La investigación arqueológica tiene un enorme potencial
para la reconstrucción de la vida cotidiana de nuestros antepasados,
permitiéndonos el acercamiento al día a día de las
gentes que habitaron o utilizaron un lugar concreto en el pasado. Así
podemos conocer cómo eran las viviendas, qué utensilios utilizaban
-su vajilla, sus herramientas, sus armas, etc.- cómo adornaban sus
vestiduras, cómo enterraban a sus difuntos e incluso cúal
era su dieta alimenticia o cómo era el paisaje y el medio en el que
vivían. Estos y otros muchos datos se obtienen a través de
la Arqueología y corresponden en general a poblaciones e individuos
anónimos, al común de los mortales cuyos datos no quedaron
reflejados en la gran Historia -la de los gobernantes y las fechas-.
Sin embargo, a veces nuestra investigación se ve gratificada al localizar
datos de carácter excepcional y así podemos acceder al conocimiento
de la historia de individuos concretos, es el caso de Verdulo.
Gaius Valerius Verdullus -tal era su nombre en latín- era un ceramista
y de los buenos como ya veremos. Su propio nombre nos revela de entrada
dos cosas:
- la primera es que poseía la ciudadanía romana -condición
indispensable por otra parte para ejercer el comercio en su época-.
- la segunda y más importante, del análisis de su cognomen
-el equivalente de nuestro apellido- Verdullus, podemos establecer su procedencia
étnica. Así procedería de los Várdulos, uno
de los pueblos indígenas que los autores clásicos sitúan
en el solar de lo que hoy es el País Vasco. Los Várdulos habrían
ocupado gran parte del territorio de Gipuzkoa y la zona oriental de Álava.
Sus poblaciones más importantes fueron las civitates de Tullonium
(Alegría/Dulantzi) y Alba (San Román de San Millán),
ambas en el trazado de la calzada Astorga-Burdeos.
Una vez establecidos la condición y origen de nuestro personaje vamos
a despejar el resto de sus datos conocidos. Hemos adelantado que era un
ceramista, pero no nos imaginemos un mero artesano, muy al contrario, Verdulo
regentaba varios talleres -de los que el más importante conocido
estaba junto a la ciudad-municipio vascona de Calagurris (la actual Calahorra)
y tenía seguramente sucursales entre los Berones en Viana (Navarra)
y Varea (junto a Logroño). La distribución de sus productos
llegaba a todo el Valle del Ebro, habiéndose encontrado sus cerámicas
en puntos tan alejados como Santander o Tarragona. Por lo que sabemos Verdulo
distribuyó sus piezas entre los reinados de los emperadores Tiberio
y Vespasiano -esto es entre el 14 y el 79 d.C. como fechas extremas-
Pero ¿cúal era la producción de Verdulo? Nuestro personaje
se especializó en la fabricación de un tipo muy determinado
de cerámica de mesa, la denominada cerámica de paredes
finas -por la extremada finura de sus paredes- en la que elaboraba fundamentalmente
vasos para beber. Los más excepcionales de estos vasos iban decorados
a molde -con cuidadísimas escenas figuradas-, llevaban una inscripción
alusiva a lo representado y el nombre del fabricante.
Muchos de estos vasos se fabricaron para comercializarse como recuerdo de
determinadas festividades y acontecimientos lúdicos. Así,
a través de lo representado en los vasos conocemos precisos y asombrosos
detalles sobre la sociedad de su época y, en especial sobre el nivel
de los actos sociales que se celebraban en una ciudad como Calagurris. Por
ejemplo, sabemos de unas carreras de cuádrigas en el circo que se
celebraron un 12 de Diciembre, costeadas por un tal Cayo Sempronio y en
las que incluso sabemos el nombre de uno de los corredores en el evento,
un tal Blastus, que representaba a la afición de los Veneti. En la
decoración en relieve se ven con notable detalle las cuatro cuádrigas
así como detalles arquitectónicos de la spina (o parte central)
del circo de Calahorra decorado con columnas y monolitos. Vemos incluso
representado al ganador del evento exhibiendo triunfalmente la corona y
la palma. En otros vasos se conmemoran las fiestas del Calendario romano
como las de Ceres o las Saturnales. No podemos dejar de señalar los
vasos de tema "erótico" que han sido puestos en relación
con la celebración de las fiestas en honor de Adonis. En uno de ellos
vemos tres lechos ocupados por parejas afanadas en su "labor".
Se aprecian detalles como los percheros con las toallas, los recipientes
para lavarse tras el acto y hasta el escabel para subir a la cama. Los comentarios
no tienen desperdicio, en uno de ellos se especifica la especialidad de
una de las hetairas y las consecuencias de dicha práctica IN GENU
CUBIS NATICOSA COLEOS FRANGIS -en traducción libre: Naticosa (Culona)
lo haces de rodillas y rompes los testículos-. En otro con más
"moralina" se comenta: en lo que me permite mi ancianidad esta
práctica es el modo supremo de hacer la guerra! Como puede constatarse
la filosofía popular ha avanzado poco en los dos últimos milenios...
Los vasos de Verdulo sufrieron la evolución general de la oferta
y la demanda de la época, eran productos muy delicados y costosos
de elaborar y fueron eficazmente sustituidos en las mesas de nuestros antepasados
por los nuevos recipientes de vidrio. Prácticamente todas las variedades
de cerámica de paredes finas fueron desapareciendo paulatinamente
del mercado hacia fines del siglo I d.C. Posiblemente para amortiguar la
caida de ventas Verdulo estableció también un taller en Arenzana
de Arriba (La Rioja) donde con muchos otros alfareros se dedicó a
fabricar una cerámica de mesa más convencional, la denominada
Terra Sigillata Hispánica. De hecho el conjunto de alfares del Valle
del Najerilla se convirtió en uno de los centros productores más
importantes del Imperio sirviendo sus productos a Hispania, Mauritania y
aún más puntualmente a las Galias, Germania o Britania, pero
esta es ya otra historia.
Para saber más: una puesta al día y una recopilación
bibliográfica actualizada puede consultarse en:
- Gil (1997): "La cerámica de paredes finas con decoración
a molde de Viana (Navarra). Las producciones de G. VAL. VERDVLLVS y su problemática.
Estado de la cuestión".
- En Isturitz 8 (Actas del 1er Coloquio Internacional sobre
la Romanización en Euskal Herria). Ed. Eusko Ikaskuntza,
Donostia, págs. 427-466.
Los avances sobre las sucesivas campañas de excavaciones en el alfar
de Calahorra, llevadas a cabo por el equipo dirigido por A. González
Blanco pueden consultarse en Estrato, Revista riojana de arqueología.
Ed. Gobierno de La Rioja. Finalmente, para quien desee ver directamente
los vasos de Verdulo recomendamos la visita al Museo de Calahorra.
Eliseo Gil Zubillaga, vicepresidente del Instituto alavés
de arqueología |