Carnaval en Álava
Juanjo Galdos

El ciclo de Carnaval corresponde al momento en que la naturaleza queda como aletargada y en que el hombre desea y necesita que llegue de nuevo la vida, la nueva primavera. La fiesta de Carnaval con sus máscaras y disfraces es la ocasión que el hombre aprovecha para desinhibirse, a pesar de las prohibiciones por parte de las autoridades entendiendo que se daba pie a la aparición de actos delictivos.

Los programas festivos de los Carnavales urbanos se resumen en pasacalles con txistularis, bandas, fanfarres, desfiles de carrozas y comparsas, concursos de disfraces, bailes, etc.


El Carnaval de Vitoria-Gasteiz fue impulsado en 1979 por la sociedad Indarra. En 1981 el Ayuntamiento se sumó a la organización. Pero el actual Carnaval no es igual que el desaparecido. Lo fundamental, a nivel oficial, son los dos desfiles de carrozas (Sábado y Domingo) y los bailes celebrados en varias plazas de la ciudad así como la "Quema de la Sardina" celebrada el Martes siguiente. Durante los últimos años se ha introducido la fiesta del "Jueves de Lardero", jueves anterior al Domingo de Carnaval, protagonizada por los grupos escolares de la ciudad. Al margen de los disfraces de concurso y comparsas, muchas personas y grupos a título particular, cada vez más, se disfrazan con el pretexto de pasárselo bien.
En Llodio, el Carnaval ha pasado de rural a urbano, no sin abandonar esencias campesinas como la aparición de la "Bruja de Letziaga", que recuerdan que cautivaba a los hombres con sus largos cabellos rubios.
En Agurain, los festejos comienzan el Viernes de Carnaval con el recibimiento al "Porrero" y a la "Sorgiñe". Estos personajes se crearon en 1983 para que se convirtieran en los protagonistas del Carnaval. Son interpretados por dos personas diferentes cada año, las cuales se encargan de buscar otras dos para el año siguiente. Antes de convertirse en Sorgiñe, este personaje femenino se denominaba la "Porrera".

Sin embargo, es en el mundo rural donde el Carnaval conserva un mayor sentido mitológico y ancestral, cuyas raíces se hunden en la noche de los tiempos. El período central del Carnaval se inicia el llamado "Jueves de Lardero", fiesta eminentemente infantil, en la que los niños pedían por las casas del pueblo cantando letrillas alusivas a lo que necesitan o a los donantes:

Jueves de Lardero,
Viernes de la Cruz,
Sábado de Pascua,
resucitó Jesús.

Angelitos somos,
del cielo bajamos,
a recoger choricitos y huevos,
para Jesucristo.

La patrona de esta casa
es una buena mujer,
que nos da choricitos y huevos
para poder comer.


Antiguamente los niños no se disfrazaban, aunque se pintaban la cara. En la actualidad, llevan disfraces variados. En muchos de los pueblos se recuerda la presencia de un niño vestido de obispo, a veces acompañado de monaguillos, de una reina o de una abanderada, como ocurre en la localidad de San Vicente de Arana. Aunque se conoció la costumbre de llevar un gallo enjaulado, representativo del mal, en algunos pueblos de la Montaña Alavesa, es en la comarca de Ayala, sin embargo, donde se ha conservado esta práctica.

Son escasos los pueblos donde no se ha conocido la ronda de cuestación matutina de los mozos el Domingo y Martes de Carnaval. Por la tarde se disfrazaban de porreros, cácarros, máscaras, cachis o cachirulos, según el lugar donde se localicen, siguiendo una indumentaria típica consistente en careta o cara pintada, sombrero, pañuelo al cuello, blusa, pieles, medias de lana, vestidos de mujer, acompañados de cencerros, carracas, cazuelas, etc., procurando hacer el mayor ruido posible y persiguiendo a niños y mozas para golpearlas con la putxika o vejiga hinchada.
El Carnaval finalizaba el Martes con la ejecución de un muñeco de paja que recibía distintos nombres: Criminal, Judas, Caín, Toribio, la Abuela, la Vieja, el Porrero, etc. En otros casos, se quemaba un pellejo de vino o sencillamente la fiesta concluía con una hoguera. El muñeco representativo de los males que habían aquejado al pueblo durante el año era paseado por el pueblo y juzgado mediante un sermón burlesco por un mozo que tomaba forma de predicador, tras lo cual el personaje representado era sentenciado a muerte.
El año 1936 y la posguerra supusieron una fechas aparentemente sin retorno para los Carnavales. No obstante, con el paso del tiempo se ha renovado la fiesta infantil del "Jueves de Lardero", que todavía pervive en algunas concentraciones escolares rurales. Los actos del Domingo y Martes de Carnaval han sido recuperados en diferentes localidades rurales destacando los Carnavales de Zalduondo, Salcedo y Santa Cruz de Campezo.

