El
cine gozará ya en sus primeros años de una gran popularidad
y esto se observa sobre todo en ciudades preocupadas por el ocio como lo
es San Sebastián.
A pesar que en esta fecha se exhibe ya en un local, la norma habitual
era la exhibición en barracas. Estas tenían un carácter
itinerante, sus propietarios las trasladaban de feria en feria para diversión
del público. En San Sebastián estas barracas se convertirían
en asiduas de las ferias de Amara de finales y principios de siglo. Concretamente
en las Navidades de 1901 ya podíamos asistir a sus pases dentro de
un edificio destinado a sala de espectáculo, el antiguo Palacio Bellas
Artes. A partir de este momento comenzará a instalarse en bajos de
viviendas y ya no sólo como actividad veraniega, sino que se amplia
a la estación invernal. Serían los años de 1906-8.
Mientras se ampliaba el número de locales en los que se le incluía
junto con otras "varietés", se comienza el planteamiento
de adjudicarle un establecimiento propio.
Durante el verano de 1913 San Sebastián ya contará con
un edificio destinado a cinematógrafo: El Salón Miramar. Su
planta y alzado se adoptará a las exigencias del medio. Tanto por
el material empleado, el hormigón armado, como por su diseño
elegido, a base de líneas rectas, sencillez en su ornamentación,
cubierta en terraza..., recibiría el calificativo de edificio "moderno".
Era un edificio extenso. Su arquitecto fue Ramón Cortázar.
Lamentablemente este edificio fue derruido.
Al año siguiente proyectará otro edificio con el mismo
destino: cinematógrafo, aunque se incluiría en él otros
tipos de espectáculos. Al igual que el anterior ocuparía un
solar en ángulo. Aquí el arquitecto empleará el recurso
de torre en chaflán, torre de vértices rectos y cubierta en
cúpula de sección cuadrangular. También aquí
recurrirá al hormigón armado, pero con matices coloristas,
y a diferencia del anterior, emplea para tramos determinados el sillar de
arenisca. Edificio cerrado en la actualidad.
Tanto el Salón Miramar como el Palacio Bellas Artes surgieron
por la iniciativa del promotor de obras y Presidente de S.A.D.E. Vicente
Mendizábal.
En 1921, por encargo de la Sociedad Arabaolaza y C™, vuelve Cortázar
a enfrentarse a otro proyecto. Esta vez no tendrá el mismo carácter
de edificio aislado, sino que se trataba de un solar con paredes medianeras.
Será una construcción con tres destinos, la planta baja y
primera planta para teatro y el resto de las plantas, una para hotel y el
resto para viviendas de alquiler. Recurre al mismo material constructivo
pero esta vez habrá partes que las recubre con mosaicos en las plantas
de hotel y viviendas. Para la fachada exterior del teatro opta por presentar
una sucesión de huecos, en arcos de medio punto y rebajado. Fachada
presidida por las máscaras de las Musas griegas de la Comedia y la
Tragedia. La decoración interior de este edificio estuvo supervisada
por el arquitecto. Los mosaicos romanos decoraban las estancias.
María Ordóñez,
Historiadora del Arte. |