Aunque no participó en la negociación
del Estatuto, más tarde, al incorporarse al primer Gobierno
Vasco como Consejero de Economía y Hacienda, Pedro Luis
Uriarte colaboró activamente en el desarrollo del Estatuto.
Primero, participó en las negociaciones, según
él complejas, para trasladar el Gobierno Vasco a Vitoria.
Las que vinieron después tampoco fueron fáciles,
ya que presidió la Comisión Negociadora del Concierto
Económico. Un Concierto que tuvo gran resonancia, tal
y como recuerda el actual Vicepresidente y Consejero Delegado
del BBV.
-¿Cómo participó
en la negociacion del Estatuto de Autonomia? No participé
en esa negociación, aunque sí la seguí,
como ciudadano, con el máximo interés. Y, por supuesto,
apoyé el Estatuto Vasco con mi voto, cuando se sometió
a referéndum.
Luego, al incorporarme al primer Gobierno Vasco, como Consejero
de Economía y Hacienda, pude colaborar activamente en
el desarrollo del Estatuto que, durante el mandato de aquel Gobierno,
avanzó mucho, en bastantes de los campos reconocidos por
el Estatuto.
-¿Cuándo
y cómo inició su andadura el primer gobierno vasco? El Parlamento Vasco
(que en sus primeros compases había sufrido la invasión
de los obreros de Nervacero, un aviso de lo que nos esperaba)
aprobó, unas semanas después de constituirse, la
Ley de Capitalidad. Podría ser hacia Junio de 1980.
En su aplicación, la capital de la Comunidad Autónoma
se establece en Vitoria-Gasteiz, no sin algunas tensiones, porque
los puntos de vista en el Gobierno Vasco y en el PNV no eran
homogéneos.
Para dotarnos de la adecuada infraestructura, se inician conversaciones
con la Diputación Foral de Alava, en concreto con el Diputado
General, Emilio Guevara, para trasladar el Gobierno allí.
Iniciamos una negociación compleja, incluso desagradable
en algún momento, para adquirir la sede del Gobierno.
-¿Por qué
desagradable? La verdad es que
nunca lo entendí muy bien
La Diputación Foral
ofreció al Lehendakari Garaikoetxea ceder al Gobierno
un macro-edificio, en desuso, lo que entonces se llamaba en Gasteiz
el "geriátrico", pues el edificio estaba destinado
a residencia de ancianos.
Meses después fue necesario comprarlo, porque empezaron
a aparecer acusaciones de que el Gobierno Vasco estaba "expoliando"
los inmuebles de Alava. Se compró por el precio de coste
que supuso para la Diputación, actualizado por el IPC.
 Pedro Luis Uriarte en su
despacho
-Con la perspectiva actual,
resulta curioso oírle Pues sí, no
me extraña. No pudo empezar menos apropiadamente un Gobierno
recién nacido, ¡en el "geriátrico"!
Pero lo importante es que, por fin, en el mes de septiembre u
octubre de 1980 estábamos todos en el mismo edificio,
porque los primeros meses de andadura del Gobierno fueron complicados,
desde un punto operativo, porque cada uno andábamos por
nuestro lado (en Bilbao, Gasteiz, Donostia, etc.).
-Usted presidió
la comision negociadora del Concierto Económico ¿me
cuenta el inicio de la negociación? En sus primeros pasos,
el Gobierno Vasco aprobó el Decreto por el que se creó
la Comisión Negociadora del Concierto Económico
que, de acuerdo con el Estatuto de Autonomía, me correspondía
presidir, como Consejero de Economía y Hacienda. Y comenzamos
a trabajar muy poco después de constituirse el Gobierno,
hacia Mayo de 1980.
Iniciamos la aproximación al Concierto Económico,
con un "aparato" de personas y medios reducido a la
mínima expresión, pero, eso sí, con enorme
fe y ánimo, como se decía antes, "con más
moral que el Alcoyano".
