Irazabalbeitia es el
gerente de Elhuyar Kultur Elkartea, importante
referente en la divulgación de la ciencia y
tecnología del País Vasco, fundada hace 27
años, de la cual Iñaki es partícipe casi desde
ese primer momento. En ese periodo se han
obtenido abundantes frutos, tanto en la
divulgación de la ciencia, como en la
euskaldunización del mundo laboral, en la
informática y lexicografía. Y es que Elhuyar,
además de la ciencia y la tecnología, se ocupa
también de otros campos. Este año
Irazabalbeitia ha visto cumplirse uno de sus
sueños: en la televisión ha comenzado a
emitirse un programa sobre la ciencia y la
tecnología, por iniciativa de la sociedad de la
que hablaremos en las siguientes líneas.
-¿Quién es Iñaki Irazabalbeitia?
Nací hace 42 años en San Sebastián y soy
Doctor en Química. Fui alumno de la primera
promoción de la Facultad de Químicas de San
Sebastián, lo cual fue una gran suerte, porque
me tocó vivir una época muy bonita, y porque
por otra parte, tuve gracias a nuestro profesor
Luis Mari Bandres la oportunidad de ser miembro
de la sociedad Elhuyar, que fusionaba la ciencia
y el euskera. Luego he orientado mi vida hacia el
euskera y la ciencia. Cuando empecé a estudiar
quería ser investigador y divulgador de la
ciencia. Pero al comenzar con la tesis me di
cuenta de que la idea que yo tenía y la realidad
no coincidían. La investigación tiene su
aspecto fascinante, pero al mismo tiempo es
rutina, y yo no soy amigo de la rutina. De modo
que, a partir de entonces, me volví hacia el
campo de la divulgación científica, poniendo en
marcha la revista Elhuyar. Zientzia eta
Teknika, y colaborando en temas científicos
en otros medios de comunicación. Así, hace poco
se ha cumplido uno de mis sueños, porque hemos
conseguido poner en funcionamiento un programa
sobre la ciencia y la tecnología en los dos
canales de Euskal Telebista.
En los últimos cuatro o cinco años, en mi
tiempo libre soy divulgador de la ciencia, pero
mi principal tarea consiste en gestionar y sacar
adelante Elhuyar.- ¿Qué es exactamente lo que
hace en el ámbito de la divulgación?
He escrito un montón de artículos sobre la
ciencia, unos 300 ó 400, y sobre diferentes
temas. Pero lo que más me interesa son la
exploración espacial y los problemas
medioambientales. Hace diez años publiqué un
libro en torno a la exploración espacial. De
cara al futuro, mi intención es redactar una
segunda versión, y espero escribir ese libro en
estos cinco años. También he publicado un par
de novelas, ambas de ciencia ficción, y unos
cuentos que han recibido los Premios Alejandro
Magno.
-¿Qué es y
cuándo se fundó Elhuyar Kultur Elkartea?
Elhuyar es una empresa profesional de servicios
de la actividad cultural vasca. Elhuyar cultiva
varios campos, pero su principal quehacer y el
que lo define desde sus comienzos es el
siguiente: divulgamos la ciencia fusionando la
ciencia y el euskera. La sociedad considera
importante lo que está teniendo lugar en el
mundo, y eso se refleja en la revista Elhuyar.
Zientzia eta Teknika, en los programas
radiofónicos de la sociedad y en la televisión;
pero nuestro objetivo es dar a conocer a la
sociedad vasca la ciencia y la tecnología que se
desarrollan en el País Vasco. Ésa es la
característica que nos diferencia de las demás
publicaciones del mercado.
-Elhuyar
consta de diversas secciones. ¿Cuáles son y
qué corresponde a cada una?
Por una parte ofrecemos material de estudio; es
decir, publicamos libros de texto para la
enseñanza secundaria y para la universidad.
También realizamos vídeos, productos multimedia
y diccionarios especializados y generales. Por
otra parte tenemos la rama de la divulgación de
la ciencia, dentro de la cual se ubica el mensual
Elhuyar. Zientzia eta Teknika, una
revista estándar de divulgación de la ciencia;
además colaboramos con varias radios, y en este
aspecto destacaría el magacín que en los
últimos tres años estamos llevando a cabo en
Euskadi Irratia, llamado Norteko Ferrokarrila. Y
hace poco hemos empezado a emitir en Euskal
Telebista un programa llamado Teknopolis. Aparte
de esto, también difundimos los productos
científicos de algunas sociedades, dando a
conocer a la población vasca la ciencia que
realizan a través de los medios de
comunicación. Me parece que en ese campo queda
mucho por hacer, porque en la sociedad circula la
convicción de que en el País Vasco no se hace
ciencia. Hace 20 años podía ser cierto, pero
hoy día no es así. Hay una fuerte
infraestructura como para que varios grupos
científicos del País Vasco saquen a la luz su
actividad científica por todo el mundo, e
incluso siendo líderes. En lo que a diarios se
refiere, en estos momentos publicamos en el
suplemento que el diario Gara edita los domingos
unas páginas sobre la ciencia, y nuestro
propósito es fortalecerlas. Nos parece
fundamental que la sociedad conozca cuál es la
actividad de la ciencia, en qué andamos y a
dónde vamos.
