Artículo publicado en
ONDARE (Cuadernos de Artes Plásticas y
Monumentales de Eusko Ikaskuntza), núm. 17,
págs. 389-394. RESUMEN
El análisis
iconográfico de la composición "Las
Tentaciones de San Antonio", anónimo
flamenco del siglo XVII realizado sobre tabla, y
que se halla en el Museo de Bellas Artes de
Bilbao, con el número de inventario 69/39, es el
objetivo de la siguiente comunicación. Con este
análisis se pretende dotar al espectador moderno
de las claves para que esta obra recobre su
función original, la moralizante. Para
"entender" la obra hay que recorrer un
camino inverso al proceso de creación de la
obra, intentando recrear las claves, sociales,
religiosas, o de otro tipo que utilizó el autor.
LABURPENA
"San
Antonio Tentaldiak" (XVI. mendean ohol
gainean egindako anonimo flandestarra, eta
Bilboko Arte Ederretako Museoan dagoena, 69/39
zenbakiarekin inbentarioan) konposizioaren
analisi ikonografikoa da honako mezu honen
helburua. Azterketa honen bidez lortu nahi dena
zera da, gaur egungo ikuslea beharrezkoak diren
gakoez hornitzea, artelan honek bere jatorrizko
funtzioa berreskura dezan, moralizatzearena
alegia. Artelana "ulertzeko", bere
sorkuntza prozesuan izandako bidearen
alderantzizkoa egin behar da, egile ezezagunak
erabili zituen gakoak birsortzen ahaleginduz, bai
sozialak, erlijiozkoak, zein beste mota
batzuetakoak.
RÉSUMÉ
L'analyse
iconographique de la composition "Les
Tentations de Saint Antoine", anonyme
flamand du XVIème siécle realisé sur planche
et en depôt dans le Musée de Beaux Arts à
Bilbao avec le numéro d'inventaire nº69/39
c'est l'objet du rapport suivant. Avec cet
analyse on pretend donner au spectateur moderne
des clés pour que cette oeuvre récupère sa
fonction originale: la moraliste. Pour comprendre
cette oeuvre on doit parcourir le chemin à
l'inverse au procès de la création de l'oeuvre,
en essayant de recréer les clés sociaux,
religieuses et d'un autre genre utilisées par
l'auteur anonyme.
RELACION
HOMBRE NATURALEZA EN EL RENACIMIENTO
Realizando un breve recorrido por el
tejido teórico que explica la relación que el
hombre del Renacimiento tiene con la Naturaleza
nos topamos con la traducción de los textos
científicos de Aristóteles y Tolomeo del árabe
al hebreo y latín permitió reconocer la Ciencia
y Lógica griegas, evolucionando así el
pensamiento occidental.
Otra aportación
teórica importante es la de Hugo de San Víctor,
en el Medievo, con su Tractatus de bestiis et
aliis rebus, en la cual propugna que la
contemplación y conocimiento de la Naturaleza es
un medio de reconocer a Dios, ya que como creador
del Universo, deja su huella en este.
Así, descifrando
los grandes símbolos cósmicos se conoce la
Verdad Divina.
Sólo volviendo a
una vida más cercana a la Naturaleza, el hombre
será sano de cuerpo y espíritu, recuperando una
ingenuidad previa al pecado original propia de
los animales.
Más que
determinados animales, interesó el exemplum
moral que estos proporcionaban pese a ser seres
inferiores al hombre, al que ellos ofrecían
modelos a imitar para enmendarse, si son
mencionados en la Biblia.
ALEGORIAS
Y BESTIARIOS
Por alegoría,
término procedente del griego, se entiende la
encarnación (representación simbólica en una
figura humana o animal) de conceptos abstractos
(religiosos, morales, filosóficos, psicológicos
o de cualquier otro tipo). Se representan siempre
con atributos que permiten identificarlas e
interpretarlas.
Procedentes de
diferentes fuentes como la filosofía
aristotélica, o de religiones como la cristiana,
judía, pagana u otras, se integraron en la
iconografía occidental.
Este simbolismo ya
acompañaba a ciertos animales desde la
Antigüedad y tuvo su mayor apogeo en Asiria,
Egipto, Grecia e India.
Las campañas
militares de Alejandro Magno impulsaron el
desarrollo de la investigación en historia
natural. Con motivo de estas, Aristóteles, tutor
suyo, escribió "Historia Animalium" en
el que describe animales de diferentes países
conquistados, corrigiendo falsas descripciones
anteriores.