-¿Cuál fue
el primer escollo? Tuvimos alguna dificultad
política. Porque la negociación que se había
realizado por el Consejo General Vasco, con mucho mérito,
para tratar de recuperar el Concierto antes de la aprobación
del Estatuto de Gernika, se fundamentaba en un planteamiento
totalmente distinto al que luego debíamos defender, en
desarrollo del mismo.
-¿Quiénes
integraron el equipo negociador vasco? La composición
de la Comisión está establecida en el Estatuto
de Autonomía. En desarrollo del mismo, nos integramos
en ella, tres representantes del Gobierno Vasco, y tres de las
Diputaciones Forales.
Por parte del Gobierno se incorporaron como miembros de la Comisión
uno de los diputados del PNV, el especialista en temas económicos,
en las Cortes en Madrid, que se llama Josu Elorriaga (en estos
momentos es un directivo de Iberdrola); José Ramón
López-Larrínaga, Viceconsejero de "Administración
Tributaria" del Gobierno Vasco, un auténtico coloso
en la negociación del Concierto; y yo mismo, que tuve
el honor de presidirla.
En representación de cada
una de las Diputaciones Forales los miembros de la Comisión
fueron, por Bizkaia, su Diputado General, José María
Makua; por Gipuzkoa, el Viceconsejero de Administración
Local del Gobierno Vasco, Victoriano Mentxakatorre; y por Araba,
el Senador del PNV, Juan Mª Ollora.
Esa Comisión estuvo apoyada por los Diputados Generales
de Guipúzcoa, Xabier Aizarna, y de Alava, Emilio Guevara,
y, además, por una serie de técnicos de las Diputaciones,
que entonces contaban con una infraestructura mínima,
y algunos más del Gobierno Vasco. Entre ellos se encontraban
dos personas destacadas, Juan Luis Lascurain y Alfonso Basagoiti,
entre otros.
-¿Cómo valora
hoy aquella comisión?
La Comunidad Autónoma Vasca contó con un equipo
muy poderoso para negociar el Concierto. Y, además, pusimos
todo el ánimo, toda la convicción y toda la ilusión
del mundo para sacar el Concierto adelante. Y, con el apoyo de
muchos, lo conseguimos.
-¿Y la que tuvieron
enfrente, en representación del Estado?
Guardo de aquellas personas un gran recuerdo, especialmente de
su Presidente Jaime García Añoveros. Tanto él,
como el propio Presidente del Gobierno, Adolfo Suárez,
tuvieron una gran lucidez política, al darse cuenta de
lo que representaba el Concierto Económico, para Euskadi.
-Me gustaría conocer
cómo se hizo el planteamiento de la negociación...
Lo primero que tuvimos que definir entre nosotros fueron los
fundamentos del Concierto Económico. Las referencias que
incluye el Estatuto de Autonomía son muy generales, pero
dibujan ya tres líneas muy importantes para enmarcar el
futuro Concierto.
En primer lugar,
que el Concierto era único para los tres Territorios Históricos
y se reflejaba en una norma pactada en el seno de una Comisión
paritaria, formada por representantes del Estado y de la Comunidad
Autónoma Vasca, cuyo acuerdo debía aprobarse por
las Cortes Generales sin posibilidad de enmienda (este fue uno
de los caballos de batalla de esta negociación) y, también,
por el Gobierno Vasco y las Juntas Generales de los tres Territorios
Históricos..
En segundo lugar, que el modelo de Concierto Económico
no era el que se encontraba vigente en Alava. Por lo tanto, había
que pensar en un nuevo modelo, adaptado a lo que disponía
el Estatuto.
