El culto a los santos se muestra
como una de las vías más apasionantes para el estudio
de la religiosidad medieval, pudiéndose abordar desde
la hagiografía, otras fuentes literarias, la liturgia,
las reliquias, la titularidad de los templos, todo tipo de manifestaciones
artísticas, la arqueología, la toponimia o la antroponimia,
por citar los más representativos. Analizaremos aquí
el culto a Santiago en el reino de Navarra a lo largo de la edad
media.
El culto a Santiago
La aparición del supuesto
sepulcro de Santiago en el primer tercio del siglo IX pronto
se vio acompañada de una fuerte devoción de las
elites, traducida inmediatamente en peregrinaciones populares,
totalmente desarrolladas en su aspecto universal para finales
del siglo XI, fenómeno que iba aumentando conforme avanzaba
la edad media. En el reino pamplonés comienza a captarse
el tránsito de peregrinos como fenómeno habitual
y multitudinario a mediados del siglo XI, teniendo que situar
a partir de entonces las muestras devocionales hacia Santiago.
Templos de Santiago en Navarra
A través del estudio de
las manifestaciones del culto a Santiago en Navarra se puede
palpar el pulso devocional a lo largo de la historia e, incluso,
intuir alguna nueva ruta de peregrinación. Los ejemplos
más elocuentes son debidos a la titularidad de las parroquias,
en la mayoría de los casos convertidas muchas en jalones
importantes del Camino. En el primer tramo de la ruta francesa
se encuentran las iglesias de Valcarlos-Luzaide y Roncesvalles
y la del despoblado de Burrín. La ermita de Santiago de
Pamplona se convertiría con la Orden de los Predicadores
en iglesia conventual. En el primitivo camino de esta ruta se
encontraban los Santiagos de Laquidáin, Oskia, Irurtzun
e Itxasperri; mientras que por la nueva vía abierta tras
la reconquista de las tierras najerenses aparece el hito de Santiago
de Puente la Reina. Similar a este caso será una de las
parroquias de Sangüesa, situada en el ramal que entraba
de Aragón. En este tramo hay que situar igualmente la
iglesia de Santiago de Garitoain. Encontramos cuatro dedicaciones
al santo en iglesias de la ruta secundaria de Baztan: barrio
de Urrasun en Azpilkueta, Elizondo, Gorronz y Oricáin.
En la meridional de Sangüesa a Puente la Reina aparece bajo
su titularidad la parroquia de Navas; en cambio, el ejemplo de
Aibar parece obedecer a Santiago el Menor. En la ruta Valdega-Berrueza-Aguilar
se sitúan los templos de Olejua y Cabredo y, en la del
Ebro, el Santiago de Tudela.
Teniendo en cuenta el millar
largo de núcleos poblacionales de Navarra y la importancia
del Camino de Santiago surcando el pequeño pero accidentado
territorio por multitud de sus rincones, las advocaciones parroquiales
no resultan ser muy numerosas. A este hecho debe dar explicación
una consolidada cristianización de todo el reino, poseyendo
todas las iglesias santos titulares que difícilmente podrán
ser cambiados por otros, salvo en específicos y muy elocuentes
casos como el de Valcarlos-Luzaide que sustituyó a un
San Juan anterior. Por esta razón, algunos de los pueblos
por los que discurría el Camino tuvieron que venerar al
santo por medio de capillas y, sobre todo, de ermitas. Otras,
descontextualizadas de cualquier ruta jacobea, hay que relacionarlas
con la difusión del culto al santo.
Algunas iglesias y ermitas del
Camino que aparecen bajo la advocación de Santiago, lo
mismo que otras dedicadas a otros santos, servían a su
vez de hospitales para la atención de peregrinos, que
corrían en muchos casos a cargo de Cofradías de
Santiago, aunque la mayor parte de estas últimas son de
creación moderna, fundamentalmente del siglo XVI y XVII.
Otras formas del culto al
santo.
