Jóvenes navarros y política
Pello Monterano Sorbet

Seguramente debido a una representación política sesgada y por el peso del pasado, Navarra tiene fama de ser una tierra conservadora. Incluso algunos estudios indican que fuerzas cono UPN-PP son las más votadas por los jóvenes, aunque no hay que olvidar que estos mismos estudios sitúan a EH cono la segunda fuerza que goza de mayor apoyo juvenil. La imagen que se proyecta es la de que los 121.058 navarros con edades comprendidas entre los 15 y 29 años reflejan la clara polaridad que en tantos otros temas padece la sociedad navarra. El peso del Opus Dei y la incidencia de la kale borroka serán las caras más visibles de esta dicotomía.

Los valores, opiniones y comportamientos de los jóvenes navarros vienen siendo el centro de interés de la fundación Bartolomé de Carranza, que para conocerlos ha realizado encuestas de elevada fiabilidad en 1.982, 1.991 y 1.997. Del avance de los resultados de ésta última -que aparecieron en mayo de 1.998- extraemos los referidos a la participación sociopolítica, datos que compararemos con los obtenidos en las encuestas anteriores.

Muy navarros, pero polarizados
En primer lugar, y como ya hemos analizado en otro artículo, llama la atención el fuerte sentimiento identitario de los jóvenes navarros y su polarización en cuanto a si identidad "nacional". Según la citada encuesta de 1.997, casi nueve de cada diez jóvenes se sienten bastante o muy navarros. No es extraño así que los de Navarra figuren, junto a los de la CAV, entre los jóvenes del estado con un sentimiento de identidad colectiva propia más intenso. Pero cuando se les pide que valoren cúanto se sienten "vascos" o "españoles", surge una clara polaridad: cuatro de cada diez jóvenes se sienten bastante o muy vascos mientras otros cuatro se sienten bastante o muy españoles. Y los rechazos identitarios se reparten del mismo modo: la mitad de los jóvenes navarros se siente nada o poco españoles y un porcentaje similar nada o poco vascos.

Estos datos sugieren dos comentarios. En primer lugar, todo parece indicar que también nuestra juventud, desde un arraigado sentimiento de navarridad, se desdobla como el resto de los adultos en dos identidades-la "vasca" y la "española"- percibidas en términos excluyentes: navarros vascos versus navarros españoles. En segundo lugar, si comparamos estos resultados con los obtenidos en encuestas anteriores, puede observarse como esta fractura identitaria persiste desde 1.982, o lo que es lo mismo, que se halla plenamente consolidada a lo largo de todo el periodo en que la Comunidad Foral de Navarra ha gozado de un régimen autonómico diferenciado.

Por tanto entre los jóvenes también se evidencia lo que algunos venimos defendiendo desde hace muchos años: que el "Navarriano", al menos por ahora, no es nacionalismo. Podría decirse, con Perez-Agote, que todos los navarros son navarristas y hacen un navarrismo compatible con una identidad colectiva política de ámbito más amplio, español o vasco . Por decirlo de alguna, manera el debate político en que se debate la sociedad navarra enfrentaría al navarrismo españolista y al navarrismo vasquista.

Escorados hacia la izquierda
Al margen de este debate- que, hoy por hoy, es decisivo en el sistema de partidos navarro- es interesante analizar el autoemplazamiento ideológico que realizan los jóvenes navarros y las variaciones que se han podido producir en las dos últimas décadas. En este sentido, cabe hacer una advertencia metodológica previa ya que la pregunta referida a este aspecto no ha sido formulada de forma idéntica en todas las encuestas realizadas. Si en 1.982 las posiciones entre las que los encuestados debían elegir eran las de izquierda, centro o derecha, en 1.998 la gama era bastante más amplia y oscilaba entre la extrema izquierda, izquierda, centro izquierda, centro, centro derecha, derecha y extrema derecha. Po ello, con el fin de poder realizar comparaciones, hemos debido proceder a agrupar algunas de estas últimas opciones, lo cual plantea dificultades. Porque, ¿dónde enclavamos al "centro izquierda" y al "centro derecha"?
¿en el centro o en la izquierda o derecha respectivamente?

Por otro lado debemos tener en cuenta que en los autoenclavamientos políticos entran en juego valores sentimentales e incluso simbólicos, además de la propia indefinición de qué es "ser de izquierdas" o "ser de derechas" hoy día. Y es que en la sociedad navarra actual pueden apreciarse la actitudes sociales más tradicionales combinadas con el mayor radicalismo político.

Con todo y referidos nuevamente a los jóvenes, pueden hacerse algunos comentarios. Los resultados ponen de manifiesto que los jóvenes navarros se posicionan mayoritariamente escorados hacia la izquierda, que suma un 44% de las adhesiones: extrema izquierda (5%), izquierda (17%) y centro izquierda (22). Frente a ellos en la derecha sólo se autositúan el 11 % de los encuestados. Finalmente actuando como "bisagra", encontramos el 30% de los jóvenes que se autodefinen como de centro. Desde otro enfoque, podríamos afirmar a la vista de los resultados que las posiciones centristas son clararmente mayoritarias y agrupan a casi dos de cada tres jóvenes navarros. En cuanto a la correlación con otras variables, no se aprecian grandes diferencias por sexo y edad. Bien es verdad que los hombres tienden a ser algo más de izquierda que las mujeres y que el escoramiento hacia la izquierda se acentúa conforme aumenta la edad.

Comparados con la encuesta realizada hace seis años, estos resultados evidencian un progresivo descenso de las posturas extremas a la vez que una "centralización" política, con lo que se nos plantea un problema de análisis porque ¿qué es "ser centro"? Esta expresión puede significar tanto un moderanción ideológica como un símbolo de "indefinición" o de comodidad a la hora de contestar. Con todo, si comparamos estos resultados con los del informe sobre la juventud española (1996), puede afirmarse que en Navarra existe proporcionalmente menos jóvenes de derecha que en el resto de comunidades del Estado.

Otros interesantes resultados de esta encuesta son los que revelan el casi nulo interés por los temas políticos (menor entre los varones y los mayores) y la consecuente escasa implicación política de los jóvenes navarros: un tercio "pasa" absolutamente del tema y sólo un 1,7 participa en movilizaciones callejeras y violentas. También los posicionamientos ante el servicio militar han variado sustancialmente desde el momento de que muchos jóvenes ya no se ven afectados por ese problema: de cada diez jóvenes, dos están exentos, tres se muestran dispuestos a hacer la mili, dos optan por la prestación social sustitutoria, uno se declara "insumiso" y dos se muestran indecisos.

Este es, pues, el retrato parcial de la juventud navarra, una generación que aún no tiene nombre, que no conoció la Transición y que, tal vez por ello, en el área política muestra unos valores y actitudes claramente distintas a la precedente.


Pello Monterano Sorbet, Dr. en Historia y licenciado en Sociología por la UPV-EHU

Euskonews & Media 74.zbk (2000 / 4 / 7-14)


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