Este articulo ha sido realizado
a partir del informe "El periodismo científico como
creador de opinión" dado en Conferencia "CURSO
DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA EN EUSKAL HERRIA"
organizada por EUSKO IKASKUNTZA SOCIEDAD
DE ESTUDIOS VASCOS en
Bilbao los días 23, 24 y 25 de Noviembre de 1998. El autor,
Mikel Orrantia Diez, es miembro de la Sección de Medios
de Comunicación de la citada sociedad cientifica vasca
y asesora al Cluster de Medio Ambiente de Euskadi en asuntos
de Comunicación Corporativa. Licenciado en CC. Sociales
y de la Comunicación, Cursa estudios de Publicidad y Doctorado.
La historia de la humanidad camina paralela
a la de la investigación, divulgación y universalización
de los conocimientos científicos.
Pero ha sido el avance incontenible de la información
mediática la que ha puesto en entredicho la forma y los
contenidos que debe configurar la información científica
en la divulgación mediática de nuestros días.
El poder de los medios y de los
periodistas (algunos, al menos) es tan rotundo y universal que
se puede decir que aquello que no tiene cabida en sus ediciones
no existe, también en el caso de la ciencia, esta y los
profesionales del periodismo y sus medios deben encontrar una forma apropiada y respetuosa
con las funciones de cada cual para convivir en colaboración
de utilidad para todos.
Me voy a permitir traeros a la
mente el recuerdo de una idea básica para la ciencia y
la vida: el sentido común, inteligente y creativo, de
Cervantes puesto en boca de Don Quijote y Sancho Panza. ­¡Válgame
el cielo y vuestra clemencia! ; os lo ruego, pensad que estamos
en evento de celebración de tan feliz aniversario, como
lo es la edición de 'El Quijote', para que vuesas mercedes
se muestren indulgentes con mi atrevimiento.
Veamos. Decía el insigne
hidalgo que "Sobre el cimiento de la necedad no asienta
ningún discreto edificio" (Parte II, Cap.XLIII).
Y, también, predicaba
una de esas verdades como puños, cuando aseguraba que,
"Buen natural tienes, sin el cual no hay ciencia que valga"
(Parte II, Cap.XLIII). Ya que, para él, "Letras sin
virtud son perlas en el muladar" (Parte II, Cap. XVI), para
añadir en la misma línea, hoy de tanta actualidad
para todos nosotros intelectuales o simples interesados en el
saber y la ciencia, que: "¿Al dinero y al interés
mira el autor? Maravilla ser que acierte" (Parte II, Cap.
IV), ya que "Es mejor
ser loado de unos pocos sabios, que burlado de muchos necios
" (parte I, Cap. XLVIII).
La ciencia ha progresado más
en los últimos veinte o treinta
años que durante siglos atrás. Ello ha puesto en
manos de los profesionales de la información científica,
los periodistas y en la de los
editores mediáticos una gran responsabilidad a la hora
de dar a conocer los descubrimientos
y sus aplicaciones, con ello están configurando nueva
cultura y nuevos modelos de comportamiento sociales contemporáneos;
también, y de forma muy importante para las industrias
de nuestro tiempo, el consumo masivo de productos científicos.
La física, la biología,
la ingeniería industrial y la arquitectura, entre otras
disciplinas científicas, están hoy en el día
a día de los grandes diarios del mundo ocupando espacios
importantes y configurando opinión... dando popularidad
e imagen a este o aquel laboratorio, institución e investigador
que compiten frente a estos otros por acceder a presupuestos
siempre limitados, a mercados, a capacidad de investigar más
y mejor...
La responsabilidad de los media
y de los periodistas en este
capítulo no es sólo dar información veraz
y comprensible a las audiencias - lectores-, es también
buscar equilibrios que no marginen a nadie que merezca estar
en el conocimiento generalizado de los ciudadanos... y de aquellos
que deciden sobre el futuro de las inversiones en investigación
científica y su uso.
Dice Manuel Calvo Hernando en
su estupendo libro "PERIODISMO CIENTÍFICO" (1992)
que estamos ante un crecimiento de la demanda pública
de educación e información sobre ciencia y tecnología
y que tanto la comunidad científica como una parte de
las estructuras de la educación y de la comunicación
perciben la necesidad de esforzarse en responder a esta demanda.