Y en tercer término, un tema delicadísimo. El Estatuto
de Autonomía contiene una disposición en la cual
señala, más o menos, que con la restitución
del Concierto Económico a Gipuzkoa y Bizkaia no se tenía
que producir ningún perjuicio para Alava (que mantenía
su propio Concierto Económico en vigor, porque Franco
no se lo arrebató, al no considerarla "provincia
traidora")
Es decir, había que respetar el nivel competencial y tributario
que tenía Alava, pero al mismo tiempo "crear"
(y subrayo la palabra) un Concierto Económico para el
conjunto de lo que es la nueva Comunidad Autónoma, sobre
las innovadoras bases que planteaba el Estatuto de Autonomía.
-Explíqueme con
detalle qué cambios suponía el Concierto que definía
el Estatuto de Autonomía en relación con el que
tenía vigente Álava
Las bases estatutarias suponían un cambio radical, de
un gran calado político, respecto al entonces vigente
Concierto Económico de Alava, del año 1976.
En el Concierto de Alava, la Diputación Foral (con reducida
autonomía normativa) recaudaba sus impuestos. Y la diferencia
entre los ingresos tributarios, estimados y pactados entre el
Estado y la Diputación, y los gastos asimismo convenidos
para financiar las entonces escasas competencias de la Diputación
(carreteras, agricultura y Miñones, básicamente),
se satisfacían al Estado en concepto de "cupo".
Todo el interés financiero del Concierto alavés
se sustentaba en la "generosidad" del Estado a la hora
de estimar unas recaudaciones tributarias inferiores a las reales
y/o unos gastos "generosos" superiores a los necesarios,
para desarrollar con decoro los servicios de competencia de la
Diputación.
Al margen de la dependencia de la "benignidad" del
Estado en la cuantificación de las magnitudes que determinan
el cupo a pagar, el modelo del Concierto alavés no confería
una auténtica autonomía financiera, puesto que
la recaudación tributaria que obtenía la Diputación
pertenecía realmente al Estado, en cuanto excedía
del importe de los llamados "gastos compensables".
El planteamiento del Estatuto de Autonomía Vasco es radicalmente
contrario. Todavía me sorprende por su originalidad y
por su genialidad, que reflejan la habilidad y la gran capacidad
de los negociadores del mismo.
-¿Cuál es
el aspecto que considera más importante?
El hecho de que la Comunidad Autónoma Vasca no dispone
de una Hacienda "subordinada" al Estado sino, como
se reconoce literalmente en el Estatuto, de su "propia Hacienda
autónoma". Esta última palabra es clave.
Y el hecho de que el Concierto Económico se fundamenta
en un pacto, que se refleja en una ley de artículo único,
sin posibilidad de enmienda.
-¿Qué significa
"Hacienda autónoma"?
Se trata de algo fundamental en el modelo del Estatuto, las Haciendas
Forales gestionan sus "propios" impuestos, (con un
nivel superior de autonomía normativa al del Concierto
alavés), hacen suya la recaudación y contribuyen
a la financiación de las competencias y servicios desarrollados
por el Estado, es decir, no asumidos por la Comunidad Autónoma
Vasca, en proporción a su capacidad económica.
Las Haciendas Forales disfrutan de un régimen tributario
y fiscal propio, con ingresos propios. En las Comunidades Autónomas
no forales, los ingresos son del Estado que "ceda"
parte a esas Autonomías. La diferencia entre uno y otro
sistema, en términos políticos, es sustancial.
-¿Dónde estuvo
lo más complicado de la negociación?
Dentro de un clima muy correcto e incluso positivo, todo fue
muy difícil y muy duro. Pero, si tuviera que destacar
algo, señalaría tres problemas, uno al principio
de la misma y dos en el tramo final.
Al comienzo, fue difícil convencer a los representantes
del Estado de que el Concierto había que negociarlo desde
el artículo 1. Defendimos que la negociación con
el Consejo General Vasco no tenía por qué ser asumida
por la Comisión Negociadora Vasca, pues era sólo
ésta la que, de acuerdo con el Estatuto, podía
pactar el Concierto con la Comisión Negociadora del Estado.