-¿Por qué?
Porque tenemos derecho a saber qué tipo de
ciencia se hace con nuestro dinero, y la sociedad
tiene que educarse en esos temas. La ciencia
está cambiando con mucha rapidez, y la
población tendrá que dar respuesta a muchas
preguntas. Ahí están los temas candentes de las
plantas transgénicas, de la energía nuclear o
de la clonación. La sociedad tendrá que tomar
unas decisiones, y para eso es necesario contar
con una información precisa, clara y correcta.
Elhuyar haría de puente entre la comunidad
científica y la sociedad.
Me gustaría asimismo hacer mención al servicio
lingüístico que ofrecemos a las empresas.
Realizamos traducciones, y, por otro lado,
diseñamos y aplicamos planes de uso del euskera
en las empresas. Ese ámbito es muy importante,
porque el futuro de la normalización del euskera
se está localizando en el ámbito
socio-económico. La educación se está
euskaldunizando; se han dado pasos para la
euskaldunización de la administración, pero en
estos momentos el euskera tiene lagunas en el
ocio y en el campo socio-económico. En vano
estudiará una persona en euskera, si luego al
llegar al mundo laboral sólo utiliza el
castellano o el francés. Hay que asegurar que el
euskera tendrá su lugar también en las
oficinas. En lo demás, la gente se preguntará a
sí misma si merece la pena estudiar en euskera.
En ese ámbito hemos sido pioneros, y estamos
trabajando concienzudamente.
-¿Se habla
cada vez más sobre la ciencia en los medios de
comunicación?
En los últimos cinco o seis años se ha
producido un cambio notable. En los medios de
comunicación aparecen cada vez más noticias
relacionadas con la ciencia. Ese mismo interés
se percibe también en las radios. Por ejemplo,
cuando empezamos a hacer colaboraciones en
Euskadi Irratia, hacíamos trabajos de relleno en
magacines, pero ahora la ciencia tiene su propio
programa. Este año hemos dado el salto hacia la
televisión y ya veremos qué repercusión tiene.
Sin embargo, existe un problema respecto a la
comunicación de la ciencia, porque, incluso
habiendo excepciones, en los medios de
comunicación generales no hay periodistas
especializados que vayan a tratar temas de la
ciencia. Eso, evidentemente, influye a la hora de
dar una noticia, y en ocasiones se leen noticias
que no son correctas. Además, muchas veces las
noticias relacionadas con la ciencia se redactan
desde el punto de vista del espectáculo,
diciendo que han encontrado esto o que lo otro es
perjudicial. Hay que tratar de proporcionar al
público una información correcta, concreta y
fácil de entender. Aunque muchas veces, al
querer hacer lo fácil, se difunden noticias que
no son correctas.
-¿Por qué
está la ciencia adquiriendo tal peso en los
medios de comunicación? ¿Acaso la proximidad
del fin del milenio intensifica la presencia de
la ciencia?
No creo que sea eso. Lo que ocurre es que la
gente se está dando cuenta de que la ciencia y
la tecnología, al igual que la cultura, el cine
o la literatura, son parte importante de nuestra
cultura. Creo, además, que los responsables de
los medios de comunicación han visto que la
sociedad tiene curiosidad en torno a ello. Las
comunidades científicas están también ansiosas
de publicar sus resultados científicos. Pero,
dada su desconfianza hacia los periodistas, los
científicos, en general, no han sido muy
proclives a hacer públicas sus investigaciones.
-¿Para
bien de quién está la ciencia?
Para bien de la sociedad. Cuestión distinta es
el uso que se hace de la ciencia. No podemos
apartar la ciencia y la tecnología de nuestra
cultura. Es imposible entender la sociedad
moderna actual sin ciencia y tecnología, y
quienes tratan de comprenderla de esa manera
están equivocados.
-La ciencia
y la tecnología están cambiando nuestro modo de
vida. ¿Hasta qué punto nos influyen?
