Días atrás asistí a
los trabajos de excavación arqueológica que para descubrir
la antigua Oiasso se están realizando en Irun. Recibí allí
las explicaciones de Mertxe Urteaga, directora de Arkeolan, empresa responsable
de las investigaciones y de la, también arqueóloga, Mirían
Gereñu.
Allí se estaba excavando uno de los muelles del
puerto histórico. Pero si levantamos un poco la vista nos encontramos
con un panorama en el que puede recrearse la vida de siglos atrás.
He ahí los restos de una ciudad de la que conocemos su puerto, las
termas, una de las necrópolis y de la que guardamos estatuillas,
monedas, ánforas, jarras, ungüentarios, lucernarios, etc.
Todo ello me llevó a una meditación.
Durante tiempo hemos estados sometidos - y lo seguimos estando en parte
- a una serie de teorías que subrayaban el atraso tradicional de
los vascos. Nosotros guardábamos una acusada personalidad por haber
vivido aislados, fuera de los circuitos de la civilización; casi
en estado salvaje, habiéndonos incorporado tarde a los conceptos,
formas y estructuras en las que vivían los demás pueblos.
Pues bien: Oiasso, que ahora sé esta descubriendo, era una ciudad
de los vascones, la Oiasso polis con la que se encontraron los romanos cuando
llegaron a la zona. La noticia nos la dan tres geógrafos griegos
- Estrabon, Plinio y Ptolomeo - para quienes polis tiene un determinado
significado. Fue pues la ciudad de los vascones una agrupación urbana,
económica, política y administrativamente organizada que ejercía
una influencia sobre el territorio circundante.
No se encontraron pues los romanos con tribus salvajes. Y aquella no
era la excepción. Dieciséis ciudades tenían los vascones.
Claro está que Oiasso polis fue romanizada, como toda Europa y
el norte de Africa. Y que en ella pesaron, durante siglos, las formas de
vida y la cultura del imperio.
La ciudad, con importante puerto, - hay quien lo ha
comparado con el puerto romano Regis House, de Londres - fue un centro comercial
destacado que exportaba género de un amplio territorio que comprendía
el valle medio del Ebro y la Rioja e importaba productos del arco atlántico,
principalmente del entorno de Burdeos. Hace ya seis años las excavaciones
se efectuaron en la calle Santiago irunesa y en ella se encontraron 14.000
fragmentos de cerámica - piezas de cocina, vajilla de mesa, recipientes
de almacenamiento y transporte, ánforas, lucernas - que fueron estudiados
por el doctor Robin Symonds del Museo de Londres a través de los
cuales puede saberse las relaciones comerciales mantenidas. Añadiré,
por curiosidad, que hay fragmentos de ánforas de Rodas, de la Bética
y del Norte de Africa.
Total que de aislados, nada. Un pueblo, como el vasco, que vive en un
istmo no es, por definición, aislado
.A este pretendido aislamiento se debe según las teorías,
el que conservemos el euskara. Nada más contrario a la realidad.
Lugares de movimiento e intercambio son nuestros puertos, de donde han salido
barcos prácticamente a todo el mundo, manteniendo relaciones comerciales
con Inglaterra, con la Hansa teutónica, con los Países nórdicos...sin
olvidar la carrera de las indias y los descubrimientos. ¿Y que decir
de las latitudes y longitudes a las que acuden nuestros pescadores. ? Pues
bien; es precisamente en los puertos donde el euskara ha permanecido y permanece
mas vivo. Nuestra costa ha acogido desde tiempo atrás un veraneo
foráneo que no ha impedido mantener la lengua. Añadiré
que por la calzada Burdigalia -Asturica han pasado los celtas, los romanos,
mas de ocho siglos de peregrinación a Compostela y las tropas de
Napoleon. Obsérvese sin embargo que Arnegi, Valcarlos, Espinal.,
Garralda.. son zonas vascófonas. También en agricultura anduvimos
tarde, según algunos. La arqueobotánica es la disciplina que
estudia la interacción de las personas y de las plantas en el pasado;
intenta definir cómo era el paisaje vegetal y como fue explotado
por los seres humano, Lydia Zapata que se preparó en esta disciplina
en el Instituto de Arqueología de la Universidad de Londres y trabaja
entre nosotros ha afirmado que gracias a los muestreos por flotación
(una de las técnicas de trabajo) hemos podido recuperar granos de
cereal que demuestran la existencia de practicas agrícolas hace casi
6.000 años. En los estudios que realizó en el yacimiento romano
de la calle Santiago de Irun identifico gran numero de restos relacionados
con la arboricultura, como semillas de aceituna, melocotón, uva,
higos, ciruelas. Algunas corresponden a cultivos locales o regionales y
otras con toda probabilidad, son consecuencia de intercambios comerciales
La visión de conjunto de esta ciudad vascona, posteriormente romanizada,
la dará sin duda el museo que va a crearse en Irun y que estará
ubicado en el corazón mismo de lo que fue Oiasso. El tema está
ya encarrilado a juzgar por el presupuesto municipal de este año,
en el que se han incluido 130 millones para los primeros pasos. Serán
1.500 metros cuadrados de museo con salas dedicadas a la Oiasso anterior
a los romanos y a la romanización. Si sobre un mapa clavamos el compás
en la actual ciudad de Irun y trazamos una circulo que comience en Burdeos
tendremos visión del territorio de influencia comercial de la antigua
Oiasso. A él va dedicado el museo.
Se me agolpaban las ideas, días pasados, ante unas lluviosas excavaciones
realizadas por Arkeolan en el municipio irunés.
Fue toda una meditacion.
Javier de Aramburu, periodista. |