Manuel de Ynchausti (1900-1961) Un mecenas de gran elocuencia
Jean Claude Larronde
*Traducción al español del original en euskera
Piarres Xarriton

El abogado e historiador Jean Claude Larronde, de Villafranca de Laburdi, quien elaborara la conocida tesis doctoral sobre Sabino Arana Goiri, prosigue con su investigación; en especial en torno a varios hechos y personajes destacables de la historia del patriotismo vasco de la primera parte de este siglo XX, tales como el batallón vasco Gernika, el lehendakari Jose Antonio Agirre, el historiador Eugène Goyenetche, el obispo Klement Mathieu o la sociedad internacional de amigos Euskaldunes. En esta ocasión le ha llegado el turno a Manuel de Ynchausti, un "mecenas de gran elocuencia".

Larronde publicó este trabajo en francés en 1993, en la revista Bulletin du Musée Basque, y ahora, con la ayuda del Gobierno Vasco, lo edita en euskara y castellano en la colección Bidasoa gracias a la traducción de Susana Preboste, al poco de fallecer a los 92 años la esposa de Ynchausti, Ana Belen Larrauri, en Uztaritz.

Cada una de las traducciones consta de alrededor de 70 páginas, y quienes pudimos conocer a Manuel de Ynchausti tenemos la oportunidad de descubrir nuevas particularidades por la información que su viuda y su hija Miren han facilitado al escritor.

Manuel de Ynchausti nació el 19 de octubre de 1900, en el seno de una acaudalada familia vasca de comerciantes marítimos afincada en Filipinas, cuando la colonia española estaba bajo el mando de los Estados Unidos. Tenía 6 años cuando realizó la primera visita a Europa, y con 20, al fallecer su padre, cursó sus estudios superiores de Derecho en Madrid. Con la ayuda de algún que otro fraile vasco, se apercibió de su fe cristiana e identidad vasca. En su juventud amistó para siempre con Rikardo Leizaola, hermano de Joseba, y tomó por esposa a Ana Belen Larauri, una donostiarra de veinte años. Se casaron el 26 de julio de 1926 en San Sebastián, y pronto se dirigieron hacia Manila.

En Manila, junto con su madre y esposa, Manuel tomará unas drásticas decisiones, procediendo a la venta de algunos bienes y repartiendo otros cuantos entre los campesinos sin tierras; luego, con la llegada de los hijos, a partir de 1933, la familia abandona Manila y se establece en San Sebastián hasta la guerra de 1936.

Al comenzar la guerra, la familia Ynchausti parte hacia Uztaritz, donde, junto con el obispo vasco Mathieu, proporcionará una inmensa ayuda a los fugitivos vascos de la guerra, tanto económicamente como en todos los demás aspectos, reuniendo a diversos arzobispos de Francia y varios católicos de renombre en torno al cardinal Verdier y el escritor François Mauriac.

En agosto de 1939, a las puertas del inicio de la guerra de Alemania, la familia Ynchausti parte hacia Norteamérica. Allí, recordando su experiencia de Filipinas y con las palabras del cardenal de Nueva York Spellman o del filósofo Jacques Maritain, nuestro fervoroso hombre intenta convencer de la necesidad de crear una institución Católica de Auxilio Mundial. Al tener que desistir de ese proyecto por problemas de salud, se aferra a otra idea junto con el lehendakari Jose Antonio Agirre: construir la unión de todos los vascos del mundo entero.

Al regresar con su familia en 1947 a Europa y a su casa de Uztaritz, Manuel de Ynchausti sigue adelante con ese propósito. Lo cierto es que nunca realizará su sueño en su integridad, pero por encima de los altibajos de su salud, trabajará en ese tema con brillantez. Así, en el Congreso de Eusko Ikaskuntza de 1948, celebrado en Biarritz, participó tomando a su cargo la X sección llamada "Euskaldunak Munduan" ("Los Vascos en el Mundo"), y en 1954 la sala denominada "Euskaldunen Hedapena Munduan" ("La Propagación de los Vascos en el Mundo") le será ofrecida al Museo Vasco de Bayona, regido por el comandante Boissel.

Para entonces, desgraciadamente, la enfermedad ha hecho mella en el corazón de Manuel de Ynchausti, y, al poco de perder de repente a su gran amigo Jose Antonio Agirre el 22 de marzo de 1960, el buen Dios llama también a él a su lado el 17 de abril de 1961, en Uztaritz. Los dos funerales fueron oficiados por el obispo Klement Mathieu, uno en San Juan de Luz y el otro en Uztaritz.


Piarres Xarriton, miembro de la Real Academia de la Lengua Vasca y de Eusko Ikaskuntza.
 


Dohaneko harpidetza | Suscripción gratuita | Abonnement gratuit |
Free subscription


Aurreko Aleak | Números anteriores | Numéros Précedents |
Previous issues


Kredituak | Créditos | Crédits | Credits

webmaster@euskonews.com

Copyright © Eusko Ikaskuntza
All rights reserved