¿Han pensado alguna vez en la huella o
impacto que producen en el medio ambiente y en la tierra las
nuestras comidas diarias, los desplazamientos al trabajo, la
luz y demás tipos de consumo, la televisión, o
la lavadora y demas tipos de consumo? Pues háganlo. Cada
persona tiene una "huella ecológica" diferente
que nada tiene que ver con la talla que calzamos, pero ya que
aumenta o disminuye en función de los recursos que empleamos
y los desechos que producimos.
Los
humanos, para poder vivir, necesitamos tanto de los servicios
que ofrecen los ecosistemas (agua, aire, protección frente
a las inundaciones) como de la alimentación, así
como de la capacidad que el medio ambiente tiene para combatir
absorber y reciclar la contaminación y los residuos, no
sólo los domésticos, sino incluso los originados
dentro depor los procesos productivos industriales o en la actividad
de los distintos medios de transporte. El uso de tales servicios
ecológicos puede ser objeto de evaluación, en función
del terreno que los ecosistemas de en los que se sustentan necesitan
para su correcto funcionamiento. Es por todos conocido queQue
los ecosistemas precisan de un terreno para existir no supone
ningun misterio. La huella ecológica se emplea por tanto
como un instrumento de contabilización"contabilidad",
a través de la cual se calcula la porción superficie
de tierra necesaria para que por medio de la explotación
de los recursos y de la asimilación de la polución
tengan lugar los distintos tipos de consumo humano.
No obstante, la extensión
terrenalsuperficie terrestre de la que seres humanos, animales
y plantas pueden disponer es finito. Si sumáramos la totalidad
del terreno biológicamente fértil del mundo (es
decir, la tierra susceptible de proporcionar distintos servicios
ecológicos, tales como el sustento, frutos, madera, oxígeno,
etcétera) y lo dividiéramos por la población
mundial, veríamos que a cada habitante del planeta le
corresponde un 1,7 de hectáreas terrenal, del cual un
0,25 sería agrícola, un 0,6 prado, un 0,6 bosque,
y el resto terrenos modificados (ciudades, carreteras, etcétera).
Para vivir dentro de los márgenes
de la capacidad ecológica del planeta, o, dicho de otro
modo, para que entre la producción biológica del
planeta y la demanda de recursos naturales de los humanos exista
un equilibrio ecológico, la huella ecológica de
cada persona debería ser la equivalente a 1,7 hectáreas,
cifra ésta que debería servir como referencia de
la realidaddel equilibrio ecológicoa. Se debería
hacer un esfuerzo por que cada persona adecuara su huella ecológica
a dicha magnitud.
La realidad, sin embargo, es
distinta. Por una parte, porque sabemos que la huella ecológica
del consumo alimentariode alimentos, de la madera y de la energía
es superior al garantizable por el ecosistema mundial, cuya capacidad
de aguante regeneracion se estima que en la actualidad se supera
en la actualidad en un 30% de acuerdo con estimaciones
recientes,. De esta situacion se deriva el hecho de que situación
en la cual el promedio de la huella ecológica de cada
persona equivalgadría a 2,3 hectáreas. Este dato
pone de manifiesto la destrucción a la que estamos sometiendo
la riqueza ecológica del mundo, debido principalmente
a la velocidad del desarrollo económico y a su falta de
sostenibilidad.
Por otra parte, mientras aproximadamente
un 75% del consumo global se encuentra en manos del 17% de la
población mundial, el resto del consumo (25%) ha de ser
repartido entre 5.000 millones de
personas.; son Estas cifras que dan fe de la dimensión
ética del dilema de la sostenibilidad. Si todos los humanos
vivieran al igual tuvieran el mismo nivel de vida que un ciudadano
medio norteamericano, se necesitarían al mínimo
tres planetas para abastecer sus necesidades energéticas
y materiales; no obstante, y al no disponer más que de
un planeta, se observa que las diferencias con respecto a la
propiedad y a utilización de los recursos son importantes.
