de
que se pro-duzcan costos mayores, podemos trabajar durante seis
meses. Por eso, aun-que el volumen total no se sabe con exactitud,
creemos que con un par de millones podríamos adelantar
bastante.
D.:
Son enormes esas columnas de madera de roble laminada. ¿Cómo
tienen previsto su manejo?
G.K.: Creo
que no habrá problema técnico alguno. Las columnas,
efectivamente, pesan más de una tonelada pero ya está
previsto el modo de trasladarlas durante el proceso de fabricación.
Por otro lado, una de las in-cógnitas es cuántas
piezas deberán repararse de las existentes en la actualidad,
para que puedan aprovecharse bien. Hay que seguir y el mismo
trabajo lo irá diciendo.
D. :
El nuevo pórtico ¿podrá aguantar otros seiscientos
años?
G.K.: El
pórtico auténtico data de 1666, por lo que tiene
trescientos trece años. Siendo como es de madera tallada,
su resistencia ha sido formidable. Espero que la técnica
actual no sea peor que la de hace tres siglos. El deterioro de
las piezas se ha debido a putrefacción de la madera y
en muchos casos por arreglos mal concebidos.
Ahora impregnaremos
toda la madera de materias anticorrosivas y si no se la maltrata,
puede durar incluso más tiempo que antes».
Durante el año 1980 continuaron
los preparativos y gestiones para llevar a cabo la restauración
definitiva del pórtico parroquial. Kraemer procedía
a concretar detalles y «preparar el trabajo con intención
de iniciarlo el 1.º de junio tallando las piezas que faltan
para dejarlas tal y como eran al principio» según
escribía Txema Urcelay (19).
Peña Santiago, volvía
una vez más sobre esta restauración felicitándose
ahora del «rescate de ese importante testimonio de nuestro
arte» (20).
A principio del año 1981,
ante el peligro de derrumbamiento de algunas partes del pórtico,
se ordenó acordonarlas para evitar desgracias. Verificaron
entonces una visita los señores Aingeru Zabala, director
de Museos, Archivos y Bibliotecas del Gobierno Vasco; Jesús
Baroja, arquitecto de la Consejería de Cultura; y Juan
San Martín, delegado en Guipúzcoa de la Dirección
General del Patrimonio Histórico-Artístico, coincidiendo
todos ellos en que era precisa una acción inmediata. Esto
es, al menos lo que decía la prensa (21).
Efectivamente, vemos en el expediente
de la restauración del pórtico, que obra en el
Ayuntamiento de Placencia, un presupuesto para el apuntalamiento
del mismo, presentado por la empresa Construcciones Goiti, S.
Coop., de Elgoibar, que lleva fecha de 6 de febrero de 1981,
cuyo importe asciende a 240.000 ptas. También obran en
él diversos datos técnicos y facturas cuya descripción
y detalle no consideramos necesario reproducirlos en este trabajo.
 Con el desmontaje de la estructura
del atrio soraluzetarra, queda iniciado el proceso de su reconstrucción.
(Foto Berrueta).
El 6 de mayo de 1981 se hicieron
cargo de las obras la arquitecto Cristina Fontán y el
aparejador Luis M.ª Idígoras bajo los auspicios del
Gobierno Vasco. Por declaraciones del Alcalde de Placencia de
las Armas, Jesús M.ª Akizu, al periódico Deia,
se deduce que las obras de desmontaje comenzaron a mediados del
mes de julio de 1981. Entre otros asuntos tratados, figura el
siguiente párrafo:
«En el pórtico,
15 millones. A lo largo de la semana pasada comenzaron las obras
de derrumbe del pórtico. La finalidad es la salvación
de su gran valor artístico. Los trabajos iniciados se
efectúan bajo la aprobación de la Consejería
de Cultura del Gobierno Vasco y su finalización está
prevista para finales de año. El presupuesto, como queda
apuntado, se elevará a 15 millones». (22)
A raíz de la intervención
de la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco tomó
cuerpo el proyecto de restauración, verificándose
las correspon-dientes obras a partir de la indicada época
y a lo largo del año 1982. Claro está que durante
todo ese periodo, desmontado el entramado del pórtico,
tuvo que trabajar de firme en la talla de las columnas y travesaños
el artesano en la especialidad Ignacio Miguel «Itxasoi»,
además de proceder al retoque y reparación de las
piezas afectadas por el tiempo o por mal trato dado en sus bases.
