La dendrocronología: Un medio básico para conocer la historia de nuestros bosques
Javier Herrera

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Bibliografía básica

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Desde siempre hemos oído que contando los anillos de un tronco podemos determinar su edad. Así es: la mayoría de nuestros arbustos y árboles suman cada año un anillo más a su tronco. Pero esto no ocurre con todas las plantas madereras del mundo; en el caso de unas, porque crecen continuamente (por ejemplo, en las selvas tropicales), en el de otras, porque producen más de un anillo al año (sobre todo en los lugares en los que el verano es particularmente seco).

En estas latitudes, sin embargo, los arbustos y árboles hacen todos los años una pausa en su crecimiento, condicionados por el invierno. La madera de principios del periodo de crecimiento y la de finales suele ser distinta, y eso posibilita diferenciar los anillos. Hay además otra serie de factores que obstaculizan el crecimiento (el clima, las competencias, la contaminación, etc.), y en la medida en que su influencia varía de un año a otro, la anchura del anillo generado es distinta. Como consecuencia, el tronco se forma por una secuencia de anillos estrechos y anchos.

La ciencia que estudia y entiende de estas secuencias se llama Dendrocronología (1) . Los anillos del crecimiento reflejan todo lo que el árbol ha padecido durante su vida, y la función de la dendrocronología es la de identificar los acontecimientos más importantes. Según cuál sea el trabajo de investigación, se suelen mitigar ciertos factores para recalcar lo que interesa, lo cual se consigue con un buen diseño de muestras y unas técnicas para su examen. Por ejemplo, al estudiar el clima, con unas muestras de árboles crecidos fuera del bosque muchas veces se descubre la influencia de la competencia por los nutrientes y por la luz.

Para obtener la secuencia completa de un árbol vivo, no hay por qué cortarlo. Mediante un perforador especial se extrae un pequeño cilindro del radio del tronco, con el cual se consiguen todas las anchuras de los anillos. Sin embargo, en los ya muertos se emplea la sección mayor posible, ya que en estos cilindros se puede perder información.

La sincronización

Lo cierto es que para determinar la edad de un árbol no se recurre al mero recuento. Muchas veces, por motivo de una sequía u otra circunstancia, el árbol no crece, y por tanto no se crea ningún anillo. En ocasiones los suele haber falsos. Por este motivo, y para dar con estos errores, se tienen que comparar las secuencias de los anillos, sincronizarlos (Cross-dating, en inglés). Esta sincronización se basa en los cambios anuales del macroclima. Todos los árboles padecen estos cambios macroclimáticos y algunos años se nota en todas las secuencias.

Por otra parte, esta sincronización tiene otra interesante utilidad: la de fechar los trozos de leña que no están vivos. Empezando con los árboles vivos y solapando con los trozos de leña de los muertos, se puede obtener una larga cronología. En algunos lugares del mundo se ha llegado a obtener la cronología de más de 1000 años antes de Cristo.

El uso de la dendrocronología

Las aplicaciones de la dendrocronología son múltiples, en función de las cuales recibe distintos nombres, agregando el prefijo dendro a la ciencia a la que se sirve su ayuda: Dendrogeomorfología, para fechar los procesos de la superficie terrestre; Dendrohidrología, para investigar y fechar la dinámica del entorno acuoso; Dendroglaciología, para investigar y fechar la dinámica de los glaciares de antes y de ahora; Dendropirocronología, para investigar y fechar la dinámica de los incendios naturales de antes y de ahora; Dendroclimatología, para investigar el clima de antes y de ahora; Dendroarqueología, para fechar cuándo se derribaron los árboles y cuándo se emplearon en la construcción; Dendroecología, para examinar los factores que influyen en el ecosistema; como por ejemplo el cambio de crecimiento derivado del aumento del CO2 del último siglo.

La dendrocronología en el País Vasco

Aunque esta ciencia está muy avanzada en otros países, en el nuestro aún es novel. La primera investigación se realizó en las cordilleras navarras de Alaiz y Leyre (2) , donde se examinó el crecimiento del haya en relación con las precipitaciones y temperaturas. En 1991, Fréderic Guibal desarrolló otra serie de investigaciones (3) mediante el estudio de los cilindros extraídos de las maderas de dieciocho construcciones de Gipuzkoa y Bizkaia (todas ellas Quercus sp.).


Este gráfico muestra el porcentaje del cambio de crecimiento
en las hayas de un bosque de Urkiola. A partir de estos datos
podemos averiguar cuándo ha habido talas.

Su finalidad era la de trazar la cronología desde el siglo XV hasta finales del XVI. A pesar de que no haberlo conseguido, sus datos pueden resultar un punto de partida muy útil para posteriores investigaciones más profundas. ARKEOLAN, por ejemplo, puso hace casi dos años en marcha un gran proyecto de dendroarqueología, fechando los vestigios de un puerto romano en Irún. Para eso, se tiene que construir la cronología hasta aquella época empezando desde la actualidad y completando las cronologías de toda Gipuzkoa, e incluso puede que también las de otros territorios. Por eso, los datos de Guibal serán a buen seguro de gran utilidad. Desde 1995, Joseba Lizeaga está formando en Navarra la cronología a partir de los robles (Quercus sp.). Su propósito inicial era fechar su casa, para lo cual obtuvo muestras de árboles vivos (siendo el más antiguo de 420 años) y de las casas de los alrededores. Finalmente, ha fechado la casa en torno al año 1710 (año que además coincide con el de la boda de sus primeros propietarios). El anillo más antiguo con que dado tiene 1420 años. En la Sección de Ecología y Biología Vegetal de la Universidad del País Vasco llevan medio año desarrollando investigaciones de dendroecología, con el objeto de conocer la historia y evolución de un bosque natural de Urquiola. Estos mecanismos pueden resultar muy provechosos para realizar trabajos de renovación, es decir, para ayudar en la recuperación de nuestros bosques naturales.


Notas:

  1. Del griego Dendron (árbol), Chronos (tiempo) eta Logos (ciencia). (VOLVER)
  2. CREUS J., FERNANDEZ A., MUNARRIZ D. (1992). DENDROECOLOGIA DE LOS HAYEDOS SURORIENTALES DE NAVARRA, SIERRAS DE ALAIZ Y LEYRE. Actas del congreso internacional del haya (19-23 de octubre de 1992). Pamplona (Navarra) Vol. 1. Ministerio de Agricultura y Pesca e Instituto Nacional de Investigación de Tecnología Agraria y Recursos Forestales. (VOLVER)
  3. GUIBAL Fréderic, (1993). ANALYSE DENCROCHRONOLOGIQUE D'ÉCHANTILLONS DE BOIS DU PAYS BASQUE. Cedido por él mismo a Arkeolan. (VOLVER)

 

Bibliografía básica:

Stokes M.A. & Smiley T.L. (1968). An Introduction to Tree-Ring Dating. University of Chicago Press, Chicago.

Fritts H. C. (1976). Tree-rings and Climate. Academic Press, London -New York- San Francisco.

Fritts H. C. & Swetnam T.W.(1989). Dendroecology: A tool for evaluating variations in past and presents forest enviroments. Advances in ecologicas research, Vol 19. Academic press, London.

Cook, E. R. (1990). Metods of dendrochronology: aplications in the environmental sciencie. International Institute for Applied System Analysis. Kluwer Academic Publisers, Dordrecht, The Nertherlands.

En Internet: www.ngdc.noaa.gov/paleo/treering.html


Javier Herrera, miembro del Departamento de Ecología y Biología Vegetal de la Universidad del País Vasco

Euskonews & Media 50.zbk (1999 / 10 / 15 - 22)


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