Al Jefe del Departamento de Prehistoria de la Sociedad
Científica Aranzadi se le ve contento. La réplica de la cueva
de Ekain se realizará muy cerca de Zestoa, en el valle Sastarrain,
tal como él requirió. Jesus ha trabajado varios años
en pos de esa opción, y muchos más examinando Ekain junto
con Don José Miguel de Barandiarán. Además, dentro
de pocos días se cumplen 30 años desde que Barandiarán
y Altuna vislumbraran por primera vez los caballos, osos, ciervos, bisontes
y cabras que se hallan dibujados en la cueva de Ekain. Desde entonces, Ekain
es para ellos un santuario, y en el caso de Barandiarán se trató
asimismo de uno de los descubrimientos más importantes.
Altuna dedica la mayor parte de su tiempo a investigar en la sociedad Aranzadi,
impartir clases en Magisterio y velar por el patrimonio de Gipuzkoa, pero
hay más.
-Usted es conocido fundamentalmente
por ser el Jefe del Departamento de Prehistoria de Aranzadi, pero es igualmente
Presidente de la Fundación Barandiarán. ¿Cuándo
se fundó esta última y con qué finalidad?
La Fundación se constituyó en 1979 entre Don José Miguel
de Barandiarán y Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, y
yo pertenezco a ella desde sus comienzos. Su objetivo es el de proseguir
con las investigaciones que Don José Miguel de Barandiarán
desarrolló durante su vida. Para ello, la Fundación por una
parte recibió de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos las
subvenciones correspondientes a la Beca Barandiarán, puesto que hasta
entonces era ella quien la convocaba; por otra, la revista llamada "Anuario
de Eusko Folklore" se venía editando en los últimos años
por Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, y ha pasado igualmente
a manos de la Fundación. Mediante las becas se les da una continuación
a las investigaciones que Barandiarán realizó en arqueología
y etnografía. Y en el Anuario se publican los resultados derivados
de las investigaciones.
Además, tras el fallecimiento de Barandiarán, la Fundación
ha reunido todos sus recuerdos y adquirido el caserío de Ataun, que
fue la casa de Don José Miguel en sus últimos cincuenta años.
- Por lo tanto, las becas de investigación
están orientadas hacia la arqueología y la etnología.
Así es. Un año se destina a la arqueología y al siguiente
a la etnografía. A la beca de arqueología se suelen presentar
sobre todo grupos, porque hoy en día la prehistoria es un trabajo
interdisciplinar; es muy difícil para una sola persona realizar un
estudio de prehistoria. En etnografía, sin embargo, aún hay
trabajos que realizan individualmente.
Como he dicho, los estudios de investigación se editan en una publicación,
y hemos solido publicar unos trabajos muy buenos. Pronto editaremos, por
ejemplo, la investigación que M. Duvert ha realizado sobre las costumbres
del País Vasco continental en torno a la muerte.
- De cara al futuro,
¿hacia dónde encaminará la Fundación sus esfuerzos? Seguiremos con lo de hasta ahora,
pero quedan otras cosas por hacer. Por ejemplo, hay trabajos de Barandiarán
mal editados o sin editar, y queremos darlos a conocer. Cuando Don José
Miguel vino desde el País Vasco continental, la Universidad de Navarra
lo contrató para que impartiera clases sobre la etnografía
vasca. Afortunadamente, una de sus alumnas, Maria Amor Begiristain, grabó
las clases en magnetofón, y todas esas clases están siendo
transcritas para su posterior publicación.
Además, Don José Miguel solía escribir diarios personales
y científicos, que son propiedad de la Fundación. Por el momento
no tenemos la intención de publicar el diario personal, porque algunas
personas que se nombran en él aún viven. En ese diario recogía
acontecimientos relacionados con la vida, la preguerra, los tiempos del
exilio... Cuando Barandiarán estuvo en Sara, mucha gente pasó
por ahí, y el diario es importante para reconstruir la historia de
aquellos años. Escribía casi a diario, y tenemos un montón
de cuadernos.
Por otro lado tenemos los diarios científicos, puesto que al realizar
excavaciones o trabajos de etnografía caserío por caserío,
redactaba lo que había examinado durante el día. Ya los estamos
preparando para darlos a conocer y ponerlos a disposición de los
investigadores. Dado que también estos tipo de diario son numerosos,
se traerá a Aranzadi una copia de los yacimientos arqueológicos
que examinó en Gipuzkoa; en el museo de Álava se dejarán
los relacionados con los yacimientos de allí, y lo mismo en los museos
de arqueología de Navarra y Bilbao. Todo eso se hará paulatinamente.
