El modelo actualmente predominante es el de la sociedad de la información.
En ese tipo de sociedad, las bibliotecas, archivos y centros de documentación
-siendo como son centros de información- deberían ocupar un
importante lugar. Pero lo que la realidad revela es que a partir de la década
de los 70 se está produciendo una crisis de estas instituciones.
En la raíz de esta crisis están los problemas de utilización.
En los últimos años se ha producido un enorme incremento de
la información, pero los centros de documentación no han sabido
acomodarse a esta nueva situación. Los medios económicos son
cada vez más escasos, no hay coordinación entre los centros,
y ya no está en sus manos el monopolio de la información.
A pesar de que hasta ahora hayamos considerado estos centros de documentación
como almacenes de la información, la sociedad actual exige que además
transmitan esa información a los usuarios, donde lo importante no
sería el documento en sí, sino el cliente. En la medida en
que sea un servicio público, el objetivo final de las bibliotecas
y archivos será el cliente, y para eso deberá modificar el
modo de trabajar de hasta ahora. Deberán crearse servicios personalizados,
lo cual significa tener que cooperar, puesto que en los supuestos en los
que el centro consultado carezca de una específica información,
deberá acudir a otras fuentes para poder corresponder a la petición
del cliente.
También las nuevas tecnologías han entrado de lleno en
el mundo de la información. El ordenador ha llegado a convertirse
en un instrumento de trabajo cotidiano, y son cada vez más los usuarios
que entran en Internet en busca de información.
Es fundamental aplicar estas tecnologías en los centros de documentación.
Algunas de las actividades a llevar a cabo podrían ser las siguientes:
- Debería hacerse una informatización unificada de los
fondos, para poder realizar un catálogo sobre el contenido de las
bibliotecas y archivos de todo el País Vasco.
- Deben crearse bases de datos.
- Hay que tratar de dar un tratamiento homogéneo de los diferentes
materiales.
- Debe posibilitarse la realización de consultas de fondos a través
de Internet.
- Todas las instituciones deberían estar dentro de una red de
comunicación a nivel del País Vasco.
La aplicación de estas nuevas tecnologías requiere un especial
esfuerzo por parte de las instituciones, ya que se precisan importantes
inversiones para lograr una infraestructura informatizada de tales características;
pero, al mismo tiempo, porque los trabajadores de los centros de documentación
deben adaptarse a estas nuevas condiciones de trabajo, para servir al cliente
del mejor modo posible.
La modificación que ha de llevarse a cabo en el tratamiento de
los fondos es importante, pero la actitud que los trabajadores de bibliotecas
y archivos deben tener frente a los usuarios en este nuevo modelo es también
distinta. El servicio más importante que han prestado hasta ahora
es el del préstamo de documentos; sin embargo ahora también
la acogida, orientación e información deben formar parte del
servicio integral, para lo cual deberán organizarse programas formativos
dirigidos a los clientes.
En cuanto a los usuarios, quizás el punto más interesante
que estas instituciones deberían tratar es el concerniente a los
actos dirigidos a niños y jóvenes. Normalmente suelen ser
los mayores quienes acuden a las bibliotecas, pero de no educar a los niños
y jóvenes en esta costumbre, raramente se acercarán a las
bibliotecas en su vida. Debe romperse con la imagen seria y firme de estos
lugares, para que los niños se acerquen tranquilamente. Las bibliotecas
deberían hacer un esfuerzo especial en preparar programas de animación
para niños. Para alcanzar ese objetivo pueden valerse de ludotecas,
narraciones, representaciones teatrales o visitas guiadas organizadas por
las escuelas.
Lo que al fin y al cabo se pretende con todos estos cambios es dar un
nuevo carácter a los centros de documentación, archivos y
bibliotecas, ofreciendo a la clientela servicios integrales.
Iurdana Akasuso, Sociologa |