Una huella de perro en un ladrillo romano del yacimiento de Veleia- Iruña de Oca (Alava)
Oskar Escribano

En Septiembre de 1998, en las excavaciones que bajo la dirección de Eliseo Gil llevamos a cabo en el yacimiento romano de Iruña-Veleia, como ya viene siendo habitual año tras año, se recogió abundante material, desde cerámica, a instrumentos metálicos, restos de fauna, material constructivo etc. Durante el procesamiento de este material se detectaron una serie de marcas en una teja que al analizar en detalle identificamos como la huella de un animal. Como se aprecia en el dibujo, se trata de la impresión de tres almohadillas digitales y 2 uñas pertenecientes a una pata de un mamífero carnívoro, que había quedado marcada en un ladrillo localizado en el nivel 5090 del sector 5, datado en el Altoimperio.

Partiendo de esta asignación a un mamífero carnívoro intentamos determinar la especie a la que correspondía esta huella. Descartamos a la familia de los felinos por la presencia de las uñas. Consideramos que las marcas dejadas, correspondían a una almohadilla lateral y las dos centrales (una de ellas en parte), por lo que trazamos una línea entre ellas que nos permitió descartar también al zorro, asignando su pertenencia a la familia de los cánidos.

Como el origen del material, un ladrillo, es claramente antrópico hemos de suponer que se trataba de un animal cercano al hombre, un animal doméstico, por lo que claramente estamos hablando de un perro. El tamaño calculado para la huella, reafirma esta consideración. No es este el primer caso de la huella de un animal doméstico en una teja de época romana, ya se ha citado una huella de pata de gallina en una teja romana de Silchester (Davis 1989), aunque si se trata de la primera de estas características en nuestra provincia.

Así mismo no en forma de huellas pero si en cuanto a restos óseos, el perro está presente en la mayoría de los yacimientos de época romana estudiados hasta el momento. Si observamos la tabla expuesta a continuación, sacada de los trabajos de Altuna 1980¹, Castaños 1997² y Escribano (inédito)³, podemos hacernos una idea de la distribución de los restos de perro en los yacimientos en los que se ha determinado. Señalar que las abreviaturas corresponden a:

Ar: ArcayaER: El Riberón (Castillo Sopeña)
Al: Aloria (Frato)LaI: La Iglesia (Laguardia)
LE: Las Ermitas (Espejo)Alb: Albeiurmendi (S. Román de S. Millán)
NSU: Uralde (Treviño)CB: Berbeia (Barrio)
BU: Buradón (Salinillas de Buradón)NR: Número de restos
EPOCA

Altoimperial

Bajoimperial

Tardorromano
YACIMIENTO

Ar

Al

LE

ER

Alb

NSU

BU

LE

LaI

Alb

CB
NR PERRO

116

4

143

1

2

2

1

1

1

3

1

Vemos como la distribución es bastante desigual teniendo en cuenta los escasos restos de la mayoría de los yacimientos, y los casos de Arcaya y Las Ermitas, aunque es engañoso puesto que el número de restos total, también es diferente en cada caso, por lo que si bien en Arcaya hay 116 restos de perro determinados tan sólo suponen un 3,29 % del total de los animales presentes, mientras que los tres del nivel tardoromano de Albeiurmendi suponen un 5,8 % del total. Hechas estas consideraciones, hemos de decir que el porcentaje habitual de los restos óseos de perro en un yacimiento oscila entre aproximadamente el 1 y el 5 %, por detrás de otros animales domésticos más comunes como son la vaca, la oveja, y el cerdo. Se acercan más los porcentajes del caballo y la gallina, sin embargo hemos de tener en cuenta las características de cada uno, como la trilogía bovino-ovicaprino-porcino son la base alimenticia, apoyados por la gallina, mientras que el caballo y el perro no suelen ser plato de buen gusto, de ahí su menor presencia en estos habituales restos de comida.

Como hemos dicho el perro no se suele encontrar en la dieta de la época, explicándose su presencia por su carácter doméstico, con una utilidad similar a la actual: como animal de compañía, guardián (como demuestra la presencia de placas cerámicas con la inscripción Cave canem-Cuidado con el perro), o de inestimable ayuda en las prácticas cinegéticas.

NOTAS

  1. En los yacimientos de Castro Berbeia, Los Husos, Peñas de Oro e Iruña. (VOLVER)
  2. En los casos de Arcaya, Aloria, Las Ermitas y Buradón.(VOLVER)
  3. Para los casos Uralde, El Riberón, La Iglesia, Cabriana, Laguardia (Lam-35) y Viña Assa.(VOLVER)

BIBLIOGRAFIA

  • ALTUNA, J. (1980) "Historia de la Domesticación animal en el País Vasco desde sus orígenes hasta la romanización". Munibe 32.
  • BANG, P. (1992) "Huellas y señales de los animales de Europa" Ed. Omega. Barcelona
  • CASTAÑOS, P. (1997) "El pastoreo y la ganadería durante la romanización en el País Vasco". I Coloquio Internacional sobre la Romanización en Euskal Herria. Isturitz 9, Ed. Eusko Ikaskuntza. Donostia 1997. 659-668
  • DAVIS, S. (1989). "La arqueología de los animales". Ed. Bellaterra. Barcelona


Oskar Escribano Sanz, miembro del Instituto Alavés de Arqueología
 


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