Pero Don José Miguel nos ha dejado muchas cosas, incluso cine. Tenía
una cámara para filmar y grabó varias imágenes. Todas
ellas estaban en el desván de la casa de Sara, a punto de deteriorarse,
pero por fortuna, tras haberlas descubierto hace pocos meses, las llevaron
a la Filmoteca Vasca y las han recuperado. Dentro de algunos meses se van
a presentar algunos fragmentos de esas películas. Principalmente
recogió imágenes del seminario y del ambiente familiar. También
hay imágenes de la década de 1920, lo cual es una gran suerte,
porque hay muy pocas imágenes de esos años.
-Ahora que nos estamos refiriendo a
Barandiarán, hay que rememorar que dentro de muy poco, el 10 de junio
para ser exactos, se cumplirán 30 años desde que Barandiarán
y usted penetraran por primera vez en la cueva de Ekain. ¿Recuerda
aquel día?
Lo recuerdo perfectamente. Era domingo cuando dos jóvenes de Azpeitia
nos llamaron diciendo que habían encontrado una cosa magnífica,
y el martes fuimos Barandiarán y yo. Al ver las imágenes de
la cueva de Ekain nos dimos cuenta de que eran de la época del paleolítico,
pero mantuvimos el descubrimiento en secreto hasta haber tomado medidas
para proteger la cueva. Para el jueves la entrada estaba cerrada, y ese
día anunciamos la noticia del descubrimiento. Al tener conocimiento,
algunos quisieron abrir la cueva al turismo, porque por ejemplo a Altamira
entraban anualmente casi 200.000 personas para contemplar las imágenes.
Claro que ésa fue la causa de su deterioro. Algo parecido sucedió
en Santimamiñe. Pero no queríamos que en Ekain ocurriera lo
mismo, y tuvimos grandes desavenencias. Madrid quería abrir la cueva
de Ekain para el turismo, los dirigentes de aquí también,
pero desde la Sección de Arqueología de Aranzadi solicitamos
un permiso para que durante el tiempo en que realizásemos las excavaciones
en la entrada de la cueva, ésta permaneciera cerrada, y nos lo concedieron.
Las excavaciones llegaron a su fin en 1975. Ese año murió
Franco, las cosas empezaron a cambiar, y al ponerse de manifiesto las consecuencias
producidas por el turismo de Altamira, conseguimos que no se tomara la decisión
de apertura de Ekain. Ésa es la razón por la que Ekain se
ha conservado tan bien; muchas veces recibimos cartas que nos dan las gracias,
porque lo cierto es que está igual que al principio.
-Como bien ha indicado, fueron dos azpeitiarras
quienes dieron con la cueva de Ekain.
La encontraron
Andoni Albizuri y Rafael Rezabal, miembros del Grupo Cultural Antxieta,
de Azpeitia. Estos dos azpeitiarras tenían relación con nosotros
y los domingos solíamos andar haciendo catas, es decir, buscando
cuevas. Si veían que la entrada de una cueva estaba orientada hacia
el sol, o que era un bonito lugar para vivir, hacían una pequeña
cata, un agujero. Si encontraban vestigios, los traían a Aranzadi
para que viéramos si se trataba de un yacimiento auténtico
y su época. Así descubrieron varias cuevas.
El 8 de junio de 1969 salieron hacia Madariaga, y luego a Zestoa. En un
caserío de las cercanías, en Sastarrain, preguntaron a la
señora si había alguna cueva, porque los alrededores eran
muy bellos y además todo era piedra caliza. La señora les
dijo que había una pequeña cueva donde a menudo solían
pastar sus ovejas. Se acercaron al lugar indicado, y empezaron a hacer la
cata, pero Rafael Rezabal se percató de que por un pequeño
agujero salía viento frío, de modo que dentro tenía
que haber algo. Abrieron un boquete como pudieron, anduvieron veinte metros
a rastras, consiguieron ponerse en pie, y vieron que la galería seguía
para adelante. Siguieron el camino, y a unos 60 metros de la entrada descubrieron
un grupo de caballos. Así que no vieron las imágenes que hay
más adelante. Al ver las figuras de los caballos se asustaron; no
por la oscuridad, sino por lo descubierto, y salieron corriendo. Como he
dicho, ese mismo día llamaron a Don José Miguel, y el lunes
a mí. El martes, Don José Miguel y yo fuimos con Rafael y
Andoni a ver la cueva. Barandiarán tenía entonces 79 años.
-La pregunta de siempre, pero obligada:
¿qué sintieron al ver aquellas pinturas por primera vez?
