El arte románico en Iparralde es un arte
desconocido a tenor de los escasos trabajos que sobre él se han realizado.
Existe una indudable descompensación entre la calidad de las manifestaciones
artísticas y la poca fortuna que han tenido éstas entre los
investigadores. Medio centenar de trabajos es la pobre nómina de
trabajos que podemos contar para el arte de un territorio que posee unos
veinte restos románicos, algunos de gran importancia. Si estableciésemos
una media nos saldría a algo más de dos estudios por iglesia,
pero este dato sería engañoso pues la mayoría se concentran
en tres iglesias -L'Hôpital-Saint-Blaise, Sainte-Engrâce y Lahonce-
y el resto o es totalmente desconocida en la historiografía o sólo
se ha mencionado brevemente. Por ejemplo las iglesias de Idaux, Laruns,
Lohitzun y Saint Gladie no cuentan con ningún estudio y Arbouet,
Aroue, Bidarray, Harembels (Ostabat), Haux, Laguinge, Ordiarp, St-Etienne
de Baigorry, Saint-Jean-le-Vieux, Saint-Jean-Pied-de-Port (Donibane Garazi),
Sunhar y Viellenave apenas tienen algunas breves noticias.
A este desolador panorama hay que sumar que la mayor
parte de los trabajos repiten los mismos conceptos e ideas con escasas aportaciones.
En general los historiadores han insistido en tres cuestiones. Por un lado
la importancia de las peregrinaciones en el proceso artístico, o
dicho de otro modo, en el impulso que el Camino de Santiago dio al arte
románico. En segundo lugar la diferenciación entre los tres
territorios, con Zuberoa con las más abundantes y ricas manifestaciones
artísticas, Baja Navarra con algunos restos de consideración
y Lapurdi sin apenas testimonios románicos. La tercera de las cuestiones
es la tardía cronología de los restos artísticos que
nos han llegado, sin que ninguno se considere anterior a la segunda mitad
del siglo XII. Hasta aquí la mayoría de los estudiosos están
de acuerdo con estos tres postulados. Los historiadores matizan por uno
u otro lado pero casi siempre tienen como punto de partida estas tres características.
Luego hay otras cuestiones en las que no es que no haya unanimidad, sino
más bien que han sido tratadas sólo por unos pocos investigadores.
Me refiero a las relaciones estilísticas. En líneas
generales, hay una tendencia a mirar al Béarn. Así, las relaciones
más estrechas que hasta ahora se han establecido parten del obispado
de Oloron (Lescar, Lacommande, Oloron, Hôpital d'Orion), y afectan
principalmente a Zuberoa. Por otro lado hay otra tendencia que sólo
afecta a Hôpital Saint-Blaise al relacionarse con Navarra (Torres
del Río y Eunate) y el arte hispanomusulmán, especialmente
por su cúpula estrellada. Sin embargo, sorprende que no se hayan
establecido otros análisis más precisos. Por ejemplo en lo
concerniente a los tímpanos. Cuando se han tratado éstos se
han establecido unas muy genéricas vinculaciones a los Pirineos o
a Aragón, sin precisar demasiado cuáles son esas más
que evidentes influencias.
Por último merece resaltar otro dato preocupante, pues en los
últimos años apenas si se ha aportado algo nuevo. Si revisamos
las fechas en las que se han realizado los trabajos veremos que hay un periodo
en los años cuarenta en los que Elie Lambert desarrolló la
mayor parte de los estudios. Después hubo un vacío sólo
roto por esporádicas aportaciones hasta los años sesenta en
los que vemos la mayor parte de las investigaciones que hasta ahora se han
realizado. No es muy esperanzador ver que en los años ochenta y noventa
se ha establecido un silencio historiográfico sólo roto con
alguna monótona noticia sobre el Camino de Santiago. El panorama
es en ocasiones tan desolador que ni siquiera contamos con un mapa
completo con los restos existentes.
Agustín Gómez Gómez,
Doctor en Historia del Arte |