Las siglas
NIP corresponden a "NÚCLEOS DE INTERVENCIÓN PARTICIPATIVA"
Se trata de mecanismos orientados a promover la participación de
los ciudadanos, y que se han empleado principalmente para remediar en la
medida de lo posible las controversias que puedan dañar la convivencia
de un municipio.
Los integrantes de estos núcleos de participación se eligen
directamente del padrón municipal, por sorteo. Hay un único
requisito: ser mayor de edad (18 años). La participación es
totalmente voluntaria.
Los núcleos NIP funcionan de acuerdo a la dinámica de grupo.
Así, los integrantes se reúnen generalmente dentro de un grupo
formado por 25 personas, con el fin de obtener información. En cambio,
para discutir y evaluar los proyectos se juntan en pequeños grupos
de cinco, que no siempre están formadas por las mismas personas,
ya que su composición es variable, evitando así posturas preponderantes.
Dentro de este proceso se diferencian dos fases. Durante la primera, en
la cual los integrantes suelen estar unidos en un solo grupo, se recibe
información y se escucha a políticos, técnicos, representantes
de sociedades públicas, etc., puesto que se les da la oportunidad
de exponer sus puntos de vista. Esta información se completa por
medio de mesas redondas y excursiones.
En la segunda fase se discuten y evalúan las posibles alternativas,
para lo cual los integrantes se dividen en pequeños grupos de cinco
personas.,Tras esta evaluación, deben elegir un único y concreto
proyecto.
La duración de estos sistemas NIP depende de cada proyecto. La misión
de los integrantes es buscar la solución más adecuada para
cada problema. Por consiguiente, la finalidad de los grupos NIP es hacer
de intermediarios, evitando situaciones embarazosas.
En cuanto a su carácter jurídico, hay que decir que, desde
un punto de vista estrictamente jurídico, la propuesta escogida por
los integrantes no es vinculante para la Administración; pero desde
un enfoque político-social más amplio, suele ser conveniente
darle el visto bueno. Algunos ayuntamientos han solido concederles un efecto
vinculante.
En el País Vasco peninsular, estos sistemas NIP se han realizado
sobre todo en el Territorio Histórico de Gipuzkoa, en concreto en
los siguientes municipios: Idiazábal, Astigarraga, Tolosa, Oñate
y Arechavaleta.
En Idiazábal, el ayuntamiento quería construir un nuevo campo
de fútbol, pero había que elegir entre ocho posibles alternativas.
Además, surgió un nuevo proyecto más de mano de los
vecinos que participaron en los NIP. En la fase de información, los
encargados de pronunciar conferencias fueron el alcalde, el presidente de
la Federación Guipuzcoana de Fútbol, técnicos deportivos
y el secretario municipal. Los terratenientes y arquitectos también
participaron en esta fase, y se organizó una mesa redonda entre las
sociedades del pueblo.
Tras haber escuchado a todos ellos, se evaluó la totalidad de los
proyectos, generalmente al principio, de acuerdo a los siguientes criterios:
la necesidad del campo de fútbol, tipo de césped (artificial
o natural), instalaciones (vestuarios, duchas, pistas de atletismo, gimnasio,
asientos para los espectadores, aparcamientos), ubicación, financiación...
A continuación se puntuaron los nueve planes en base a circunstancias
como la distancia, el tráfico, el ruido, el medio ambiente... Finalmente,
los vecinos eligieron el proyecto estimado más conveniente.
En Astigarraga, el ayuntamiento tenía la intención de construir
un polideportivo, para lo cual había seis alternativas como punto
de partida. Quienes participaron en las conferencias informativas fueron
el alcalde, el director de Prospektiber, el técnico deportivo de
la Diputación Foral, el secretario municipal, y los arquitectos.
Asimismo, los terratenientes pudieron expresar su parecer, y las sociedades
populares participaron gracias a una mesa redonda.
Tras estudiar las opciones, consideraron varias condiciones, tales como
la necesidad del polideportivo, el plazo de construcción, las principales
actividades (baloncesto, pelota, fútbol sala, natación, balonmano),
los usos complementarios (actividades culturales, musicales, exposiciones...),
el tipo de construcción, ubicación, financiación, medidas
del frontón... Puntuaron las ocho alternativas presentadas según
los siguientes criterios: proximidad a los centros naturales y escolares,
accesos (para peatones y vehículos), aparcamientos, condiciones higiénicas,
medio ambiente, estética, orientación, protección frente
al viento. Finalmente, los vecinos escogieron una de entre las posibles
alternativas.
