La influencia de Las Bienandanzas e Fortunas de Lope de García de Salazar en la obra de Pío Baroja
Iñaki Bazán

"Hay gentes del País Vasco que cuando pasan por algún sitio salvaje, abrupto, de la frontera, dicen:
-Por ahí andaría Zalacaín.
Es curioso que una novela mía, escrita en un par de meses, haya llegado a tener cierta influencia, que se haya comentado en la aldeas, y al mismo tiempo en la Sorbona de París, y que, en cambio, otros libros míos de más empeño no hayan podido conseguir ni lo uno ni lo otro
".

(Pío Baroja, "La intuición y el estilo", Desde la última vuelta del camino, en Obras completas, VII, Madrid, Biblioteca Nueva, 1978, 2ª ed., p. 1081)

La base sobre la que se asienta el edificio historiográfico vasco es la obra del banderizo e historiador Lope García de Salazar (1399-1476). Como banderizo participó en la lucha de bandos entre oñacinos y gamboínos que asoló los territorios vascos, fundamentalmente, durante la Baja Edad Media. El personalmente, junto con otros siete hombres de su linaje y bando, mató a Lope Ochoa de Mendieta con un rallón, arma prohibida en el Señorío de Vizcaya. Su intensa vinculación con la violencia banderiza le condujo a ser desterrado, junto con otros parientes mayores, a la villa de Jimena de la Frontera (Cádiz) por el monarca Enrique IV en 1457. Lope García de Salazar fue preboste de Portugalete y señor de la torre y casa fuerte de San Martín de Muñatones. Se casó con una Butrón Mújica, hija del pariente mayor Gonzalo Gómez de Butrón. Tuvieron nueve hijos, seis de ellos varones; Lope, su heredero, murió en la batalla de Torrellas (Aragón) en 1462 y otros tres en la batalla de Elorrio de 1468. La cuestión de fundar mayorazgo en el heredero que quisiera, facultad que le otorgó el monarca Juan II en 1451, provocó que fuera hecho prisionero por sus propios hijos, los dos menores supervivientes. Intentó fugarse en dos ocasiones, pero fue inútil. Finalmente claudicó y en diciembre de 1471 nombró heredero universal a su hijo Juan. Moría, al parecer envenenado, tras cinco años de encierro. Durante ese tiempo aprovechó para redactar Las bienandanzas e fortunas; años antes había escrito la Crónica de Vizcaya.

Lope García de Salazar comenzó sus bienandanzas en julio de 1471 y dedica a la historia genealógica vasca y a la lucha de bandos los últimos libros de la obra, concretamente del XX al XXV. La base documental de la obra es de dos tipos: la propia experiencia vital de Lope García, como persona involucrada y protagonista en esas luchas y miembro de uno de los linajes predominantes en las Encartaciones; y las referencias recogidas en otros libros que consultó. Lope trató de estar bien documentado; por ello, "oviendo mucho a uoluntad de saber e de oyr de los tales fechos, desde mi mocedad fasta aquí, me trabaje de auer los libros e estorias de los fechos del mundo faciéndolos buscar por las prouincias e casas de los reyes e principes cristianos de allende la mar e de aquende por mis despensas, con mercaderes e mareantes, e por mi mesmo a esta parte. E a plazer de Nuestro Señor alcançé de todos ellos lo que obe en memoria". Hacia 1475 parece terminarse la redacción de esta obra, monumental en tamaño y en información, imprescindible para cualquier investigación sobre el solar vasco cuya cronología se centre en la Edad Media y de obligada lectura o consulta para períodos posteriores.

