Es
guipuzcoano, de Ezkio-Itsaso, pero ha vivido en Álava, Bizkaia y
Navarra; ahora, el secretario general del Consejo de las Instituciones Sociales
del Euskara reside en San Sebastián.
La institución conocida como "Kontseilua" se fundó
a principios de diciembre de 1998, abarcando 57 asociaciones, empresas e
instituciones de todo el País Vasco, con el objetivo común
de impulsar el euskara y asegurar la futura existencia de esta lengua.
-¿Para qué se ha fundado Kontseilua? ¿Con
qué fin? Kontseilua ha partido de un diagnóstico según el cual
en los últimos 20 años y en lo que respecta al euskara se
han producido grandes avances en la cultura, en la educación, en
los medios de comunicación
principalmente en la Comunidad Autónoma
Vasca. Pero, al mismo tiempo, pensamos que el euskara se ha desarrollado
poco en otros campos, como pueden ser el mundo laboral o la justicia. Asimismo,
en Navarra, hay zonas en las que el euskara aún no es oficial. Y
lo mismo en cuanto al País Vasco continental, puesto que no hay oficialidad
del euskara, y además se corre el peligro de perderlo.
Kontseilua quiere asegurar que el euskara va a perdurar, pero en el mismo
nivel de las demás lenguas de su entorno; en una situación
normalizada. Para ello, Kontseilua dispone de dos mecanismos: por un lado,
del medidor del euskara que estamos proyectando junto con empresas especializadas,
el cual nos indicará cuánto ha avanzado el euskara año
por año. Por otro lado tenemos el plan estratégico, con vistas
a la elaboración de un extenso plan con 200 ó 300 dinamizadores
sociales. Serán los representantes de las empresas, sociedades e
instituciones que participen en el plan quienes decidan cuál va a
ser el proceso a seguir para normalizar el euskara. Lo desarrollaremos junto
con el plan de recuperación del euskara del Gobierno Vasco, para
lo cual estamos en contacto, e igualmente con los órganos del Gobierno
de Navarra y con los dinamizadores sociales del País Vasco continental.
Este proceso está en marcha desde que el 23 de diciembre veintidós
dinamizadores sociales suscribieran el acuerdo. En el futuro, también
otros grupos manifestarán su compromiso para involucrarse en un proceso
de este tipo.
-El acto más destacable de entre los organizados por Kontseilua
es el acontecido el 26 de diciembre: "Bai Euskarari el acuerdo del
siglo XXI" a finales del XX. La celebración de la campaña
se desarrolló en cinco estadios del País Vasco, y los cinco
estaban llenos a rebosar. Todo un éxito, sin duda. Lo cierto es que no esperábamos que lo fuera tanto, aunque
había factores que inducían a pensar que podía llegar
a serlo. Teníamos más de doscientas comisiones
en los pueblos, una gran garantía tanto para la difusión del
mensaje como para la organización. También habíamos
hablado con partidos y sindicatos, y nos mostraron su apoyo.
Además, hay que hacer mención a la tregua. La campaña
ya estaba en marcha cuando fue comunicada la tregua, e inmediatamente nos
dimos cuenta de que el ambiente se había transformado. Personas y
grupos que nunca antes habían trabajado juntos cambiaron su actitud
y empezaron a trabajar; eso nos dio mucha fuerza. Hemos tenido muchos puntos
a favor.
-No obstante, hay asimismo quien no ha visto la campaña
Bai Euskarari con buenos ojos, opinando que la postura de la campaña,
en lugar de ser partidaria del euskara, ha sido de imposición del
euskara. Quien ha enunciado esas palabras es que no ha entendido la campaña,
o tiene mala intención. Si hay algo que la campaña tiene bien
claro, es la palabra acuerdo. El acuerdo, y que el euskara no es vía
de conflicto. En opinión de Kontseilua, la normalización del
euskara atañe a toda la sociedad, y es completamente voluntaria.
Si va a ser voluntaria, y siendo la lengua patrimonio de todos los ciudadanos,
y si además hemos dicho que el euskara es capaz de convivir con el
castellano y el francés y que eso es lo que el País Vasco
desea para el futuro, entonces es evidente que la finalidad no es la imposición.
Tenemos que tener bien claro que el euskara va a establecerse si los ciudadanos
y ciudadanas vascos así lo desean. Una lengua no se puede establecer
por decreto. Debe atraer, deslumbrar. El euskara tiene que resultar atractivo
para la gente que vive aquí; que vean lo interesante que es conocer
una lengua, porque si no, se pierde todo un mundo. Algunos mantienen que
estamos imponiendo una lengua, pero en mi opinión estamos reivindicando
unos derechos y algo que las demás lenguas ya tienen.
Al igual que se hizo 20 años atrás, el euskara necesita que
de vez en cuando le den unos empujoncitos. Si se tratara de una lengua normalizada,
no habría necesidad de hacer este tipo de campañas. Sin embargo,
en los últimos años se percibían ataques contra el
euskara, y también un ambiente de cansancio. Por eso, en ocasiones,
resultan necesarias unas cuantas sacudidas.