El público -añade- empieza a ser capaz de asimilar
los conocimientos generalizados sobre ciencia y tecnología,
si se le ofrece en su lenguaje habitual, para saber cual es el
sentido de los grandes descubrimientos de nuestra época.
Por su parte, el científico y el técnico son cada
vez más capaces, en general, de traducir los aspectos básicos de su trabajo
de modo que puedan ser captados por una mente poco entrenada.
Ni para el público ni para el especialista las barreras
son intelectuales, sino de otra muy variada naturaleza.
Pienso, con el citado autor,
que estamos adentrándonos a
uña de caballo en la civilización del conocimiento
en la que toda actividad que procure y difunda el saber, deber
ser prioritaria.
En esta función de modernización
y popularización de la ciencia con su divulgación
masiva mediática, tiene un espacio de palco la
divulgación periodística
de los descubrimientos, la historia y el saber científico;
la función de popularizar y de dar a conocer ese saber
en el que los investigadores actuales van logrando avances significativos,
acerca de los diversos temas de interés que configuran
el universo hasta ayer cerrado de la ciencia y de la tecnología,
y la de instigar y procurar la participación creciente
en un debate por conocer el valor o los aspectos negativos que
tales avances conllevan para todos los ciudadanos del mundo,
para todos los hombres, y, con ello, incrementar la democratización
de la toma de decisiones en el futuro de las investigaciones
científicas y de sus aplicaciones tecnológicas
y técnicas.
No se trata aquí con ello
de poner trabas al desarrollo científico o a la libertad
de cátedra e investigación, que son garantías
de libertades y desarrollo humano, se trata de hacer llegar el
viento de la participación
y la democracia, usando las estructuras mediáticas, al
saber científico técnico e incrementar el grado
de conocimiento y de participación de los seres humanos
en su propio futuro. Lo que demanda un equilibrio de fuerzas
de nuevo tipo que deber ser tenido en cuenta por los poderes
democráticos (también los científico - técnicos
públicos y probados, y los universitarios) en el próximo
futuro.
Desde luego, hay y habrá
conflictos. No es el menor, el de la necesaria formación
científica del periodista que se especializa en los temas
de divulgación; pero, está también y sobresale,
el de la definición
de información periodística de interés preferente:
"aquello que alguien
en alguna parte oculta sobre un tema de interés o que
puede llegar a serlo".
La precipitación al dar
a conocer una investigación inacabada puede generar falsas
expectativas, escándalo, incluso, fraude.
Pero los medios viven de la inmediatez,
de la urgencia, compiten con ello, lo que hoy es noticia mañana
deja de serlo, lo cual plantea un conflicto entre inmediatez
y exactitud... Además la noticia científica o técnica
puede ser buena para la comunidad, pero resultar 'un tocho' pesado
e indigesto para su divulgación popular, cabe entonces
la posibilidad de que al periodista o al director del medio se
les ocurra aligerar y dar salsa al contenido y acabar deformándolo
de manera que ningún experto lo reconozca y llene de pesar
al científico o empresa que ha divulgado la información
a los media... Otras tantas barreras que deben ser superadas
con tiento y acierto, con responsabilidad y preparación.
Manuel Calvo Hernando cataloga
y cita acertadamente los conflictos
y problemas de la divulgación científica y señala
las siguientes:
1) Conflicto entre ciencia y
divulgación.
2) El conflicto entre el periodista
y el científico.
3) El conflicto entre la rapidez
y la exactitud.
4) El conflicto entre la información
científica y el sensacionalismo.
Para el punto dos, el conflicto
entre el periodista y el científico para divulgar la ciencia,
Calvo Hernando apunta seis posibilidades de colaboración
entre ellos en la búsqueda de la óptima aproximación
al binomio formado por una mayor exactitud y una mejor divulgación,
así:
1- El especialista escribe el
artículo en su forma definitiva y el periodista no interviene
mas que en la confección de la página o espacio
(o en la titulación, podría añadirse).
2-El periodista elabora el trabajo
redactado por el científico para adaptarlo a las necesidades
de sus lectores.
3- El científico elabora
un esquema directo, siguiendo el cual el informador concibe y
redacta el trabajo.
4- El periodista entrevista al
especialista y prepara el trabajo informativo utilizando el material
de la entrevista y la documentación para prepararla adecuadamente.
5- El periodista se inspira directamente
en escritos científicos, sin tener que consultar a ningún
especialista.
6- El periodista se inspira únicamente
en otros trabajos de divulgación. Coincido con el autor
en que ésta es la opción menos aconsejable.