Los documentos para la construcción de la Historia vasca se han visto, desde Lope García de Salazar hasta el movimiento fuerista del siglo XIX pasando por Esteban de Garibay, mezclados y/o suplantados por la leyenda y la mitología, por ciertos lugares comunes como la batalla de Arrigorriaga, la elección de Jaun Zuria como señor de Vizcaya, la nobleza inmemorial de los vascos que se pierde en la noche de los tiempos, el monoteísmo o cristianismo avant la lettre, el cantabrismo o el tubalismo. En muchos casos, con estos recursos se trataba de buscar legitimidad histórica al entramado institucional foral vasco. Esta forma de hacer la Historia no resistió la crítica de la historiografía ilustrada y positivista de finales del siglo XVIII y durante el XIX, y como consecuencia, esas tradiciones sin fundamentación histórica se refugiaron en la literatura, surgiendo así la literatura histórico-legendaria del fuerismo. Los cultivadores de este género visitaron la Edad Media en busca de tradiciones y leyendas que sirvieran de soporte argumental para sus planteamientos ideológicos o tesis políticas, y en ese viaje al pasado se encontraron irremediablemente con la obra de Lope García de Salazar.

Un ejemplo de estos escritores fueristas del siglo XIX lo personifica Antonio Trueba. Para la elaboración de sus novelas históricas ambientadas en la Edad Media utiliza como fuente Las Bienandanzas e fortunas. Así se constata en obras como El señor de Bortedo o La paloma y los halcones. En el caso de Trueba la relación con Lope García de Salazar se establece por vía geográfica, ambos eran naturales de las Encartaciones, y también por el buen conocimiento de su obra, ya que prologó la edición realizada por el restaurador de la Biblioteca Nacional Maximiliano Carrión (Madrid, 1884) con un bosquejo biográfico sobre su paisano. Otro autor que se inspira en García Salazar es Juan Venancio de Araquistain en La Dama de Morumendi. En esta obra se trae a colación la leyenda de la seducción del Señor de Vizcaya, Iñigo Ezquerra, por su madrastra, según se relata en las bienandanzas. Lo mismo cabría decir de Vicente Arana y su Jaun Zuria o el caudillo Blanco, alusiva a la leyenda del primer señor de Vizcaya y la batalla de Arrigorriaga. En este caso, según indica Jon Juaristi, la relación no es directa, sino a través de la intermediación de una versión resumida contenida en un cuadro que pintaron en 1664 Sebastián de Galbarriautu y Domingo de Brustin para una serie de retratos sobre los señores de Vizcaya a colocar en la casa de Juntas de Gernika.

En lo que se refiere a Pío Baroja, hay que indicar que, paradójicamente, a pesar de su posicionamiento anticarlista, antibizkaitarra (comienzos del nacionalismo sabiniano), anticatólico, republicano radical y crítico con el fuerismo intransigente de corte tradicionalista y retrógrado, fue un entusiasta de la novela histórico-legendaria. Este donostiarra de la generación del 98 consideraba que era mejor una novela que un libro de historia para reflejar el medio social de cualquier época: "La Historia tiene menos realidad que la misma novela. No hay obra histórica que dé la impresión del estado social de España en tiempo de Felipe III como Don Quijote, ni del ambiente de la corte francesa y de la sociedad de Luis XV como las comedias de Molière, ni del carácter de Inglaterra, a mediados del siglo XVIII, como Tom Jones, de Fielding, ni de la época romántica de Francia como el Rojo y negro, de Stendhal, o El padre Goriot, de Balzac, ni del conjunto de la época victoriana en Inglaterra como el Pickwick, de Dickens". Al bueno de don Pío no le faltaba razón en sus palabras, ya que la historiografía vasca que él conoció obviaba con suma facilidad las cuestiones sociales y se empeñaba, con mayor insistencia, en las cuestiones políticas e institucionales al servicio de la defensa de unas tesis políticas partidistas que ponían en entredicho la objetividad del historiador.