Es obvio señalar que de
no haber mediado la Consejería de Cultura hubiera sido
imposible realizar las obras. La penuria económica que
padecían los Ayuntamientos impedía realizar ciertos
proyectos de cuantía superior a las posibilidades que
reflejaban los superavit cuando había de los
presupuestos municipales, a pesar de que y lo decimos con
cierto conocimiento de causa la Administración Local,
en su más amplio concepto, es mejorable en la mayor parte.
Mencionemos también el interés y la colaboración
prestada por el actual párroco don José M.ª
Garmendia, así como por su antecesor don José Javier
Portu.
Y estamos llegando ya alas postrimerías
de este trabajo. Y para que quede patente su tramo final, optamos
por reproducir un estado de cuentas referido a fin de noviembre
de 1982 y la Memoria que sobre la evolución de la obra
emitió la arquitecto Cristina Fontán, con el convencimiento
de que estos datos reflejarán o matizarán detalles
de cierta importancia que a nosotros, indudablemente, nos pasarían
por alto:
OBRAS POR REALIZAR EN EL PORTICO DE LA IGLESIA PARROQUIAL
DE PLACENCIA, ASI COMO EL ESTADO DE CUENTAS DE
LAS OBRAS REALIZADAS HASTA EL MOMENTO.
Liquidación presentada
en fecha 18-I-82 17.058.204.
Abonado por la Consejerí 16.724.710.
Desfase entre lo realizado y abonado 333.494.
Obras previstas en la liquidación
y todavía sin realizar.
Arreglo de pasamanos metálico
50.000.
Canalón de zinc 125.400.
Vierteaguas sobre la cubierta 143.256.
Total de obras sin realizar 318.656.
Obras a realizar para la total
terminación del pórtico. Cantería.
235,45 Ml. de gradas de piedra
arenisca inc. retirada de
las anteriores a 10.750. 2.531.087,50
20,26 m2 de losas de piedra arenisca inc. retirada
de las existentes a 9.575. 193.985,50
14,30 Ml. de pretil o muro de defensa en escaleras
a 10.750. 153.725,
40,70 Ml. de formación de vierteaguas de piedra
sobre la cubierta a 4.525.
184.167,50
P.A. Reforma de ventana de fachada por modificación de pendiente de la cubierta
50.000.
P.A. Para reforma o reparación de huecos por modificación de emplazamiento
de vigas 35.000.
P.A. Apertura de huecos para emplazamiento de basamentos en zonas
de bancos 37.000.
P.A. Para emplazamiento de basamentos de piedra en las losas
del suelo 28.000.
P.A. Por labrar los basamentos, formar botoneras para recibir
botones de pilares de madera 27.000.
P.A. Por realizar el nuevo capitel de piedra 56.540.
P.A. Por rebajar y completar soportes de piedra existentes, inc.
Rejunteado 20.000.
P.A. Por nivelación de muros de mampostería para
apoyo de vigas de madera 18.500.
P.A. Por basamento de piedra arenisca, Inc. Labrado 37.750.
Varios
22,20 Ml. de reparación
de pasamanos de hierro forjado 50.000.
5,50 Ml de pasamanos similar al colocado en la actualidad 55.000.
10,60 Ml. de pasamanos en tramo de abajo 10.000.
57,00 Ml. de canalón de zinc. a 2.200, 125.400.
25.00 Ml. de bajante de zinc. a 2.000, 50.000.
P.A. por instalación eléctrica y alumbrado 127.898.
Total varios 418.298.
Presupuesto total para fin de
obra 4.124.547,50
SORALUZE, a 30 de Noviembre
de 1982
El Aparejador.
Fdo.: La Arquitecto.
RESTAURACION
DEL PORTICO DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE SORALUZE.
EVOLUCION DE LA OBRA, PRESUPUESTO Y OBRAS COMPLEMENTARIAS AL
PROYECTO.
La obras de restauración
del pórtico de la iglesia parroquial de Sta. M.ª
de Soraluze se programaron para realizarlas en dos fases.
En la primera
se restauraría la parte correspondiente a la estructura
de madera y cubierta, que se encontraba cuando se inició
la redacción del proyecto en tan mal estado que hubo que
apuntalar para evitar mayores peligros, y en la segunda fase,
se procedería al arreglo del suelo de piedra.
Sin embargo y
dado que era imprescindible que las nuevas losas del suelo del
pórtico estuviesen colocadas con anterioridad al montaje
definitivo de los postes una vez restaurados, se incluyó
esta operación en la primera fase del proyecto, y se dejó
para la segunda, el arreglo de todas las escaleras incluídas
en el recinto del pórtico.