- ¿Cree de verdad que
el euskara puede llegar a desaparecer? Observe lo que está sucediendo en el País Vasco continental.
Se ve claramente que allí el euskara está en peligro de extinción,
de no producirse en breve plazo una gran reacción. En cuanto a Navarra,
no voy a decir que no se haga nada, porque sí que se han dado algunos
pasos. De todos modos, en estos momentos, la sociedad navarra pide más
de lo que la administración le ofrece, con lo cual la Ley del Vascuence
debería ser modificada. Y en la Comunidad Autónoma Vasca la
situación tampoco es tan optimista. En algunos campos el euskara
ha avanzado, pero en otros apenas lo ha hecho, como por ejemplo en el mundo
laboral. Por lo tanto, para que pueda ser normalizada, es decir, para poder
hablar en euskara en cualquier ámbito y sin trabas, desde la mañana
hasta la noche y de lunes a domingo, se tienen que dar muchos pasos en el
País Vasco.
- Ha citado Navarra. ¿Qué ocurre allí? Cosas tristes. Por lo que se ve, en Navarra no hay voluntad de impulsar
el euskara. Está claro que en la práctica hay un sector que
pone obstáculos al euskara. Por eso, vino bien llenar El Sadar, porque
mucha gente no pensaba que los partidarios del euskara en Navarra fueran
tantos. Más aún, año tras año se ve que las
estadísticas dan la razón al euskara. Hay cada vez más
jóvenes que se posicionan a favor del euskara; cada vez se matricula
más estudiantes en los modelos B y D; con lo cual, esos datos provocan
miedo en algunos, y harán todo lo posible por que eso no sea así.
Además, relacionan el euskara con la política, diciendo que
la lengua va vinculada a una ideología. Siempre tienen alguna excusa
para no mostrarse a favor. De todos modos, creo que en lo que se refiere
al euskara, en estos momentos la mayoría está a favor.
- ¿Qué consecuencias
tendría el hecho de perder el euskara? Como UNESCO sostiene, las lenguas no son patrimonio de un pueblo,
sino de todo el mundo. Cuando una especie vegetal desaparece, la pérdida
no sólo afecta a quienes viven en el Amazonas, sino a toda la humanidad.
Las lenguas son muy ricas, y al perderse una de ellas la humanidad se ve
empobrecida. Por eso, en los últimos años UNESCO está
realizando un gran esfuerzo por impulsar las lenguas que corren peligro,
para que permanezcan vivas. Es evidente que la lengua de una gran mayoría
del País Vasco es el euskara, y que desean vivir en euskara. Por
lo tanto, deberían ponerse medios y superar los obstáculos
que pueda haber. A pesar de todo, hay que decir que no todo es ayuda. Quiero
decir que también los parlantes tienen que percatarse de eso, porque
los euskaldunes solemos acudir a actos a favor del euskara, pero luego,
en la vida cotidiana, muchas veces procedemos con flaqueza y pasamos a otras
lenguas con demasiada facilidad. Con presentar comodidades y hacer planificaciones
no basta. Por otra parte, los profesionales o deportistas que aparecen en
los medios de comunicación, deberían hacer un esfuerzo especial
por cuidar la lengua al igual que se ocupan de su imagen. La calidad lingüística
de algunas personas es penosa. De todos modos, el mejor euskara es el que
se habla, y el peor, el que no se habla.
El tema de la calidad es importante, pero a la gente hay que decirle que
se olvide de complejos y que hable en euskara; de lo contrario, no hay nada
que hacer.
-En estos momentos, Kontseilua está sumida en la campaña
de una hora de trabajo a favor del acuerdo social. Esa campaña la estamos llevando a cabo con los sindicatos
y empresarios, y con ella se pretende recaudar dinero para poder financiar
el plan estratégico. Aún no hemos detallado el coste de la
planificación, pero se necesitarán varios millones. No es
nuestra intención, que seamos nosotros quienes financiemos en lugar
de hacerlo con las subvenciones que el Gobierno Vasco y el de Navarra otorgan
para la normalización del euskara. El propósito
es dar un empuje al proceso desde la iniciativa social, que dependerá
del dinero recaudado.
También la campaña es absolutamente voluntaria. El trabajador
firma una hoja y el dinero equivalente a una hora de trabajo se ingresa
en una cuenta. Hay trabajadores que ya han aportado su dinero, pero al no
disponer de referencias es difícil determinar cuánto vamos
a recaudar. Eso sí, confiamos en que la aportación será
significativa.
-Comentaba la necesidad de impulsar el euskara en el mundo laboral.