Zalacaín el aventurero apareció en 1909 y en ella se narran las andanzas de Martín Zalacaín que tienen como telón de fondo la segunda guerra carlista (1872-1876) y su enfrentamiento con Carlos Ohando. El protagonista comenzará valiéndose de la carlistada para dedicarse al contrabando y terminará ayudando a los liberales contra los partidarios del pretendiente don Carlos. En uno de los capítulos de la obra se recurrirá a la inestimable fuente de Lope García de Salazar. Concretamente en el libro primero, donde se habla de la infancia del héroe, se incluye un capítulo, el quinto, titulado: "De cómo murió Martín López de Zalacaín, en el año de gracia de mil cuatrocientos y doce". Aquí Baroja nos introduce en la lucha de bandos de la Edad Media. Un buen día Zalacaín y su tío-abuelo Tellagorri se encontraron con Fermín Soraberri, secretario del Ayuntamiento de Urbía. Éste inquirió por el muchacho y Tellagorri contestó indicándole que era un pariente suyo llamado Martín Zalacaín. Inmediatamente Soraberri lo asoció con el Martín López de Zalacaín de un documento medieval que había visto en el archivo del pueblo. Les invitó a su casa para ver la copia que del mismo tenía; una copia del "cronista Iñigo Sánchez de Ezpeleta acerca de cómo fue vertida la primera sangre en la guerra de los linajes, en Urbía, entre el solar de Ohando y el de Zalacaín, y supone que estas luchas comenzaron en nuestra villa a fines del siglo XIV o a principios del XV". Seguidamente Soraberri lee este episodio de la crónica de Iñigo Sánchez de Ezpeleta y que reproducimos en el cuadro de la izquierda, mientras que en el de la derecha situamos, para su comparación, el texto de Lope García de Salazar.

Zalacaín el aventurero

De cómo murió Martín López de Zalacaín, en el año de gracia de mil cuatrocientos y doce (lib. 1º, cap. V)

Las Bienandanzas e fortunas

(lib. XXII)