La fórmula cinco tiene
sus riesgos si el periodista no es un experto o no está
formado apropiadamente en el tema a tratar, al fin y al cabo,
la falta de formación apropiada le hará repetir,
sin criterio ni discernimiento suficientes, lo que vea dicho
por terceros que supone conocedores del asunto y relevantes en
la profesión, con lo que, si llegase a darse el caso,
su posición es muy vulnerable a la peor manipulación
que se puede dar en la prensa: poner la firma del propio periodista
y su credibilidad mediática y personal al servicio de
un emisor mal intencionado.
Las cuatro primeras opciones,
y algunas combinaciones que se pueden dar entre ellas (por ejemplo:
enseñar para recabar la opinión del científico,
el trabajo periodístico una vez elaborado y antes de maquetarlo),
parecen las mejores y deben ser utilizadas según y en
que casos unas u otras, adaptándose a las circunstancias
para mejor resolver el logro de una información más
veraz y mejor elaborada desde el punto de vista de su divulgación
periodística.
¿Comunican los comunicadores?:
Parece que no. Así que si usted es el responsable de informar
sobre su empresa, tome nota.
Mezclar la información
con la publicidad, convocar ruedas de prensa sin motivo y "dar
la paliza" a los periodistas son los errores más
comunes en los departamentos de comunicación, según
un estudio reciente.
Los periodistas de prensa especializada
dicen que muchos comunicadores de este país no dan la
talla. Opinan que "la información enviada por las
empresas está cargada de literatura cursi, está
escasa de imaginación y no se adapta a cada tipo de medio".
Son algunas de las conclusiones que se desprenden de un estudio
elaborado por Edelman y que ha sido contestado por varios profesionales
de la información (publicaciones
del corazón, de hogar y decoración, familiares,
gastronómicas y de investigación).
La sección de "Salud"
de "El Mundo (22-11-98), en su columna "Gran Angular",
José Luis de la Serna decía que "Las secciones
de salud de los medios se
llenan de faxes hablando de la llegada de un nuevo producto a
las farmacias, de la existencia de una técnica novedosa
o de un avance médico que revolucionará el tratamiento
de una enfermedad determinada. Separar el grano de la paja -añade-
y seleccionar aquello que, en realidad, es importante para la
salud de las personas, puede llegar a ser una tarea difícil
para los que tienen que informar sobre estos temas".
Dígale pues a su jefe
de prensa o asesor de comunicación que haga las cosas
bien, que le diga a usted qué es información
periodística y qué
es publicidad y como debe usted tratar cada una de ellas; dígale
que facilite las cosas a las atareadas redacciones de los periódicos
haciéndolas profesionalmente bien desde el punto de vista
informativo, ganar en credibilidad y sus mensajes e informaciones
serán mejor recibidos y tendrán, mayor credibilidad
que los que van automáticamente a la papelera. Tenga en
cuenta que llegan a cada medio muchos más mensajes e informaciones
que las que el tiempo y el espacio mediáticos
de cada día disponen, eso les obliga a seleccionar.
Pero hay más críticas.
Los encuestados, que están en contacto normalmente con
compañías de gran consumo, opinan que las empresas
convocan ruedas de prensa sin motivo y que ponen a portavoces
poco creíbles y objetivos. Según Mercedes Pescador,
directora general de Edelman, "el estudio refleja una percepción
equivocada sobre la comunicación".
Los periodistas aseguran que
los comunicadores de las firmas en cuestión confunden
la publicidad con la información y en lugar de conservar
el rigor informativo hacen publicidad de productos o de la
compañía. En este
sentido, Pescador advierte que existe un riesgo sobre todo, "cuando
los departamentos de comunicación están al mando
de directores de marketing y no de profesionales de la información".
Pero estas opiniones no deben
desilusionar a nadie. Es más, a juicio de Mercedes Pescador
"hay que aprender de los errores y modificar algunas prácticas".
Edelman lanza ocho consejos para corregirlos. Son los siguientes:
Es sano y útil aprender
de los errores para corregirlos, por ello, y como experto consultor
de empresas en comunicación corporativa, me voy a permitir
darle, estimado lector, algunos consejos para mejorar sus comunicaciones
con sus públicos objetivo a través de los Media.
