"Lo único que justifica
a un intelectual es arriesgar su propio prestigio con relación
a aquello que entiende que se debe hacer". Eugenio Trías.
"El arte
siempre, creo yo, ha participado en diferentes niveles de esa
subversión que consiste en poner "el mundo al revés"
para hacerlo "más verdadero". Txomin Badiola.
Arteleku, durante sus doce años
de existencia, ha desarrollado una política de apoyo a
la creación e investigación contemporánea
organizada en torno a criterios basados en el predominio de los
materiales clásicos convencionales
- madera, piedra, hierro, etc.- y las disciplinas artísticas
clásicas - pintura, escultura, grabado, fotografía,
etc.-. Tanto su arquitectura, la configuración de sus
espacios, así como su organización interna fueron
pensadas para resolver las demandas y las propuestas de los artistas
que surgieron de las Facultades y Escuelas de Bellas Artes o
de las Escuelas de Artes y Oficios que vivieron el boom de los
años ochenta. La proliferación de importantes centros
de arte contemporáneo así como la extensión
de actividades de todo tipo relacionadas con la promoción,
difusión y venta de objetos artísticos hizo suponer
que la sociedad estaba preparada para asimilar el discurso de
la contemporaneidad. El espejismo generado duró lo suficiente
como para que se desarrollara una política de apoyo al
arte tanto desde la iniciativa privada como desde la pública.
Esto dio origen a una proliferación de objetos y artificios
que acabaron generando el efecto contrario de saturación
y de agotamiento.
En los últimos años
coincidiendo con un momento de recesión económica
y con el auge de políticas menos intervencionistas ha
aparecido una generación de creadores que trabaja alejada
de las premisas de la última década. Del mismo
modo, la estructura artística
desarrollada con soporte económico público así
como las empresas privadas han entrado en un proceso de cuestionamiento
y redefinición. Asimismo, ha entrado en un proceso de
redefinición semejante, toda una cultura artística
que encontraba en esas estructuras un espacio acorde para la
reflexión sobre el lugar cultural y social del arte.
Desde mi punto de vista, la actual
estructura del arte está agotando los mecanismos de acceso
a la creación contemporánea. Exceptuando los templos
de la cultura-espectáculo, la red de museos, centros de
arte y galerías convencionales se encuentran despoblados
porque, exceptuando los flujos endogámicos, han expulsado
al resto de los ciudadanos, alejando el arte de la vida. Los
modelos de representación convencionales se agotan en
sí mismos, en la medida que "secuestran" y aíslan
la posibilidad de confrontar "los hechos contemporáneos"
con la sociedad real. Estos hechos, que yo denomino "efectos
contemporáneos", debieran estar presentes en todos
los niveles del tejido urbano para ser contrastados en los marcos
de representación donde los ciudadanos encuentran sus
referentes simbólicos más habituales: medios de
comunicación, sistemas audiovisuales, redes telemáticas,
publicidad y otros espacios económicos autónomos.
Desde
esta posición de autocrítica, las instituciones
públicas con sus agentes culturales, así como la
iniciativa privada, en la medida que asuma su responsabilidad
en los cambios, pueden facilitar el desarrollo de contextos ampliados
para el arte. De este modo, haríamos posible la convivencia
de todas las manifestaciones contemporáneas en un espacio
transversal que rompiese las fronteras entre baja y alta cultura
y acabase definitivamente con las jerarquías académicas
impuestas por viejos esquemas.
Todavía hoy, persiste
una mitología conservadora y elitista que sigue presentando
a los artistas como individuos socialmente privilegiados que
desarrollan una forma de trabajo no alienado, producto del ejercicio
de la libertad individual y del carácter genial de su
personalidad y, además, desvinculado del poder político
y económico. Nos encontramos, una y otra vez, con la persistencia
de los estereotipos inscritos en la tradición cultural
occidental, tales como el individualismo del artista, el culto
al genio, la legitimación de la autoría, la restauración
del concepto de obra de arte en tanto que objeto de culto o la
pasividad del espectador.
Hoy en día, el arte se
despliega independientemente de las jerarquías impuestas
por las Bellas Artes y ahí es donde estriba la dificultad
del momento que estamos atravesando. El arte, al fin y al cabo,
no se reduce a la materialidad de los objetos, sino que se puede
medir a través de sus múltiples efectos en la vida
cotidiana de los ciudadanos.
Bartomeu Marí, director
de Witte de With de Roterdam, parafraseando a Hannah Arendt,
define este fenómeno como una cosa que aún no ha
dejado de ser lo que era, pero que todavía no ha solidificado
en algo que podamos ver como nuevo.
El predomino de las disciplinas
artísticas y la omnipresencia objetual han dado paso a
actitudes radicalmente diferentes en muchos de los artistas con
los que nos encontramos en la actualidad.