Muchísimo. Nuestro modo de vida y el de nuestros
abuelos son completamente diferentes. Hace
cincuenta años la gente en Europa moría de
tuberculosis o de malaria, pero ahora ya no. En
el tercer mundo es distinto. Hoy día cualquiera
va a Tailandia, gracias a la ciencia y a la
técnica. Evidentemente, todo eso tiene también
malas consecuencias: la degradación del
medioambiente, la polución... Pero si las
colocáramos en una balanza, las buenas
superarían a las malas. Hay que conseguir que se
produzcan las menos consecuencias malas posibles,
y creo que esa conciencia existe gracias al
trabajo de los ecologistas.
-¿Somos las
personas críticas con respecto al uso de la
ciencia? Hay diversas actitudes: blancas, negras y
también grises. En mi opinión, las actitudes
extremas son negativas. Algunos creen que la
ciencia y la tecnología nos van a salvar de todo
peligro, y que son lo único que permiten que el
ser humano avance. Los del extremo opuesto, en
cambio, no aceptan la ciencia y la tecnología,
porque creen que todo lo que ofrecen es malo.
Esta última postura se está extendiendo
bastante en todo el mundo. Pero, en general, la
sociedad es gris. La gente piensa que la ciencia
y la tecnología tienen cosas buenas, pero que
hay que estár alerta con las consecuencias malas
que pueden provocar.
-Por otro
lado, ¿no es difícil ser crítico? Tenemos que poner filtros a todas las
actividades humanas para valorar la información
que recibimos, para hacernos preguntas y para
comparar. De todos modos, muchas veces ha de
pasar un tiempo para valorar las consecuencias
perjudiciales de la ciencia. Por ejemplo, cuando
hace 200 años se inventó la máquina de vapor,
era difícil pensar que los gases emitidos por
esa máquina iban a causar el efecto invernadero.
Han tenido que pasar varios años para ver que
tiene efectos perjudiciales y que se deben tomar
precauciones. Eso ocurre con algunas
tecnologías; no con todas.
-Antes los
conocimientos científicos eran públicos; hoy se
guardan en secreto. De modo que la ciencia es
negocio.
Siempre ha habido patentes, y la ciencia siempre
ha sido un negocio. Todas las actividades humanas
tienen tras de sí la finalidad de obtener un
beneficio económico, y en la ciencia también.
Incluso es posible que sea bueno, porque el
científico no se pone a trabajar sólo por
beneficios científicos; detrás suele haber
causas como la fama y el dinero. Pero el ánimo
de lucro de las empresas no me preocupa
especialmente. En el desarrollo de las
tecnologías me preocupan más las luchas de
poder y la intromisión de los gobiernos, porque
su objetivo suele ser el de desarrollar las
tecnologías para eliminar al enemigo.
-El
significado de la ciencia se ha visto ampliado.
¿Qué se debe tener en cuenta para poder
calificar un tema de científico?
Aquí puede haber divergencias, pero en mi
opinión ciencia es la rama del saber que aplica
métodos científicos en su actividad. Es decir,
que hablamos de ciencia cuando los resultados
derivados de la aplicación de una fórmula son
susceptibles de ser repetidos y comprobables. En
mi opinión, las llamadas ciencias sociales no
pueden localizarse en la ciencia, porque no son
hipótesis para efectuar pruebas de
experimentación, no son repetibles, y además,
varían en función de la situación. Con lo
cual, una teoría sociológica que pueda servir
para el País Vasco no tiene por qué servir en
Burgos. Las ciencias sociales son saberes, pero
no ciencia. Sé que muchos no estarán de acuerdo
con este punto de vista, pero entre los
científicos existe esa perspectiva universal
sobre el significado de la ciencia.
-¿Qué
valoración realiza de la actividad científica
del País Vasco? Teniendo en cuenta de dónde venimos, en
estos momentos tengo una valoración muy
positiva. Si analizamos la historia vasca desde
el ámbito científico-técnico, veremos que los
vascos hemos aportado poco al desarrollo de la
ciencia. Aquí no hemos tenido ninguna tradición
científica; incluso la Universidad del País
Vasco no tiene más que treinta años, y para la
ciencia es muy difícil avanzar sin contar con la
infraestructura de la universidad. Ahora, sin
embargo, tenemos una infraestructura bastante
fuerte. Por otra parte, en los últimos años la
Diputación y el Gobierno Vasco han hecho
importantes y plausibles inversiones que han
posibilitado el desarrollo de la ciencia. Como
consecuencia, las cosas han cambiado mucho. Se ha
hecho una apuesta y estamos cosechando los
resultados. Podemos decir que en muchos ámbitos
la ciencia vasca puede andar por el mundo sin
ninguna vergüenza. Además, tenemos científicos
que, habiendo estudiado en el País Vasco,
sobresalen en química, física, biología,
matemática... Todo eso lo hemos conseguido en 20
años. También de cara al futuro podemos ser
optimistas, y si se sigue esforzando al igual que
hasta ahora, se van a obtener mejores resultados,
como por ejemplo los premios Nobel. Quizás no
dentro de veinte años, pero sí en un plazo más
largo. Además, hay que destacar el cambio del
punto de vista de los empresarios. Hace un tiempo
se copiaba, se traían las patentes de fuera y se
aplicaban aquí. Las empresas han modificado su
comportamiento, y están llevando a cabo
investigaciones en colaboración con centros
tecnológicos del entorno. En estos momentos la
empresa vasca es en gran medida exportadora, y
para eso es necesario utilizar tecnología punta.