La postergación
del arreglo de escaleras hay que entenderlo, por razones presupuestarias
y no en relación al estado en que se encuentran, ya que
éste es de gran deterioro y suponen un peligro real para
las personas que circulen por el pórtico.
En las hojas
que siguen se describen más detalladamente la evolución
que ha tenido la primera fase de la obra y la aparición,
durante su ejecución, de problemas que por las características
tan singulares de esta restauración, fue imposible detectar
con anterioridad al desmontaje de todo el pórtico.
La necesidad
de dar una continuidad a la realización de la obra, impidiendo
su paralización, ha traído como consecuencia, la
realización de trabajos no previstos en el presupuesto
primitivo.
El aumento de
presupuesto de la primera fase y la necesidad de iniciar la segunda,
con el arreglo de escaleras, hace que sea apremiante una ampliación
de presupuesto, para poder dar por terminadas las obras de restauración
del pórtico de la iglesia parroquial de Soraluze, uno
de los ejemplos más singulares y de mayor calidad arquitectónica
del patrimonio artístico guipuzcoano.
Para la restauración
del pórtico hemos contado con un presupuesto de 14.724.710.
ptas. financiado por el Gobierno Vasco.
El trabajo se
estructuraba en dos fases: en un principio se efectuaría
el arreglo de la estructura de madera, su cubrición y
las losas de piedra del suelo y se dejaría para una segunda
fase, con nuevo presupuesto, el arreglo de las escaleras, incluídas
bajo el pórtico.
Tras desmontar
el pórtico y observar detenidamente cada una de las piezas,
se pudo detectar con mayor exactitud el estado real de las mismas
y cómo habían sido afectadas por el propio trabajo
de desmontaje.
Algunas de las
piezas, ricamente talladas, habían perdido parte de sus
molduras: otras, observadas de cerca, presentaban grietas de
considerable tamaño, producidas al secarse con el tiempo
la madera, que parecía prudente rellenar con cuñas
de madera que posteriormente se tallarían respetando el
diseño general de las piezas respectivas: zapatas, tornapuntas
e incluso postes.
En este último
caso, no fueron visibles las dimensiones de las grietas hasta
que no se procedió ala limpieza de la masa de hormigón
que las cubría. Se procedió en todos los casos
a la operación de relleno de cuñas antes descrita
e incluso al atado mediante varilla roscada de las partes más
afectadas.
Se completaron
todas las piezas que tenían la talla deteriorada o perdida,
de forma muy minuciosa.
Por otra parte,
piezas que por la posición en que se encontraban montadas
en el pórtico, no ofrecían gran semejanza, se observaron
como prácticamente iguales una vez desmontadas.
Esto sugirió
un montaje distinto del pórtico, con una composición
general más simétrica, que obligó a diseñar
y tallar nuevas piezas, no previstas en el proyecto primitivo.
El aumento de
la labor de restauración de piezas antiguas y tallado
de otras nuevas, ha supuesto igualmente, un aumento de presupuesto
y ha prolongado notablemente la duración de la obra. Creo
que es clara, sin embargo, la mejora que esta solución
ha supuesto para el conjunto del pórtico.
Por esta razón,
y mientras se estaban ya realizando los trabajos, se solicitó
del G.V. un aumento de presupuesto de 2.300.000,ptas.,
exclusivamente para el trabajo de talla y sus gastos complementario.
El G.V. envió 2.000.000.de ptas., con lo que en
esta partida, tenemos un déficit de 300.000,ptas.,
en un trabajo ya totalmente realizado.
También
han sufrido modificación respecto a lo previsto en el
proyecto, los trabajos de cantería.
Al levantar las
piezas del suelo, se rompieron más de las previstas en
un principio, piezas que hubo que sustituir por otras nuevas.
Tras montar nuevamente el suelo colocando todo el material antiguo
que se había salvado, en la plataforma más elevada,
junto a la puerta principal de la iglesia, se produjo un desfase
de unos 4 cms. entre el suelo de esta plataforma y el último
peldaño de la escalera central. Lo peligroso de este desnivel
nos obligó a sustituir esta escalera, adelantando de esta
forma, parte del trabajo a realizar en la 2.ª fase del proyecto.
Una vez desmontado
el pórtico se pudieron medir con exactitud todas las piezas
y se comprobó la existencia de mayores desplomes en la
cubierta de lo que parecía a simple vista cuando estaba
montada.