En Zalduondo, el Carnaval fue recuperado en 1975 tras 41 años de inactividad. "Marquitos" es un muñeco, de tamaño casi natural, vestido con camisa, corbata, traje negro con una flor en el ojal y botas o abarcas. Asimismo, lleva un collar de cáscaras de huevo y una voluminosa txapela negra. Tras celebrar la misa de mediodía, Marquitos, como se hacía con los antiguos condenados, es exhibido sobre un burro por las calles de Zalduondo. Un mozo, con capa y sombrero, acompaña al muñeco sobre la grupa del animal. Le siguen varios músicos y unos mozos, dos de los cuales llevan un varal o largo mástil que llaman "lata". Al llegar al Palacio de los Gizones, Marquitos es desmontado y colgado de la "lata". Por la tarde se descuelga al muñeco para ser conducido, acompañado por una curiosa comitiva, hasta el frontón. El cortejo está formado por el "cenicero", con un cubo de ceniza, el "barrendero" con su barredero, el "viejo y la vieja", ambas figuras interpretadas por un mismo mozo enmascarado que representa a los padres de Marquitos, varios "porreros", mozos con la cara pintada que visten con trapos o harapos, "músicos", "tres ovejas y un oso", animales representados por personas con los cuerpos cubiertos por pieles, y un "carruaje", tirado por una mula, desde el cual varios niños arrojan confetis y cuya nasa o gran cesta está ocupada por el "predicador" quien, disfrazado con una barba y un gorro, sujeta al muñeco. La comitiva, tras dar varias vueltas por el pueblo, llega al frontón donde se procede a la quema del Marquitos una vez que se ha leído tal condena por sus delitos.

En Salcedo, los habitantes del pueblo, sobre todo los más jóvenes, se disfrazan con indumentarias de muy variada índole. Tanto el Martes de Carnaval como el primer Sábado de Pascua, al atardecer, los mozos realizan una cuestación por todas las casas del pueblo. Con los alimentos recaudados, sobre todo carne de cerdo procedente de la matanza, se celebra una cena en la que los mozos invitan a todas las mozas. El primer Sábado de Cuaresma aparece en escena el "porretero", vestido con unos pantalones y una chaqueta llenos de paja y una careta con un sombrero viejo. Este muñeco acaba en lo alto de un tejado tras haber sido condenado en la Plaza del pueblo y después de haber sido maltratado con los golpes que la gente le dedica por no haber saludado al Sr. Alcalde.

En Santa Cruz de Campezo, el atardecer del Martes de Carnaval, el "Toribio", muñeco relleno de paja que viste buzo azul y visera, tras recorrer todo el pueblo, es condenado a morir ahogado en el río achacándole las penurias que ha vivido la localidad a lo largo del año. Tras la condena, todo el mundo pide que se le arroje al agua incluidos los niños que durante todo el recorrido han hostigado a los "cachirulos" que con su zurriago les persiguen y castigan.

Aunque se suele celebrar el día 7 de marzo, festividad de Santo Tomás de Aquino, las "Meriendillas" de Elvillar son una fiesta trasladada de las fechas de Carnaval por orden de las autoridades eclesiásticas anteriores. En la actualidad es una fiesta infantil en la que se postula de casa en casa paseando a un muñeco que termina quemado en la picota o rollo donde antiguamente ejecutaban a los malhechores.

Tras el Martes de Carnaval, las siete semanas siguientes iniciadas con el Miércoles de Ceniza componen el período de Cuaresma, caracterizado por el ayuno y la vigilia, la oración y el recogimiento festivo. Principalmente son días de solemnes procesiones, Vía Crucis y otros oficios religiosos.


Juanjo Galdos López de Laño, miembro del Seminario Alavés de Etnografía - Arabako Etnografia Mintegia.


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