A la hora de referirnos a la comunidad
musulmana de Vitoria, no hablamos, estrictamente, de un grupo
étnico determinado con una procedencia geográfica
concreta. Nos referimos a una colectividad que comparte la misma
religión, exclusivamente; en este caso, el credo musulmán.
Sin embargo, en este caso, si queremos hablar de la comunidad
musulmana de Vitoria, hay que referirse a una serie de gentes
que comparten un mismo origen geográfico-cultural, una
misma región del mundo: el Magreb y en menor medida, países
subsaharianos islámicos. En total, a nivel del estado,
unos 16.650 residentes oficiales según datos de diciembre
del 91 y 56.000 ilegales. La mayor parte de ellos se encuentran
repartidos fundamentalmente por las dos grandes urbes del país:
Barcelona y Madrid, aunque en el caso catalán se aprecie
una menor concentración en la ciudad en favor de la dispersión
por todo el territorio catalán. Andalucía y la
costa levantina y balear constituirían
un segundo bloque de importante asentamiento; y finalmente, el
País Vasco.
El caso de nuestra comunidad
autónoma constituye un punto francamente llamativo, puesto
que al contrario que la norma general, el número de inmigrantes
musulmanes -magrebíes fundamentalmente- está sufriendo
un lento y progresivo decrecimiento desde hace unos años.
Este dato parece confirmado para Bizkaia y Gipuzkoa -y para el
total de la CAV- pero no en el caso alavés.
En relación
con su procedencia, podríamos hablar de tres bloques:
El marroquí |
Se trata del grupo musulmán
con mayor tradición y antigüedad (3), el más
y mejor organizado, de manera que no es extraño ver familias
enteras viviendo desde hace tiempo en la ciudad. Así,
el inmigrante recién llegado cuenta ya con unas redes
de acogida organizadas y asentadas. |
El argelino |
Es una inmigración más
moderna; muchos de ellos llegan de forma ilegal, y normalmente
su perfil es el de gente joven, urbana (muchos de ellos de los
extrarradios de Argel ó de Orán), que llega sola
y no cuenta con las redes sociales-familiares de que disfrutan
los marroquíes. |
El subsahariano |
Se trata de una clara minoría
poco importante. Tengamos aquí en cuenta que no todos
los subsaharianos son musulmanes -por ejemplo los guineanos,
importante sector dentro de este grupo-. |
El castellano es el idioma que
se utiliza para la relación exterior a la comunidad (hacer
compras, trabajar, etc). En casa, según el origen étnico
de cada cual, se habla árabe -la mayoría- ó
bereber. De todas maneras, la ayuda del Ayuntamiento y de diversas
ONGs resulta muy importante en esta materia, porque están
llevando a cabo programas de enseñanza del español.
Las escuelas públicas de adultos del Ayuntamiento quizá
son las que mayor queja reciben de los magrebíes, porque
cuatro horas a la semana les parece insuficiente.
En
cuanto al ámbito laboral, no deja de llamar la atención
que mientras en Bizkaia y Gipuzkoa la diferencia entre los musulmanes
que trabajan por cuenta propia y los que lo hacen por cuenta
ajena es muy pequeña, aunque triunfa el primer caso, en
Álava -que, en este caso, es como decir Vitoria- no sólo
no se da una mayoría de trabajadores por cuenta ajena,
sino que el otro caso es inexistente. La venta ambulante, que
alcanza en las dos provincias costeras unos niveles aceptables
(45-46%), en Vitoria registra un ínfimo 7%. En contraste,
la construcción se convierte en un medio de vida notablemente
preferido por los musulmanes alaveses frente a las bajas cotas
que reflejan las dos restantes provincias. La industria no se
nutre de trabajadores musulmanes en Vitoria, quienes tienden
más hacia las faenas agrícolas.
El poder adquisitivo de la media
de la comunidad es medio-bajo. De aquí vienen todos los
problemas: ahorran mucho a fin de poder volver a sus países
de vacaciones, lo cual les obliga a vivir el resto del año
un poquito ahogados; la mayoría de ellos desempeñan
un trabajo que, sobre todo los jóvenes, consideran inadecuado
y bajo para su preparación. Hay una gran cantidad de inmigrantes
trabajando en la construcción y el peonaje. Es muy difícil
encontrar un empleo que se salga de esta norma.
A esta falta de dinero se ha
de sumar la gran carestía de los pisos en Vitoria, con
lo cual algunos se ven en la obligación de marcharse hacia
Francia y Bélgica, países de lengua francesa (Bélgica
en su parte valona). Sin embargo, cada vez son más las
familias que se lo piensan mejor y hacen un pequeño esfuerzo
económico para comprar la casa donde viven y tenerla ya
en propiedad .
Las casas en las que habitan
son, en general, muy viejas y están en malas condiciones.
Se podría realizar un mapa de dónde vive la mayor
parte de la comunidad musulmana sin salir del Casco Viejo y alrededores.

Como conclusión,
no vendría mal recordar que:
1- El Islam en
Vitoria, a efectos prácticos, es más una cultura
que una religión.
2- El número de fieles al Islam en Vitoria parece ascendente
-siempre de los estrictos límites del origen étnico-,
en clara oposición a la situación que últimamente
se vive en las dos restantes capitales de la CAPV.
3- La mayor parte de los musulmanes de Vitoria proceden de Marruecos.
Existe una pequeña pero creciente comunidad de argelinos,
aunque no cuenta con la más tupidas redes sociales de
los primeros.
4- Viven en malas condiciones y generalmente se colocan en los
peores y peor remunerados puestos de trabajo.
Se trata de una de las capas
más desfavorecidas del país. En bloque, probablemente,
la que habita el escalafón más bajo, ya que además
de pobres y "diferentes" son extranjeros; a pesar de
lo cual no dejarán jamás de pertenecer a nuestra
sociedad. Quieran ó no, muchos de ellos se quedarán
y aún más arribarán a nuestras puertas y
nacerán dentro de nuestras fronteras. Éste es el
momento de demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de
aceptar la diversidad.
Por cierto... el caduco concepto
de "extranjero", ¿tardará mucho en desaparecer?
Iñigo Bolinaga, licenciado en historia
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