La situación minorizada del euskara en el mundo laboral
* Traducción al español del original en euskera
Jose M. Zendoia

Cuando nos referimos a una lengua minorizada, implícitamente hacemos alusión a la relación que mantiene respecto a otra lengua mayoritaria que se halla en su mismo ámbito natural. A continuación mencionaremos algunas circunstancias que una lengua ha tenido que soportar para llegar a su condición de "minorizada". Entre éstas, tiene especial importancia el haber dejado de ser instrumento lingüístico en las relaciones laborales y en la actividad económica en general, siendo reemplazada en este ámbito por otra lengua más fuerte.

En el caso del euskara, este proceso de reemplazo ha sido distinto en cada sector económico, teniendo lugar en diferentes épocas y con más fuerza en unas comarcas que en otras. Así, para mediados del siglo XVIII, en en el sur de Alava y Navarra el euskara estaba en declive, dado que la lengua empleada por los comerciantes del ámbito urbano era el castellano. También en la costa se había iniciado el proceso del bilingüismo, entre otras causas porque la burguesía urbana, recién surgida a partir de la construcción naval y de la siderurgia, consideraba el euskara lengua de los baserritarras (campesinos) y de los trabajadores poco cualificados.

En tiempos de la revolución industrial, la expansión del castellano y francés se produjo con gran rapidez. En la medida en que la industrialización cambió las estructuras demográficas, económicas y sociales, provocando un descenso del peso relativo del primer sector de la economía, ocasionó dos tendencias en cuanto al euskara.

Por una parte, el desarrollo industrial se produjo a la vez que surgía una amplia masa de inmigrantes, principalmente en Gipuzkoa y Bizkaia. Mientras, la enseñanza y los medios de comunicación se encontraban en manos de la burguesía foránea o simpatizante hacia ella. Además, tal como se ha mencionado, ya para entonces el euskara se veía como lengua de las personas más incultas, y la admiración hacia el castellano o francés proviene del hecho de considerarse lengua de las clases superiores. La superioridad del castellano se produce en función de la tasa de industrialización y urbanización, de un modo directo.

Pero al mismo tiempo, no ha de olvidarse que el euskara ha encontrado uno de sus mayores refugios en el mismo ambiente urbano que la industrialización había impulsado. El movimiento por la recuperación del euskara fue promovido por la clase popular de las ciudades: los trabajadores, administrativos, técnicos, etc., han sido imprescindibles impulsores de la lengua. Si bien el movimiento de inmigración se interrumpió en las décadas de los años 60 y 70, estas dos tendencias de dirección opuesta se han acentuado cuando la sociedad de servicios ha sustituido a la sociedad industrial.

De todos modos, en los últimos años han tenido lugar esperanzadores cambios para la permanencia del euskara, sobre todo en las zonas donde su presencia es mayor: la fuerza del movimiento popular ha aumentado, un gran número de inmigrantes desea que sus hijos sean vascoparlantes, y en la clase dirigente ha surgido una postura a favor del euskara.

No obstante, la influencia de la economía y, en especial, del mundo laboral, sobre la situación lingüística, supone un gran reto para el euskara, puesto que en este campo se encuentra en una situación minorizada. Y, si fue en el ámbito de las relaciones laborales donde el castellano (o francés) comenzó a sustituir al euskara, tal y como se ha querido señalar más arriba, el riesgo de un nuevo declive puede ser inevitable mientras no se normalice el uso del euskara en la actividad económica y en las relaciones laborales. Es decir, que el euskara ha de recuperar el mundo laboral si es que quiere asegurar su supervivencia.

¿Cuál es, pues, la situación actual del euskara en el mundo laboral, y qué tendencias se observan de cara al futuro? La situación presente es de sobra conocida: en determinados sectores, el euskara es instrumento de trabajo y lengua para las relaciones laborales (en especial, algunos medios de comunicación y gran parte de la enseñanza), pero en los restantes sectores (en la mayoría de las industrias y servicios), la utilización del euskara es prácticamente nula. Una salvedad la constituirían los puestos de trabajo de cara al público, donde algunas empresas emplean la política de contratar trabajadores vascoparlantes para atender a los clientes euskaldunes.

En los estudios sociolingüísticos que se han realizado (por ejemplo en los de Siadeco) se ve claramente que incluso en las zonas con más vascoparlantes la utilización del euskara en las empresas industriales es muy escasa. En el mejor de los casos, los trabajadores euskaldunes emplean el euskara, pero normalmente para hablar sobre temas de extralaborales, es decir, que la lengua empleada para la actividad profesional es el castellano o el francés. Igualmente, el euskara tiene poco espacio en la administración y dirección de las empresas, sobre todo para tratar temas vinculados a la propia actividad empresarial. Como lengua escrita, tampoco se suele utilizar mucho el euskara.

