Eliseo Gil, vicepresidente del Instituto Alavés
de Arqueología, nació con la curiosidad de conocer sus antepasados
y la historia de su pueblo. A los doce años leyó su primer
libro sobre arqueología y desde entonces ha tenido muy clara su vocación
profesional. La inquietud le condujo al conocimiento y hoy en día
es probablemente el arqueólogo alavés que mejor conoce su
entorno. Es un hombre apasionado que reconoce trabajar en un campo que las
instituciones mantienen en un segundo plano. Recientemente ha sido el responsable
de coordinar la edición por Eusko Ikaskuntza de dos libros sobre
la Romanización en Euskal Herria que recogen un total de 17 ponencias
y 26 comunicaciones. Además, ha editado media docena de memorias
de excavaciones o monografías, así como más de setenta
artículos, ponencias y comunicaciones en diversos congresos. |
El Instituto Alavés de Arqueología cumple 40 años.
¿Cómo definiría su trayectoria?
Larga y muy variada. Comenzó en 1958 y ha pasado principalmente
dos etapas. La primera correspondería a cuando estaba directamente
vinculado con la Diputación Foral de Alava. Concretamente con el
Consejo de Cultura de la Diputación, uno de cuyos apartados era
la arqueología. Durante este periodo, todo lo que se hacía
en el campo de la arqueología alavesa se canalizaba a través
del Instituto; los trabajos de campo y de investigación, la catalogación
de materiales, identificación de yacimientos, así como muchas
otras de carácter didáctico: seminarios, cursos, publicaciones,
etc. La segunda etapa data a partir de 1988, año en el que se disuelve
el consejo. Es entonces cuando comienza a funcionar de forma autónoma,
como una asociación cultural.
¿Supuso un impedimento para el Instituto desvincularse de la
Diputación?
La situación se volvió más difícil, pero
no por ello se ha dejado de trabajar. La arqueología aún
está buscando su propio lugar, en un panorama que es más
complejo y en el que participan muchos más actores. Las universidades
trabajan la arqueología y también muchos otros centros de
investigación. Los condicionantes ya no son los mismos que cuando
comenzamos.
¿Cuáles son los principales objetivos del Instituto?
Desde el momento en el que se constituye como una asociación
cultural, tenemos principalmente dos objetivos. El primero de ellos es
el de fomentar todo lo que esté relacionado con la arqueología
y la investigación. Por otro lado, se intenta colaborar con las
instituciones, con el fin de promover la conservación del patrimonio,
bien desde el punto de vista preventivo o bien desde la necesidad de actuar
sobre alguna voz de alarma que haya podido afectar a determinado elemento.
¿A qué se refiere con el punto de vista preventivo?
La mejor forma de gestionar el patrimonio es conocerlo, identificando
los lugares con trabajos de prospección para prevenir algunos desastres
arqueológicos. En la actualidad hay un porcentaje muy elevado de
obra pública y privada que incide tanto en el medio urbano como
en el rural.
¿Qué tipo de actos conmemorativos se han organizado
en el 40 aniversario?
Hemos pretendido hacer extensiva la celebración y posibilitar
que la gente pueda compartir el interés por la arqueología.
Con este fin, se han elegido una serie de temas que pensamos pueden tener
un gancho para el público. Organizamos una conferencia sobre los
primeros pobladores de Europa y una excursión a Atapuerca. Este
es un yacimiento revolucionario, puesto que aparentemente acogió
a los seres humanos más antiguos de Europa. En principio, parece
ser que el origen de la humanidad está en Africa porque acoge los
fósiles humanos más antiguos del mundo, pero la colección
de Atapuerca es muy representativa a nivel europeo.

Yacimiento arqueológico de Iruña de Oca
¿Cómo se descubre un yacimiento arqueológico?
Hay muchas pistas que ayudan a encontrar un yacimiento. El procedimiento
que mejores resultados da es el de la prospección visual, que se
basa en acercarse a un terreno y observar. Otros responden a determinados
emplazamientos geográficos. Cada época ofrece una serie de
pistas que permiten programar una salida de prospección. Por ejemplo,
para encontrar poblados de la Edad de Hierro, lo más común
es buscar pequeñas colinas aterrazadas, que tienen muchas posibilidades
de haber albergado a este tipo de asentamientos. Otra forma de hacerlo
es diacrónicamente, es decir, conocer de antemano qué es
lo que hay en un determinado lugar. Se pueden emplear muy diferentes metodologías:
análisis de fotografía aérea, por satélite,
prospección geofísica, etc.
¿El Instituto cuenta con financiación propia?
Integramos la asociación un total de 35 socios y cada uno paga
una cuota. A su vez, para determinados proyectos se solicita financiación
a las instituciones. Estas, sin embargo, dan una clara primacía
a las disciplinas tecnológicas de la investigación aplicada,
en lo que se refiere a cuestiones de financiación. Este es el gran
problema: las humanidades se han quedado en un segundo plano. De todas
maneras, la arqueología, por tener algo de romanticismo que no tienen
otras disciplinas, aún atrae a muchas personas. Además, es
una ciencia interdisciplinar, necesita de muchas disciplinas auxiliares
de corte científico para el análisis de fauna, carbono catorce,
de polen, etc. Un claro ejemplo del interés que despierta esta ciencia
son las noticias que aparecen en los medios de comunicación sobre
ciertas excavaciones.

Vista general del yacimiento
¿Cuál es la asignatura pendiente?
Sin duda alguna, sacarle rentabilidad cultural al patrimonio. En Alava
tenemos únicamente dos yacimientos arqueológicos musealizados:
Iruña de Oca y La Hoya. En el País Vasco tenemos una filosofía
heredada, desde hace muchos años, que se basa en que el acceso a
un acto cultural debe de ser gratuito. Yo soy contrario a esta idea, porque
la gente aprecia lo que paga, aunque sea un precio simbólico. Además,
la arqueología es muy comprensible para el espectador y si se expone
de una forma clara y con sus correspondientes explicaciones, puede ser
vistoso y atractivo para el turismo.
¿Qué lugares destacaría en Alava por su importancia
arqueológica?
Alava cuenta con un patrimonio arqueológico muy extenso y muy
rico. La prehistoria podría ser el periodo más deficitario,
en contraposición a la vertiente cantábrica del País
Vasco. En el resto de los periodos, el nivel del patrimonio es altísimo,
con muchos yacimientos. Los dos puntos más relevantes son el poblado
de la Hoya e Iruña de Oca. El primero está muy bien enclavado,
concretamente en la Rioja Alavesa, al pie de Laguardia. Se trata de un
foco importante de turismo cultural. Además, se puede complementar
la visita con la gastronomía y las bodegas de Laguardia. Iruña
de Oca es un yacimiento situado en las cercanías de Vitoria. Es
un centro de interés cultural de primerísimo orden, fundamentalmente
debido a su propia naturaleza; por el nivel de las estructuras con las
que cuenta y por su grado de conservación. |