Edificios para el automóvil
Maria Jesús Bilbao

Sustituir las diligencias de caballos por el vehículo de propulsión autónoma suscitó un gran interés por el futuro, como progreso técnico. El automóvil es uno de los mitos de la modernidad dentro de la era de la máquina, la aeronáutica, velocidad, movimiento...
La construcción del automóvil es el verdadero modelo de gran industria. Industria revolucionada a través de la estandarización y la fabricación en cadena, que saca al automóvil de su condición de producto artesano. Al rebajar los precios se abren extensos mercados y se convierte en un producto de consumo para las grandes masas.
Con la democratización del automóvil se propician las construcciones a él vinculadas, se ponen en juego no sólo los criterios fundamentales de organización y los relativos a la estructura, sino también los de la imagen.
Según el programa a desarrollar en los edificios para automóviles, los criterios fundamentales se refieren a elementos como acceso a estos edificios, circulación dentro de ellos y zonas de aparcamiento interior. Los elementos estructurales son la consecuencia que requiere la diafanidad de la circulación rodada. Finalmente hay una apelación a la imagen de estos edificios que viene dada por las características del automóvil, que está vinculado a la modernidad, y que la arquitectura acoge miméticamente como suyos. Estas construcciones tienen un perfil de modernidad ligadas a esas imágenes dinámicas que se desprenden de los componentes del automóvil, barcos, aviones, en definitiva elementos que tienen su origen en el mundo de la máquina.
Además de estos rasgos de modernidad ligados a la imagen que hay que unir las nuevas técnicas, las del hormigón armado, que permite la planta libre, los vuelos de las marquesinas, las ventanas longitudinales y la delgadez de las paredes.

Fragmento de los planos de la Estación de Servicio y Garaje "Goya".
 El caso más ejemplar de modernidad es la Estación de Servicio de Automóviles Goya en la calle Monseñor Cadena y Eleta, construida en noviembre de 1935 por el arquitecto López de Uralde para el propietario D. Vicente Goya.
Este autor se ajusta al programa y las necesidades relacionadas con el automóvil, creando un edificio puntero, incompatible con la generación anterior. La monocromía en blanco del edificio tan propia del Estilo Internacional y que tanto nos recuerda la alegría mediterránea, colma de ánimo al edificio. El espacio entra a través de la construcción dándole luz, aire y transparencia. Es un programa desarrollado en dos alturas, la planta de acceso de mayor altura que la superior, para facilitar las tareas propias del edificio como estación de servicios, puente de engrase, foso, taller de reparación, zona de maquinaria, almacén, oficina..se comunica a través de una rampa con la planta superior. Como hemos apuntado esta planta es de techos muy bajos como queriendo enfatizar la horizontalidad del edificio. La fachada principal presenta un vano de 22 metros de anchura. La planta baja con grandes vanos abiertos al exterior y protegida con una gran marquesina de hormigón que mitiga la la altura de esta planta a través de las sombras arrojadas. La primera planta queda ligeramente retranqueada.

Fragmento de los planos de la Estación de Servicio y Garaje "Goya"
El cerramiento de vidrio de los vanos están dispuestos, más en serie que como elemento único de ventana, perdiendo su carácter individual, y así reforzando la componente horizontal del edificio, dándole una forma de franja continua y convirtiéndose así en un plano horizontal. Remata el edificio con una estructura para el rótulo, que arranca en vertical hacia el cielo, insertándose cada letra en la estructura de forma autónoma y dibujándose cada letra en el cielo, dando una sensación de ligereza, como flotando en el espacio. Y para concluir, la Estación de Servicio Goya es una muestra de conocimiento del lenguaje de la arquitectura del estilo Internacional por parte del arquitecto López de Uralde.
   En septiembre de 1932 el arquitecto Miguel Mieg realiza el garaje La Unión, hoy desaparecido, para el propietario D.Pablo Revenga. El edificio contaba con dos fachadas principales una a la calle de Los Fueros y otra a la calle de San Prudencio, de manera que esta circunstancia se aprovecha

Fragmento de los planos del Garaje "La Unión". Vista de la fachada de la calle de Los Fueros y organización interior.
para articular la esquina. El edificio combina la escala y el carácter doméstico del exterior, apropiado al emplazamiento urbano del solar, ya que se encuentra en pleno ensanche, con el interior que se corresponde en estructura y construcción con un edificio industrial. El interior está claramente organizado para no
interferir en la circulación de los coches. Consta de tres plantas, accediendo a las plantas a través de una rampa.

Otro edificio también desaparecido recientemente en la calle Castilla, es la estación de servicio para D. Estanislao Echeverría, proyectada en Octubre de 1935 por el arquitecto Julián Apraiz. Es también un edificio con rasgos de modernidad, ligado a la imagen de velocidad. Presenta una gran marquesina que cubre toda la superficie de la gasolinera. Los elementos que integran la construcción responden a una técnica moderna, la del hormigón armado, que permite los vuelos de la marquesina y dan al edificio una silueta de modernidad y aspecto funcional.
Otro ejemplo del edificio para el automóvil es el Garaje Erenchun proyectado también por Julián Apraiz en febrero de 1931. Con fachada a dos calles. La fachada de la calle Francia con servicio de gasolinera y la fachada a la calle Abrevadero con servicio de garaje, con acceso alas plantas superiores a través de rampa. Este es también otro edificio desaparecido. El tratamiento exterior es de una gran economía formal, y, a la vez, de una gran efectividad y funcionalidad en el uso de los elementos: con la agrupación de módulos verticales de construcción. Se busca el abaratamiento de ésta mediante la eliminación de lo innecesario en la apariencia exterior y mediante la repetición de unidades. La estructura del hormigón es lo que da al edificio su carácter racionalista.

Por último, el edificio para Transportes Aguirre proyectado en febrero de 1942 por los arquitectos Jesús Guinea y Emilio Apraiz. Es un edificio entre medianeras, con fachada a la calle independencia, consta de planta baja más una superior. Las plantas son independientes y funcionan de forma autónoma, ya que la planta baja funciona como garaje de camiones y la planta primera es de uso de vivienda. En los edificios para automóviles que se construyen en Vitoria, éste es un caso singular, al solapar los usos de vivienda y garaje en el mismo edificio. La composición de la fachada es asimétrica, dejando un marcado volumen para entrada a la vivienda y el hueco a la escalera, que recorre todo el hueco de la escalera, que recorre toda la altura de la fachada. Con un cuerpo saliente encima del garaje, que es aprovechado como marquesina del garaje y galería para la vivienda a la vez. Este edificio podíamos adscribirlo como perteneciente al racionalismo, pero dentro de esta corriente también hay grados muy diversos de compromiso. En el caso que nos ocupa, la fecha de la proyectación del edificio es tardía, y se empieza a apreciar un lenguaje ecléctico moderno, con elementos más clásicos en la fachada.


Maria Jesús Bilbao, Licenciada en Historia del Arte
 


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