La regularización
de pendientes y cotas, tomando como referencia el poste central
de piedra, nos ha obligado a calzar varios postes sobre grandes
basas de piedra.
Por otra parte,
la regularización de pendientes ha obligado a la apertura
de nuevos huecos en los muros de la iglesia, para apoyo de las
vigas de la estructura y al cierre de los antiguos, así
como a la ejecución de nuevo vierteaguas. También
se ha visto afectada una ventana de la fachada principal de la
iglesia, que queda cortada por uno de los faldones de la cubierta.
Los cambios descritos
han ido resolviéndose conforme iban apareciendo en obra,
sin paralizar el desarrollo de la misma, por lo que en su mayor
parte son trabajos ya realizados.
A continuación
se da una relación detallada de los trabajos mencionados,
añadiendo el resto de las partidas: arreglo de escaleras,
barandilla e iluminación, que faltan para dar por terminada
la obra y que exigen una ampliación de presupuesto que
asciende en total a la cantidad de 4.124.547,50 pts. Con lo que
se considerará realizada la 2.ª fase de la obra y
el final de la misma.
San Sebastián,
3 de diciembre de 1982
Fdo:
La arquitecto,
Cristina Fontán
En el capítulo de ayudas y subvenciones, hay que hacer
constar las que otorgaron en su día las Cajas de Ahorros
Provincial de Guipúzcoa y Municipal de San Sebastián
con destino a las reparaciones que se verificaron en el pórtico
antes de emprender las obras de restauración.
Como aportaciones fundamentales
para la ejecución del remozamiento definitivo del atrio
de la iglesia parroquial de Soraluze-Placencia de las Armas,
es preciso detallar:
Del Gobierno Vasco, en 30-9-1981.....14.724.710.
Del Gobierno Vasco en 25-11-1982 .......2.000.000.
De la Diputación Foral de Guipúzcoa en diciembre
de 1982.... ..........4.000.000.
TOTAL 20.724.710.
Dichas subvenciones están
distribuidas en las dos fases de ejecución de obras en
la forma siguiente:
1.ª fase Liquidación presentada
el 18-1-1982 .......17.058.204.
Total abonado por el Gobierno Vasco mediante su
Consejería de Cultura ..........16.724.710.
Desfase 333.494.ptas
2.ª fase Certificaciones de obras
1.ª y 2.ª remitidas a la Diputación
Foral por importe de .......3.808.092.
Desfase anterior .......333.494.
Total 4.141.586.ptas.
Subvención de la Diputación
Foral .....4.000.000.
Déficit 141.586.ptas.
La liquidación definitiva
queda, en consecuencia, establecida en la siguiente forma:
Total de la subvención
del Gobierno Vasco .....16.724.710.
Id. de la Diputación Foral de Guipúzcoa ........4.000.000.
Déficit pagado por el Ayuntº de Placencia .......141.586.
Total del costo de la restauración
.............20.866.296.ptas.
El día 24 de abril de
1983, la prensa se hizo eco del acto inauguración del
atrio parroquial, así como en días sucesivos.
La lectura de este comentario
bastará al lector para que conjuntamente con nosotros
ponga punto final a todo este relato:
«Placencia
(DV). El diputado general de Guipúzcoa, Xabier Aizarna,
y el delegado territorial de Cultura del Gobierno Vasco, Imanol
Olaizola, que ostentará la representación del señor
Etxenike, presidirán al mediodía de hoy la inauguración
de las obras de restauración que se han venido llevando
a efecto en el atrio de la parroquia de esta población,
en unos trabajos que han dejado como nuevo el hermoso pórtico
a tres aguas, cuya construcción data de 1666.
La restauración
ha sido completa, tanto en lo que se refiere a la madera como
a los trabajos de mampostería y herraje.
Estas restauraciones
eran una vieja aspiración de los placentinos que veían
cómo poco a poco su secular atrio parroquial se iba deteriorando
con las inclemencias del tiempo.
La idea de la
recuperación se remontaba a muchos años atrás
pero siempre se encontraban con el mismo problema: la falta de
dinero. Ya hace diez o doce años, siendo alcalde Alberto
Lersundi, quiso impulsarse definitivamente la restauración.
Fue el primer paso adelante que se dio en este sentido, pero
toda buena disposición «chocó» con
la barrera monetaria. Incluso durante unos cuantos días
estuvo en Placencia el doctor Gustavo Kraemer Koeller, catedrático
de la Escuela de Bellas Artes de Madrid, quien realizó
un primer proyecto-estudio y encargó una maqueta de restauración.
