Para el donostiarra Andrés Nagel
la vida del artista no tiene secretos. Los ingredientes principales
son el trabajo serio y el convencimiento. Andrés huye
sin disimulos de calificar su obra. Desde la experimentación,
Nagel propone ampliar los márgenes de la representación
artística. Desmitifica la hegemonía mítica
del grupo Gaur. Siempre cambiante, siempre libre e imaginativo
es un transgresor de la forma capaz de articular todo tipo de
maneras para enfrentarse al orden establecido. Guarda celosamente
su vida privada tras la verja de su casa. Una casa de principios
de siglo, junto a la que está su lugar de trabajo: un
moderno edificio de cristal construido por el arquitecto De la
Hoz..
-Estudiaste arquitectura,
sin embargo, nunca ejerciste como arquitecto. Optaste por el
mundo del arte, de la escultura, de la pintura...¿Por
qué tomaste esta decisión?
Al mismo tiempo que estaba estudiando arquitectura empecé
a trabajar en la escultura, en pintura. Para mí el arte
es una forma de vida y me divierte mucho más que la arquitectura.
Además, en aquellos tiempos tampoco estaba nada fácil
lo de trabajar en la arquitectura, y de repente, te encuentras
metido en esto del arte. A veces en una profesión sucede
eso, te vas metiendo poco a poco pero sin ser plenamente consciente
de ello. No te metes en ello pensando que te vas a dedicar a
ello toda tu vida.
-¿Cómo fueron
tus inicios? ¿Qué dificultades encontraste en tu
camino?
El único problema en este mundo es sobrevivir. Desde luego
que no es un oficio fácil. Es un oficio en el que tienes
que luchar muchísimo, me imagino que igual que en todos
los demás. Pero aquí no están las cosas
claras, no están estructuradas. ¿Quién necesita
del arte? Igual la dificultad más grande que tiene el
arte es que nadie tiene necesidad de él. Éso es
lo que lo diferencia del resto de los oficios, que no es necesario.
Luego, no es que sean duros los primeros años, es que
es una profesión dura en general. Es una profesión
muy cíclica en la que hay momentos en los que las cosas
te van mejor. Pero no es nada segura.
-¿Cómo concibes el mundo
del arte?
Es una forma de vida en la que hay un pensamiento. Hay unas ideas
que plasmar. De todas formas, yo no soy ningún misionero
que quiera salvar a nadie. Yo lo hago por mí mismo, por
nadie más. Lo haces por ti, porque te gusta, y si lo haces
es porque tienes una cierta necesidad. Pero no es una angustia
permanente. Si a mí me dan ahora una ventanilla en una
caja de ahorros, a lo mejor cojo ese puesto de trabajo.
-Tienes una incesante voluntad
para narrar, para expresar ideas...¿De dónde te
surge esta necesidad? Narrar no es mi oficio.
Lo mío es expresar ideas. De todas formas, las palabras
expresar y comunicar, me resultan un tanto incómodas.
Es una cuestión puramente semántica. Las palabras
expresar y comunicar tienen algo como mesiánico. Si estás
pintando, lo que haces es plasmar ideas, y si hay ideas, lo que
haces es distinto y está vivo. Si no hay ideas, hay una
cosa repetitiva y decorativa, en el mejor de los casos. Yo espero
que no sea ése mi caso. Cuando estás en un oficio
plasmas ideas. Cuanto más inteligentes sean las ideas,
más interesante será la obra en sí.
-Siempre has declarado
que defiendes la idea sobre la forma. ¿Para mantenerse
en el mundo del arte es necesario un constante fluir de ideas? Si te fallan las
ideas es un problema personal. A la hora de pintar un cuadro
o hacer algo es necesario que haya ideas, yo no pinto un cuadro
porque sí. Un cuadro siempre tiene que expresar ideas,
como un libro siempre tiene que expresar ideas, si no no es un
libro. En el mundo de la plástica el flujo de ideas es
indispensable. Cada medio de expresión pide unas ideas
dentro de dicho medio. Así las ideas plásticas
simplemente son ideas plásticas, no se pueden explicar,
si no se destrozaría el cuadro. Las ideas plásticas
hay que verlas, y yo espero que la gente que ve mis cuadros vea
algo distinto, fuera de la imagen. Si lo único que interesa
es la imagen, entonces lo que se ve es una ilustración.
-Eres multidisciplinar, utilizas diferentes lenguajes
artístico-narrativos. ¿Qué te impulsa a
moverte entre diferentes disciplinas?
