El texto breve que presentamos aquí
resume algunos de los contenidos de nuestra tesis
doctoral sobre Fronteras y contrabando en el
Pirineo Occidental (1).Esta investigación estudia el
complejo fenómeno del contrabando en el espacio
pirenaico vasco con una perspectiva y
metodología de carácter antropológico social. La polisemia del
término "contrabando"
El contrabando
puede considerarse un fenómeno estructural de la
economía del estado. Las culturas antiguas (los
egipcios, los griegos, los romanos...) ya lo
practicaban. Y en la Edad Media, había casi más
contrabandistas que comerciantes. La regulación
del comercio y de la economía a través de la
institución aduanera ha sido siempre una de las
causas principales del contrabando. Este es por
tanto un fenómeno característico de las
sociedades complejas.
A lo largo del
tiempo se han utilizado como sinónimos de
contrabando las palabras fraude, estraperlo,
descamino, tráfico ilegal, etc... En la zona del
Pirineo Occidental el contrabando se conocía
también con el nombre de gauekolana
(trabajo de noche). Estamos pues ante un término
polisémico que ha tenido en el norte de Navarra
una significación especial.
Evolución de
la zonas de contrabando
Fronteras y
contrabando son dos términos necesariamente
interrelacionados. En Navarra, espacio
tradicionalmente fronterizo, las zonas de
contrabando han cambiado a la par que
evolucionaban los límites territoriales de esta
comunidad (mugas, tablas, aduanas, fronteras...)
Antes de trazarse
la frontera hispano-francesa (siglo XIX), el gran
negocio del contrabando tenía lugar sobre todo
en la Ribera de Navarra, mediante el paso de las
aduanas del Ebro. También había entonces
aduanas en el Pirineo, ya que Navarra era un
reino franco que conserva hasta 1831 sus propias
aduanas (las "tablas" medievales). Pero
la zona caliente del comercio legal e ilegal
estaba entonces en el cordón del Ebro, donde se
establecían los más substanciosos intercambios
con Castilla, y los principales controles
aduaneros. En los siglos XVII y XVIII los
traficantes y contrabandistas navarros pasaban
las mercancías en barcas por la noche, de un
lado al otro del río.
A partir de 1831,
las aduanas de Navarra se trasladan al Pirineo, y
en 1860, se traza la frontera internacional. A
partir de entonces, la montaña de Navarra se
convierte en una zona especialmente propicia para
la práctica del contrabando.
Algunos municipios
y valles del Pirineo Occidental se destacaron
desde el principio en esta práctica ilegal,
desarrollando una especie de cultura
contrabandística propia, con sus propias leyes y
códigos secretos. Entre aquéllos destacan desde
mediados del siglo XIX los pueblos y valles de la
comarca del Bidasoa (especialmente Bera de
Bidasoa, Etxalar, Zugarramurdi, Urdazubi,
Baztán), y también los valles de Esteríbar,
Erro, Aezcoa y los municipios de Auritz-Burguete
y Luzaide-Valcarlos.
En los valles de
Roncal y Salazar, como en el resto de la
cordillera, se practicó también el contrabando
a pequeña escala, pero no tuvo el alcance ni la
importancia que en la parte más occidental de la
Montaña navarra. Ello guarda relación por un
lado con las caracteristicas ecológico
funcionales del Pirineo Occidental (economía
agroganadera, menor altitud de los montes,
accesibilidad de los pasos, etc...) y con otros
factores de tipo cultural. La existencia de una
base étnica común a ambos lados del Pirineo y
la persistencia de activas redes de relaciones
transfronterizas son factores que han influido
también en la especialización contrabandística
de los Pirineos Occidentales durante los siglos
XIX y XX.
Contrabandistas
grandes y pequeños
El contrabando ha
sido tradicionalmente una actividad ligada por un
lado a la gente humilde de las zonas fronterizas
y también a los grandes comerciantes foráneos.
Probablemente algunas de las grandes fortunas
tradicionales de Navarra y de otras comunidades
fronterizas tienen su origen en el comercio
ilegal desarrollado años o siglos atrás por
comerciantes legales.
En las zonas
fronterizas del Pirineo, la mayor parte de los
contrabandistas fueron casi siempre gente
humilde: pequeños ganaderos, inquilinos de los
caseríos, arrieros, gente sin oficio, etc...
Estos eran los que se encargaban normalmente de
hacer el trabajo más duro y arriesgado de pasar
las mercancías por la frontera o de acarrear las
mercancías hacia el interior. Por su parte los
grandes comerciantes o empresarios hacían los
negocios a más alto nivel, contando a veces con
la complicidad de políticos, y de las fuerzas de
seguridad.
Un fenómeno
destacable en la zona de nuetro estudio ha sido
la formación de patrones locales de contrabando
que consiguen hacerse con una fortuna escalando
los distintos niveles de la organización de los
contrabandistas. Esta jerarquía local,
encabezada por el grupo de notables del
contrabando o "contrabandistas
fuertes" como se les llama en la zona,
quedan bien reflejada en la novela Centauros
del Pirineo del escritor navarro Felix
Urabayen.
Períodos
activos del contrabando.
Los diferentes
picos históricos que registra el tráfico ilegal
en el Pirineo navarro pueden considerarse un
barómetro sensible de la evolución diferencial
que han seguido los estados francés y español y
las circunstancias que han atravesado (guerras,
crisis económicas, etc,... ). También existe
una relación entre los períodos activos del
contrabando y la propia situación económica y
social de los valles pirenaicos.
Algunos de estos momentos
álgidos del contrabando tuvieron lugar durante
las guerras carlistas y las dos guerras
mundiales. Uno de los más importantes fue el que
tuvo lugar entre los años 1941 y 1963. Douglass
se refiere a este momento como "período
activo del contrabando"(2). Este período coincide
con la crisis del caserío y con la implantación
del llamado sistema fordista de concentración
urbano-industrial. En esta época, la inmensa
mayoría de la población del Pirineo Occidental
participó de algun modo en las redes del
contrabando. Nuestro estudio plantea la
hipótesis de que el contrabando fue en ese
período una forma de adaptación homeostática (3), esto es, una especie de feed
back o retroalimentación del sistema
integrado por las comarcas rurales vascas del
Pirineo occidental. El contrabando podría
interpretarse así como la "conexión
perversa", que permite mantener la
viabilidad económica y social de estas zonas
hasta que se entra en una fase diferente en la
que la vida social de la comunidad es posible
bajo parámetros diferentes.
NOTAS
- Esta tesis doctoral
ha contado con ayudas a la investigación
de Eusko Ikaskuntza en 1996 y 1998. (VOLVER)
- DOUGLASS, William
A. (1977)Echalar y Murelaga:
oportunidad y éxodo en dos aldeas vascas,
San Sebastian, Auñamendi, vol. 2:25). (VOLVER)
- Seguimos aquí el
concepto y las tipologías de adaptación
propuestas por Martínez Veiga. Ver
MARTINEZ VEIGA, Ubaldo, (1985), Cultura
y adaptación. Cuadernos de
Antropología: Anthropos, pags..4-7. (VOLVER)
José A. Perales
Díaz, miembro del Dpto. de Trabajo Social (Area
de Antropología) de la UPNA. |