Este fenómeno no puede desligarse de la irrupción,
democratización y socialización de las tecnologías
avanzadas y de la influencia de los medios audiovisuales y los
sistemas de comunicación y telemáticos. En muchos
casos las manifestaciones artísticas derivadas de ese
cruce de influencias se presentan con maneras "transdiciplinares"
que casi siempre se dan en los cruces, en los márgenes
y que no necesariamente se presentan en las estructuras convencionales
del arte. Son muchos los artistas y muchas las obras que ilustran
esa actitud interdisciplinar y mestiza que sitúa cualquier
manifestación creativa lejos de las mitologías
disciplinares dominantes en las últimas décadas.
En este cruce de actitudes lo híbrido se presenta como
la facultad particular de atravesar las fronteras de las disciplinas
artísticas y de realizar la fecundación cruzada
de los diferentes dominios. Vivimos en un momento "impuro"
de pluralismo. No en vano, muchos artistas con los que habitualmente
colaboramos en Arteleku plantean su método de trabajo
como una permanente reflexión sobre sus propios límites.
Sin ir más lejos, en el catálogo de su última
exposición celebrada en Madrid, en la galería Soledad
Lorenzo, Txomin Badiola, con respecto a su trabajo, entre otras
cosas dice así: "Al tener que introducir ahora mismo
mis trabajos más recientes podría decir que no
aspiran sino a esa provisional trama de atascamientos, a ser,
por tanto, "malas formas", elementos de la representación,
atrapados en la dinámica del deseo, y por tanto, imágenes,
formas o espacios incompletos y abiertos, dispuestos desde una
matriz que permanentemente organiza y desorganiza los factores
en un flujo de signos ofrecidos a los cerramientos siempre parciales
y nunca definitivos de "el otro".
"Hidralux" Técnica
mixta. Jon Mikel Euba.
Del mismo modo, Juan Luis Moraza
en una entrevista realizada por Gloria Picazo para el catálogo
de su exposición en la Sala Leandre Cristofol de Lleida
dice así: "En realidad, todos sabemos que existe
un espacio en nuestra forma de pensar, recordar, sentir y saber
en el que las diferencias entre palabras, imágenes, sentimientos
y actos -actuaciones- son muy difusas; y es en ese espacio donde
a menudo comienza o acaba el trabajo artístico. Existen
como "global performancia artística". En el
arte y en el mundo, en definitiva en la vida, las imágenes
se superponen o se mezclan, se reproducen o se omiten, se traicionan.
Cada una de ellas existen con relación a otras a las que
niega o afirma, sobre las que se apoya o a las que sustituye
u oculta y en ese cambalache de interferencias y polifonías,
cada imagen, cada actuación es apenas un instante efímero
de una cadena perversa de aculturaciones. La referencia es, en
fin, una revuelta contra la apropiación impune, contra
la soberbia de lo original, contra cualquier orden clásico.
Estas
actitudes tienen mucho que ver, entre otras razones, con la crisis
de producción de objetos artísticos cuya importancia,
por lo menos hasta ahora, parecía indiscutible. La recesión
económica; la precariedad laboral, la transitoriedad social
y el nomadismo de las últimas generaciones han generado
diferentes actitudes. También se añaden otras razones
técnicas: la desvalorización del estudio como lugar
de fabricación en beneficio de los espacios reales donde
se llevan a cabo los proyectos; el acceso a las tecnologías
avanzadas, así como la facilidad de autoproducción
que les permiten trabajar de una manera más procesual
o proyectiva y, del mismo modo, facilitan la transportabilidad
y generan dinámicas de interdisciplinariedad cercanas
a otras actividades profesionales del sector creativo -diseño,
edición, música, moda, arquitectura, urbanismo
-.
En este marco de reflexión
es donde Arteleku propone nuevas fórmulas de gestión
y diferentes dinámicas de trabajo que posibiliten el acceso
de los creadores a las tecnologías avanzadas, les permitan
establecer relaciones con creadores de otras disciplinas artísticas
y les abra nuevos campos de actuación. La dificultad de
las actuales estructuras para acoger nuevas actitudes creativas
obliga a repensar, no sólo las maneras de mirar, sino
las de producir y presentar los resultados. Frente al escenario/espectáculo
de las estructuras convencionales del arte (Museos, galerías,
salas de exposiciones, etc.) aparecen propuestas que tratan de
acercarse a los observadores para compartir la experiencia creativa
con la complicidad de la mirada y, en muchos casos, en las estructuras
económicas y sociales reales de la ciudad donde otros
segmentos de la creación tienen su espacio de representación.
Estas actitudes plantean la posibilidad de generar nuevos espacios
y redes de representación, inscritos en los circuitos
ciudadanos, que regeneren el papel del arte y la función
social del artista en una sociedad cada vez más distante
de la creación contemporánea comprometida con las
generaciones venideras.
Sala de exposiciones de Arteleku.
Santi Eraso,
director de Arteleku
Fotografías: La primera fotografía está
publicada en la Riev volumen 42-1, las demás son de diferentes
catálogos y de la Enciclopedia Lur "Nosotros Los
Vascos" |