Han pasado ya veinte años desde
que Angel Amigo decidiera conducir su vida a través del
arriesgado camino del cine independiente. Su nombre se dio a
conocer con "La Fuga de Segovia", un filme que realizó
junto a Imanol Uribe, después de haber vivido en su propia
piel aquella histórica evasión. Corría el
año 1981, y con tan solo 29 años ya había
escrito los libros "Operación Poncho" y "Pertur",
había sido militante de ETA y partícipe de la fundación
del diario Egin, además de ejercer como periodista en
las revistas "Ere"," Zeruko Argia" y "Punto
y Hora". Fue presidente de la Asociación Independiente
de Productores Vascos en el periodo comprendido entre 1982 y
1983, y miembro del Comité Rector del Festival Internacional
de Cine de San Sebastián entre 1983 y 1984. Dos años
más tarde, en el 86, decidió fundar la productora
Igeldo, y en el 97 la Compañía Vasca de Audiovisuales
S.A., afincándose en una profesión en la que, a
su juicio, juegan un papel irremplazable factores como "la
suerte, la intuición o el riesgo, haciendo del oficio,
algo sorprendente e inesperado".
El currículum de este
productor nacido en Rentería habita una larga lista de
películas, documentales y series de televisión
entre las que cabe destacar, "Euskadi Hors D´etat",
"Ehun Metro", "Album de Familia", "Maite",
"Bi eta Bat" o "Jaun eta Jabe", entre otras.
Este pasado verano se ha estrenado su último trabajo:
"La Mafia en La Habana", un documental dirigido por
Ana Diez. Junto a esta directora aragonesa trabajó en
"Ander eta Yul", filme que obtuvo el premio Goya a
la Mejor Dirección Novel en 1990. Hoy, Amigo compagina
su trabajo como productor con el oficio de profesor en la Escuela
de Cine de San Antonio de los Baños (Cuba), y confiesa
haber "aprovechado cada uno de los momentos y oportunidades"
que le ha brindado la vida.
-Su incursión en
el mundo del cine se produjo en una época confusa y de
una forma inusual, ¿cómo recuerda aquellos comienzos? Es cierto, mi entrada
en el mundo del cine fue por pura casualidad. En realidad, y
vocacionalmente, si esta palabra tiene algún sentido,
yo iba para periodista. No terminé los estudios de periodismo
porque me hice militante de ETA, más tarde me detuvieron
y participé en la Fuga de Segovia. Al final salí
con la amnistía y mientras finalizaba los estudios trabajaba
en la revista "Ere". Imanol Uribe apareció en
la redacción diciendo que le había gustado mucho
mi libro ("Operación Poncho") y me pidió
ayuda para escribir el guión de una posible película.
Yo no tenía ni idea de cómo se escribía
un guión, pero me animé. Parecía una empresa
imposible de realizar, y es que una vez escrito el guión
nos dimos cuenta de que no disponíamos de los recursos
necesarios para hacer un filme. Fue entonces cuando el Gobierno
Vasco puso en marcha las primeras transferencias para un Departamento
de Cultura, y gracias a las partidas destinadas al cine conseguimos
el dinero, para hacer real "La Fuga de Segovia".
-A lo largo de su vida
ha ocupado muchos puestos, el de periodista, autor, productor,
escritor... ¿en cuál de estos oficios se ha sentido
más cómodo? Ahora en el de productor,
aunque a decir verdad esto es algo muy reciente. Lo de la producción
es muy complicado, después de haber trabajado en tantas
películas he adquirido conocimientos demasiado valiosos
como para tirarlos más tarde, además no me ha surgido
ninguna oportunidad que me impulse a dejar la producción.
He tenido muchas satisfacciones gracias al mundo del cine, pero
no han sido necesariamente cinematográficas. Me refiero
a que gracias a esta profesión he tenido la oportunidad
de conocer prácticamente medio planeta. He rodado en Portugal,
Francia, China, Cuba, México, Argentina... He participado
en gran cantidad de festivales y he viajado de una forma que
me ha permitido conocer gentes y lugares increíbles. He
satisfecho mi curiosidad, algo que me ha ayudado mucho a la hora
de hacer películas. Por otro lado, los trabajos que he
hecho para ETB también me han sentado muy bien.
-Entonces
se considera un productor totalmente autodidacta... Sí. Yo no
he ido a ningún tipo de escuela, y, sinceramente, no creo
que exista escuela para esto. Muchas veces comparo esta profesión
con la de periodista, sí, hay escuelas y universidades,
pero cuando realmente aprendes es trabajando, cuando te das cuenta
cómo y cuándo hay que hacer las cosas.