Para mí es todo el mismo oficio. Es como el caso de muchos
escritores. La gente se extraña de que escriban artículos,
de que escriban novelas, de que escriban teatro. Pero todo ello
forma parte del mismo oficio, lo que pasa es que son diferentes
maneras de hacer lo mismo. En el mundo del arte es muy parecido.
Utilizas diferentes técnicas o maneras para hacer una
cosa u otra, pero todas forman parte del mismo oficio. Dibujar,
esculpir, pintar...no está claro cuáles son los
límites de cada disciplina. Hace años los límites
estaban claros. Hoy en día, no ocurre lo mismo. Está
todo como muy mezclado, pero todo es el mismo oficio. Luego,
cada disciplina no tiene un uso determinado. Todo lo que te sirva
para hacer lo que tú quieres, para resolver un problema,
una idea, es válido. Cuando tienes una idea la ves en
una técnica determinada. La técnica para lo único
que te sirve es para resolver una idea, o sea, para hacer material
una idea. El que sea dibujo o sea pintura depende de cómo
ves lo que quieras hacer. La técnica te ayuda a no tener
problemas a la hora de hacer algo. Te ayuda a resolver, para
conseguir una cosa fluida y directa.
-¿Qué te
consideras: pintor, escultor, grabador, artista plástico?
La palabra adecuada sería artista plástico. Lo
que pasa que la palabra artista está muy manipulada por
la sociedad. Según la definición que viene en el
diccionario artista es todo aquel que haga algo en el mundo de
la plástica, independientemente de la calidad de lo realizado.
Así, siguiendo textualmente la definición del diccionario,
un carpintero sería artista. Creo que mi trabajo poco
tiene que ver con el de un carpintero.
-Tal y como dice el comisario Antonio
Zaya en la presentación de tu última exposición
"Fuera de servicio", Andres Nagel "apunta literalmente
con plomo al principio de realidad establecido". ¿Contra
qué apuntas en tus últimas creaciones?
Yo no creo que mis creaciones apunten contra el principio de
realidad establecido. Esa es la opinión de Antonio Zaya.
Yo simplemente hago cuadros. En esos cuadros plasmo todo lo que
hay alrededor de lo que vivo. Un cuadro no es una cosa inocente.
En él hay ideas. Si esas ideas perturban, inquietan o
transgreden, es un problema del espectador, no del autor. Yo
no tengo ninguna intención de provocar nada. Yo simplemente
pinto cuadros, es decir, plasmo ideas. Y seguramente esas ideas
son diferentes a las que plasma otra persona. Hoy día,
intentar provocar me parece ridículo. La sociedad es muy
susceptible a escandalizarse, pero ése es un problema
social. En ese sentido, creo, el que pinta un cuadro o escribe
una novela pensando en que va a escandalizar, o que va a provocar
una revolución, está muy equivocado. De todas maneras,
no me sorprenden las palabras de críticos, espectadores
y comisarios. Es una cuestión que me da igual. Si ocurre
algo bueno con algo que has hecho, pues muy bien. Y si no ocurre
nada, pues es lo peor que puede ocurrir.
-"Nagel con sus recortes
y agujeros de luz, perfila un escenario inédito de correspondencias
volubles, establecidas previamente en la superficie de su realidad
anónima y desapercibida, como escenas de un proyecto compartido
con Matisse y William Borroughs". "Andres Nagel no
es un hombre de etiquetas pero milita en la disidencia de su
autoexclusión, que no es la torre de marfil sino, mejor,
el observatorio". Todo esto y más dice el comisario
Zaya sobre Nagel en el catálogo de presentación
de "Fuera de Servicio". ¿Te sientes identificado
con las afirmaciones de Zaya? Sí, creo que
el texto es muy acertado. En conjunto me siento plenamente identificado
con lo que dice Zaya. Me gusta la visión que da de mi
obra. Me parece muy acertada la visión general que da
de las cosas. Luego, analizando punto por punto, frase por frase,
pienso que son opiniones de él que yo no me pongo a debatir,
jamás las debatiría. En referencia a lo de disidencia
y transgresión pienso que ése es totalmente un
problema del espectador. ¿Que mi obra transgrede? Pues
mucho mejor. Lo que realmente me preocuparía sería
que dejara a la gente indiferente.
-¿Es autobiográfica
tu obra? Todo lo que pintas
es algo que conoces. En ese sentido, es autobiográfica
pero con una matización: todo lo que pinto lo conozco,
pero no cuento mi vida.
