Aunque
posiblemente desde que la lengua fue tematizada en el País
Vasco como un rasgo saliente en la definición de la identidad
existan procedimientos que regulen de un modo u otro su adquisición,
la euskaldunización de adultos, tal y como hoy la conocemos,
regida por planes y didácticas, desarrollada en espacios
específicos para ello, gestionada real y simbólicamente
por agentes que, hoy, han alcanzado ya un amplio nivel de profesionalización,
no tiene, apenas, más que dos décadas de historia.
Es éste, pues, un fenómeno
joven. Y ello en un triple sentido: en primer término,
porque es desde hace bien poco que puede decirse que las distintas
redes que componen la euskaldunización de adultos han
adquirido relevancia cualitativa y cuantitativa en el conjunto
del panorama social del País Vasco; en segundo término,
porque es crecientemente más joven el perfil de la población
que desarrolla una buena parte de su cotidianidad en los escenarios
de aprendizaje de la lengua; y, en último término
y acaso lo más importante porque en los espacios
sociales donde se desarrolla el aprendizaje de euskera por adultos
se hacen plausibles y visibles algunas de las formas y estrategias
de construcción de identidad y de sentido más características
de las sociedades contemporáneas.
El trabajo de investigación
que he desarrollado recientemente con la financiación
de una Bolsa de Estudios de Eusko Ikaskuntza, ha buscado en la
euskaldunización de adultos no tanto todo aquello que
pudiera indicarnos su carácter de dispositivo de reproducción
y de mantenimiento de una identidad cultural diagnóstico
que, debe decirse, preside la mayor parte de los estudios que
las ciencias sociales han desarrollado acerca de este fenómeno,
sino, bien al contrario, aquello que pudiera indicarnos cómo
las prácticas que los actores sociales despliegan en cada
espacio de aprendizaje se demarcaban y distanciaban de esa lógica,
para construirse dentro de las coordenadas de otra bien distinta,
indicativa de la existencia en esos escenarios de modalidades
de identificación colectiva radicalmente nuevas en el
espacio social del País Vasco.
A los efectos de este texto,
puede entonces caracterizarse como sigue el perfil sociológico
que ha cobrado la euskaldunización de adultos en la investigación
desarrollada: lugares que habiendo sido, en lo sustancial, diseñados
desde un proyecto de mantenimiento y de reproducción de
una identidad cultural "fuerte", devienen marcos en
los que se habilita el despliegue de formas de interpretar la
pertenencia y de construir la identidad que atraviesan, sin negarla,
aquella lógica y aquellos propósitos desde los
que estos espacios fueron proyectados. Ciertamente, en esos espacios,
cotidiana e intensamente, se inventan formas de representación
de la identidad, que aunque apoyadas en las condiciones a las
que habilita el funcionamiento de los dispositivos que genera
una identidad "fuerte" para su reproducción
(cf. Gabriel Gatti, "Habitando (astutamente) en las
Ruinas del Mapa: el Aleph, la nación, los cronopios y
las modalidades débiles de la identidad colectiva",
en Política y Sociedad, nº 30, Universidad Complutense,
Madrid, 1999), se alejan a través de sus discursos y de
sus prácticas de estas identidades fuertes, dando forma
a peculiares modalidades de identidad y de implicación
en lo colectivo.
Enfocada la euskaldunización
de adultos desde esta hipótesis, comparece con ella un
movimiento radicalmente novedoso: la emergencia de una lógica
de construcción de sentido social, más débil,
quizás, que las poderosas configuraciones de sentido construidas
en torno a la política y la religión, pero no por
eso menos intensa. Dentro de estos espacios, en el tiempo de
su práctica cotidiana, la puesta en contacto de percepciones
sobre la pertenencia identitaria muchas veces muy distantes
entre sí y, sobre todo, la entrada en un marco cerrado
creado para la producción de un cambio de esas percepciones,
provoca en el alumnado una muy seria transformación de
su forma de entender la lengua y de la identidad. Pero acaso
más relevante que lo anterior sea el hecho que la identidad
que se construye a lo largo de ese proceso de transformación
sólo adquiere pleno sentido en esos lugares y bajo
esas reglas de interacción.
Las estrategias con las que los
sujetos se desenvuelven por estos escenarios de interacción
y los procedimientos con los que negocian el contenido y la función
de los elementos diferenciales de la identidad constituyen, así,
los elementos centrales que juegan en este particular proceso.
En el interior de la euskaldunización de adultos se ha
redefinido la distinción radical entre condiciones de
identidad auténticas u originales y condiciones de identidad
simuladas o artificiales, y en consecuencia, han aflorado modalidades
de identidad que hacen de la simulación, de la ocupación
de los roles disponibles en escenarios concretos de socialidad
sus rasgos característicos.
Así, la euskaldunización
de adultos revela, como sucede con no pocos ejemplos de las formas
contemporáneas de la identidad colectiva, el necesario
anclaje en el espacio de las modalidades contemporáneas
de la pertenencia, y, en esa medida, la fuerza con la que la
que podría ser denominada "lógica tópica
de la construcción del sentido" atraviesa otras lógicas
de construcción de sentido la política, al
religión, el trabajo
, quizás más
poderosas, pero hoy en abierta crisis. Gabriel Gatti, Departamento
de Sociología 2, Universidad del País Vasco. Profesor
de teoría sociológica. Investigador en el Centro
de Estudios sobre la Identidad Colectiva/Identitate Kolektiboen
Ikertegi-zentrua, donde coordina del grupo de trabajo Nuevas
y Paradójicas Identificaciones/Nortasun Paradojikoen Ikertegia |