Este especialista alemán designó a la persona,
Ignacio de Miguel, un placentino de 54 años de edad, que
podía llevar a cabo la mano de obra en la talla de maderas.
Pero ya decimos que la barrera estaba en el dinero y el proyecto
quedó parado hasta la creación del Gobierno Vasco.
Fue el ente autonómico quien nada más recibir las
competencias en materia de cultura dio prioridad,.entre los monumentos
a restaurar, a este de Placencia. Y encargó el proyecto,
con la aprobación del correspondiente presupuesto, a la
arquitecto Cristina Fontán Villanueva.
De obrero
textil a tallista consumado
Lo curioso de
todo este caso del pórtico de la parroquia en Placencia
es que el peso de la mano de obra especializada en la talla de
las maderas la ha llevado a cabo un montador de maquinaria.
Ignacio de Miguel
es un obrero fabril que en sus ratos libres iba a la carpintería
de un amigo «a tallar madera en plan de pasar el rato».
Kraemer Koeller le sometió a una prueba y aprobó
las cualidades artísticas que tenía el placentino
trabajando los troncos con la azuela, el hacha, los formones
planos y las gubias. «Este es debió de decirse
el hombre que hace falta para la restauración del pórtico».
Y pese a que, al fin y al cabo, el doctor Kraemer no realizó
el proyecto definitivo, Ignacio de Miguel fue quién recibió
el encargo de dejar temporalmente su ocupación fabril
y hacer callo en las palmas de las manos trabajando maderas de
roble y castaño.
Ha habido bastante
material que ha tenido que ser renovado por completo. «Por
ejemplo -nos dice- he tenido que hacer dos postes nuevos, tallados
de acuerdo con los dibujos que tenían antes; uno era de
5,60 m. de alto por 0,32 y 0,36 de lado que me costó un
mes a base de ocho horas diarias; y el otro de 3 m. de alto por
lado de 0,46 en trabajo de paciencia a base de azuela, hacha,
formones y gubias que me las he tenido que fabricar yo mismo
porque no las había de este tamaño en el mercado».
Otras muchas
cosas las ha tenido que retocar porque se encontraban muy afectadas
por las inclemencias del tiempo. Y, como los postes, ha tenido
que hacer de primera mano, cinco zapatas, dos apoyos y una treintena
de aleros, todo en talla a base de paciencia y sobre roble que
ha venido consiguiendo a través de edificios antiguos
que se han venido derruyendo en las provincias vascas; y hasta
en Burgos.
Desde julio de
1981 hasta ahora en que ha terminado el trabajo, Ignacio de Miguel
ha dedicado su trabajo de ocho horas al día, sin vacaciones
y trabajando, incluso algunos domingos a este arte tallista para
que el atrio de su parroquia quede como hace 300 años.
Los actos
de hoy
Los actos de
hoy se van a iniciar con una solemne misa en la parroquia de
Santa María la Real y después de este acto religioso
se procederá a la bendición e inauguración
de la restauración a la que además de Xabier Aizarna
e Imanol Olaizola, asistirán el director de Bellas Artes
del Gobierno Vasco, Aingeru Zabala, el asesor territorial del
mismo Departamento, Juan San Martín, el errikosheme, Ramiro
Larrañaga, y los alcaldes de los pueblos limítrofes
con Placencia.
Por último,
la banda de música de Eibar, bajo la direacción
de Jacinto Zuloaga, interpretará un concierto de audición".
(23).
Sólo resta ya quizá
la parte más delicada de este relato; como es el de dedicar
unas líneas de gratitud y cumplir con todas aquellas personas
que con su colaboración directa o indirecta han hecho
posible esta merecida realización de las obras del pórtico
de Placencia: autoridades autónomas, provinciales y locales,
incluso estatales si es que han intervenido de alguna forma;
entes relacionadas con el arte vasco y su historia; periodistas
y fotógrafos; técnicos, proyectistas y ayudantes,
etc. De muchos de ellos se ha hecho mención en el texto,
pero sabemos que hay más.
Sin embargo, por encima de todo
debemos destacar la paciente labor realizada por Iñaki
«Itxasoi», que emulando a aquel otro placentino,
Pedro de Aldazábal, ha sabido realizar una magnífica
tarea de talla en madera, y además en un pueblo esto
es lo curioso en el que siempre ha predominado el trabajo
en el hierro y el acero.
