En el 2002, San Telmo será
un museo centenario y totalmente renovado si
prospera el proyecto de renovación elegido en
1994, mediante concurso, por el Ayuntamiento de
Donostia-San Sebastián, en colaboración con el
Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Gipuzkoa
. El Museo está gestionado desde 1991
a través del Patronato Municipal de Cultura,
quien se está encargando de la puesta en marcha
del proyecto, tanto en lo referente a plazos y
contenidos, como a la captación de
colaboraciones de instituciones públicas y
privadas.
El proyecto "San
Telmo, Museo para la Cultura Vasca" está
elaborado por la empresa K-6 Gestión Cultural y
propone una definición de futuro para el Museo,
en base a dos conceptos fundamentales:
- "Museo
para" o "museo al
servicio de...", distinto
del "museo de..." como
contenedor de algo finito; se
plantea un museo inacabado en
permanente evolución, lugar de
inspiración y reflexión,
abierto a la fantasía y al
desarrollo personal.
- "Cultura
Vasca": definida como
milenaria y viva, entendida como
pluralidad de conocimientos,
modos de vida, desarrollo
científico e industrial, del
pensamiento, de las formas de
comunicación verbal, musical y
plástica... como hechos,
útiles, creencias, valores,
comportamientos, actividades
intelectuales o tecnológicas,
organización social o
política... a lo largo de su
historia y resultado de
modificaciones, préstamos,
decisiones, rupturas, rechazos y
enriquecimientos.
Tras el inicio de
la renovación por parte del Ayuntamiento
donostiarra en 1996, el proyecto está dotando al
Museo San Telmo de criterios propios y sólidos
de cara a la transformación del mismo. ¿Cuál
es a día de hoy el resultado de este proceso;
cuáles son sus perspectivas de futuro?
Primer mensaje:
San Telmo sigue abierto y quienes hayan seguido
visitándolo, habrán podido comprobar in situ el
avance de las obras, además de poder participar
en el "espacio de renovación" y dar su
opinión para enriquecer el proyecto con su
aportación.
Segundo mensaje:
la renovación es integral y progresiva, por lo
que sin esperar a un día "D", los
criterios y procedimientos de renovación se van
trasladando de forma inmediata a las funciones y
actividades del Museo.
Las actuaciones
arquitectónicas inciden en la
rehabilitación del antiguo convento dominico del
s.XVI, monumento histórico-artístico de
carácter nacional; en este momento, el claustro
ha sido ya restaurado y está siendo equipado de
cara a su posterior utilización como espacio
museístico, de exposición. La torre (cubierta y
fachadas exteriores) también ha sido
rehabilitada y los problemas de humedades -que
afectaban a todo el edificio y en especial a las
salas de exposiciones temporales- han sido ya
resueltos en un porcentaje muy alto.
Después vendrá
el turno de la iglesia y de los anexos de los
años 30 de este siglo (volumen cara al monte
Urgull, y más tarde el volumen a plaza Zuloaga,
entrada principal del Museo y salas de
exposición permanente de la colección de
pintura) que han llegado a tener importantes
problemas estructurales, de humedades, de
equipamientos... en espera del edificio de
ampliación que permitirá al Museo añadir más
de 3000 m2 a los casi 6.000 m2 ya existentes.
Allí se ubicarán la nueva recepción y otros
servicios al público, la biblioteca
especializada, y los ejes de circulación hacia
los distintos espacios del edificio.
La
intervención museológica está
desarrollando ya las líneas directrices de la
exposición permanente y su distribución
espacial. Serán cuatro grandes secciones que
recogerán de un modo coherente, atractivo e
integrador, una importante selección de las
colecciones del Museo. La primera entrega de esta
exposición renovada será la titulada
"Signos de espiritualidad", en la que
trabaja el equipo del Museo de cara a su
presentación este mismo año de 1999.
Las orientaciones
museográficas de otras dos secciones
("Memorias" y "Presentación del
sitio") han sido revisadas, se han ido
concretando aspectos de interiorismo e identidad
visual, política de colecciones y necesidades de
almacenaje, al mismo tiempo que se ha elaborado
un nuevo diseño de estructura organizacional.
El reto del
Museo San Telmo, y posiblemente el de todos
los museos es cómo resolver la aparente
contradicción de principio que tienen, en cuanto
instituciones permanentes, según la definición
del ICOM, cuya finalidad primera es la
conservación del patrimonio. El Museo se ve
"obligado" a renovar su identidad;
pasar de imponente a participativo y de estático
a dinámico. Debe desempeñar una función de
vanguardia en la comunidad, y debe quedar clara
su vocación de servicio.
Las
características de San Telmo orientan este
proceso de renovación de una forma peculiar, por
lo que junto al personal propio, se está
contando con el asesoramiento de la empresa
autora del proyecto.
Al hablar del
futuro del Museo San Telmo, parecen muy oportunas
las palabras de la museóloga brasileña Fernanda
de Camargo-Moro, en la revista Museum (1982):
"Las semillas de la nueva museología han
comenzado a germinar, aun si el tiempo de la
cosecha no ha llegado todavía. Nuestros museos
se están despojando de su apariencia carcelaria
para ir adquiriendo poco a poco la calidez de las
antiguas ágoras".
Rafael Zulaika,
director del Museo San Telmo |