En un trabajo del mismo título presentado
hace diecisiete años dábamos un repaso a los conjuntos instrumentales
utilizados en la música tradicional vasca. Desde entonces poco es
lo que hemos avanzado en el estudio del tema, en oposición a la importante
cantidad de trabajos relacionados con los instrumentos específicos,
entre los que cabe destacar los trabajos de Juan Mari Beltrán.
1 Instrumentrista
Aunque resulte paradójico el conjunto más reducido lo componen
dos instrumentos interpretados por la misma persona, como ocurre con el
txistu y el tamboril o la txirula y el ttun-ttun. Su existencia entre nosotros
está probada ya en la edad media.
Dúos
Desde el renacimiento hasta nuestros días se suceden y coexisten
variadas parejas de dos instrumentistas, desde los de la misma familia,
dos "tamboriles", o dos albokas, a lo que era
más corriente un instrumento de viento: txistu, txirula, alboka,
dulzaina, con uno de percusión, tambor, pandero, sin olvidar combinaciones
más inusuales: txirula y violín, violín y guitarra,
o adaptaciones a instrumentos modernos: clarinete y tambor, y por supuesto
la triki-tixa.
Tríos
También en los tríos instrumentistas hay agrupaciones clásicas,
2 txistus y atabal, y sobre todo 2 gaitas o dulzainas y tambor, con alguna
ligera variante como 2 clarinetes y tambor, a grupos más infrecuentes:
txirula, acordeón y atabal (con la variante del clarinete en vez
de la txirula); txistu, violín y tambor o dos txirulas y violín.
Cuartetos
Sin duda el conjunto de cuatro instrumentistas más tradicional en
Euskalerria es lo que se denomina la Banda clásica de txistus, es
decir, dos txistus, silbote y atabal. Seguimos sin tener claro cuándo
comienza esta práctica, aunque podríamos datarla en el primer
tercio del siglo XIX. Esta ha sido la formación
intrumental que a partir de la creación de la Asociación de
Txistularis en 1927, empezó a extenderse en no pocos municipios del
País Vasco, profesionalizando a no pocos txistularis.
Otros conjuntos tradicionales
Como puede comprenderse hay noticias de muchas otras combinaciones instrumentales
de las que no puede decirse que hayan formado tradición, aunque de
una u otra manera han estado muy presentes a lo largo de la historia.
Uno de los casos sería la presencia de los clarines en actos protocolarios
tanto en Alava como en Gipuzkoa, Bizkaia y Navarra. Actúan normalmente
un par de instrumentistas, bien acompañados de tambores, bien en
conjunción con bandas de txistularis.
Existen por otra parte tradiciones referidas a áreas geográficas
concretas que han desarrollado combinaciones instrumentales particulares.
Uno de los casos es el de las pastorales suletinas. La música destinada
a las danzas las interpretan un txirulari acompañado del tambor,
mientras que el resto de las marchas, entradas, salidas... las interpretan
un conjunto variable de instrumentos, habitualmente de viento (aunque hay
datos del siglo pasado en el que se habla también del violín),
acompañados igualmente de percusión.
Muy próximas al caso anterior serían las combinaciones instrumentales
de danzas en el País Vasco-Francés, tanto en danzas suletinas,
como bajo-navarras. Los conjuntos son muy variables, aunque prevalecen los
instrumentos de viento, acompañados siempre de percusión.
Caso e influencias diferentes presenta el ámbito de la jota navarra.
Para su interpretación se utilizan sobre todo los instrumentos de
cuerda pulsada, guitarras, bandurrias y laúdes, aunque no faltan
referencias a usos combinados con instrumentos de viento o violines.
Todo lo escrito hasta ahora se podría aplicar a la música
tradicional que hasta hace pocas décadas se vinculaba a conjuntos
instrumentales. El desarrollo por una parte de los propios instrumentos
tradicionales gracias a su enseñanza sistematizada, y por otra parte
la irrupción de la corriente musical del folk en los últimos
treinta años, ha contribuído a cambiar y ampliar la variedad
de sonidos instrumentales.
Los conjuntos de txistu son ahora de mayor número, ampliando la percusión
e incluyendo no pocas veces otros instrumentos. Igualmente la existencia
de espectáculos de danza vasca ha supuesto un progresivo aumento
de la participación de instrumentos diferentes en conjuntos variados.
Pero donde más ha evolucionado el color instrumental, fundamentalmente
en esta década de los noventa, es en la participación de instrumentos
populares vascos en conjuntos instrumentales mixtos de instrumentos tanto
tradicionales como modernos (guitarras eléctricas, baterías...),
tanto instrumentos utilizados en el País Vasco, como instrumentos
tradicionales de otros ámbitos geográficos (desde las gaitas
irlandesas a instrumentos norteafricanos). La preparación de los
instrumentistas y el consiguiente perfeccionamiento en los instrumentos
(principalmente en el tema de la afinación, imprescindible para su
utilización en combinación con instrumentos de afinación
estable) ha logrado tal variedad de combinaciones instrumentales que no
asistimos sino al comienzo de un período de grandes cambios para
la música popular vasca. El camino que tomen en adelante los llamados
grupos "folk" decidirá el color que el siglo que viene
adjudicará a la música popular de nuestro siglo. De momento
estamos en este ámbito en pleno período experimental.
Jon Bagüés, Técnico
de Eresbil |