El paisaje de una ciudad lo
conforman, principalmente, las carreteras y los
edificios. A medida que la ciudad crece, surgen
nuevos barrios, y este crecimiento trae consigo
la creación de nuevos parques. La estructura de las
ciudades de la Edad Media era cerrada, vivían de
los muros para dentro, sin parques, y la
naturaleza quedaba fuera de las murallas.
En el siglo XIX,
al empezar las ciudades a extenderse, surgieron
nuevos barrios en los que se construían parques
para que la gente de la ciudad tuviera un
contacto directo con la naturaleza. De este modo,
la naturaleza se introducía dentro de la ciudad.
Estos parques contribuirán a crear el aspecto y
la identidad de la ciudad; por ejemplo, la Plaza
de Gipuzkoa de San Sebastián es un parque de
estilo romántico y sincroniza con el ensanche
romántico de San Sebastián.
Así pues, el
concepto parque cumple tres funciones: la
funcional o social (como punto de encuentro o
medio de respiración para la gente), la estética
o estilística (como construcción que ayuda a
crear la identidad e imagen de la ciudad) y, por
último, la ecológica (como zona en la que
puedan desarrollarse procesos naturales).
Además de estos
objetivos, hemos de tener en cuenta que el carácter
de un parque es dinámico. Es el tiempo lo que
disocia el paisajismo de otros artes o
concepciones. El paisaje va cambiando día tras día,
de una estación anual a otra y a través de los
años. El tiempo es uno de los instrumentos del
paisajista, imposible de dominarlo por completo.
A continuación se
muestran dos proyectos de parque; cada uno se
adecua a las especiales condiciones del lugar y
en ambos los objetivos funcionales, estéticos y
ecológicos se cumplen de un modo distinto.
LA ZONA VERDE
ATXUKALE (Motrico)
El terreno
destinado al parque se emplaza en la actualidad
encima del puerto, y tiene una pendiente del 100%
que limita su utilización; funcionalmente, sólo
se proyecta una red viaria que se estructura como
continuación de la carretera del pueblo. Para
comunicar la parte superior e inferior, se crean
terrazas en el término sur del parque.
Para poder
construir la red viaria en esa pendiente es
necesario levantar una pared que vaya a sostener
la carretera. Se propone erigir una estructura
formada por traviesas de las vías de tren para
que el impacto que pueda provocar sea menor.
Además de la red
viaria, también se plantea un tratamiento para
la tierra. Cortar
la hierba en esa gran pendiente es complicado,
por lo cual se construye un caminito cada 3
metros, que además de facilitar el mantenimiento
del parque, traza las curvas de nivel y la
superficie queda clasificada cada 3 metros. A
cada sección se le da un distinto tratamiento de
hierba; algunas se mantendrán con hierba corta y
otras con larga o con flores silvestres. Se
obtiene un manifiesto contraste de texturas y
colores.
Para completar la
vegetación del parque, van a plantarse dos masas
de bambú, empleados para fabricar cañas de
pescar y, por lo tanto, el parque queda
conceptualmente vinculado a la actividad del
puerto.
El parque de
Murguía
El parque de Murguía
va a levantarse en el lugar en que antaño estaba
el jardín. La vegetación, los árboles y
arbustos de este jardín de estilo romántico que
ha permanecido abandonado durante años, han
conocido un enorme desarrollado. En el mismo se
encuentra una gran variedad de grandes árboles,
pero, desgraciadamente, el bajo del bosque,
formado por laureles, no permite observar la
belleza de los árboles.
Conscientes del
valor paisajístico y botánico del parque, la
esencia de la propuesta del nuevo parque reside
en respetar y reforzar la identidad del jardín
actual.
Ante todo se han
previsto nuevos accesos al parque, proponiendo 3
entradas. Una, por el final del nuevo camino que
atraviesa la Calle Mayor, otra por la nueva
apertura de la iglesia, y la última por medio de
las escaleras del lugar más bajo del casco del
pueblo. La nueva ordenación del parque se divide
en cinco apartados principales:
Actualmente se
halla una construcción frente al pórtico de la
iglesia, tapando la entrada a la iglesia. Esta
edificación va a ser derruída y se le dará un
nuevo y abierto aspecto al pórtico, recuperando
la importancia que el lugar requiere. En vista de
la belleza y singularidad de las magnolias que
hoy día hay en dicho lugar, proponemos la
plantación de nuevas magnolias que refuercen la
identidad del emplazamiento. Por otro lado, en
torno al pórtico de la iglesia se plantarán
manzanos que darán abundantes flores blancas.
Florecen en primavera y en invierno se visten de
pequeñas manzanas rojas.
Contra la torre de
la iglesia se encuentran restos de un antiguo
cementerio y el lugar se halla cercado por muros
de piedra de 2 metros. En este lugar se situará
un fino jardín que devendrá un incomparable
lugar de descanso, y se plantarán numerosas
plantas de flor blanca, prevaleciendo la
margarita. Este paraje se convertirá en un
extraordinario lugar para sacar fotografías.
En la parte
superior del parque hay una llanura llena de
maleza. La propuesta se basa en arrancar todas
ellas y crear una fina pradera. De ese modo, la
explanada que surgirá permitirá percatarse de
la estructura de los principales árboles, en
especial del haya gigante.
En el contorno del
parque con las nuevas casas que se van a edificar
va a construirse una plaza elíptica, en la cual
va a recuperarse un estanque redondo que hoy día
está ubicado en el parque. Desde esta amplia y
abierta zona va a poder contemplarse la entrada
del parque y en ella se plantarán manzanos en
flor.
En la zona más
baja del parque hay un terreno que suele
inundarse. Hoy en día este espacio se encuentra
lleno de arbustos y es un entorno de gran
personalidad. En él se construirán nuevos
estanques, ríos y fuentes. La plantación se
realizará con plantas adecuadas a las
condiciones del lugar: bambús, cipreses de lagos,
guneras (plantas de hoja gigante), iris, etc. Va
a levantarse un jardín fuera de lo común,
combinando plantas y agua. Agrupando estas cinco
intervenciones, van a reacondicionarse los
caminos existentes y a realizarse diversas
plantaciones, sobre todo de hortensias.
Iñigo
Segurola, paisajista |