La noticia más importante del siglo
XX será seguramente la introducción de la moneda única
en la mayoría de los Estados miembros de la Unión Monetaria
Europea, puesto que las repercusiones que tendrá en el ámbito
macroeconómico son extraordinarias: 
 - Ofrece la oportunidad de llegar a ser la segunda economía mundial,
 por detrás de los Estados Unidos y delante de Japón, y de
 crear un espacio monetario común.
 
 - Estimula definitivamente el comercio y los cambios financieros, tanto
 en el ámbito del Euro como fuera de él.
 
 - Convierte al Euro en divisa aternativa del dólar.
  
Este acontecimiento obligará a los Estados que vayan a deshacerse
de sus monedas originarias, caso éste de España y Francia,
a lo siguiente: 
 - A ceder parte de su soberanía (la "emisión monetaria"),
 para compartirla en un nivel superior.
 
 - A renunciar a la posibilidad de hacer uso de las devaluaciones "competitivas"
 que históricamente los países mediterráneos en concreto
 (como por ejemplo España) han venido utilizándolas en muchas
 ocasiones.
 
 - A moverse en un contexto en el que imperen el control de los déficit
 presupuestarios, la ausencia de precios de inflación y la progresiva
 armonización fiscal; es decir, la ocasión de participar en
 un ámbito económico y monetario más amplio.
  
La introducción del Euro tendrá para los sectores productivos
y empresas cardinales de las economías estatales o nacionales las
siguientes consecuencias: 
 - Aumento de la competitividad. Llevado a su extremo, puede incluso conllevar
 el cambio de emplazamiento de las empresas, con todos los efectos que ello
 supondría, positivos o negativos según el caso.
 
 - A corto plazo, cada sector productivo deberá enfrentarse a su
 propia realidad. Por ejemplo:
 
 - A determinados sectores se les ofrecen nuevas oportunidades, como es
 el caso de los sectores de Elementos automovilísticos o de Máquinas-herramientas,
 muy arraigados en el País Vasco.
 
 - El sector financiero (Banca y Seguros) será testigo de un proceso
 de concentración entre las Entidades que alberguen el propósito
 de actuar en Europa, aunque ello no será obstáculo para que
 sigan existiendo mercados "ámbito" de clientes particulares
 y de Pequeñas y Medianas Empresas.
 
 - Determinados sectores con "subsidios" (minería, navegación,
 producción láctea, etc.) se hallarán con cada vez
 más dificultades para subsistir y desarrollarse.
 
  
  
Los vascos formamos desde hace tiempo una comunidad que tiene la costumbre
de intercambiar productos con los de sus inmediaciones, práctica
que responde a varios motivos: agricultura de difícil rendimiento,
buena situación geográfica respecto a Europa, gran concentración
industrial, etc. Como resultado, nuestra economía es muy abierta;
según muestran los datos de 1995 sobre la Comunidad Autónoma
Vasca, importamos el 30% de nuestra demanda externa y exportamos el 31%
de nuestra producción. El 85% de esa importación-exportación
tiene lugar en Europa. Así, desde esta perspectiva, es prácticamente
necesario estar dentro del ámbito del Euro, con todas las oportunidades
y amenazas que conlleva. 
En lo referente a la producción del País Vasco, puede asegurarse
que al menos al sector industrial le ofrece más oportunidades que
amenazas; e incluso más en la capitalización empresarial,
en I+D, etc. tras los esfuerzos realizados en los últimos años.
La situación del sector de servicios es, no obstante, muy divergente
dependiendo del segmento de actuación, pero la competitividad irá
a buen seguro en aumento, lo cual, a medio y largo plazo, es positivo para
los ciudadanos. 
Para que dicha valoración general positiva pueda convertirse en
realidad, hay ciertos aspectos que hemos de tener presentes: 
 - La necesidad de que cada empresa (y cada persona) sea competitiva,
 ya que está obligada a actuar sin "red" de seguridad al
 no tener ocasión de desarrollar una devaluación competitiva.
 
 - El deber de cooperar entre las empresas para enfrentarse a la internacionalización
 (aspecto éste que apenas tiene lugar entre nosotros).
 
 - La importancia de invertir en "capital humano", fomentando
 una contínua preparación profesional de alto nivel.
 
 - Disminuir las subvenciones que se le instan a la Administración
 estatal o autonómica.
 
 - La necesidad del plurilingüismo como punto de gran interés,
 basado fundamentalmente en el inglés (al ser la verdadera "lingua
 franca" de "Eurolandia"), pero sin descuidar el estímulo
 del euskara y de otras lenguas internacionalmente importantes (castellano,
 francés).
  
Como consumidores, los vascos gozaremos de más transparencia y
libertad. En cuanto que trabajadores, tendremos que hacer frente a retos
de mayor competitividad (preparación permanente, flexibilidad, disponibilidad
para cambiar de domicilio, etc.). En nuestra calidad de ciudadanos, contaremos
con una mayor variedad cultural, financiera,
; sin olvidar que el Euro
impulsará la cooperación y oportunidades de trato transfronterizos,
acercando los países entre sí. 
La introducción del Euro provocará al fin y al cabo varios
cambios, y los Vascos tendremos ocasión de ratificar nuestra Nacionalidad
y de aumentar nuestro bienestar material y cultural, siempre y cuando seamos
capaces de: 
 - Analizar nuestras fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas
 adecuadamente, y actuar conforme a ellas.
 
 - Enfrentarnos a los nuevos retos competitivos sin renunciar a nuestra
 identidad.
 
 - Colaborar y cooperar entre personas, empresas, instituciones y pueblos,
 dejando de lado las baldías particularidades.
 
 - En definitiva, si fusionamos adecuadamente "Competitividad-Bienestar"
 y "Ratificación del País Vasco-Internacionalización".
  
En estas reflexiones no se ha hecho comentario alguno sobre las dificultades
que pueden provenir de los "cambios físicos" (el año
2002, cuando el euro vaya a sustituir a las pesetas y a las libras), porque
no supondrán ninguna dificultad especial. 
 - En las grandes empresas, y más concretamente en las Entidades
 de Crédito, el cambio ya se ha producido.
 
 - Las Pequeñas y Medianas Empresas, autónomos y demás
 se adecuarán en su debido momento, tras haber sido debidamente aconsejados,
 y sin ninguna complejidad especial.
 
 - Los ciudadanos, las personas, tendremos menos dificultades para adaptarnos
 si procedemos con la calma mostrada por una abuela de Busturialdea, de
 Bizkaia: "Lo mismo da contar en euros que en duros".
  
 Juan Jose Arrieta, Director
General de Caja Laboral |