San Sebastián, diciembre,
1983
(1) GOROSABEL, P.:
Noticia de las cosas memorables de Guipúzcoa Lib. V, cap.
III, secc. 1.ª (2) MURUGARREN,
L.: Relación de puntos religiosos de Guipúzcoa,
en el Boletín de la RSBAP, año 1972, cuaderno 1.º
p. 26. (3) GUERRA,
J.C. de.: Ensayo de un Padrón Histórico de Guipúzcoa
(Imp. de Joaquín Muñoz-Baroja, San Sebastián
1928) p. 426. (4) MUGICA,
G.: Villamayor de Marquina - Elgoibar. Publicación editada
como homenaje póstumo a su autor (Gráficas A. Lasa.
Elgoibar 1946) p. 33. (5) ISASTI,
Lope de.: Compendio Historialde la M.N. y L. Provincia de Guipúzcoa.
Año 1625. (Imp. Ignacio Ramón Baroja. San Sebastián,
1850) Lib. IV, cap. X, apt.º 9. (6) Idem.
Cap. XXVIII, apt.º 1. (7) Arch.
Prov. de Protocolos. Oñate. Legajo 3.797 (3-10-1622). El título
de Duque de Ciudad Real, según vemos en el «Nobiliario»
de Julio de Atienza, fue concedido a don Alonso Idiáquez
Butrón y Múgica, Señor de las Casas de sus
apellidos, Conde de Aramayona. Este último título
lo poseía desde siete años antes. En 1958 era titular
de estos y otros veinte grados nobiliarios más la Duquesa
de Medinaceli. (8) Arch.
Hist. de Loyola. Estante 1, plúteo 1 Loyola señorial,
«Pleitos», tomo V, núm. 1. (9) LARRAÑAGA,
R.: Placencia de las Armas, en la colección «Pueblos
de Guipúzcoa» (C.A.M. de San Sebastián, 1970)
pp. 55-6-7 y 8. (10) PEÑA
SANTIAGO, Luis Pedro.: En «El Diario Vasco» (1-8-1967)
y en «Guipúzcoa olvidada» (Edit. La Gran Enciclopedia
Vasca, Bilbao 1968).. (11) En
el mismo periódico, sección Cita con Guipúzcoa
(28-12-1975). (12) D.
Gustavo Kraemer Koeller, de origen alemán, que reside
en Camaleño, provincia de Santander, cerca de la localidad
de Potes, es Doctor rerum naturalium, Biólogo. Correspondiente
de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y Consejero
Local de la Dirección General de Bellas Artes, Archivos
y Museos en la Región de los Cuatro Valles de Liébana
y del Alto Campóo. (13) Ambos
informes, el de Gustavo Kaeller y el de Manuel Lecuona, obran
en el correspondiente expediente de estas obras en el Ayuntamiento
de Placencia de las Armas, de donde se han extraído estos
textos. (14) LARRAÑAGA,
R.: Eliz-ataia o el atrio de la iglesia de Placencia de las Armas.
1978. (15) ORMAETXEA
y MENDIA, J. : El pórtico de la iglesia de Placencia.
Una joya del arte popular vasco que debe ser restaurada, en «El
Diario Vasco», 3-2-1979 (16) FELIU
CORCUERA A. «ZINZARRI».: Título del artículo
citado en el texto, en el Suplemento de «La Voz de España»
de 25-3-1979. (17) SAN
MARTIN, J.: Plaentziako eliz-ataria, en «Hoja del Lunes»,
2-4-1979 (18) AZURZA,
M. J. : Talla rural vasca del siglo XVII. Se reconstruye elpórtico
de la iglesia de Placencia de las Armas, en «Deia»,
de 20-4-1979. (19) URCELAY,
J.M.: Elpórtico de la iglesia de Soraluze, en restauración,
en «El Diario Vasco», 5-6-1980 (20) PEÑA
SANTIAGO, L.P.: El atrio de Placencia, en «El Diario Vasco»,
15-6-1980 y con igual título el 19-4-1981. (21) BERRUETA,
J.: Peligro de derrumbamiento delpórtico de la parroquia
de Placencia, en «El Diario Vasco», 22-1-1981. (22) En
Soraluzeko jaiak, «Deia», 24-7-1981 (23) URCELAY,
J.M. : Placencia: Hoy se inauguran las obras de restauración
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Ramiro Larrañaga
Fernández de Arenzana |