Enemistad antigua señalada avya entre el solar d’Ohando, que es del reino de Navarra, e el de Zalacain, que es en tierra de la Borte. E dicese que la causa della foe sobre envidia e a cual valia mas, e ficieron muchos malheficios e los de Zalacain quemaron vivo al senyor de Sant Pedro en una pelea que ovyeron en el llano del Somo e porque no dexo fijo el dicho senyor de Sant Pedro casaron una su fija con Martin Lopez de Zalacain, home muy andariego.
E dicho Martin Lopez seyendo venido a la billa d’Urbia foe desafiado por Mosen de Sant Pedro, del solar d’Ohando, que era sobrino del otro senyor de Sant Pedro e que habia fecho muchos malheficios, asechanzas e rrobos.
E Martin Lopez contestole a su desafiamiento: Como vos sabedes yo so contado aqui por el mas esforzado ome y ardite en el fecho de las armas en toda esta tierra y paresce que los d’Ohando a vos han traido por la mejor lanza de Navarra por vengar la muerte de mi suegro que foe en la pelea peleada con lealtad en el Somo e como el cuibdaba matar a mi, yo a el.
E por ende si a vos pluguiese que nos probemos vos e yo, uno para otro, fasta que uno de nos o ambos por ventura muramos, a mi plasera mucho e aqui presto.
E respondiole Mosen de Sant Pedro que le plasia e se citaron en el prado de Santa Ana. En esta sazon venya dicho Martin Lopez encima de su cavallo como esforzado cavallero e antes de pelear con Mosen de Sant Pedro fue ferido de una saeta que le entro por un ojo e cayo muertto del cavallo en medio del prado. E lo desjarretaron. E preparo la asechanza e armo la ballesta e la disparo Velche de Micolalde, deudo e amigo de Mosen de Sant Pedro d’Ohando. E los omes de Martin Lopez como lo veyeron muertto e eran pocos enfrente de los de Ohando, avyeron muy grant miedo e comenzaron todos a fugir.
E cuando lo supo la muger de Martin Lopes fue la triste al prado de Sant Ana, e cuando vido el cuerpo de su marido, sangriento y mutilado, se afinojo, prisole en sus brazos e comenzo a llorar, maldiciendo la guerra e su mala fortuna. E esto pasaba en el año de Nuestro Senyor de mil cuatrocientos y doce.
Dícese en las partes de la costa de Vayona e de Gujpuscoa, entre los que fablan de las guerras que pasaron en ella, que la primera sangre que fue vertida en ella entre linajes, que fue entre el solar de Vrtuvja, que es en tierra de La Borte. E el solar de Vgarte, que es en la proujnçia de Gujpuscoa, que son vecinos quales por medio el Río de Fuencauja, que entra allí en la mar. E la causa de ella fue a qual vartia más, como acesçió en otros muchos logares. E de las muertes, [...] e el Solar de Vrtuuja que son vecinos, e diese que a causa dello fue sobre ynujdia, e a qual varlía más, como fue antiguamente por todo el Vnjuerso Mundo, entre todas las generaçiones que en el avitaron fasta oy, e serán en quanto el Mundo durare. E en el tiempo que estas enemjstades se començaron, todas aquellas tierras eran de los Reyes de León, avnque no se fallan cosas señaladas que entre ellos pasasen sino pocas. Enemjstad antigua señalada se falla que entre los solares de Sant Pedro, que es de Lauorte, e el de Espelata, que es del Reyno de Nauarra, quemaron los de Espeleta al Señor de Sant Pedro en vna pelea que ovieron, e porque no dexó fijo, casaron vna su fija con Pedro Lópes de Amesquita, como lo ha contado la ystoria de los linajes. E este Pedro Lópes, seyendo allí vanjdo, llamalo Velche de Espeleta, que era sobrino del Señor. E díxole Pedro Lópes, como vos sauedes, yo so contado aquí por el más esforçado ome e ardite en el fecho de las armas en toda esta tierra, e pareçe que los de Sant Pedro, a vos han traydo por la mejor lança de Gujpuscoa por vengar la muerte de vuestro suegro, que fue muerto en la pelea, peleada, como el cuydaua matar a mj, e por ende si a vos progujese, que vos prouemos, vos e yo, vno por otro, fasta quel vno de nos, e anbos por ventura, muramos, a mj plasera mucho, e aquí presto. E respondiole Pedro Lópes que le plasía, e tomando seguro de anbas las partes, entraron en vn llano, e mató Pedro Lópes aquel Velche de Espeleta, en vengança de la muerte de su suegro, e de otras muertes que entre ellos se fizieron, asas no se sabrían escreujr.
[continúa este libro XXII con los siguientes dos sucesos: De como Mosén Juan de Sant Pedro mató al señor de Alçate e a su fijo e de la causa dello; De como vençió Mosén Juan de Sant Pedro a los gamboynos, e mató a Ferrando de Gamboa e a otros]
 

Esta supuesta crónica medieval de Iñigo Sánchez de Ezpeleta sobre Martín López de Zalacaín está basada directamente en Lope García de Salazar. También se puede destacar, como curiosidad, la relación existente entre el nombre del rival de Pedro López de Amesquita, Velche de Ezpeleta, con el nombre del cronista inventado por Baroja para hacer de alter ego de García de Salazar, Iñigo Sánchez de Espeleta. Es interesante comprobar cómo Pio Baroja, en un alarde de realismo, se esfuerza por imaginar una supuesta transcipción paleográfica del documento de Ezpeleta al respetar la grafía medieval.

La crónica de Ezpeleta/García de Salazar tiene una importancia fundamental en la obra, al desempeñar el papel de oráculo: Martín Zalacaín también moriría a traición por un disparo de un seguidor de su antagonista Carlos Ohando, cuando contaba con tan sólo 24 años, y también se casaría con una hermana de éste, Catalina.