-Pero usted es profesor
de una escuela de cine... Sí, llevo
dos años dando clase de producción de documentales
den la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños en
Cuba, y los alumnos no se enteran de nada. Es muy difícil
explicarles los entresijos de esta profesión: como montar
un proyecto, buscar el músico idóneo, el actor
perfecto, dar con un guionista extraordinario... Todo es pura
especulación. En esta profesión cuenta mucho tu
propia credibilidad, la capacidad seductora que poseas, tu historial,
y tu trayectoria, porque el séptimo documental que hagas
siempre será más fácil que el primero. Hay
que pasar por una larga serie de etapas, y esto no hay dios que
te lo quite. Yo llevo veinte años en esto, y he vivido
muchas circunstancias: cambios en el gobierno, en la legislación,
en la sociedad...Y he sobrevivido, no sé muy bien por
qué, pero lo he hecho, quizá porque no tenía
muy clara mi vocación cuando empecé a hacer cosas.
Me inicié en el cine cuando la UCD estaba en el gobierno,
imagina la de cosas y circunstancias que han transcurrido desde
entonces. No hay escuela que te explique lo que va a pasar en
el futuro, ni cómo te va a influir. Y todo esto tiene
repercusión directa en este trabajo.
-¿Hasta qué
punto son diferentes la panorámica cinematográfica
actual y la de hace veinte años? Creo que en aquellos
tiempos, los de la Transición, daban un duro a cualquiera
que se mostrara dispuesto a hacer algo de cine. Hoy en día
no es tan fácil ser productor independiente, el acceso
sí puede llegar a ser sencillo, pero la continuidad en
la profesión en ningún caso. Los criterios que
se seguían a la hora de destinar partidas de dinero importantes
eran más culturales que industriales, entonces cualquiera
tenía la capacidad para hacer cualquier cosa. No era necesario
estar constituido como compañía productora o ser
productor profesional. En estos últimos años sin
embargo se están exigiendo aspectos más relacionados
con la industria.
-¿Qué tipo
de requisitos se tienen en cuenta? Por ejemplo, si Televisión
Española se muestra dispuesta a subvencionar una película,
lo hace con más cuidado, tiene en cuenta otros aspectos:
la experiencia
de los profesionales, su trayectoria, las posibilidades que ofrece,
la calidad de lo que se oferta... Se trabaja enfocando las producciones
a la búsqueda de una taquilla, de un público. Antes,
el público, por muy escaso que fuera, estaba asegurado.
En la actualidad sin embargo si no hay público no hay
dinero, y por esta razón se tiene más cuidado.
-¿Quiere decir entonces
que abrirse camino en la industria cinematográfica es
cada vez más difícil? Es muy difícil.
Incluso me atrevo a afirmar que en el Estado español no
existe nadie más que lleve veinte años dedicándose
a la producción independiente. La gente ha estado de paso,
o se ha planteado las cosas a otro nivel, a una escala más
comercial. Algunos, por ejemplo, han terminado dedicándose
a la distribución de producciones cinematográficas.
Creo que no hay nadie más que viva de la producción
independiente y sólo de ella. He conocido a muchos productores,
pero la mayoría se han quedado en el camino, han terminado
dedicándose a otra cosa, o alternan esta actividad con
otro tipo de trabajo. Y muchas veces me doy cuenta de que no
es tan difícil cambiar de profesión. Este es un
campo totalmente sorprendente e inesperado, tú puedes
trabajar muy bien como jefe de riesgos en un banco, pero tu ascenso
siempre será escalonado, pequeño y limitado. Aquí
sin embargo te puede pasar de todo, puede ocurrir que llegues
a convertirte en un hombre rico, o en un desgraciado hundido
en la miseria. Los sueños pueden hacerse realidad, es
un terreno tan abierto que desconoce las fronteras. Todo es muy
inesperado, emocionante e imprevisible.
-Ha viajado mucho, ¿Qué
viaje ha sido el que más le ha impresionado?, ¿cuál
ha sido mejor fuente a la hora de trabajar? El territorio que
más me ha impresionado ha sido sin ninguna duda América
Latina, porque es un lugar muy cercano e increíblemente
lejano a la vez. El idioma te llega a confundir, lo conoces y
en cierta medida te acerca al país, lo sientes cerca,
pero también es un engaño, llegas a creer que estás
en casa y luego te das cuenta de que no tiene nada que ver con
lo que conoces. Yo tuve la oportunidad de conocer la etnia mexicana
de los Lacandones. Hablar español me permitió hacerme
amigo del grupo de indígenas y de comunicarme con ellos.
