Por las calles de Durango con un libro bajo el brazo
(Unas cuantas líneas con motivo de la Feria de Durango)


Traducción al español del original en euskera


En 1965, un grupo de amigos fundó la sociedad "Durango Merinaldeko Adizkideen Gerediaga Elkartea". ¿Su finalidad? Recuperar tanto la personalidad que durante siglos había tenido la Merindad de Durango, como la actitud de cooperación entre los pueblos y ciudades que la forman. Eran tiempos duros. Los negros años de la posguerra habían pasado, pero aun y todo los años que tocó vivir a nuestro País Vasco eran penosos, con las ikastolas semivedadas, grupos de danza y organizaciones análogas prohibidas, etc.

La sociedad Gerediaga se instituyó en esas circunstancias. Según muchos, fue una tremenda metedura de pata del ministro Manuel Fraga Iribarne, ya que esta legalización facilitó el hecho de que en la sociedad Gerediaga se reunieran grupos que trabajaban en esta región, e iniciativas personales de muchas gente.

La "Feria del Libro y Disco Vascos de Durango" se celebró aquel primer año 1965 el día de Todos los Santos, bajo los arcos de la iglesia Andra Mari. Los participantes que llegaron a la ciudad con sus libros y discos se agruparon en diecinueve stands. Allí se encontraron las Diputaciones de Bizkaia, Gipuzkoa, Álava y Navarra, así como las editoriales y casas de discos que estaban "bajo sospecha" para las autoridades, como por ejemplo Jakin, Itxaropena, Auñamendi, etc.

En vista de la respuesta de la gente, Gerediaga decidió organizar la feria anualmente, y así es como seguimos 33 años más tarde. El camino recorrido a lo largo de todos estos años para llegar a este punto no ha sido nada fácil. La respuesta de la gente fue aumentando poco a poco; comenzó a ser un lugar de romería de las personas del ámbito cultural de Durango, ante lo cual las autoridades se asustaron; incluso pensaron en su prohibición, pero no se atrevieron. Empezaron a pensar en algún otro modo que pudiera obstruir la feria.

El año 1974 prohibieron que la feria se celebrara en los arcos de la iglesia de Andra Mari, obligándonos a trasladarla plaza. No sé qué pensaron, si nos iba a disgustar el espacio que los caseros de nuestros pueblos utilizan todos los sábados, o si la gente no estaría dispuesta a instalar la feria en la plaza. De ser así, para nada imaginarían que la respuesta de la gente iba a ir en aumento y que el lugar fuera mucho más apropiado que los arcos de la iglesia de Andra Mari, con menos goteras, más templado, sin corriente...

Tras el fallecimiento del dictador y una vez que las editoriales hubieren conseguido paulatinamente su libertad, las dimensiones de la feria crecían año tras año, constituyendo su principal problema la falta de espacio. En esa época, Gerediaga se percató de que la feria debía ir hacia una normalización, y orientó su trabajo en esa dirección. A principios de la década de los 80 jubilamos los stands de los primeros años y empezamos a instalar otros stands más ordenados. Agregamos una sala a la feria con el fin de impulsar el programa cultural, y ya los siguientes años empezamos a dar en el espacio ferial tanto la conferencia inaugural como algunas otras que antes se solían celebrar en el ayuntamiento de Durango. Esta sala nos permitió redondear la feria con conferencias, mesas redondas y otras cuantas actividades más, precisamente en el momento en que la sociedad vasca estaba deseosa de debatir y hablar.

La falta de espacio que antes he mencionado nos obligó a que en 1996 abandonáramos la plaza y ubicáramos nuestra "tienda con toldo" en la calle San Agustín. El año pasado nos acercamos a Landa con nuestros hierros, toldos, tablas, etc., para emplazar allí por unos días la feria -¿o deberíamos decir ciudad?- del libro y disco vascos.

Este año seguimos en ello. Convirtiendo Durango en la ciudad del libro y disco vascos. Montando bajo ese toldo blanco o cielo vasco 237 stands que cobijan comercios, actos culturales, conciertos, debates, charlas de amigos, alguna que otra juerga... En definitiva, durante seis días construiremos entre todos un pequeño País Vasco. Ven y participa tú también en la edificación de esta ciudad, porque Durango... es más que un almacén de libros...


Jon Irazabal Agirre, miembro de Gerediaga Elkartea


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