-Tanto en "Fuera de servicio" como en
otras series se puede percibir un compromiso con el medio y la
realidad circundantes. Contextualizas tu obra en el País
Vasco. ¿Esta contextualización con la realidad
circundante es una constante en el mundo del arte? Todo el que trabaja
en un oficio de éstos, trabaja en referencia a un espacio
y a un tiempo. Yo creo que la única forma de trabajar
en ésto con esta mentalidad, es si estás trabajando
en el espacio en el que estás y en el tiempo en el que
estás. No puedes estar trabajando en esto con una mentalidad
característica de hace 20 años y en referencia
a un lugar en el que no estás. Todo éso sería
falso, pues transmitirías algo que no es cierto.
-¿Por qué
"Fuera de Servicio"? Es un título
elegido por Antonio. A mí me halaga. Lo utiliza en el
sentido de que mi obra está al servicio de mi propio pensamiento,
no al servicio de otra causa cualquiera, por ejemplo, de la moda.
Y éso es muy halagador. Yo nunca me he planteado estar
al servicio de nadie ni de nada. De todas formas, es una frase
elegida por él. No es que esté de acuerdo con ella,
pero me halaga. Yo le di absoluta independencia para preparar
mi catálogo. Y por supuesto, yo no censuro a nadie.
-¿Y tú, te
has sentido censurado alguna vez? Pues, sí.
El caso no viene a cuento, pero te puedo decir que aquí,
existe una censura. En lugares públicos se censura. Por
ejemplo, si alguien te encarga un dibujo para algo y luego no
lo utiliza, éso es censura. Y eso existe, en sitios oficiales
y en ciudades respetables.
-Continuando con tu última
exposición, antes tus piezas iban tituladas, sin embargo,
en tu última exposición tus creaciones carecen
de título. No te gusta dar referencias al espectador.
¿No es así? Tú, cuando
pintas un cuadro, no piensas en el título. El título
es algo que se pone en un cuadro para tener una referencia con
una galería, simplemente para éso. No conozco a
nadie que esté pintando un cuadro y esté pensando
en un título. Luego, en lo que se refiere al espectador,
si la creación va titulada existe el peligro de que la
gente mire al título y se deje llevar por él, sin
profundizar realmente en el cuadro o en la escultura en cuestión.
Un cuadro no es una nota, es un elemento que al verlo te puede
producir unas sensaciones. Esas sensaciones te las tiene que
producir solamente el cuadro. Entonces, todo lo que haya de explicación
alrededor del cuadro sobra. Por todo ello, esta vez he prescindido
de los títulos. Quiero que la gente vea mis cuadros tal
y como son.
- El escritor oriotarra
Angel Lertxundi ha escrito un cuento titulado "Bocetos fronterizos"
inspirado en tu obra. ¿Es ésta una iniciativa para
unir arte y literatura? El cuento no está
inspirado en mi obra, es una fantasía de Angel. Se basa
en cosas que él conoce, aunque no directamente en lo que
hago. Yo lo he leído como un cuento
y me parece un cuento muy bonito, muy bien expresado, con unos
juegos literarios fantásticos y muy divertido. Al plantearnos
hacer el catálogo de la última exposición
pensamos en la idea del cuento de Angel. En principio un catálogo
cataloga la obra. Pero luego suele haber un texto más
o menos relacionado con la obra, más o menos analítico.
A la coordinadora de la exposición en el Koldo Mitxelena,
Ana Salaberria, se le ocurrió hacer un escrito literal,
algo que acompañara al catálogo y que le diera
un poco de calor. El texto literario se lo encargamos a Angel
Lertxundi porque es un escritor guipuzcoano que nos gusta a todos.
Creo que ha sido un acierto el hacer el texto literario y quitarle
esa cosa seria al catálogo. Angel me parece fantástico
como escritor y como persona; hay razones suficientes y sobradas
para que sea el autor del cuento. A mí me halagó
muchísimo además que estuviera interesado en hacerlo.
-En alguna ocasión
has declarado que te da miedo mirar al pasado. ¿Qué
es lo que quieres decir con ello? No es que el pasado
me dé miedo, es que no me interesa en absoluto. Me interesan
el presente y el futuro. No me gusta mirar hacia atrás,
hacia algo que ya ha sido. ¿Qué objeto tiene mirar
hacia algo que ya ha pasado? Una pieza que he realizado hace
años es una creación del pasado. Ahí está
y no le doy más vueltas.