¿De qué modo? En torno al mundo laboral hay que decir que en estos momentos hay
unas treinta planificaciones en las cooperativas. Ya se está avanzando
en ese campo, con lo cual, quienes antes habían dado algún
paso van a tener que dar otros nuevos, pero quienes no han hecho nada hasta
ahora, tal vez tendrán que empezar por cambiar la rotulación.
Se tomarán muchas medidas, y primero habrá que analizar de
qué tipo es esa empresa, qué es lo que hace, para quién
trabaja
se tendrá que hacer un análisis para determinar
dónde se utiliza la lengua. Se crearán muchas medidas y será
cada empresa la que decida hasta qué punto se compromete y en cuánto
tiempo dará esos pasos
-¿Dónde avanzará con más rapidez el
plan estratégico que pondréis en funcionamiento: en el País
Vasco continental o en el peninsular? Cada cual tendrá su propio plan, porque la situación
de cada lugar es distinta. Conviene asimismo no olvidarse de la territorialidad.
Geográficamente, el País Vasco es una extensión pequeña,
y estamos fragmentados. Así que es necesario que nos unamos para
que el euskara se refuerce. Los del País Vasco peninsular debemos
tener en cuenta que los del continental están ahí. Los del
País Vasco continental, en cambio, deben saber que la fuerza está
principalmente en el peninsular, y que eso va a marcar el futuro. O nos
salvamos todos o no nos salvamos. Debemos tener cada
vez más claro que el euskara es uno y que el futuro del euskara está
en manos de todos. Si hablamos sobre la cultura vasca, debe participar todo
el País Vasco. La realidad es única; es decir, los vascos
somos únicos a pesar de estar en tres o cinco administraciones diferentes.
A mi parecer, los vascos somos un pueblo, una nación, tenemos una
lengua, y debemos impulsarla entre todos.
Además, me gustaría recordar que para el mundo del euskara
es importante no sólo la persona euskaldun, sino también el
castellano vascófilo; así que en lo referente a la lengua
no se pueden contraponer los vascos y los castellanos.
-Entonces, ¿es posible un País Vasco en el que dentro
de unos años el euskara sea equiparable al francés o al castellano?
¿Pueden esas tres lenguas convivir sin obstaculizarse entre ellas? Con una buena planificación y disponiendo cada una de sus
propios medios, sí. Además, también en otros lugares
conviven tres lenguas. Ahí tenemos el caso de los checos, de los
islandeses y de los israelitas, entre otros. Lo que no se puede hacer es
que habiendo tres lenguas de proporciones completamente dispares, se dejen
tal como están en nombre de la igualdad de oportunidades. En ese
caso la discriminación positiva resulta necesaria y hay que otorgar
ayudas especiales. Lo ideal sería que cada persona, aun teniendo
su lengua principal, conociera también una segunda o tercera lengua,
para por lo menos estar a medio camino. No queremos obligar a los castellanoparlantes
a hablar en euskara, pero tienen que esforzarse en hablar con los vascoparlantes
en euskara, como los vascoparlantes nos esforzamos todos los días
con ellos. Que cada uno continúe con la lengua que quiera, pero sabiendo
suficiente euskara, para que su presencia en cualquier momento y grupo no
sea un obstáculo. Yo soy euskaldun, pero eso no me impide hablar
en castellano o leer en francés. Hay que asegurar que cada comunidad
lingüística funcione con la máxima normalidad posible,
y a partir de ahí cada uno decidirá cuál usar.
- ¿Tiene Kontseilua la intención de ponerse en contacto
con otros países extranjeros? Hoy por hoy es imprescindible estar comunicados a nivel internacional,
distribuir información y ponerse en contacto con los que están
en situaciones análogas
En estos momentos estamos en contacto
con la UNESCO, que tiene más de un proyecto internacional entre manos,
y nos ha propuesto participar en uno de ellos. La internacionalidad tiene
un gran peso, por eso Kontseilua ha publicado algunas cosas en cuatro idiomas. Por otra parte, es también importante
cuidar y vigilar la información que difunden los medios de comunicación,
porque muchas veces la opinión que los extranjeros se forman de nosotros
no es la real.
Además, los vascoparlantes leemos periódicos en castellano
y francés, pero no viceversa. Nosotros para ellos somos unos desconocidos;
no existimos. En ese aspecto, tenemos que trabajar para asegurar nuestra
presencia.
- ¿Qué diría a los vascos que residen en el
extranjero? Les diría que el hecho de vivir fuera no significa tener
que estar fuera de la comunidad lingüística. Hoy en día
la adhesión a una comunidad lingüística es en gran medida
una opción personal. Una persona que vive en América puede
estar vinculada a temas vascos. Eso que se llama diáspora es muy
interesante para nosotros los vascos, porque ésos son nuestros embajadores.
En la actualidad ya hay medios para ser vasco en América y desarrollar
el vasquismo. Por eso, también nosotros debemos esforzarnos en darles
facilidades. En mi opinión, tenemos un inmenso tesoro en todo el
mundo.
Fotografías: Maria Agirre |