¿Qué significado tiene para un niño
o una niña de Bilbao ser vasco? y ¿ser español?
¿Se pueden ser las dos cosas a la vez? ¿Con qué
símbolos se identifican? ¿Qué significado
otorgan a las banderas y a los himnos? En definitiva, ¿cómo
se forma el sentimiento nacional?
La presente investigación,
que conconstituyó la tesis doctoral de su autora (1999),
intenta dar respuesta a estas preguntas ya que tiene por objeto
de estudio la génesis de la identidad nacional y la representación
del hecho nacional en niños y niñas bilbaínos
de 6 a 14 años. Se trata de una problema poco estudiado,
si lo comparamos con otros aspectos relativos al conocimiento
social, que sin embargo está tomando nueva fuerza en la
actualidad ya que la identidad nacional continua siendo a finales
del siglo XX una parte fundamental de nuestra vida social y política,
origen de atracción y de
conflicto. Por tanto, entender los fundamentos de la lealtad
a la nación es una de las claves para el futuro de la
especie humana. Además, en el caso vasco la cuestión
de la identidad nacional cobra una nueva dimensión al
no ser única y compartida por todo el grupo.
La muestra está formada
por 160 sujetos de 6 a 14 años escolarizados en dos modelos
lingüísticos diferentes: modelo A (enseñanza
íntegra en castellano y euskera como asignatura) y modelo
D (enseñanza íntegra en euskera y castellano como
asignatura). La técnica empleada para recoger los datos
ha sido la entrevista clínica basada en una entrevista
semiestructurada, ayudados por distinto material que fue diseñado
expresamente para la investigación.
El trabajo tiene un carácter
descriptivo y exploratorio, se pretende conocer cómo se
van gestando las representaciones asociadas a la identidad nacional
en un contexto cultural concreto, el contexto vasco. Si bien
lo anterior, se analiza la posible incidencia de factores como
el idioma de escolarización de los sujetos, el sexo y
la edad.
En concreto la investigación
se centra en tres aspectos de la identidad nacional que están
íntimamente relacionados como son: la representación
del propio país, la identificación nacional y los
símbolos nacionales. Respecto a la representación
del país, se trabajan el reconocimiento verbal de las
distintas unidades geográfico-administrativas que forman
España y su representación gráfica mediante
mapas, dedicándole especial atención a la propia
comunidad, el País Vasco. En relación a la identificación
nacional, el primer punto a explorar es la autoimagen; a continuación,
el grupo social/nacional que libremente es asumido por cada uno;
y por último, la autocategorización nacional y
las razones que sustentan la propia identificación. En
cuanto a los símbolos nacionales se estudia el proceso
de adquisición del concepto de símbolo y la relación
entre el conocimiento de los símbolos y las actitudes
hacia los mismos.
Las respuestas obtenidas han
sido sometidas a un doble análisis, el primero de carácter
cuantitativo en función de las variables estudiadas (edad,
sexo, modelo lingüístico de escolarización),
el segundo de carácter cualitativo, lo que nos ha permitido
conocer la organización del pensamiento infantil.
Los datos obtenidos en nuestra
investigación muestran que en el proceso de aprendizaje
del concepto de propio país, los niños comienzan
con el reconocimiento de nombres de lugares próximos a
su experiencia, aunque no establecen aún una diferenciación,
ni una categorización entre ellos. En un segundo momento
se produce el comienzo de la categorización de los espacios
en ciudades, provincias o países, al tiempo que incorporan
a esas categorías los lugares por ellos conocidos. En
nuestro trabajo la primera unidad categorizada es la propia localidad,
a continuación lo es el país, en tercer lugar la
provincia; y por último, la comunidad autónoma,
incluida la propia, el País Vasco. Respecto al País
Vasco, entre los resultados obtenidos nos ha parecido especialmente
relevante la existencia de representaciones sociales diferentes
del mismo asociadas a la identidad nacional y en función
del modelo lingüístico de escolarización.
Para la mayoría de los individuos castellano hablantes
el País Vasco está formado por tres provincias,
mientras que para los del grupo euskaldun el País Vasco
está formado por siete provincias. Por otra parte, la
mayor parte de los individuos que conciben un País Vasco
formado por 3 provincias se identificaron como "españoles
y vascos", mientras que un País Vasco formado por
7 provincias fue asumido en proporciones similares por individuos
identificados como "vascos" o como "españoles
y vascos". También se observa una relación
entre la identidad nacional y el grado de conocimiento sobre
el país. Aquellas personas que se han identificado como
"sólo vascos" son los que más conocimientos
poseen sobre el País Vasco.
Los aspectos más sobresalientes
de la propia identidad han sido los relativos a la identidad
personal (edad, sexo) y los grupos sociales de pertenencia (familia,
escuela, amigos), por delante de las referencias a la nacionalidad,
aunque éstas aumentan con la edad y ocupan junto a la
identidad personal el primer lugar entre los sujetos de 13-14
años. Sin embargo, cuando los niños se tienen que
identificar ante un extranjero la referencia nacional se sitúa
en primer lugar. Se identifican ante todo como "de Bilbao",
seguido de "españoles" y por último como
"vascos". Respecto a la categorización nacional
"españoles", "vascos" o "españoles
y vascos", la doble identidad es la categoría más
sobresaliente, pero a partir de 12-13 años la identidad
vasca cobra fuerza y pasa a ser la más importante entre
los de 13-14 años. Los individuos castellano hablantes
se consideran en su mayoría "españoles y vascos"
o "españoles", mientras que los euskaldunes
se ven a si mismos como "españoles y vascos"
o "vascos". Los motivos en que sustentan los niños
su identidad van modificándose con la edad, de manera
que los lazos afectivos con el grupo nacional como razón
de la identidad nacional aumentan progresivamente con la edad.
En cuanto al desarrollo del apego
hacia los símbolos propios, se ha observado que éste
se gesta desde los primeros años y que las actitudes que
muestran los niños se deben más a motivos relacionados
con el propio simbolismo de la bandera que a su estética.
Ademas, la comprensión del valor simbólico de los
emblemas pasa por una serie de estadios o niveles que están
relacionados con el nivel de desarrollo cognitivo de los sujetos.
La bandera del equipo de fútbol local es la preferida
por los más pequeños, la bandera española
provoca las mayores adhesiones entre los 8-9 años y los
10-11 años para después descender, mientras que
la apreciación de la bandera vasca aumenta progresivamente
con la edad. En este punto el modelo lingüístico
ha establecido diferencias significativas entre los grupos. Los
del modelo A eligen ante todo la bandera española para
representar al propio grupo en unos hipotéticos Juegos,
mientras que los del modelo D se pronuncian por la ikurriña.
Acompañando a la bandera se escucharía el himno
español ya que el himno vasco es practicamente desconocido.
Por último, el sexo de
los individuos no ha introducido diferencias significativas en
las representaciones del país y los símbolos nacionales,
de manera que, salvo matices, los niños y las niñas
poseen unas representaciones similares.
Referencia Bibliográfica: |
MOLERO, B. (1999): El proceso
de construcción infantil de la identidad nacional: conocimiento
del propio país y de los símbolos nacionales.
Bilbao: Servicio Editorial de la U.P.V./E.H.U. |
Begoña
Molero Otero, Profesora Titular del Departamento de Didáctica
de las Ciencias Sociales de la UPV/EHU |