Las reliquias constituyen otra
fuente importante para analizar el culto a los santos. Santiago,
con su cuerpo en la capital gallega, no tendría que ser
objeto de circulación de sus reliquias óseas. Sin
embargo en su parroquia de Sangüesa encontramos una reliquia
del Apóstol, algo que no debe de extrañarnos si
atendemos a que en este mismo templo guardan parte del cráneo
de San Pedro y en el contiguo de Santa María "ex
cuero Beati Bartholomei".
La devoción a los santos
se manifiesta también a través de las expresiones
artísticas. Desde el punto de vista devocional, su iconografía
aparece especialmente difundida en las parroquias por donde discurre
el Camino. Resulta especialmente ilustrativo observar el aspecto
artístico en las iglesias que ya poseían otros
titulares antes de llegar el fenómeno jacobeo. En estos
casos, una de las formas más sencillas pero a su vez elocuentes
de adherirse a al nuevo culto es la dotación de esculturas
y pinturas representando al santo en los templos. Al igual que
con las ermitas, encontramos ejemplos desvinculados de las rutas
jacobeas indudablemente debidos a la difusión del culto
al Apóstol. Por otra parte, en torno a la discutida relación
entre la arquitectura románica navarra y el paso del Camino
de Santiago, las nuevas rutas secundarias propuestas pueden contribuir
a la explicación de algunos de los templos románicos.
Expresión de la devoción
colectiva a Santiago es la celebración de su fiesta. La
vigilia de Santiago aparece documentada el 24 de julio a lo largo
de la edad media, desde su primera mención en 1157. Aunque
no será hasta el gobierno del obispo Armingot (1268-1277)
cuando se introduzca la fiesta en toda la diócesis pamplonesa
junto a la de los apóstoles Pedro y Pablo.
En cuanto a las devociones personales,
aparecen expresadas mediante donaciones a la catedral de Santiago
y peregrinaciones por diversos motivos. Destaca por su significación
la devoción profesada por los monarcas, erigidos en auténticos
tuteladores del Camino. Otros fieles navarros mostrarán
igualmente su devoción al Apóstol a lo largo de
la edad media.
El fenómeno no es exclusivo
de Navarra, ni siquiera de los territorios hispánicos
por donde discurre el Camino. Así, aparece constatado
igualmente en el actual departamento francés del Cantal,
donde existió una profunda vinculación entre su
capital Aurillac y el monasterio-hospital del Cebrero desde principios
del siglo XI, intensificada a raíz del siglo siguiente.
En aquel departamento son numerosas las iglesias dedicadas a
Santiago, además de otras manifestaciones como una pujante
cofradía del santo.
BIBLIOGRAFÍA FUNDAMENTAL:
Arraiza Frauca, J. Cofradías
de Santiago en Navarra, Pamplona: Gobierno de Navarra, 1998.
García Gainza, M.C. (dir.),
Catálogo Monumental de Navarra, Pamplona: Gobierno
de Navarra, 1980-1997 (9 vols.).
Jimeno Aranguren, R. The cult
of Santiago in his Road: the Kingdom of Navarre, in "International
Medieval Congress, Leeds: University of Leeds, 1999" (en
prensa).
Jimeno Jurío, J.M. Rutas
Menores a Santiago, Navarra. Temas de Cultura Popular, nº
111, Pamplona: Diputación Foral de Navarra, 1971.
Jimeno Jurío, J.M. Rutas
Mayores a Santiago, Navarra. Temas de Cultura Popular, nº
98, Pamplona: Diputación Foral de Navarra, 1971.
Jimeno Jurío, J.M. La
hospitalidad del Camino de Santiago, Navarra. Temas de Cultura
Popular, nº 103, Pamplona: Diputación Foral de Navarra,
1971.
Vázquez de Parga, L. Lacarra,
J.M. y Uría Ríu, J. Las peregrinaciones a Santiago
de Compostela, Pamplona: Gobierno de Navarra, 1992 (3 vols.,
reed. de la editada por el C.S.I.C., 1948).
VVAA., El Camino de Santiago
y la articulación del espacio hispánico. XX Semana
de Estudios Medievales Estella, 26 a 30 de julio de 1993,
Pamplona: Gobierno de Navarra, 1994. Especialmente la comunicación
dedicada a Navarra elaborada por A. Martín Duque
Roldán
Jimeno Aranguren, historiador |