Una aproximación al socialismo abertzale (II)
Iñigo Imaz

En el número 58 de esta misma revista, (Una aproximación al socialismo abertzale ( I )), nos referíamos a uno de los frustrados intentos por constituir un partido socialista abertzale. Otro de los grupos que surgió con vocación de ocupar ese espacio, que se suponía existía entre el PNV y el nacionalismo vinculado a ETA, fue Euskal Sozialistak Elkartzeko Indarra (ESEI), presentado públicamente en febrero de 1977.

Formado fundamentalmente por personas vinculadas a la Universidad y diversos movimientos sociales y culturales, el núcleo fundador asistió a las conversaciones previas a la creación de ESB, pero no se integró en la nueva formación. Eran partidarios de un socialismo autóctono, sin vinculaciones orgánicas con organizaciones estatales. Sin embargo, no rechazaban colaborar con los grupos estatalistas que operaban en Euskadi Sur (constituido por Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa). Su programa socialista no difería demasiado de los planteamientos generales defendidos por ESB (socialismo no dogmático, democrático, pluralista, respetuoso con la autonomía de las organizaciones sindicales y sociales, internacionalista y partidario de la vía institucional en exclusiva). A diferencia de ESB, no rechazaba el marxismo.

Conscientes de la situación de desvertebración nacional del país (territorial, cultural, política, etc.) y de la pluralidad interna debida a la diferente evolución histórica de cada territorio (junto al elevado porcentaje de población inmigrante, concentrada principalmente en la Margen Izquierda del Nervión y en otras poblaciones industriales vascas), los planteamientos nacionales de ESEI eran menos ambiciosos que los soberanistas de ESB.

En efecto, ESEI defendía una autonomía conjunta para los cuatro territorios vascos de Euskadi Sur. Una autonomía tan amplia como fuera posible, que permitiera la construcción social y nacional vasca. Sería la base para crear una conciencia nacional que, en esos momentos, todavía no estaba generalizada ni consolidada en el conjunto del país. Y, en la misma línea, aunque reconocían que ETA fue el origen de la izquierda abertzale por haber unido en una misma lucha la liberación social y nacional; sin embargo, consideraban que había llegado el momento de abandonar la lucha armada y adoptar, en exclusiva, la vía institucional. Los partidos políticos debían tomar el testigo de esa lucha y atraer a los inmigrantes hacia la izquierda abertzale.

De cara a las primeras elecciones, y durante toda la fase preautonómica, dos fueron los objetivos políticos perseguidos por ESEI:
1.- Política de Frente Autonómico (para las elecciones al Senado): La obtención del objetivo autonómico -que ESEI vinculaba al proceso constituyente del Estado español-requería la unión del nacionalismo vasco y la izquierda estatalista, fundamentalmente el PSOE, por su fuerza en el conjunto de Euskadi Sur y el Estado. Por eso, ESEI rechazaba las propuestas para constituir un Frente Abertzale porque podría conllevar la exclusión de Araba y Nafarroa de la autonomía conjunta. Paralelamente, PNV y PSOE llegaron a un acuerdo electoral y negociaron el reparto de puestos en las listas para el Senado. Acuerdo al que no se adhirieron finalmente numerosos grupos por no estar de acuerdo con los puestos que se les ofrecían (ESB, ANV, EKA, PCE, etc.). ESEI se incorporó en la candidatura del Frente Autonómico como puente entre PSOE y PNV, lo que posibilitó la obtención de un senador por Gipuzkoa (Gregorio Monreal). 
2.- Institucionalización de la izquierda abertzale (Congreso): Dada la diversidad de grupos existentes, ESEI defendía la constitución de un bloque abertzale y de izquierda lo más amplio posible, que abarcase desde los socialdemócratas de ESB hasta la izquierda revolucionaria del bloque KAS. Pero, las divisiones surgidas en torno a la Amnistía y las diferencias en torno a la participación o no en las elecciones, imposibilitaron la creación de ese bloque: ANV y ESB, decidieron presentarse en solitario; el bloque KAS, salvo EIA, optó por la abstención; EIA, en contra de lo acordado por KAS, optó por la coalición electoral Euskadiko Ezkerra junto a EMK, lo que diluía en parte su abertzalismo. Ante la confusión que podía generarse, ESEI decidió no participar directamente en las elecciones. 
Los resultados de las elecciones del 15 de junio de 1977, confirmaron la necesidad de acuerdo autonómico entre el PNV y el PSOE. En lo sucesivo, ESEI participó junto a los dos grandes partidos en las negociaciones sobre la Constitución y el Estatuto. También fue notable la colaboración de militantes de ESEI en el Consejo General Vasco, obteniendo así una presencia institucional superior a lo que podía esperarse de su peso real.