Hasta Aristóteles
no se había investigado al respecto de una forma
metódica y continuada.
Un discípulo
suyo, Theofrasto, continuó su obra, pero fueron
las fabulosas historias de Ktesias y Megasthenes,
con descripciones de la India y Persia, las que
captaron la atención popular.
También Eliano,
Herodoto y Plinio el Viejo, entre otros,
recopilaron noticias pintorescas y mitos
populares sobre fauna.
A principios del
siglo I de nuestra Era, el naturalista Cayo
Plinio Secundo (llamado Plinio el Viejo)
escribió una gran obra, la Historia Natural,
dividida en 37 libros, donde recopila
información de la geografía, países, plantas,
pueblos, animales, medicinas monumentos
importantes, personajes famosos; o sobre
artistas, sus obras y técnicas.
Más que
observaciones científicas, se trata de
tradiciones y supersticiones populares que tanto
influirían en la literatura medieval y
renacentista como El Physiologus, Los Bestiarios,
Las Etimologías de San Isidoro, Códice de
Alberto Magno, Hortus Sanitatis, etc.
Escrito según
unos investigadores en el siglo II, según otros
entre el II y V.El Fisiólogo escrito
originariamente en griego. Se atribuye a Pedro de
Alejandría, San Epifanio, San Basilio, San Juan
Crisóstomo, Atanasio, San Ambrosio e incluso a
San Jerónimo.
Tuvo mucho éxito
a lo largo de toda la Edad Media, traduciéndose
al griego, latín, armenio y árabe, dejando así
de ser de exclusiva posesión de teólogos y
exéegetas; sino que llegó a ser propiedad del
pueblo y pasó a ser fuente de la literatura
cristiana.
Tiene
concomitancias con textos de Horapollo, San
Agustín, las Etimologías de San Isidoro y de
San Ambrosio.
Como fue usual en
la difusión de otras versiones moralizadas,
podemos considerar que junto con diferentes
recopilaciones de La Historia Natural, sirvió de
inspiración literaria para recreaciones de
animales en el Románico.
Su gran difusión
en los Siglos XII y XIII, le permitió influir en
la plástica de esos siglos, en un ambiente
simbólico y con influencia de lo oriental (tan
destacado por estudiosos de Esteban, op cit, pág
363 Santiago Sebastián, El Fisiólogo, atribuido
a San Epifanio: seguido de El Bestiario Toscano,
Madrid, D Turero, D.L. 1986 Esteban, op cit, pág
364 Esteban, op cit, pág 370 principios de este
siglo). Monstruosidades que fueron utilizadas
como ejemplo moral en el sermón doctrinal de los
predicadores, como ejemplo de la estética de lo
feo al servicio de la maldad y el pecado, de la
misma manera que animales considerados como
bellos encarnaron diversas virtudes cristianas.
Los bestiarios,
fueron la fuente iconográfica de la Escultura
Románica y de la Gótica Medieval Isabel Mateo
afirma: "Las fuentes de inspiración de la
mayoría de ellos están en las representaciones
antiguas del arte egipcio,asirio y persa, y en
las descripciones de las literaturas griegas y
latinas: Plinio, Aristóteles, Ovidio, etc, que
luego fueron recogidas por los viajeros
medievales. Tampoco hay que olvidar las muchas
alusiones a animales fabulosos que se encuentran
en La Biblia, sobre todo en Ezequiel y en el
Apocalípsis.
San Basilio, San
Agustín y San Isidoro aceptan la existencia de
animales fantásticos.
Este, en sus
Etimologías, que llegaron a ser la enciclopedia
popular de la Edad Media, fuente de numerosos
autores de "bestiarios".
Entre los textos
de este tipo más importantes están: el Speculum
Naturale de V. Beauveais (1250) y el Hortus
Deliciarum de Herrade de Landsberg. Este último
se remitió a los cuentos y fábulas que llevaban
implícitas instrucciones morales.
Un tratado más
específico acerca del simbolismo atribuido a
cierto tipo de animales es el Tractatus de
bestiis et aliis rebus, por Hugo de San
Víctor, en el cual cada elemento de La
Creación, encarnaba determinado vicio o virtud.
A mediados del
Siglo XIII, San Alberto Magno escribió De
Animalibus, en el que planteaba varias tesis
críticas al Physiologus, pero las
narraciones que él aceptaba como auténticas son
en su mayor parte tan increíbles como algunas de
las expuestas en este tratado refuta, de modo que
es difícil determinar por qué criterio se
orientó para discernir su autenticidad.