Finalmente, nuestra propuesta fue aceptada.
-¿Y el segundo?
Este, además de difícil, fue muy delicado. En el
tramo final de las conversaciones, nos tuvimos que enfrentar
con criterios contrapuestos en la propia representación
vasca, sobre cómo debíamos "repensar"
el Concierto Económico, "inventárnoslo"
en relación con el que existía en Alava (porque
eso exigía el Estatuto), y, sobre todo, cómo definir
un nuevo modelo de Cupo.
Tuvimos la fortuna de poder sintetizar las distintas visiones
de los integrantes de la Comisión Negociadora Vasca y
la aportación de las capacidades profesionales y personales
de todo el mundo, pero ello se logró no sin tensiones.
-¿Tensiones entre
ustedes mismos?
Sí. Las hubo dentro de la Comisión vasca. Como
ocurre con todos los temas que son críticos y, además,
complejos. La mayoría provinieron de las diferentes interpretaciones
de la disposición del Estatuto de Autonomía que
antes he mencionado, en la que se señala que Alava tenía
que preservar los derechos adquiridos, que no debía "perder"
nada con el nuevo Concierto.
Para lograr eso, para conseguir que Gipuzkoa y Bizkaia aceptaran
que quedaban equilibradas con Alava, y para que ese Territorio
Histórico tuviera la sensación que con el cambio
de modelo de Concierto Económico no perdía nada,
sino que potencialmente podía ganar, hubo que realizar
una negociación interna complejísima, y muy dura,
que supuso que, en algún momento, algunos de los representantes
alaveses se alejasen de la propia Comisión Negociadora.
-¿Y cómo
se resolvió aquello?
Se resolvió bien, a base de mucho hablar y argumentar.
Tengo que destacar aquí el papel conciliador de Juan María
Ollora, un profundo conocedor del Concierto, eficazmente secundado
por los Diputados Generales José María Makua y
Xabier Aizarna, y por el Diputado Josu Elorriaga.
Al final, como te decía hace un momento, después
de mucho hablar, y también de discutir, logramos el ansiado
equilibrio y el consenso entre todas las partes y pudimos encarar
la etapa final de la negociación, "la ascensión
al Everest" desde el campo base en el que nos encontrábamos.
-Ha hablado de tres temas
críticos ¿cuál fue el tercero?
Que se aceptara por la representación del Estado y por
las Cortes Generales que el Concierto Económico, por tratarse
de un pacto, no podía ser objeto de enmienda en el trámite
parlamentario.
Eso que políticamente era decisivo, se consiguió.
La Ley que incorpora el Concierto tiene un solo artículo
de pocas líneas de extensión y no pudo ser enumerada,
aprobándose el Concierto en bloque, tal como se pactó
con el Estado.
-Los resultados de la negociación
del Concierto, ¿fueron buenos?
Sinceramente sí, y no quiero pecar de inmodesto. El Concierto,
tal como se negoció, fue magnífico en términos
de contenido técnico, de capacidad normativa y de la capacidad
de gasto que reconocía.
Tuvimos el acierto de definir un Concierto Económico,
con una concepción absolutamente original que no ha podido
ser atacada técnicamente por nadie, a pesar de lo controvertido
del tema, desde un punto de vista político, fuera de Euskadi.
Logramos pactar una concepción, desde un punto de vista
fiscal y hacendístico, irreprochable y, desde el punto
de vista del Cupo, muy coherente. Así lo reconocieron
los distintos grupos políticos representados en le Parlamento
Vasco y las Juntas Generales.
Esto era muy importante, porque el Concierto Económico
es, posiblemente, el elemento más consustancial de desarrollo
de la autonomía vasca, tanto en términos políticos,
como en económicos. Y convenía que disfrutara del
máximo grado de consenso, no sólo político,
sino también técnico.
-Tengo idea de que la negociación
fue larguísima ¿es así?