Primer partido nacionalista vasco en condenar las acciones de ETA, se abstuvo en el Referéndum constitucional de 1978 como forma de presión para la negociación de un Estatuto que, en adelante, defenderían frente a la derecha españolista y los utópicos de la Mesa de Alsasua (futura Herri Batasuna). La creación de HB y el progresivo pragmatismo de EE, provocaron el acercamiento entre ésta y ESEI para asegurar la presencia institucional de la izquierda abertzale posibilista, que corría el riesgo de ser engullida por el PNV y HB en las próximas elecciones generales de marzo de 1979. Ese proceso de acercamiento culminó, no sin recelos mutuos, en la presentación de listas conjuntas para las elecciones locales y forales de abril de 1979 (aunque en algunas localidades ESEI se presentó junto al PNV).

La aprobación del Estatuto de Gernika y la consolidación de la izquierda abertzale posibilista, llevaron a ESEI a presentarse en solitario en las primeras elecciones autonómicas de marzo de 1980. Había llegado el momento de recoger los frutos de su actividad institucional y el prestigio social adquirido a raíz de la misma. La decisión se tomó en el I. Congreso Nacional del partido (25-27 de enero de 1980) en el que se optó por reforzar la alternativa propia como partido. En el mismo Congreso, rechazaron declararse independentistas y abogaron por la constitución de un gobierno de concentración nacional para consolidar la autonomía y, con ella, la democracia. Defendieron que ello permitiría la construcción nacional de Euskadi, su consolidación como realidad institucional, frente al ejercicio del derecho a la autodeterminación a la que, sin embargo, no se oponían.

Los escasos resultados obtenidos (unos 6.305 votos), demostraron que:

1.- ESEI no había podido recoger los votos cosechados por ESB y ANV en 1977. Además, los votos perdidos por HB tampoco revertían en el posibilismo.
2.- Euskadiko Ezkerra ocupaba ya, en cierta medida, el espacio político al que ESEI aspiraba. Ni el PNV ni el PSOE perdieron votos socialistas y vasquistas a favor de ESEI.

En conclusión, un partido con vocación institucional como ESEI, no podía subsistir como grupo marginal ni seguir influyendo en la política vasca como hasta el momento. Por eso mismo, tras un largo debate interno -en el que no faltaron presiones exteriores, sobre todo por parte de EE, que pretendía hacerse con las siglas del partido- la militancia del partido optó por la autodisolución el 30 de octubre de 1981. Algunos militantes terminarían sumándose después a EE, tras la convergencia de EIA y el sector mayoritario del PCE-EPK en marzo de 1982. Personas que sintieron simpatía hacia la nueva EE, a pesar de las diferencias anteriores, porque entendían que ésta iba progresivamente adoptando la línea defendida por ESEI desde su fundación.

Sin embargo, hubo otros grupos que intentaron ocupar ese espacio electoral, pero cave destacar que sin demasiada fortuna, generalmente debido a la polarización del voto nacionalista en torno a los dos grandes partidos nacionalistas (PNV y HB), que representan básicamente dos estrategias nacionalistas diferenciadas. En ese sentido, el estatutismo defendido por ESEI quedaba eclipsado y monopolizado por el PNV, de igual forma que el soberanismo de ESB -que después terminó por rechazar la autonomía emanada de la Constitución española y la exclusión de Navarra de la Comunidad Autónoma Vasca-, encontraba acomodo en el rupturismo de Herri Batasuna a pesar de la actividad armada de ETA (m).


Iñigo Imaz, licenciado en Historia

Euskonews & Media 79.zbk (2000 / 5 / 19-26)


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