La historia y desarrollo de las ciudades
ha estado siempre íntimamente ligada a la cultura y bienestar
de los ciudadanos que las habitan. La última ciudad que
conocemos, la ciudad de la era industrial, se ha fundamentado
en la concentración de los individuos, su identificación
formal y la estructura física. Estaba basada en la pequeña
movilidad de sus habitantes y en la prestación de servicios
y bienestar a sus conciudadanos.
El desarrollo de esta realidad
en los inicios de la era post-industrial está solamente
intuido. Los actuales calificativos de "ciudad territorial",
"territorio urbano", "región urbana",
etc, tienen que ver con una gran dispersión de los individuos,
múltiples identificaciones formales de la ciudad y una
desestructuración física de la realidad urbana,
todo ello amalgamado con una gran cultura urbana de la población,
un alto nivel de renta, una fuerte movilidad física y
un uso cada vez mayor de la telemática, que aporta grandes
cantidades de información.
En este contexto, la ciudad del
futuro tiene que ver, cada vez con más intensidad, con
enormes masas de territorio por cuya influencia hay que competir
con otras ciudades o sistemas de ciudades, y así surgen
colisiones de intereses sobre dicho territorio. De inmediato
aparece el sistema de ciudades, su coordinación, sus escalas,
sus niveles de influencia, aspectos básicos en los que
se asienta el porvenir de la ciudad.
La
meseta de Pamplona asienta al Casco Histórico y los Ensanches.
Es el centro de la toma de decisiones y del poder de la "Ciudad
Territorial Navarra". El Plan General del 84 definió
a la ciudad como un "conjunto de barrios" con un alto
grado de autonomía funcional, adoptando un objetivo político
y social fundamental: dotar a todos los barrios de un nivel de
equipamiento similar.
Por tanto Pamplona, en la época post-industrial, parte
como una ciudad multinuclear y plurifuncional de barrios identificables
y funcionalmente asumidos por la población. Por otro lado,
Navarra funciona como una "Ciudad Territorial" y la
cúspide de su entramado urbano se sitúa en el centro
de la ciudad de Pamplona.
El concepto de ciudad central
es móvil. Si para la vieja Pamplona, una pequeña
parte del Casco Histórico hacía la función
de centro, en la Pamplona de los setenta, el papel del centro
lo representaba el mismo Casco Histórico más el
Primer Ensanche y la primera mitad del Segundo Ensanche. Actualmente
la desbordante actividad urbana Navarra genera un Area Metropolitana
y una ciudad central que ya agrupa a zonas y áreas impensables
hace años. La Universidad Pública de Navarra, la
Universidad de Navarra y el Centro Hospitalario, son las periferias
del centro de ciudad, que ocupa en este momento la práctica
totalidad del territorio municipal de Pamplona. El municipio
de Pamplona tiene una dimensión de 2.378 Ha. y su directo
territorio metropolitano, la Comarca, 59.981 Ha.
Dentro de los límites de la ciudad conviven 199.000 habitantes
de los 267.000 y 523.000 de la Comarca y Navarra respectivamente.
Por tanto, algo más del 50% de la población se
asienta en Pamplona y su Comarca, mientras que el resto se distribuye
entre 272 municipios que incluyen 776 núcleos de población.
La ciudad central congrega en
su marco a tres de cuatro empleos del sector comercial, una notable
capacidad hotelera, un gran desarrollo del sector de los servicios
públicos, fundamentalmente en los apartados de educación,
sanidad y administración, siendo la enseñanza universitaria
y la atención hospitalaria los puntales más notorios
de este sector.
El proceso de urbanización
del territorio navarro está fundamentado en la urbanización
del medio físico, la urbanización de los
núcleos de población, la jerarquía
funcional del sistema de núcleos y ciudades, una
gran movilidad de la población y la cultura urbana
de sus habitantes. El futuro de Pamplona se asienta en la
potenciación y correcta redistribución de los recursos
en los aspectos citados y más concretamente en la solución
de la estructura jerárquica de los poblamientos navarros
y su relación con el desarrollo del Area Metropolitana.
Pamplona está constreñida por su término
municipal. Sólamente 361,6 Ha se pueden asignar a los
previsibles crecimientos. Por el contrario, en el territorio
comarcal se disponen 15.962 Ha como suelo apto para el desarrollo
y 44.028 Ha
como asiento del Sector Primario o bien para el uso y disfrute
del clima, la percepción del entorno y una naturaleza
atractiva, productiva y diversificada, en donde los recursos
paisajísticos, los cauces de los ríos, las masas
frondosas etc, dan una gran capacidad de bienestar al Area Metropolitana.