Así es. Tuvimos que afrontar una negociación muy
larga y muy compleja, pero se superó felizmente.
Ello fue posible gracias a la habilidad de los miembros de la
Comisión que me acompañaron en la negociación,
y a la de los técnicos y políticos que la apoyaban.
Ello fue posible, también, gracias a la orientación
permanente y a la inteligencia política de Carlos Garaikoetxea
(que siguió al segundo la negociación y, a su vez,
negociaba con el Presidente del Gobierno, Adolfo Suárez),
a la presión del PNV (basicamente) por sacar adelante
el Concierto Económico, y a la gran sensibilidad que existía
en este campo en toda la sociedad vasca. Con todos esos apoyos
pudimos concluir felizmente la negociación.
Aquello supuso siete meses de muy intensas conversaciones, con
sesiones negociadoras que llegaron a durar 18 horas diarias y
21 días seguidos de negociación en su tramo final.
-¿Cuándo
acabó la negociación?
El 29 de diciembre del 1980, hacia las 10 de la noche pude llamar
al Lehendakari, dándole cuenta que se acaba de consensuar
el último de los artículos del Concierto.
Con ello, se terminó de pactar el texto del nuevo Concierto
Económico, recogido en un Acta firmada por todos los miembros
de la Comisión. Unos días después se celebró
un acto protocolario para recoger la firma pública de
todos los negociadores.
-¿Y si no hubieran
concluido?
Pues seguro que el Concierto hubiera sido mucho peor, hubiera
tenido menor contenido, porque el clima político se enrareció
tremendamente, especialmente tras el Golpe de Estado del 23-F,
pocas semanas después.
Pero te quiero aclarar que aquello no fue casualidad. Intuíamos
que podía pasar algo y por eso hicimos un esfuerzo sobrehumano
para concluir la negociación antes de que acabara 1980.
-Descríbanos el
Concierto actual...
El Estatuto de Autonomía, que había sido aprobado
por referéndum en el País Vasco (y que tenía
categoría de Ley Orgánica del Estado) contiene
un título, el III (artículos 40 a 45), que se refiere
a los temas de "Hacienda y Patrimonio" y, específicamente,
a las relaciones entre la Comunidad Autónoma y el Estado,
en las áreas fiscales y económicas. Esas bases
había que desarrollarlas en una ley pactada, el Concierto
Económico.
El Concierto se inicia con una
serie de Normas Generales, contenidas en los 6 primeros artículos
que tratan de su duración (hasta el 31 de diciembre del
año 2001, es decir quedan poco más de 2 años
de vigencia del actual Concierto). A ellas se añaden otras
más que tratan de la competencia de las instituciones
de los Territorios Históricos, los principios generales,
las normas de armonización fiscal y los principios para
facilitar la colaboración entre las administraciones vasca
y la estatal. Esta parte contiene también la relación
de las competencias exclusivas del Estado, en desarrollo de lo
que especifica el Estatuto.
-¿Cómo es
su contenido fiscal?
La parte donde se define el tratamiento de los Impuestos tenía
una gran complejidad técnica, porque había que
establecer el sistema tributario propio del País Vasco,
pero que, al mismo tiempo, no creara distorsiones ni supusiera
una ruptura con el espacio económico sujeto a la competencia
de la Administración del Estado.
Esta parte es muy extensa. Tiene 5 secciones dedicadas a los
Impuestos de la Renta, Patrimonio, Sociedades, y Sucesiones,
y otra a los impuestos indirectos, las tasas fiscales, y las
tasas y exenciones parafiscales.
Toda esta parte fiscal se completa con las normas de Gestión
y Procedimiento y las disposiciones relativas a las Haciendas
locales. De la simple relación anterior puedes deducir
su complejidad.
-¿Y el Cupo?
El Concierto culmina con todas las disposiciones relativas al
Cupo. Quizá es esta la parte más novedosa y la
que costó más definir y negociar. Como te he apuntado
antes, el concebir y desarrollar el Cupo tenía enorme
dificultad técnica, además del contenido político
de aquellas disposiciones.