De modo que también es remarcable el trabajo que
están haciendo los centros de investigación del
País Vasco, porque si al principio eran centros
de control de calidad, hoy son centros de
investigación.
-Así pues,
le augura un bonito futuro a la ciencia que se
desarrolla aquí. Sí, pero a pesar de tener bases y gente,
tendremos que seguir haciendo inversiones, y
puede que deban cambiarse algunas políticas,
como por ejemplo creando en el País Vasco
puestos de trabajo relacionados con la ciencia.
Una de mis inquietudes es precisamente ésa. En
estos momentos en la universidad no se crean
puestos de trabajo para jóvenes investigadores,
y ahí puede haber una interrupción. Es decir,
que la gente joven puede verse obligada a salir
al extranjero para trabajar. Yo creo que uno de
los principales desafíos de las autoridades
políticas es el de crear puestos de trabajo para
científicos que no vayan a tener relación con
la enseñanza universitaria. Habrá que fundar
institutos y organizaciones para crear puestos de
trabajo a los jóvenes investigadores. Por otra
parte, hay varios matemáticos, ingenieros y
biólogos vascos trabajando por todo el mundo, y
habrá que preparar un programa eficaz si se
quiere que vuelvan. Es importante que la gente
vaya a trabajar fuera, pero se les debe asegurar
que a la vuelta tendrán trabajo. En estos
momentos hay científicos vascos de élite en el
extranjero que desean volver, pero no vienen
porque no tienen un puesto de trabajo.
- ¿Se
conoce en el extranjero la actividad científica
del País Vasco?
Sí, y muestra de ello es que muchos profesores
de aquí participan en comisiones científicas de
importantes congresos internacionales. Además,
cada vez vienen más investigadores de fuera al
País Vasco, bien para estudiar, bien para hacer
la tesis.
--¿Qué
peso tiene el euskera en la actividad
científico-tecnologíca del País Vasco?
Hay que diferenciar varios niveles. El euskera o
cualquier otra lengua debe asegurar que la
actividad diaria va a llevarse a cabo en esa
lengua. Es decir, lo más normal sería que los
investigadores vascos hablasen en euskera en su
trabajo cotidiano, y que desarrollaran sus
teorías en euskera. El euskera tiene que
conseguir eso; y a pesar de que todavía se
encuentre en una situación minoritaria, poco a
poco lo está consiguiendo. Cuestión distinta es
la de dar a conocer esa actividad científica en
el mundo, y está claro que en la mayoría de los
casos tendrá que ser en inglés. Por otra parte,
si en el grupo hay extranjeros, es normal que se
utilice el inglés.
- Habéis
conseguido poner en funcionamiento en ETB un
programa llamado Tecnópolis. ¿Se trata del
mayor reto que teníais para este año, o tenéis
alguna otra cosa?
-Sí, la hay. La
revista Elhuyar. Zientzia eta Teknika
cumplirá en septiembre 25 años, y aprovechando
esa ocasión queremos renovar la revista en
cuanto a diseño y contenido. También nos
gustaría incluir algo dirigido a los jóvenes
lectores en la revista.
- Para
terminar, ¿qué novedades nos va a traer la
ciencia?
En estos momentos, las investigaciones
científicas más importantes van en cuatro
direcciones: la aplicación segura de la
biotecnología (clonación y plantas
transgénicas); la tecnología de la
información, porque eso cambiaría nuestro modo
de vida con el desarrollo de casas inteligentes o
la robótica. Otro reto consiste en gestionar
adecuadamente el medioambiente, vinculado a las
fuentes de energía alternativas. La última
dirección sería la de conservar la
biodiversidad. En la tierra tenemos un tesoro, el
tesoro de la vida, y hay que mantenerlo para
dejar lo más arreglado posible a los que vienen
detrás de nosotros.
Fotografías:
Maria Agirre |