La Pamplona Metropolitana, única
pero con rangos y especializaciones concretas, con diferentes
entes administrativos, por tanto ciudad multinuclear, está
relacionada con relativa permeabilidad por sus trazados viarios
y lo estará con los previstos. Esta Pamplona transmite
la imagen urbana de la "Ciudad Territorial Navarra",
proyectando su rango urbano a la región para que ésta
adquiera capacidad de influencia y prevalencia en su entorno
del sistema Europeo de ciudades.
El Plan del Director de Infraestructuras
1993 - 2007 del MOPTMA, analiza el sistema de ciudades norteñas
y concluye en que el conglomerado urbano más compacto,
integrado e interdependiente de toda España acumula a
un área metropolitana de rango estatal (Bilbao), cuatro
áreas urbanas de desarrollo (Pamplona, Santander, San
Sebastián y Vitoria) y dos áreas urbanas de alto
potencial (Burgos, Logroño).
En opinión de Saenz de
Buruaga, un futurible a contrastar es que en este contexto se
produzca un nuevo proceso de "movimiento" en el sistema
de ciudades. En la primera industrialización aumentó
enérgicamente el susbistema urbano del área vasco
- cantábrica; actualmente en estancamiento, si no en regresión,
en la segunda onda la industrialización está
en franco desarrollo el subsistema urbano en las áreas
próximas al valle del Ebro, y está aumentando la
diversificación económica, productiva y demográfica
de Vitoria, Pamplona y Logroño.
Este es el escenario territorial
en el que Pamplona como centro urbano y representativo de la
Ciudad Territorial Navarra debe competir. En todo caso, las características
del medio urbano de la futura Pamplona se complicarán
por tratarse de una sociedad urbana multi-racial, multi-cultural,
multi-linguística y multi-religiosa. En este verdadero
crisol social se basará el futuro, compitiendo por la
primacía del entorno analizado con Vitoria y Logroño.
Es
corriente que la visión territorial, el sistema de ciudades,
se presente generalmente como una fotografía de la realidad
física, pero no tiene contenido si no se aclaran las tensiones
que se crean tanto dentro de sí mismo como con sus entornos.
Las relaciones humanas necesitan una regulación civilizada
a través de compromiso, la negociación, o el derecho,
y el territorio es por tanto, además de un espacio físico,
un marco socio-económico de interacciones y tensiones
que sólo pueden entenderse civil, política o
jurídicamente. De aquí que el futuro de Pamplona
como vértice urbano de la "Ciudad Territorial Navarra"
tenga que ver con la calidad de sus futuros gobiernos. Hasta
ahora, los gobiernos navarros han tenido claro este tipo de marcos
y encuadres y han preparado el futuro de la "Ciudad Territorial
Navarra" a través, de la urbanización del
entorno físico (agricultura, legislación, cuidado
del medio ambiente, planteamientos de desarrollo sostenible,
etc) de la urbanización del medio urbano (inversiones
en infraestructuras, con ayudas a la urbanización y reequipamientos
de los núcleos), y reservando el sistema jerárquico
con los planteamientos y estudios territoriales realizados hasta
la fecha. Por el contrario, los últimos años de
los gobiernos municipales o metropolitanos, no han aportado objetivos
e imágenes potentes, con dinamismo, que entusiasmen al
ciudadano, y estos últimos 10 años han supuesto
un claro estancamiento respecto al marco y función de
Pamplona como vértice del sistema urbano navarro. Sería
conveniente mejorar de una manera urgente el papel que Pamplona
representa para la "Ciudad Territorial Navarra", tome
en serio el papel de capital, de centro urbano primacial, y plantee
desde parámetros fundamentalmente socioeconómicos
y de intervención territorial, usos que den fortaleza
y carácter a dicha función. Usos que, no siendo
precisamente los residenciales, tienen que ver con el medio ambiente,
con objetivos respecto a los ríos, montes, y entornos
físicos, los
usos terciarios, la reurbanización y personalización
del centro de la ciudad, las propuestas sobre nuevos parques
y usos; de forma que se cree una imagen urbana atractiva, limpia,
con numerosos y altos valores intangibles de la luz, paisaje,
color, aire; ciudad que sin olvidar su función residencial
y artesanal tenga cada vez más peso en los servicios públicos,
administrativos, sanitarios, lúdicos, comerciales y económicos.
De aquí se derivan cargas evidentes por la descrita especialización,
pero la finalidad del futuro Pamplona es ser el centro de la
pirámide urbana de Navarra. Del correcto entendimiento
civil de esta función y de las interacciones y tensiones
que de este fin se crean, depende el futuro de Pamplona, y en
tanto que sus gobiernos municipales lo asuman y conviertan a
Pamplona en el centro urbano de la Ciudad Territorial Navarra,
en los contextos jurídicos y políticos adecuados,
su deseable futuro se convertirá en una realidad o en
una bella idea.
Carmelo Loperena,
arquitecto urbanista
Fotografías: Pertenecen a la página web del Ayuntamiento
de Pamplona |