La impresión fue tremenda, porque las imágenes de los caballos
son magníficas; de las más bellas imágenes del paleolítico.
Quedamos maravillados, emocionados. Fue el descubrimiento más importante
de Don José Miguel en el campo de la prehistoria.
-Pero parece
ser que también para usted es un santuario.
Si, así es. He realizado otros estudios; la tesis doctoral y otros
muchos trabajos han sido importantes para mí, pero considero el descubrimiento
de Ekain uno de los más hermosos. Es el tesoro de la prehistoria
del País Vasco.
En algunas cuevas no hay yacimientos; es decir, sólo aparecen imágenes
o han sido examinados con métodos incorrectos. Nosotros, sin embargo,
tuvimos la oportunidad de practicar una excavación tranquila y científica.
Las tres primeras campañas las dirigió Don José Miguel;
luego se retiró de las tareas de la cueva, y el director de las tres
últimas fui yo mismo.
-¿De dónde procede el
nombre de Ekain?
Proviene de la colina que está encima; precisamente el monte en el
que está la cueva se llama Ekain. Barandiarán y yo la bautizamos
así, y, como ya hiciéramos en otras ocasiones, recurrimos
a la toponimia. No como en otros casos, en los que se les da el nombre del
descubridor.
-Dice que la cueva permanece cerrada,
pero ¿en qué casos se puede entrar en ella?
Quienes deseen ver la cueva deben ser mayores de 18 años, y tienen
que escribir una carta a Aranzadi diciendo que quieren visitar la cueva.
Nos llegan peticiones de mucha gente, y por eso hay una lista de espera.
En cada turno entran seis personas acompañadas por un guía,
y las visitas suelen ser de octubre a junio, una vez a la semana, así
que en verano no suele haber visitantes. Hemos tomado medidas para que entre
la menos gente posible. De todos modos, es mucha la gente que nos escribe
la carta, y más aún desde que el tema de la réplica
está en el candelero. Por ejemplo, todas las visitas de este año
ya están reservadas. Pero sabemos que así la cueva no cumple
el fin social y didáctico; hay que mostrar ese bello patrimonio al
pueblo. ¿Cómo mostrárselo sin ponerlo en peligro? Pues
haciendo una réplica en el valle de Sastarrain. Pero quiero dejar
bien claro que Ekain no es patrimonio exclusivo de Zestoa o de Deba, sino
de todo el País Vasco, pero ya que se encuentra en el valle de Sastarrain,
ahí es donde la réplica tiene que estar.
-Según la decisión de
la Diputación de Gipuzkoa, la réplica de la cueva de Ekain
se ubicará en el valle de Sastarrain, en Zestoa. ¿Se ha realizado
alguna réplica en algún otro caso? La única réplica
que se ha hecho hasta ahora en el mundo es la de Lacaux, la que llaman "Lacaux
II". Ahora están haciendo la de Altamira. Pero en otros casos
se ha hecho lo siguiente: copiar una serie de imágenes y colocarlas
en un museo. Eso es lo que hicieron los alemanes con la bóveda de
Altamira. Es decir, copiaron la bóveda que está formada por
bisontes, y la pusieron en el museo de Munich. Además, en lugar de
una copia realizaron dos, y una se encuentra en el museo arqueológico
de Madrid. Unos años más tarde hicieron la mencionada réplica
en Lacaux, pero aquí no calcaron las imágenes ni las llevaron
a otro lugar, sino que copiaron casi toda la cueva para no sacar las imágenes
de su contexto.
Así que teníamos esas dos opciones, y hemos escogido la segunda
alternativa, porque nos parece mucho más adecuada. Si no queremos
sacar las imágenes de su contexto y hay que repetir el santuario,
tampoco podemos sacar la cueva de su contexto. Tendremos que situarla en
el valle de Sastarrain, porque también los humanos que vivían
en la cueva se movían por ese valle. No obstante, la réplica
de Ekain se emplazará un poco más lejos. En Lacaux ha sucedido
que la réplica está a 150 metros del aparcamiento, y éste
puede dañar al original. La réplica de Ekain estará
a 650 metros, y el aparcamiento más lejos, en Zestoa, con que la
gente tendrá que ir andando a ver la réplica. Nuestro propósito
es proteger Ekain, y con la réplica queremos cumplir dos objetivos:
conservar bien la original, y mostrar el patrimonio de Ekain a la gente.
No es un proyecto ni económico ni turístico; la finalidad
ha sido proteger y mostrar Ekain.
Por otra parte, entre la réplica y el pueblo se encuentra el palacio
de Lili, que se está cayendo. Para aprovechar, queremos restaurar
ese bello palacio y localizar allí el museo sobre Ekain. En las cercanías
de la réplica no se va a hacer nada, porque queremos proteger el
valle.