Siempre he sido aficionado a la literatura de viajes, para mí
era como un sueño, y al final he conseguido que se convierta
en algo real. Con Cuba tengo mucha relación ya que suelo
visitarla a menudo por cuestiones de trabajo, esto me ha permitido
conocer a fondo gentes y modos de vida que de otra forma desconocería.
-Después
de haber conocido tantos lugares, ¿cómo ve la situación
actual de la producción en Euskadi? Estaría mintiendo si no dijera que el público
de hoy en día tiene los gustos universalizados, los americanos
han apostado fuerte por el entretenimiento y han conseguido resultados.
Aquí quizá se ha tendido más hacia lo cultural,
aunque nos podemos encontrar de todo. Pero en Euskadi el acceso
al cine y a la televisión es mucho más fácil
que en la capital del estado. En cualquier televisión
de Madrid exigen un nivel de calidad bastante superior al que
pueda pedir ETB. Pero bueno, el Gobierno Vasco ha promocionado
este sector y ha querido dar oportunidades a mucha gente. Ahora
han empezado a industrializar más la producción
y creo que las cosas mejorarán. A mí este mundo
me parece fantástico, aunque si le preguntara esto a un
joven que acaba de empezar respondería lo contrario. Yo
ya llevo veinte años en esto y lo veo todo desde otra
perspectiva.
-¿Qué quiere
comunicar cuando produce una película?, ¿qué
quiere transmitir al público? He de confesar que
ante todo me condiciona mi curiosidad personal. Mi último
trabajo, "La mafia en La Habana", iba a ser un programa
de televisión y ha terminado convirtiéndose en
un largometraje documental. Se creó poco a poco, hilando
historias y documentos. En todos mis trabajos el arranque del
principio ha sido mi curiosidad, las ganas de saber y de contarlo
más tarde.
Se trata de historias que me apetece transmitir porque en mi
opinión son interesantes. En estos tiempos, y tal y como
están las cosas creo que Igeldo Produkzioak es algo mucho
más personal y artesanal, en el sentido de que, siempre,
en la medida de lo posible, puedo trabajar con quien me apetezca
y contar cosas que me interesan. La clave del éxito de
"Ander eta Yul" fue el plantearnos desde el primer
momento un trabajo con gente local y cercana. Y nos salió
muy bien.
-¿Qué prefiere
contar, ficción o realidad? Depende, hay veces
que me tienta la ficción, y otras sin embargo la realidad.
Pero no tengo un criterio preestablecido, lo trabajo sobre la
marcha, según vayan saliendo las cosas.
-¿Qué ve
Angel Amigo cuando mira hacia atrás? Creo que he aprovechado
bastante el tiempo, he hecho muchas cosas que quería hacer,
aunque no todas. He vivido experiencias irrepetibles a lo largo
de mi faceta
política y más tarde, y estas vivencias las coges
en el momento o se te escapan para siempre. En cada una de las
épocas que he vivido he intentado aprovechar cada uno
de los momentos que se me han presentado, y no volverán
a repetirse. En el cine sí, puedo reproducirlos de una
u otra manera. Destacaría la época de la caída
del Franquismo, de la Transición, lo viví todo
muy de cerca gracias a que colaboré en la creación
del diario Egin. Aquello fue algo realmente memorable: crear
algo donde antes no existía nada. La fundación
de Igeldo Produkzioak también fue eso: crear donde antes
no había. Momentos como cuando recibí el Goya...
En fin, son cosas que nunca volverán.
-¿Qué vislumbra
cuando contempla el futuro? Me encantaría
fortalecer la empresa para poder hacer más cosas. En estos
momentos tengo contratos con ETB, Televisión Española,
Via Digital, Telefónica Media... Todo forma parte de un
trabajo que estoy haciendo para asentar la productora, para darle
credibilidad, independencia y futuro. Seguiré con mis
trabajos en ETB, si me dejan, y continuaré con la misma
dinámica en el resto. Aunque todo depende de lo que
vaya surgiendo, de las oportunidades que se presenten, porque
todo esto es muy relativo. Que las historias logren atraerme,
eso es lo que importa... Fotografías: Teresa Sala
Euskonews & Media 92.zbk
(2000 / 9 / 22-29) |