De hecho, el Cupo era la referencia
fundamental para la configuración de una "hacienda
autónoma", un Cupo bien definido debía permitir
una capacidad financiera de concepción equivalente, casi,
a la estatal. Eso es lo que se logró.
La verdad es que todos nos sentimos, no sólo política
sino profesionalmente orgullosos: que yo sepa, no existe en el
mundo ningún sistema hacendístico que tenga una
configuración similar.
-¿Hay algo que le
satisface especialmente?
Aunque pueda parecer extraño lo que voy a destacar, yo
diría que me satisface que, tras concluir la negociación,
mantuviéramos una excelente relación con los representantes
del Estado.
Y, en segundo lugar, me satisfizo que tuviéramos la inteligencia
política y personal de no "sacar pecho", por
lo conseguido en el Concierto. Fuimos discretos, casi humildes,
y no hicimos alarde de lo conseguido. No lo hice yo, desde luego.
Estoy seguro que hoy muy pocos recuerdan quién fue el
principal negociador del Concierto Económico.
-Pero la recuperación
del Concierto, ¿no fue un acontecimiento?
Es cierto que el hecho tuvo una gran resonancia en el plano político.
Y no era para menos. El Concierto Económico no sólo
retomaba la tradición histórica que arranca de
los Fueros y que, como un residuo de los mismos, se recoge en
el primer Concierto de 1878, sino que suponía el paso
decisivo en el desarrollo del Estatuto de Autonomía del
País Vasco.
-Nuestro Concierto, ¿puede
valer para otros casos?
Pienso que sí, aunque sé que esta afirmación
puede no ser compartida. Por ejemplo, la aparición del
euro configura en Europa un espacio económico único,
con un mercado sin fronteras, una única moneda, y una
serie de Haciendas en cada uno de los Estados. Pues bien, para
establecer las bases de una hipotética Hacienda Central
Europea un modelo que se podría utilizar es el de Concierto
Económico y el del Cupo.
Porque nuestro modelo funciona, como se ha visto, en una economía
absolutamente abierta e interrelacionada con la del resto del
Estado, y funciona sin crear distorsiones de ningún tipo.
Que es lo que, supongo, se querrá conseguir en Europa,
cuando se den los pasos, inevitables, para lograr una mayor integración
hacendística.
-¿Es el Concierto
un privilegio?
No. Es un derecho. Y así lo reconoce el Estatuto de Autonomía.
Es un "residuo" de los Fueros Vascos, de nuestra historia.
Algo que nos pertenece. No es un "invento".
-¿Qué virtud
tiene el Concierto desde un punto de vista técnico para
la Comunidad Autónoma Vasca?
Tiene muchas virtudes pero, si tuviera que señalar una
sola, diría que es básico el hecho de que el Concierto
incentiva a recaudar, a reprimir el fraude fiscal.
Déjame que lo explique con un ejemplo. En el Concierto
actual si los entes de la Comunidad Autónoma tienen que
pagar una factura de 70.000 millones de pesetas al Estado por
las competencias que éste desarrolla, ese es un coste
fijo para las Haciendas Forales. Si éstas prevén
recaudar, por su lado, 100.000 millones, la capacidad de gasto
es de 30.000 millones. Pero si recaudan más, por ejemplo
120.000, ésta aumenta hasta 50.000 millones.
Por eso, el Concierto incentiva a recaudar más y rompe
así con la visión que algunos tenían de
que el Concierto sirve para pagar menos impuestos, y que por
eso es un privilegio.
-Si se pagan más
impuestos, ¿dónde está la ventaja?
No se trata de "pagar más", sino de "recaudar
mejor". La ventaja está en que ese dinero se destina
a mejorar los bienes y servicios públicos: mejores carreteras,
más escuela, sanidad bien dotada, etc.