Pero hay otro yacimiento que concede una importancia extraordinaria al valle:
Irikaitz, el yacimiento al aire libre. Está junto al campo de fútbol
de Zestoa, a 1.300 metros de Ekain, y es un yacimiento del paleolítico
inferior, el más antiguo del que se tiene conocimiento en el País
Vasco.
-¿Con qué se van a encontrar
los que vayan a visitar la copia de Ekain?
El que no sepa nada, entrará sin saber nada. Es decir, entrará
en la cueva y verá lo que hay sin ninguna clase de información.
Pero antes de salir de la cueva se colocará una pantalla para ver
un corto vídeo, en el cual se van a exponer el arte paleolítico
y Ekain. Así, el visitante tendrá dos opciones: salir de la
cueva, o verla por segunda vez. En la primera visita, la emoción
tendrá más fuerza. Una vez recibida la información,
la segunda visita será más rica en cuanto a conocimiento.
-De modo que se va a tener que hacer
una cueva. Eso es. Se hará una cueva
en la cima de un monte de allí, y luego se pintarán figuras
como las que hay en Ekain. Todo esto lo efectuará una casa francesa,
llamada ZK Productions, que ha hecho la réplica de Lacaux. Evidentemente,
la réplica de Altamira se realizará antes, porque no han pasado
deliberando tantos años como nosotros, y tienen por detrás
la Fundación Botín, que ha puesto mucho dinero. A nosotros,
sin embargo, nos falta dinero. Por ahora, Madrid ha concedido 100 millones,
Bruselas 27, el Ayuntamiento de Zestoa otros 40, pero la Diputación
y el Gobierno Vasco todavía no han puesto nada. Confiamos en que
la Diputación dirigirá algo de dinero. Creo que tras las elecciones,
la Diputación y el Gobierno Vasco decidirán conceder una subvención.
Si tuviésemos dinero, en 12 meses la réplica estaría
terminada.
-Últimamente
Ekain también ha sido noticia por otra cuestión. Una empresa
de Japón ha determinado a través de sus avanzados medios que
unas señales halladas por Aranzadi pertenecen a un bisonte. Los japoneses elaboraron un proyecto
para recoger algunas muestras del arte paleolítico de la costa cantábrica,
examinarlas con nuevas técnicas y editar un nuevo catálogo.
Para eso han instalado tecnología punta en las cuevas de Asturias,
Cantabria y del País Vasco. La técnica ha mostrado que en
el lugar donde hay un grupo de caballos se halla un bisonte. En la cueva
aparecen algunas señales, pero en las fotografías sacadas
por los japoneses el bisonte se ve con bastante claridad. De modo que, puesto
que en el original no se ve claro, en la réplica no se verá
ese bisonte.
-Por otra parte, ¿qué
se trae entre manos ahora mismo Aranzadi?
-Estamos preparando la publicación de la cueva Labeko de Mondragón.
Cuando iniciaron las obras de la variante, puesto que por ese motivo la
cueva iba a desaparecer, pedimos permiso a la Diputación para hacer
una cata en la cueva. La excavación se efectuó en 1983, con
Alvaro Arrizabalaga al frente, y vimos que se trataba de un yacimiento muy
importante. Extraímos mucho material, restos de hace 30.000-35.000
años, rastros del Paleolítico superior y muchos huesos de
fauna: rinoceronte, mamut... Todo eso está examinado, y ahora estamos
preparando la publicación con la subvención concedida por
la Diputación. Esperamos que para diciembre el libro estará
listo, y será muy importante, porque tenemos pocos vestigios de aquella
época. En el libro participarán unas diez personas.
En lo restante, en Aranzadi seguimos con los trabajos de siempre.
-¿Cuáles son los trabajos
habituales?
-Proteger el patrimonio de Gipuzkoa, por ejemplo. Todas las semanas vamos
al monte, por si acaso, para ver si se pretende hacer nuevos caminos, o
a ver si hay algún dolmen donde van a talar pinos... Los montañeros
suelen ser muy buenos compañeros para eso; muchas veces son ellos
quienes nos avisan. Los mejores ayudantes en estos momentos son el Grupo
Cultural Antxieta de Azpeitia y el Grupo Munibe de Azkoitia. Tienen una
afición tremenda, y son buenos colaboradores. Salen todas las semanas
a hacer catas, y, cuando encuentran algo, lo traen a Aranzadi.
Fotografías:
Maria Agirre, Jesús Altuna y Enciclopedia Auñamendi |