El hecho de que unos empleen infinidad detantos recursos obliga
a otros a conformarse con menos. En otras palabras: en tanto
que las personas y estados más acaudalados en cierta manera
se han adueñado de la capacidad productiva de la biósfera,
no han dejado para los más pobres sino una pequeña
porción.
En resumen, la huella ecologica
de buena parte de los países es superior a la extensión
de sus biológicamente fértiles tierras biológicamente
fértiles, sobre todo en el caso de aquéllos que
cuentan con una pequeñas extensiones porción de
tierra, gran densidad demográfica y un alto nivel de consumo
per capita. Ante el "déficit ecológico"
derivado de la insuficiencia de sus tierras para proveer abastecer
el consumo de su población, estos países o bien
se apoderan, o en otras palabras importan, o bien importan la
capacidad ecológica de otros países que en la mayoría
de los casos son económicamente pobres, aunque ricos en
recursos naturales, y que cuentan con un "superávit
ecológico".
En 1997, el Centro de Estudios
para la Sustentabilidad de la Universidad mexicana de Anahuac
llevó a cabo un estudio sobre la huella ecológica
de 52 países, y el. El resultado demostró que sólo
10 de entre estos paises vivían dentro de su capacidad
ecológica. El país con mayor huella ecológica
por habitante son los Estados Unidos (10,3 hectáreas),
y la menor corresponde a Bangladesh (0,6 hectáreas). La
media de la huella ecológica por habitante en España
se sitúa en 3,8 hectáreas, con un déficit
ecológico de 1,6 hectáreas, dado lo cual cada español
se sirve de la capacidad ecológica de 1,6 hectáreas
de tierra extranjera.
Al igual que en el caso de los
portugueses, laLa huella ecológica de cada habitante español
es, en comparación con los países europeos, relativamente
pequeña. Sin embargo, el déficit ecológico
global del Estado español es mayor que la extensión
de Suecia. Es decir, que el Estado español importa para
abastecer su nivel de consumo servicios ecológicos equivalentes
a la superficie de Suecia para abastecer su nivel de consumo.
De la lectura anterior se extraen
pueden extraer una serie de conclusiones:
1. Las huellas ecológicas
son demasiado grandes.
La mayoría de los países estudiados tienen un déficit
ecológico. Estos paises o bien se aprovechan de la capacidad
ecológica de otros países o van mermando su base
ecológica para responder a sus demandas de consumo. En
consecuencia, para que su base ecológica no se vaya progresivamente
destruyéndose y puedan responder a las necesidades del
consumo, se aprovechan de la capacidad ecológica de otros
países.
2. Es necesario cConocer nuestra
situación en cuanto a la sostenibilidad ecológica. Es evidente que el modelo de desarrollo
económico actual no es sostenible:; estamos traspasando
los límites ecológicos. Ni la claseos políticaos
ni otros actores sectores de la sociedad podrán en el
futuropueden alegar el desconocimiento de causa ante esta realidad..
3. Diferencias Falta de equidad
sociales y ecológicas.
Una pequeña parte de la población mundial vive
a cuenta de los recursos ecológicos correspondientes a
otra mayor parte. El consumo de cada habitante de los países
ricos es tres veces superior a la media mundial sólo porque
el consumo conjunto de tres personas de los países pobres
no es sino el correspondiente a una tercera parte de ese promedio.
4. Población y consumo. Es principalmente elEl consumo de los
países ricos es el principal causante del agotamiento
de la capacidad ecológica del planeta. Aun y todo, el
crecimiento de la población mundial previsto para las
próximas décadas supondrá una seriaun serio
impedimento dificultad para alcanzar una buena calidad de vida
global.
Nota:
Si desea averiguar su huella ecológica personal, rellene
la encuesta (disponible sólo en inglés) que hallará
en la siguiente dirección de Internet. Le informará
sobre la extensión terrenal que se necesita para abastecer
sus necesidades: http://www.lead.org/leadnet/footprint/default.htm |
Mikel Insausti
Muguruza, Coordinador de Comercio e Inversiones. WWF-Oficina
de Política Europea. Tel: 0032 2 7438809-Fax: 0032 2 7438819
E-mail: Minsausti@wwfnet.org |