La importancia del turismo en Euskal Herria
va en aumento. El último boom turístico lo ha provocado
el Guggenheim, pero las demás capitales también
tienen sus atractivos turísticos. Cada vez son más
los turistas que visitan Euskal Herria, aunque todavía
queda camino por recorrer en este sector.
Manuel Cuenca, Director del Instituto de Estudios de Ocio de
la Universidad de Deusto y autor de numerosos libros y artículos
sobre temas de ocio, respondió a preguntas relacionadas
con el turismo.
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-¿Qué debemos
entender cuando hablamos de turismo cultural?
Coloquialmente podríamos entender por turismo cultural
aquel que tiene una motivación central en la cultura,
pero la cultura es un término demasiado amplio y puede
resultar ambiguo. Normalmente estamos hablando de personas interesadas
en el patrimonio, el arte, los museos, la música y actividades
similares.
- ¿Cuáles
son los rasgos que lo definen?
Los rasgos que se asocian a este tipo de turismo son el carácter
no estacional y la mayor exigencia. En general, responde a un
tipo de personas con mayor capacidad adquisitiva, que exigen
calidad y seriedad. También se puede pensar que es gente
con mayor formación, porque el turismo cultural es una
práctica de ocio muy unida a estilos de vida cultivados.
Todos estos aspectos indican que es un tipo de oferta en crecimiento
y de especial interés para nosotros.
- ¿Qué ventajas
aporta a un destino turístico este tipo de turismo? ¿Cuáles
son las ventajas para la propia comunidad?
El turismo cultural aporta múltiples ventajas a los lugares
en los que se desarrolla, yo destacaría dos fundamentales:
la revalorización del patrimonio en su más amplio
sentido, no hay que pensar sólo en el patrimonio artístico,
y el hecho de convertirse en medio de regeneración. No
hay que olvidar que el mantenimiento de cualquier patrimonio
cultural es costoso y el turismo puede ser un medio para resolver
este tema.
-¿Por qué
se plantea que los elementos que configuran el turismo cultural
deben estar unidos a los intereses de la comunidad en los que
se enclavan?
Porque es
la única manera de poder llevar a cabo un turismo comprometido
y sostenible en el tiempo. El turismo cultural no es sólo
cuestión de recursos, también es vida y continuidad,
¿cómo es posible llevar a cabo todo esto prescindiendo
de la comunidad? Cada vez se pondera más la necesidad
de formar a las comunidades receptoras para que conozcan mejor
lo que ofrecen y lo que se espera de ellas. La participación
comunitaria es un aspecto determinante en cualquier proyecto
temático a largo plazo, pero no tenemos demasiada experiencia
de cómo hacerlo.
-¿Está el
Euskal Herria preparado para ser un destino de turismo cultural? Desde el punto de
vista de recursos sí. Tenemos mucha materia prima en cuanto
a patrimonio, tradiciones, gastronomía, etc. Creo que
todavía nos faltan productos vendibles, ofertas concretas
capaces de competir con otras también concretas. En los
últimos años se ha hecho un enorme esfuerzo por
parte del sector público, pero el impulso de la iniciativa
privada no ha sido similar, se necesita aún más.
-¿Es factible cambiar en
poco tiempo de una cultura industrial a una cultura de servicios
en la que se enclava este turismo cultural?
En poco tiempo no, pero por ejemplo, Bilbao lleva años
de cambio y los resultados ya empiezan a verse. En cualquier
caso hay que pensar que con la cultura industrial existían
otros muchas manifestaciones culturales que tienen muchas posibilidades
de cara al futuro. El gusto por la música o el arte no
es nuevo y lo mismo se puede decir de otras manifestaciones culturales.
El turismo cultural puede y debe descubrirlas, pero para eso
hay que saber presentarlas y actualizarlas.
-Un destino turístico,
para ser atractivo debe marcar una diferencia respecto a otros.
¿Dónde entiende que puede estar esa diferencia?