Veamos:
1. Adapte la información
que usted emita al tipo de medio de
comunicación al que la envíe y a la audiencia que
lee esos medios. Piense en:
"A quién desea decir que cosa, cómo decírselo
y por medio de qué o quién lo hará mejor".
Tenga en cuenta que su información va a ser publicada
y recepcionada también por aquellos a los que quizá
usted no necesita o desea que les llegue; valórelo al
definir sus contenidos y canales de emisión.
2. Sea creativo a la hora
de generar información o de realizar actividades informativas
con medios especializados. A todos nos agrada que nos atiendan
con respeto y corrección, y a los periodistas que no se
abuse de su oficio tratando de enviarles mensajes sin contenido
informativo suficiente o, lo que es peor, pensando que la barrera
profesional se vence con dinero: si uno llegara a admitirlo,
cien se ofenderán gravemente con usted de por vida.
3. Guarde siempre rigor informativo.
4. No convoque ruedas de prensa
sin motivo.
5. Consiga portavoces objetivos,
con facilidad expositiva, que vayan al grano y respeten a la
audiciencia y a los profesionales de la información publica.
6. Dé más importancia
a las fotografías y material gráfico en general.
7. Tenga en cuenta las horas,
días de cierre y las características particulares
de cada medio.
8. No confunda la información
con la publicidad.
La sociedad mundial contemporánea,
es ya cada día más postindustrial, más global,
interdependiente e interrelacionada, sea desde la perspectiva
de la economía, sea desde la relativa a la tecnología
o la ciencia, sea desde la de la cultura dominantes, del sistema,
sus 'verdades' e informaciones mediáticas están
cada vez más universalizadas, admitidas y utilizadas en
todos los países y regiones del mundo.
Desde luego en una campaña
de comunicación de imagen científica que busca
crear mercado para un nuevo producto recién salido del
laboratorio, el éxito de la política comunicativa,
significa casi siempre el éxito en las ventas del producto.
En determinadas circunstancias
favorables (que son provocables intencionadamente), es posible
la "manipulación" de los mensajes y de los Media
para lograr conformar la formación global de estados de
opinión social sectoriales; ello es patente, al menos,
actuando sobre microplanos o grupos sociales sectoriales: una
empresa o una organización y sus respectivos públicos
objetivo, seleccionados y adecuadamente clasificados y relacionados
al efecto. Microplano que ignoro si será comparable al
contexto macro de la sociedad (un país) en su conjunto,
pero me inclino a pensar que sí, a la luz de mi experiencia
y conocimientos teóricos.
Esa "manipulación"
puede darse a condición de contar con los medios adecuados
para hacerlo y de autolimitar los cambios propuestos al estado
(incluso subliminal) de la cultura de masas dominante en ese
ámbito social y o individual en el que sitúan los
públicos objetivo receptores del mensaje y la campaña
en cuestión y a los cuales nos dirigimos direccionalmente
con el contenido seleccionado y manipulado (en defensa de nuestros
objetivos) de nuestros mensajes e informaciones.
De nuestros días la comunicación
no es ya solamente un asunto entre el hombre y el hombre, sino
entre agentes de comunicación humana (grupos o individuos)
a través de dispositivos de comunicación más
o menos complejos.
"(...)Las sociedades, dice
McQuail, están estructuradas mediante diferencias de poder,
tanto entre clases económicas diferentes como en el interior
de estas últimas, y se caracterizan por conflictos y tensiones
latentes, cuando no activos. Estos conflictos se expresan en
ideologías competitivas, en las que los medios de comunicación
se hayan profundamente implicados en calidad de difusores y almacenes,
cuando no de fuentes originarias.
Es de sobra conocido el tópico
"vale más una imagen que mil palabras" que viene
a expresar la configuración de la información,
enforma de síntesis, en la imagen mental que conforma.
Hay que considerar el fenómeno
de "entropía". En todo proceso de transmisión
de informaciones, se da siempre una pérdida cuantitativa
y cualitativa del mensaje transmitido. Esta parte perdida del
mensaje, debido al distinto nivel de interés, de conocimiento
del tema en cuestión, de comprensión, de ruidos
y perdidas debidas a los códigos de transmisión
propiamente dichos, etc... entre la parte emisora y la receptora,
se la denomina entropía. En toda transmisión de
información, existe un nivel importante de entropía;
sin embargo, en la comunicación este nivel tiende a reducirse
al mismo tiempo que se incrementa el propio hecho comunicacional.
Mikel
Orrantia Diez. Escritor y periodista |