La Hora de venir de la Escuela o el carácter congénito
Mikel Azueta

"La hora de venir de la escuela" es un articulo de Manuel de Lekuona dentro del libro Iparraguirre editado por la Real Academia de la Lengua Vasca (1); me ha parecido bastante interesante y de hecho me hizo recordar ciertos caracteres propios de mi familia que pensé no eran muy comunes, pero al analizar a la luz del episodio del encuentro entre Joxe Mari y su madre en Madrid con la expresión: << Joxe Mari, Joxe Mari: au al da eskolatik etortzeko ordua>>, así como el encuentro del soldado Yampier con su padre, el expresidiario recién salido preguntando: ¿Y el taller marcha bien?, son todas expresiones que si bien de Lekuona se refiere a ellas como: <<Frescura de carácter>>, estos ejemplos del carácter Vasco los podríamos encuadrar en la definición de carácter congénito que para Howard C. Warren es cualquier capacidad o característica estructural heredada. A la suma total de rasgos o caracteres congénitos se llama dotes congénitos. (2)

Encontramos casos físicos transmitidos geneticamente de generación en generación. Por ejemplo, John Talbo, quien falleció en 1453; 500 años después, en 1914, durante las reparaciones hechas por su descendiente el Duque de Shrewsbury, -el cual padecía de sinfalangia (sínfisis ósea de la primera y segunda falanges de los dedos de las manos), al abrir la cripta, se observó, para asombro de los presentes, que en los restos del lejano antecesor, las primeras dos falanges de la mano casi reducida a polvo estaban adheridas. (3)

Luego entonces si bien esta clase de herencia estructural física es transmisible, también es posible que el carácter conductal sea incluido (lo que Karl Jung llamó Inconsciente Colectivo). ¿Cuales serían las características de conducta individuales o colectivas que llevan a los Vascos a ser identificados?.

Mucho se ha escrito sobre la influencia del ambiente; el vivir aislado, entre montañas hizo que un pueblo entero adquiriera un carácter definido, pero, ¿qué pasa en la actualidad con los Vascos que se encuentran fuera de Euskal Herria? Viven en ciudades grandes y siguen conservando ciertos caracteres, ¿será que las montañas se cambian por los enormes edificios y la competitividad de trabajo se vuelve una guerra?. El valor se demuestra todos los días en las peligrosas calles de las ciudades cosmopolitas, esta "adaptación de la adaptación" parece que ha hecho sobrevivir a los vascos de todo el mundo, el carácter independentista, el no querer doblar las rodillas es lo que nos identifica como gente rara, quién no ha tenido más de mil problemas en los empleos por su "raro comportamiento", el no soportar que otros sí puedan hacer cosas que consideramos humillantes... todos estos factores se funden y convergen en un carácter especifico que nos distingue.

Ahora bien, retomando la "frescura de carácter", más bien la identifico como un escudo, una forma de defensa ante la lluvia de cosas tristes que siempre pasan, y pues antes que doblar la rodilla es preferible contener el llanto y demostrar frialdad, no hay palabras de consuelo, sólo una sentencia fría y concreta: <<Ontsa in duzia bidaia?>>, nada de llantos, sólo frases congelantes que mantendrán la calma.

Muchos recuerdos vienen a mi mente, y son palabras las que más se incrustaron. Los colores, olores o demás elementos pierden valor con sólo recordar palabras. Así, recuerdo cuando era niño las expresiones de mis tíos cuando llegaba a verlos, después de pasar muchos meses fuera, para mí era sumamente feliz volver a ver a todos mis tíos, pero cada uno de ellos siempre me recibía como si nunca hubiera salido de la ciudad, como si 8 meses fueran dos días, me hicieron pensar en falta de cariño pero con el paso del tiempo personas cercanas mi me han acusado ser una persona fría. Así pues el "Que haces aquí?" Y el "Hola" suenan distintos cuando no se ha visto a la persona en 8 meses o 20 años. Pero no es falta de cariño, es más bien, como lo dije anteriormente, una clase de arma protectora para evitar las lagrimas y demostrar el valor, ese valor que nunca se debe perder, el valor Vasco que impide que las rodillas toquen el suelo.

NOTAS

  1. Iparraguirre, Ed. Real Academia de la Lengua Vasca 1980(volver)
  2. Diccionario de Psicología, Fondo de la Cultura Económica, México 1990).(volver)
  3. Págs. 409-411, N. Lúchnik. Ed. Mir Moscu, "Por qué me parezco a mi padre(volver)


Mikel Azueta, escritor e investigador.

 


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