Está claro que tenemos muchos aspectos diferenciales que
pueden dar un matiz distinto a nuestra oferta, pero hay que considerar
que quien debe notar esto es el cliente. Es determinante la manera
en la que un destino turístico satisface las necesidades
de los posibles visitantes. Si no se piensa en las necesidades
de nuestros hipotéticos clientes, no creo que sirva de
mucho centrarse en marcar la diferencia de la oferta.
-¿Dónde
está el límite entre explotar turístico-comercialmente
una realidad cultural y no perder la propia idiosincrasia?
No hay recetas, el límite hay que ponerlo en cada lugar,
con sus objetivos y sus posibilidades. Existen herramientas que
ayudan a tomar decisiones relacionadas con los límites,
como por ejemplo los análisis de impactos, capacidad de
carga, estudios sobre coste-beneficio, etc. Detrás de
todos ellos siempre aparecerán cuestiones relacionadas
con los objetivos, la filosofía de fondo, los planteamientos
más o menos conservacionistas. En todo caso creo que es
una cuestión fundamental pensar que cualquier proyecto
turístico debe estar encuadrado en unos límites.
Esto se suele olvidar a menudo, sobre todo en los momentos iniciales.
-El Festival de Cine de
San Sebastián surge hace casi 50 años promovido
por los comerciantes de la ciudad para prolongar la estancia
de los turistas. El Museo Guggenheim es un equipamiento con un
componente muy importante de atracción: ¿son estos
modelos de actuación en el campo del turismo cultural?
Es evidente que sí, aunque hay que considerar que son
modelos de centralidad cultural, muy interesantes desde el punto
de vista de la imagen y la atracción, pero que no son
los únicos modelos posibles. Me parecen también
muy positivos los modelos participativos, relacionados con la
implicación en procesos culturales locales: artesanía,
gastronomía, fiestas. Los modelos de centralidad y los
de descentralización son complementarios, pero deben estar
coordinados y, si se puede, debieran planificarse con una cierta
unidad.
-Algunas comarcas de Euskal Herria no
han desarrollado oferta turística alguna, aunque disponen
de alternativas para ello. ¿Qué consejo les daría
a estas comarcas? El turismo no es
la panacea de todo, pero yo les aconsejaría que pensaran
si quieren diversificar su economía o si, en función
de sus objetivos, debiera ser un elemento más que potenciase
el desarrollo comunitario. Lo importante es que las actividades
turísticas que promueven tengan sentido dentro de un proyecto
más global.
-¿Cuáles
son las líneas maestras que se debieran llevar a cabo
para el desarrollo del turismo en Euskal Herria? A mí no me
gusta hablar de líneas maestras, pero sí de coherencia,
coordinación y evitar mensajes antitéticos, que
ayudan muy poco a transmitir una imagen sugerente hacia el exterior.
En el turismo hay que trabajar mucho el tema de calidad, apoyando
puntos fuertes reales. No olvide que el turismo es un conjunto
de servicios con una proyección de presente y de futuro,
por lo que se debe tener en cuenta la comunidad a la que afecta
y los impactos que produce. Todos hablamos de la promoción
de un turismo sostenible, pero hay que lograrlo con el consenso,
la colaboración y la planificación, y todo esto
es difícil en la práctica.

MANUEL CUENCA CABEZA
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Director de los
programas de Postgrado de Estudios de Ocio, es autor de numerosos
libros y artículos de investigación sobre temas
de ocio. Entre sus últimas publicaciones destacan Temas
de Pedagogía del Ocio, y Ocio y Formación: Hacia
la equiparación de oportunidades mediante la educación
del ocio. El Dr. Cuenca dirige la colección Documentos
de Estudios de Ocio y el Centro de Documentación ADOZ.
Desde 1990 promueve diversas áreas de investigación
en Ocio, Turismo y otras aproximaciones interdisciplinares al
fenómeno del Ocio. Dirige el Boletín ADOZ y es
miembro asesor de diversas revistas científicas. |
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