Antes de decir
nada a propósito del habla vasca de San Sebastián me parece
fundamental señalar que entre las lenguas que gozan de una situación
más normal y saludable que la nuestra, las hablas urbanas tienen
unas características especiales, algunas de las cuales bien podrían
ser las siguientes:
1) A pesar de que los modelos lingüísticos de los pueblos
pequeños son más arcaizantes, y por lo tanto más castizos,
las hablas urbanas suelen tener más prestigio; los hablantes de los
pueblos cercanos -e incluso también de pueblos más lejanos-
con perspectivas sociales ascendentes, tienden a copiar las formas o variantes
lingüísticas urbanas.
2) En el habla urbana se suele percibir muchas veces cierta voluntad de
diferenciarse en algo de las modalidades de los pueblos o valles de su entorno.
3) Las modalidades urbanas suelen ofrecer un alto grado de variabilidad;
en las ciudades suele haber una cierta mezcolanza de formas lingüísticas.
La variabilidad, además, no sólo se produce de un hablante
a otro; es posible que un mismo hablante emplee diferentes variantes.
En el caso de que se nos preguntara cómo es el vasco de San Sebastián,
si es especial, por ejemplo, no nos quedaría más remedio que
responder negativamente, ya que carece de características llamativas
o propias que no puedan encontrarse en las modalidads de los pueblos de
alrededor. Es coherente con respecto a las hablas de los pueblos que le
rodean tanto por la izquierda y derecha como por debajo, tiene un grado
medio en cuanto a la diferenciación lingüística gradual
que se da a nivel geografíco, sin grandes transiciones. Las diferencias
se perciben a partir de Arano y de Rentería-Oyarzun; en el margen
izquierdo de San Sebastián, los cambios lingüísticos
que se producen de un pueblo a otro aparecen muy pausadamente, casi sin
advertirse.
A primera vista, no parece que el euskara
de San Sebastián haya servido de referencia para los pueblos que
le rodean; cada zona de esta ciudad va lingüísticamente por
su cuenta, con tendencia a las características de las modalidades
lingüísticas de los pueblos más cercanos. Por otro lado,
no se ha examinado qué influencia tiene la "mediocre" modalidad
donostiarra en los pueblos de alrededor, si bien no parece que haya sido
desorbitante. Por lo que sabemos, su fama tampoco parece haber sido demasiado
buena. En cuanto a administración y mercado sí, pero, aunque
parezca paradójico, lingüísticamente no da la sensación
de que San Sebastián haya sido una ciudad.
Decir que el vasco de los donostiarras es mediocre y con un que otro
solecismo se ha convertido en un tópico, pero quienes verdaderamente
son merecedores de tal acusación son los kaxkariñes urbanizados,
los kaletarras, pues el euskara de un baserritarra de San Sebastián
en nada desmerece al de uno de Orio o de Hernani; ello no quita que en más
de un caserío de San Sebastián el castellano haya desbancado
a la lengua vasca o se haya dejado de transmitir a los niños.
Otro rasgo del habla de San Sebastián es el de haber pasado de
ser una modalidad geográfica de un lugar concreto a ser una modalidad
social. Escuchamos el euskara de San Sebastián hoy en día
-con excepción de Igueldo, Alza, Añorga y barrios similares-
únicamente en boca de los hablantes mayores de sesenta años
carentes de alfabetización vasca. La cuestión, además,
no es que los jóvenes donostiarras no sepan hablar en el "folk
speech" local, sino que la mitad de ellos ni siquiera sabe cómo
es/fue dicha habla. Si pidiéramos a estos jóvenes que adecuaran
su habla a la de San Sebastián e hiciéramos una comparación
entre las características donostiarras de ese resultado y la modalidad
de las obras teatrales de Marcelino Soroa, observaríamos que las
características de nuestros jóvenes ni tan siquiera llegarían
a la mitad de las del escritor.
Las razones son de variada índole: en San Sebastián hay muchos castellanoparlantes, y por consiguiente, los euskaldunes se
han visto arrinconados sociolingüísticamente, por lo cual no
es extraño que actualmente los jóvenes donostiarras busquen
sus referencias lingüísticas en los pueblos pequeños.
La enseñanza reglada vasca ha tenido un alto nivel de instauración
en San Sebastián, y el modelo hablado -que posee mayor intensidad
en los pueblos pequeños de su entorno- no ha tenido la presencia
suficiente como para haberle podido hacer frente. El habla viva ha sido
neutralizada por el habla literaria y no nos ha de extrañar que el
habla de los jóvenes donostiarras de hoy en día sea muy aséptica
e incolora.
Como escritor donostiarra siempre se nos menciona a Bilintx, pero hay
que tener en cuenta que en el teatro vasco de los siglos XIX y XX San Sebastián
ha tenido una gran importancia. Seguramente las obras más adecuadas
para conocer la modalidad koxkera sean las de Marcelino Soroa. Del siglo
XVIII tenemos los versos de José Vicente de Etxagarai, principalmente
de ámbito festivo, y también varias cartas de dos jóvenes
enamorados.
Iñaki Camino, filólogo. |