A
quienes no trabajamos en la administración se nos ha preguntado en
numerosas ocasiones cómo nos las arreglamos para sacar adelante nuestra
vida; es decir, si ganamos lo suficiente como para vivir dignamente teniendo
por oficio la traducción y trabajando por nuestra cuenta. Las respuestas,
claro está, serán muy variadas, dependiendo del traductor
que responda y del modo en que éste organice su trabajo. El propósito
de este artículo no es exponer cuál es la actitud que se ha
de tomar ante ese tipo de preguntas o qué se ha de responder, sino
facilitar unos meros datos a los recién iniciados traductores vascos,
a los parados del mundo de la traducción, y a todo aquél que
tenga curiosidad, con el objeto de despejar ciertas dudas sobre el mercado
de trabajo de la traducción vasca y de hacer algunas puntualizaciones.
A través de este artículo quiero igualmente advertiros sobre
algún peligro que acecha en el mundo de la traducción, porque
en este nuestro oficio se emplean más tretas y artimañas de
las necesarias para alcanzar cualquier objetivo. Por desgracia, también
en otras profesiones cuecen habas, como dice el proverbio. Así que
la traducción no es la oveja negra del mundo laboral. Dicho lo cual,
vayamos al grano.
Entre los traductores, hay dos grupos generales:
- Aquéllos que trabajan por su propia
cuenta:
a) Como traductores autónomos. Sus
fuentes de ingresos son los siguientes:
- Las instituciones.
- Las editoriales.
- Las empresas de traducción.
- Otras empresas privadas (bancos, grandes almacenes, empresas de doblaje,etc.).
- Los concursos (Literatura Universal, el Premio Euskadi, los premios Jokin
Zaitegi y Felix Ugarte).
b) Abriendo cada cual su empresa de traducción.
- Aquéllos que trabajan por cuenta
ajena:
a) Como trabajadores de la administración.
Hay tres vías para trabajar como traductor en la administración:
- Oposiciones (cada vez menos frecuentes).
- Bolsas de trabajo (atentos a las ofertas de IVAP).
- Becas (las de IZO, entre otras).
b) Como trabajadores asalariados de empresas
de traducción:
- Trabajando en las instituciones: ¡Andad con CUIDADO, porque los
abusos son muy frecuentes! Para cualquiera que se encuentre en esta situación,
lo más conveniente es que acuda a EIZIE (Asociación de Traductores,
Correctores e Intérpretes Vascos), donde le ofrecerán todos
los consejos y ayuda que precise. Más abajo se detalla información
al respecto.
d) En sociedades o instituciones que trabajan
en la actividad cultural vasca: UZEI, ELHUYAR, Labayru, etc.
. Cómo cobrar las traducciones:
EIZIE propuso lo siguiente en diciembre de
1998 a sus miembros: cobrar como mínimo 7 ptas. por palabra, según
el texto de la lengua final, sin tener en cuenta ni los idiomas empleados,
ni las características del texto.
. Cómo obtener información sobre
las ofertas de trabajo: la vía más cómoda es Internet,
leyendo, precisamente, la página web de IVAP: www.ivap.org.
. ETTs, también en la traducción
vasca.
Con la privatización de determinados
servicios de la administración, últimamente algunas empresas
de traducción se han introducido en las instituciones (como por ejemplo
la empresa de traducción GDS, que entró en la Diputación
Foral de Álava en junio de 1998 para traducir al euskara el Boletín
Oficial del Territorio Histórico de Álava - BOTHA), tras conseguir
la adjudicación para llevar a cabo trabajos de traducción.
El funcionamiento de esas empresas es parecida al de las ETTs (además,
las condiciones laborales de los traductores que están trabajando
mediante esa subcontratación están sin regularizar; es decir,
que no se recogen o regulan en ninguna norma): tan sólo realizan
un trabajo intermediario entre las instituciones y los traductores, recibiendo
a cambio un dineral a cuenta de los pobres traductores.
En esta coyuntura, siempre hay dos beneficiarios:
a) Las citadas empresas de traducción:
por el mero hecho de hacer de puente suelen tener unos hermosos ingresos
-en ocasiones perciben más del 50% de lo que las instituciones pagan
por el trabajo de los traductores. ¡Menuda plusvalía, caramba!-.
b) Las instituciones: porque no tienen necesidad
de convocar oposiciones -con lo cual, no hay por qué aumentar el
número de funcionarios-, porque no tienen un vínculo laboral
con esos traductores, porque los convenios suscritos con las empresas de
traducción tienen un plazo temporal determinado -no son, pues, contratos
de por vida-.
El perjudicado, sin embargo, siempre suele
ser el mismo: el traductor; por una parte, porque jamás será
funcionario a pesar de trabajar en las instituciones -al menos, en tanto
en cuanto no supere unas oposiciones-, y por otra parte, porque suele tener
que soportar las penosas condiciones de trabajo establecidas por estas empresas
de trabajo de pacotilla. Por todo ello, estas ETTs de nueva creación
están poniendo en cuestión la dignidad laboral de cada vez
más traductores.
Para restar algo de acritud y añadir
un poco de afabilidad a este artículo, conviene reseñar que
en la traducción vasca, al igual que lobos, hay también ángeles
custodios: he ahí la mencionada asociación EIZIE, trabajando
siempre en favor de todos los traductores. Una actividad verdaderamente
encomiable. Iñaxio
López de Arana Arrieta, Licenciado en Filología Vasca y traductor |