Esto es un aliciente enorme. En el ejemplo anterior, las Haciendas
vascas tienen garantizado que esos 20.000 millones de más,
se invierten, por ellas o por el Gobierno Vasco, en sus propias
competencias, en el propio País Vasco o en el Territorio
Histórico correspondiente, de acuerdo con lo que establezca
el Parlamento Vasco o las Juntas Generales.
-¿Por qué
es importante ésto?
Además de que ese es un motor muy poderoso para recaudar
más y para luchar contra el fraude fiscal, es decir para
combatir una lacra social, además tiene una gran importancia
política. Porque, con el modelo del cupo establecido en
el Estatuto de Gernika, las Haciendas Forales y la propia Hacienda
Vasca tienen absoluta autonomía en la vertiente del gasto.
La autonomía cien por cien en el gasto público
y en gestión. Es decir, en Euskadi se puede desarrollar
la política presupuestaria, de acuerdo con el criterio
político expresado en el Parlamento y las Juntas Generales.
El Concierto refuerza nuestros órganos representativos.
Además, el Concierto reconoce
una amplia autonomía normativa. Esto supone que las Haciendas
Forales, respetando las normas de armonización, para no
crear distorsiones, pues prácticamente la tienen también
en el ingreso.
-¿El Concierto Económico
reconoce un nivel satisfactorio de autonomía normativa?
Pienso que sí. Y, si no la tuviera, el Concierto quedaría
claramente "descafeinado".
-El Concierto tuvo un feliz
nacimiento, ¿cómo lo valora hoy?
Te puedo decir que, como negociador del mismo y con la perspectiva
que dan 20 años, aquel Concierto es magnífico.
Una palanca fundamental para que la autonomía vasca no
fuera sólo una idea, una aspiración, sino que se
traduzca en hechos, en bienes y servicios que mejoran la calidad
de vida de los vascos y permitan reforzar su autonomía.
-¿Se puede concebir
una autonomía vasca sin Concierto Económico?
No. Es impensable. El Concierto Económico es la piedra
angular de la autonomía vasca. Sin Concierto no hay autonomía
o, para ser más preciso, ésta queda condicionada
y subordinada.
-El Concierto, dicen, está
amenazado ¿qué opina?
Aunque no tengo ninguna responsabilidad política, como
simple ciudadano pienso que estamos viviendo un episodio lamentable.
Estoy seguro de que al final, prevalecerá la sensatez,
y las aguas volverán a su cauce ¿A quién
beneficia desestabilizar la autonomía vasca, cuestionando
el Concierto o su aplicación?
-¿El Concierto tiene
sitio en la Union Europea?
Por supuesto que sí. Como lo tienen las Haciendas estatales.
Por supuesto habrá que aceptar las normas armonizadoras
que se dicten por el Parlamento Europeo. Pero el Concierto puede
seguir vigente dentro de la Unión Europea, como viene
ocurriendo desde hace más de 100 años.
-Pero algunos hablan de
limitaciones
Tendrán que ser las mismas que las que se establezcan
para las Haciendas Estatales, con el objetivo de crear una Hacienda
Europea y reforzar el peso del Parlamento Europeo. Si Europa
quiere pesar en el mundo tendrá que ir por esa vía.
Ese es un proyecto político, económico y social
de gran calado, para desarrollar en el cual todos los que tienen
competencias tributarias y fiscales tendrán que ceder
algo.
-¿Cómo ve
el futuro de Euskadi?
Con gran optimismo. En el plano económico vamos claramente
para arriba. En el cultural y social también. Y en el
político, con sus claroscuros, desde luego estamos mucho
mejor que cuando negocié el Concierto Económico.
Estoy seguro de que, en todos ellos, se seguirá avanzando. Fotografías:
Foto Julián (Bilbao)
Euskonews
& Media 51.zbk (1999 / 10 / 22 - 29) |