Tanto en el Siglo
XIV como en el XV, se utilizaba frecuentemente la
alegoría a modo de "ejemplo moral".
Los mitos
clásicos y paganos se reutilizaron para la
formación de nuevas alegorías que de hecho se
aceptan dentro de un espíritu moderno, es decir
cristiano.
ANALISIS
ICONOGRAFICO DE LA COMPOSICION
Analizando ciertas
alegorías encarnadas por animales que se hayan
en la composición, "Las Tentaciones de San
Antonio" surgen las siguientes:
La
cigüeña
Ave que encarna la
virtuosidad, en tal sentido las citó Platón,
aunque Aristóteles lo hizo más exhaustivamente,
refiriéndonos que los cigoñiños alimentan a
sus padres en la vejez (Platón: Alcibiádes 135
y Aristóteles Op Cit X, 23, 31 Y 32, Ovidio:
Metamorfosis VI, 97). Fritz Saxl, La Vida de las
Imágenes: Estudios Iconográficos sobre el Arte
Occidental. Madrid. Ed. Alianza D. L. 1989, op
cit, pág 144.
Tal como afirma
Juan Francisco Esteban Lorente:" los
pájaros, águilas, y palomas significan lo
volátil, la sublimación.
También se ocupó
de estas el Physiologus griego, en el cual
se exalta sobre todo su castidad. La atribución
de esta cualidad se debe a Eliano, que para
ilustrarla cita la leyenda de la bella Alcinoe,
que engañaba a su marido con un criado,
descubiertos los amantes por una cigüeña, esta
vengó al amo picando en los ojos al criado.
Tomás de
Cantimpré, en su tratado: "De Natura
Rerum"escribía, refiriéndose a estas:
"Es indudable
que las cigüeñas guardan castidad y cumplen
mutuamente el contrato matrimonial" (Eliano:
Op cit VIII, 20. Tomás de Cantimpre: Codex
Granatensis, 1992).
En el Bestiario de
Oxford, rememorando lo escrito por San Agustín,
se describe como, ataca y destruye a las
serpientes, las cuales encarnan los malos
pensamientos. Huyendo de estos, emigran a Asia en
bandadas, ya que en esta parte del mundo se
concentran los pensamientos más elevados y hacia
allí van los que desorecían el mundo.
La ternura hacia
sus crías, empollando los huevos en el nido
hasta perder las plumas, es la de los dignatarios
de la Iglesia que si alimentan a sus fieles,
también deben confortar a sus maestros,
suministrándoles "lo necesario cuando
están desprovistos".
Gallo
El Bestiario
Toscano afirma que es animal del que los hombres
pueden tomar ejemplo Juan Francisco Esteban
Lorente, "Tratado de Iconografía",
Colección Fundamentos Ed. Itsmo 1990, Madrid.
Porque el gallo es
de tal naturaleza que, cuando quiere cantar,
primero se arruga, golpea las alas tres veces y
canta. Durante la primera hora de la noche canta
sutilmente, a medianoche se esfuerza más aún en
cantar; y cuando está cercano el día, canta con
más fuerza. (Mateo XII, 36).
Animal solar y
emblema de vigilancia continua, también es
alegoría de Cristo.
La investigadora
Marie Madaleine Davy, pone como ejemplo un mural
inglés del siglo XIV, una composición acerca de
los Cinco Sentidos, en la cual encarna el sentido
de la vista, en Longthorpe Tower, Peterborough.
También es lema
de los Celos, la Lujuria o la Ira. Su presencia
en el Bestiario esculpido es escasa.
El ibis
En diferentes
bestiarios, las aves personifican al Santo
Varón. Estas rechazan la carne para
mortificarse. Construyen su nido, morada idónea
para el santo o ermitaño, bien sobre el agua
(que simboliza a Dios), o sobre una piedra (que
simboliza lo estable, la estabilité), siendo
ésta la morada idónea para el santo o el
ermitaño.
Guillaume le Clerc
precisa que la "fulica" come siempre
buen pescado, y no carroña (Ignacio
Malaxecheverria, El Bestiario esculpido en
Navarra, Institución Príncipe de Viana,
Pamplona. 1982, op cit, pág 93 y 94).