El conocimiento de Las bienandanzas... por parte de Pío Baroja era una cuestión sencilla de explicar si se tiene en cuenta su afición por los libros antiguos y que en 1884 M. Carrión realizó una edición prologada por A. Trueba. En su obra El País Vasco, publicada en 1953, Baroja alude en reiteradas ocasiones a Lope García de Salazar, indicando el interés que tiene para conocer las épicas luchas de los linajes vascos:

"En el libro del célebre banderizo vizcaíno Lope García de Salazar, titulado Historia de las buenas andanzas y fortunas, hay también un magnífico documento de las luchas de los linajes vascos.
Se ve que nuestros buenos antepasados eran de lo más feroces que imaginarse cabe. Se asesinaban familias enteras con verdadero entusiasmo.
Lope García de Salazar cuenta luchas épicas entre ellas una sostenida a principios del siglo XV por un señor de Alzate contra mosén de Saint Pée, metidos los dos adversarios en el río Bidasoa
".

Esta alusión remite directamente a los dos episodios narrados por García de Salazar en el libro XXII e inmediatos al de Pedro López de Amesquita, que sirve de base para retratar al imaginario Martín López de Zalacaín. En otro pasaje de El País Vasco, Baroja refiere que los "Alzates [linaje de la comarca de Vera de Bidasoa] fueron banderizos influyentes, y de ellos habla Lope García de Salazar en su obra de Las bienandanzas y fortunas, en el Libro XXII. Se les ve intervenir en las luchas de los linajes de Guipúzcoa, y, al parecer, unas veces son amigos de los Oñez y otras de los Gamboas". Ahora bien, sobre esta temática también utiliza como fuente un libro que posee en su biblioteca titulado Juan de Alzate, y donde se menciona al primer Alzate, un tal Martín López de Alzate, que en 1383, junto con otros compañeros suyos, mató a un acotado huido de la hermandad de Guipúzcoa. Significativo nombre y suceso en relación a la historia de Martín López de Zalacaín.

Por último, y como curiosidad, mencionaremos el hecho de que el sobrino de Pío Baroja, Julio Caro Baroja, realizó un estudio de la obra de Lope García de Salazar con motivo de la edición a cargo de A. Rodríguez Herrero de 1955.

Bibliografía
 

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BAROJA, Pío, El País Vasco, Barcelona, Destino, 1953.
BAROJA, Pío, Zalacaín el aventurero, ed. de Ricardo Senabre, Madrid, Espasa, 1997.
BAROJA, Pío, Obras completas, Madrid, Biblioteca Nueva, 1946-1954.
BIENANDANÇAS e fortunas que escribió Lope García de Salazar estando preso en la su torre de Sant Martín de Muñatones (LAS), ed. de Maximiliano Camarón y prólogo de Antonio Trueba, Madrid, Librería de Gabriel Sánchez, 1884, facsímil en La Gran Enciclopedia Vasca, Bilbao, 1985.
CARO BAROJA, Julio, Linajes y bandos. A propósito de la nueva edición de las "Bienandanzas e fortunas", Bilbao, 1956.
FLORES ARROYUELO, Francisco J., Pío Baroja y la Historia, Madrid, Helios, 1971.
GARCÍA DE SALAZAR, Lope, Las bienandanzas e fortunas: códice del siglo XV, ed. de A. Rodríguez Herrero, Bilbao, Diputación de Vizcaya, 1955.
GONZÁLEZ OREJAS, Rafael, Don Lope García de Salazar, Bilbao, Bilbao Bizkaia Kutxa, 1990.
JUARISTI, Jon, El linaje de Aitor. La invención de la tradición vasca, Madrid, Taurus, 1987.
MAÑARICUA, Andrés E. de, Historiografía de Vizcaya (Desde Lope García de Salazar a Labayru), Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca, 1971.
 




Iñaki Bazán, Doctor en Geografía e Historia y Presidente de la Sección de Geografía-Historia de Eusko Ikaskuntza

Euskonews & Media 66.zbk (2000/ 2 / 11-18)


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