Siendo tal la situación, y resultando imprescindible conocer la actitud de los responsables de las empresas, realizamos dos encuestas, en 1997 y 1998, respectivamente. La primera en Oarsoaldea (en las empresas industriales de Errenteria, Lezo, Pasaia y Oiartzun); la segunda en Urolaldea (en las empresas industriales de Azkoitia, Azpeitia y Zestoa).

La primera encuesta la realizamos en Oarsoaldea por ser representativa de la situación sociolingüística del País Vasco, tanto en lo concerniente al número de euskaldunes como a la estructura económica. Tal como esperábamos, el uso del euskara escrito y hablado en estas empresas es muy escaso. A pesar de que en opinión de los responsables de las mismas ir euskaldunizando su actividad puede resultar positivo, pudimos constatar que existe poca voluntad de involucrarse en ese tipo de iniciativas.

En vista de esos datos, repetimos la misma encuesta en Urolaldea, al tratarse de la más euskaldun de las zonas industriales. Aunque en este caso el empleo del euskara en las empresas es algo mayor, dista mucho del porcentaje de euskaldunes de la comarca. Si bien la actitud hacia del euskara, así por ir euskaldunizando la actividad empresarial, son en general positivas, tampoco aquí percibimos esfuerzos por apostar realmente a favor de ello.

De todos modos, se puede pensar que el hecho de que el del euskara no sea un asunto prioritario y la falta de información, entre otras razones, influyen en este tipo de respuesta. Precisamente en estos últimos años se han puesto en funcionamiento en diversas empresas planes para incrementar el uso del euskara, y todos estos casos han sido considerados como experiencias muy interesantes tanto por parte de los trabajadores como de las direcciones de las empresas. Así, podríamos citar los pioneros grupo Elay de Antzuola y CAF de Beasain, y otros que han comenzado a desarrollar iniciativas similares, como Alecoop, Arlan, Fagor, Ikerlan, Irizar, JMA, Labein, Maier o MCC.

Debe recordarse que en el Plan de Recuperación del Euskara (Euskara Biziberritzeko Plana), elaborado por la Comisión Asesora del Euskara del Gobierno Vasco, se hace especial mención al mundo laboral, considerando la metodología hasta ahora empleada apropiada y modélica. En el mismo Plan se cita que la sociedad vasca no se ha percatado de la importancia que tiene el no utilizar el euskara en el campo empresarial. El Consejo de las Organizaciones Sociales del Euskara (Euskararen Gizarte Erakundeen Kontseilua) ha otorgado especial relevancia a este apartado, puesto que entre los objetivos que persigue la campaña "Una hora a favor del euskara" (Lanordu bat euskararen alde), está el de que los trabajadores conozcan el papel que desempeñan en este ámbito.

Evidentemente, habrá que dar muchos pasos más. Por ejemplo, en Gipuzkoa, el territorio más euskaldun, de los 50 ciclos de formación profesional ofrecidos en los niveles medio y superior en las centros públicos, sólo 5 se pueden cursar en euskara, 13 en euskara o castellano, y 32 sólo en castellano. Si la presencia del euskara en la formación que se ofrece para las diversas profesiones no aumenta, será difícil capacitar trabajadores euskaldunes.

De todos modos, los estudiantes, futuros trabajadores, realizan cada vez más su fromación educativa en euskara, los clientes tienden progresivamente a solicitar y recibir los servicios en euskara, y el hecho de que los trabajadores euskaldunes mantengan las relaciones laborales en euskara puede ser un medio para la cohesión de las empresas. En la actualidad, integrar el euskara puede suponer para muchas empresas poder contar con más opciones, bien en la actividad interna, bien en la imagen externa. De ser así, podremos decir como mínimo que las tendencias de los últimos siglos están cambiando, habiendo quizás llegado al definitivo punto de inflexión del proceso de minorización del euskara.


Jose M. Zendoia Sainz, profesor del Depto. de Economía Aplicada I de la UPV/EHU


Dohaneko harpidetza | Suscripción gratuita | Abonnement gratuit |
Free subscription


Aurreko Aleak | Números anteriores | Numéros Précedents |
Previous issues


Kredituak | Créditos | Crédits | Credits

webmaster@euskonews.com

Copyright © Eusko Ikaskuntza
All rights reserved