La
tórtola
En invierno
construye su nido en el tronco del árbol. Frente
a las Palomas, que simbolizan el Amor y la
Lujuria, la tórtola es concebida desde antiguo
como modelo de fidelidad amorosa.
Aristóteles habla
de la monogamia de la tórtola (Historia
Animalium IX, 7, 613 y VIII, 16, 600).
En el Bestiario de
Oxford afirma: "La tórtola se niega a
contraer una nueva unión y a: quebrantar las
leyes del honor o los juramentos, reservándose
sólo para él el nombre de compañera"
(Bestiario de Oxford, pág. 48). El presentar a
la tórtola como modelo de viuda procede de San
Ambrosio, según cita Jean de Cuba en su Hortus
Sanitatis II, capítulo VIII (1539).
El jabalí
Ovidio resalta su
ferocidad, bestial fuerza, su desmedida
intrepidez y desenfreno hacen de él un símbolo
demoníaco en el Cristianismo; visto en sueños,
puede ser también un presagio de muerte.
Como afirma la
investigadora Charbonneau - Lassay, es una
síntesis emblemática del cordero.
Aparece
contrapuesto al cisne en la composición del
Bosco "Las Bodas de Caná" San
Epifanio, op cit, pág 96. Esteban, op cit,. pág
409.
Símbolo de
lujuria, utilizado como tal por Aristófanes,
aunque también simboliza la pereza y la gula, el
jabalí está desprestigiado. En la Edad Media se
resaltó este simbolismo negativo.
En varias
representaciones acompaña a San Antonio en el
desierto, donde es sometido a mútiples
tentaciones. Estas simbolizan la victoria de la
Fe sobre la Lujuria y otros apetitos de la Carne.
El padre Cahier,
en sus "Características de los santos en el
arte popular", de1867, hace referencia al
privilegio del que disfrutaban Los Antonitas o
cofrades de San Antonio de poder dejar vagar por
las calles de las ciudades a las piaras de cerdos
con las que alimentaban a los enfermos de sus
hospitales.
No siempre es
fácil precisar si los diferentes textos hacen
referencia a cerdos o jabalíes, por ejemplo los
Viajes de Mandeville, donde se cita simplemente a
puercos salvajes multicolores, pero sin acotar
claramente si son jabalíes o cerdos.
El macho
cabrío y la cabra
Respecto a estos
animales se afirma en los bestiarios: "El
macho cabrío es un animal lascivo, imagen del
demonio y de la impureza, y en la antigüedad
servía de montura a Afrodita y Dionisos",
de donde tal vez derive el que en la Edad Media
se representa la lujuria por una mujer cabalgando
sobre un macho cabrío o una cabra.
Entre múltiples
representaciones, existe una en un capitel de la
Catedral de Auxerre, y en Esteban, op cit, pág
409 una miniatura depositada en la Biblioteca
Nacional de París y en un grabado del Chateau de
Labour en el que aparece luchando contra la
castidad.
Los Sátiros se
representaban con cuernos y palas de macho
cabrío, para los cristianos eran imagen del
Diablo y del AntiCristo. En los Bestiarios
moralizados, encarnan la lujuria.
El simbolismo de
ambos animales es negativo. Como ejemplo, las
palabras de San Mateo refiriéndose al Juicio
Final (25, 31): "como el pastor separa las
ovejas de los cabritos, y pondrá las ovejas a su
derecha y los cabritos a la izquierda. Al mismo
tiempo dirá a los que estén a su izquierda:
Apartaos de mi, malditos, al fuego eterno".
El perro
Animal calificado
en diferentes bestiarios como impuro. Su hábito
de curarse, lamiéndose las heridas, además de
volver a ingerir lo vomitado, comparándolo al
pecador que se cura por la confesión y que,
después de confesarse, vuelve a incurrir en sus
propios pecados.
Valoración
negativa que tiene su origen en el Libro de los
Proverbios, y posteriormente en el Nuevo
Testamento, en la Carta 2, 2, 22 de San Pedro:
"Volvióse el perro a comer lo que vomitó,
y la marrana lavada a revolcarse en el
cieno.".
Eusebio, en su
Historia Eclesiástica, compara al perro con el
diablo, basándose a su vez en Cancerbero (T.H.
White," The Books of the Beats. A
translation from a Latin Bestiary of the twelfth
century, London 1955, Vol 1, pág 109).
En la Edad Media
también simboliza la envidia, encarna a los
lisonjeros, a los hipócritas e ingratos.
Ion Muruaga,
Licenciado en Bellas Artes |