En Oñate, estos grupos NIP se organizaron con motivo de unas consideraciones
acerca del futuro del pueblo. Se trataba de decidir entre convertir las
cuevas de Oñate en fuente de atracción para el turismo o no;
más concretamente, se estudiaba qué proyectos culturales y
turísticos podían llevarse a cabo en Salinas de Añana.
Se proponían cuatro soluciones.
Invitaron a ocho ponentes para que los grupos NIP recabaran toda la información
posible: una empresa de servicios turísticos, un grupo de espeleología,
un representante de partidos políticos, un grupo ecologista, una
sociedad vecinal, algunos particulares y un técnico del Gobierno
Vasco.
A continuación estimaron los proyectos sobre la explotación
de las cuevas según el recorrido a través del interior de
la cueva, el acceso exterior (para vehículos y viandantes), la financiación,
el impacto ambiental, la estética, el plazo de ejecución,
el valor natural, el interés científico, y la necesidad de
servicios complementarios (aparcamientos, restaurantes, exposiciones...).
Finalmente, se eligió uno de los proyectos.
El barrio Amaroz, de Tolosa, tenía una problemática
especial: hallarse muy apartado, lejos y con poca conexión respecto
al centro de la ciudad. Con la finalidad de posibilitar esta dificultosa
conexión, el ayuntamiento propuso la construcción de una pasarela
que atravesara por encima la carretera N1. En opinión de los vecinos
de Amaroz, este paso superior no arreglaba las dificultades de integración
del barrio. Con motivo de esta cuestión, se formaron unos grupos
NIP, para dilucidar sobre la más adecuada vía de comunicación
e integración entre el centro de Tolosa y este barrio. Las soluciones
propuestas eran cuatro.
Los vecinos se informaron gracias a las intervenciones del arquitecto municipal,
la sociedad vecinal y partidos políticos. Más tarde debatieron.
Y, para terminar, evaluaron en base a circunstancias como la altura del
paso, las subidas y bajadas, el recorrido, la seguridad, el plazo de ejecución,
el impacto ambiental, las barreras arquitectónicas, el coste, la
vía peatonal, la estética, la integración del barrio
en la trama del centro ciudad... para por fin elegir uno de los proyectos.
Por último, en Arechavaleta, las Normas Subsidiarias urbanísticas,
ya en proceso de Avance, fueron debatidos mediante los grupos NIP. Quienes
se encargaron de dar las explicaciones fueron el concejal de urbanismo,
el arquitecto municipal y los representantes de los partidos políticos.
La discusión y valoración se llevaron a cabo siguiendo el
esquema recogido en el Avance. Se valoraron los usos que tendrían
los sectores, extensiones y zonas de cada tipo de suelo: industria, viviendas,
zonas verdes, plazas, explotación agraria y forestal, viviendas de
protección oficial, edificios de interés público-social,
huertas para el ocio, carreteras, zonas para el ocio y turismo, piscina,
carriles exclusivos para bicicletas ("bidegorri")...
Tras haber citado algunas de las aplicaciones de los grupos NIP, puede apreciarse
que los ayuntamientos se valen de estos mecanismos de participación
en ámbitos muy distintos. Pero resulta inevitable preguntarse lo
siguiente: ¿qué hay del futuro? Es decir, ¿volverían
a funcionar en alguna otra ocasión y lugar?
No seré yo quien responda a estas cuestiones, pero puede que antes
de llevar a cabo proyectos que afecten profundamente los sentimientos de
los ciudadanos, impulsar su participación y escuchar sus puntos de
vista sea una valiosa aportación para quienes ostenten responsabilidades
políticas en los ayuntamientos, así como para los técnicos
que ejecutan los planes.
Quizá estos grupos NIP puedan ser utilizados en cuestiones puntuales.
Pero, ¿cuáles son esas cuestiones? ¿Los litigios puntuales
que se suscitan por modificar o tocar ese paisaje tan característico
de cualquier ciudad, pueblo o barrio del País Vasco, o ese aspecto
o construcción que tiene un significado tan especial y profundo para
los residentes, tal vez?
Itziar Azurza, Licenciada en Derecho |