-Actualmente estás trabajando en una escultura
que se colocará en Palma de Mallorca. Háblanos
de ella, ¿cómo es? Es una escultura
de acero, un corte de grandes dimensiones que se colocará
en un sitio público del centro de la ciudad.
-¿Te identificas
con algún autor? A mí los pintores
y los escultores me interesan como espectador. Luego, que alguno
siga mi estilo, me trae absolutamente sin cuidado. A mí
la pintura y la escultura me interesan plenamente como espectador.
De esta manera le saco un valor positivo. Para mí lo peor
que puede tener una pintura es la pretensión. Quitando
las cosas que tienen pretensión de algo por lo general,
como espectador me interesan algunos artistas.
-¿Cuáles,
por ejemplo? Me interesan Manet,
Matisse. A los pintores que son reconocidos por algo no les llega
el reconocimiento gratuitamente. Luego, hay algunos que puedes
sentir más cercanos. Muchas veces la cercanía o
la lejanía depende del momento que tú estés
viviendo. Hay momentos que te identificas con el melodrama expuesto
por tal o cual autor, y otros momentos en que contrariamente
no lo puedes aguantar. No porque el autor sea malo, sino porque
en ese momento no tienes la cabeza para esas cuestiones.
-Y en lo que se refiere
a autores contemporáneos, ¿te interesa alguno? Chillida me interesa
mucho, y también Ruiz Balerdi. De todas formas no me gusta
dar nombres.
-¿Goza de buena
la salud el arte en Euskal Herria? Creo que no. La salud
del arte es buena siempre y cuando la sociedad permita vivir
a algunos artistas. En este sentido creo que el arte aquí
no tiene vida como para que de él vivan los artistas.
Aquí no se consume arte como para que los artistas puedan
vivir de ello. Entonces, mientras no haya un consumo del arte,
no se puede hablar de una salud. Se puede hablar de que hay algunos
autores que sean casi casi heroicos y de que sobrevivan. Pero
no de que el arte goce de buena salud.
-En el mundo de la cultura, por lo general,
se tiende a mirar hacia Estados Unidos. ¿Qué ocurre
en el mundo del arte, hacia dónde miran los artistas? Lo único que
importa en el mundo del arte es la persona que lo hace, y si
esa persona puede vivir de ello. Luego, ¿a dónde
miran los artistas?. Esa es una cuestión absolutamente
individual y personal, y siempre ha sido así, en todas
las gamas del arte. Ningún novelista puede tomar ninguna
referencia más allá de su pensamiento. Sí
es cierto que el que necesita publicar necesita consumir otras
novelas. Sin embargo, no puede estar pensando en otras cosas
que lo que hay alrededor de su mundo más cercano. ¿En
Estados Unidos? Hay una pintura y una escultura. En Alemania
hay una pintura y una escultura. En Italia lo mismo. Hay países
en los que ese mundo es más vivo. No creo que sea el caso
de Estados Unidos. Allí si hay movimiento en el mundo
del arte es casi exclusivamente en New York City. Luego en Alemania
el mundo del arte está geográficamente más
distribuido, lo mismo que en Italia. Se hable de lo que se hable
lo importante son los artistas, nunca los países.
-En lo que se refiere a
las nuevas infraestructuras culturales, como por ejemplo el museo
Guggenheim de Bilbao, ¿qué opinión tienes? Al Guggenheim como
inversión artística no le veo gran interés.
Como inversión social, sin embargo, sí. Ahora,
dentro del mundo del arte, creo que no tiene demasiado interés.
No creo que el Guggenheim vaya a ser el motor del arte en Euskal
Herria. Lo único que puede permitir que algo sea el motor
del arte, es que haya consumo de arte. Y aquí no hay consumo
de arte.
-En más de una ocasión
los teóricos han afirmado que como consecuencia de la
cultura de masas neutralizadora de la reflexión, desaparecerá
el arte o será reemplazado por subproductos. ¿Qué
opinas al respecto?
Ésa es una profecía que lleva siglos. Creo que
mientras la sociedad tenga necesidad del arte, éste no
desaparecerá. Desaparecerá si la sociedad no lo
necesita, no porque el producto haya dejado de tener una función.
De todas formas no creo que ésto suceda. Si la sociedad
tiene necesidad de una vida más sofisticada, se realizarán
productos masivos más sofisticados.
-No eres aficionado a las
exposiciones, ni al mundo del mercado del arte... Ni soy aficionado
ni dejo de serlo. Un artista para vivir necesita exponer. Entonces,
el exponer es una necesidad para el que se dedica a este oficio.
Necesitas vivir y la única forma de mantenerte en este
mundo es exponiendo. No es una cuestión de que seas aficionado
o no lo seas, es una cuestión de necesidad.
-¿Qué opinión
tienes de la labor que realizan los comisarios de arte? A mí los comisarios
de arte sólo me sirven para proporcionar trabajo, pero
fuera de éso...Creo que hoy en día, los comisarios
de arte tienen un protagonismo que no les corresponde. Entre
ellos hay gente que para mí no tiene muy buena vista pero
habrá algunos que sí la tengan y sepan reconocer
a gente con valor.
-No eres amigo de entrevistas,
no te gustan los periodistas. Sin embargo, por lo general, los
artistas necesitan de ellos para darse a conocer. ¿Qué
opinión tienes al respecto? Creo que los periodistas son un mal necesario.
Necesité de ellos en un principio y necesito de ellos
ahora. La cuestión es que estás viviendo en un
mundo en el que hay ciertas cosas ya establecidas, y, por supuesto,
todas no te gustan. En mi opinión, los periodistas tienen
su labor. Lo que sucede es que hay muy pocos que estén
especializados en el tema de la plástica y que sean buenos.
Si son buenos, me parece que realizan una labor fantástica.
Por otro lado, hay gente a la que le gusta estar a diario en
los medios de comunicación. Yo no soy de esos. Pero de
alguna manera necesito del mundo de los periodistas. En este
oficio si desapareces unos meses, has desaparecido, te entierran.
ANDRÉS NAGEL
(Donostia - 1947) |
- Andrés Nagel realiza su primera
exposición en 1968 en el Ayuntamiento de San Sebastián.
Desde entonces ha expuesto ininterrumpidamente en las galerías,
museos y ferias más prestigiosas del mundo. Desde principios
de su trayectoria artística, teóricos y críticos
han tratado de clasificar su obra. Desde sus inicios su obra
refleja unas constantes: el afán por romper con las formas
tradicionales de representación, el juego inteligente
con los clásicos referentes del arte, el empleo de materiales
feístas y la proclamación sincera de una permanente
voluntad de rebelión estética. Es un autor prolífico
y en todas sus creaciones manifiesta un actitud plenamente moderna.
Según los teóricos es capaz de unir las influencias
más dispares, desde la figuración a las pautas
surrealistas, abstractas y expresionístas, al pop y al
dadá. Todo ello lo tritura con su instinto constructor
hasta lograr formas y seres que componen su universo personal.
Su últimas creaciones se engloban en la serie denominada
"Fuera de Servicio". En ésta última animales,
objetos, paisajes, personajes y partes del cuerpo, son los temas
representados y que el artista propone al público como
punto de partida para una interpretación. Desde el pasado
día 16, algunas de sus creaciones pueden contemplarse
en la sala de exposiciones del centro cultural Koldo Mitxelena
(San Sebastián), en la exposición dedicada al arte
gráfico OKUPGRAF 99. Sus creaciones compartirán
espacio con las realizadas por prestigiosos autores como: Picasso,
Tapiés, Miró, Zumeta...
- Museos y colecciones
más importantes
Torrealdai ha escrito muchos libros, algunos de los cuales son
los siguientes:
- University
of lowa Museum of Art, Lowa City
- Pasadena
City College, California
- Fundación
Museo de Arte Contemporáneo, Barcelona
- Museo
de Arte Contemporáneo, Madrid
- Kusthalle,
Nuremberg
- Museo
de Arte Moderno, Sofía
- Museo
de la Habana, La habana
- Museo
de Bellas Artes, Bilbao
- Museo
de San Telmo, San Sebastian
- Calcografía
Nacional, Madrid
- Museo
Itinerante Salvador Allende, Chile
- Meadows
Museum, Dallas, Texas
- Museo
Jose Luis Cuevas, Méxiko
- Hakone
Open Air Museum, Tokio
- Museo
de Arte Moderno, Túnez
- Collezione
DOBE, Zurich
- Cahse
Manhattan Bank, New York
- The
Fitzwilliam Museum, Cambridge
- The
Art Museum, Princeton, New Yersey
- The
British Museum, Londres
- Museum
of Contemporary Art, San Diego, California
|
Fotografías:
Ainhoa Irazu |