
Gaiak
Ecología de las lenguas
Dado el valor que la diversidad tiene hoy en día en distintos ámbitos (la salud democrática, la economía o el medioambiente), bien cabe suponer que el multiculturalismo y el multilingüismo conllevan más beneficios que perjuicios para una sociedad. Partiendo de esa premisa, Albert Bastardas formular las siguientes hipótesis: La diversidad lingüística supone un beneficio para la sociedad en la que tal diversidad se da.
Pero, aun suponiendo que la diversidad pueda ser deseable, ¿puede la misma ser asumida sin perjuicio para la eficacia? Asumida tal duda, provisionalmente y con la debida cautela, podemos formular otra nueva hipótesis: La diversidad lingüística puede ser combinada con la eficacia comunicativa.
El gran reto de la sostenibilidad es cómo conciliar progreso económico y social con el equilibrio natural del planeta. Y, por tanto, el punto de arranque es la voluntad de unir ‘contrarios’ -al menos aparentes- en una conceptualización integradora, como es la del sintagma ‘desarrollo sostenible’.
En el plano sociolingüístico los ‘contrarios’ son: la expansión glotofágica de las grandes lenguas frente el mantenimiento y desarrollo de la diversidad lingüística, ante lo que se abren tres opciones: Opción A: Abandonar las lenguas de origen y adoptar únicamente los grandes códigos estatales o mundiales de comunicación para poder avanzar en el desarrollo económico y cultural: la uniformidad. Opción B: La defensa de la lengua minorizada por parte de su comunidad, en confrontación con la comunidad de la lengua mayoritaria; es decir, el conflicto lingüístico. Opción C: Preservar la diversidad lingüística y las distintas identidades colectivas, para evitar la pobreza y anomia que conllevaría la desaparición del ecosistema tradicional de subsistencia y saber popular que cada cultura ha producido.
Ante tales opciones y buscando conciliar la pervivencia de todas las lenguas con una convivencia armoniosa, cabe preguntar si se puede trasladar la conceptualización conciliadora de la ‘sostenibilidad’ a esa contraposición lingüística. Para ello, sería necesario transformar nuestra forma de pensar: Desde una perspectiva lingüística ecológica e igualitaria habría que superar las ideologías expansionistas y dominadoras y pasar a otra fase de la Historia en la que se reconozca la igual dignidad de todas las lenguas y grupos lingüísticos. Habría que superar la negativa tendencia dicotómica “una lengua u otra” y asumir el paradigma de la complejidad: “una lengua y otra”.
En esa línea y al igual que el desarrollo sostenible hace compatibles el desarrollo y la mejora material de las sociedades con el mantenimiento del equilibrio del ecosistema natural... ...la sostenibilidad lingüística acepta la comunicación entre los grupos y las personas de distintas lenguas y culturas, sin renunciar a la pervivencia y pleno desarrollo de los grupos lingüísticos y las culturas que los identifican. ...desde una ética de la sostenibilidad, la diversidad de los códigos de comunicación de las distintos grupos de la especie es un valor a proteger, y no como una curiosidad ‘antropológica’ sino por la intrínseca e irrenunciable dignidad de las personas y sociedades.
Pero se ha de reconocer, igualmente, que la sostenibilidad es compleja e implica una concepción ecosistémica de los fenómenos, dado que los humanos no vivimos independientemente de nuestro medio natural y que nuestras acciones tienen un efecto interdependiente con el medio, y viceversa. Por ello: La ecología de las lenguas habrá de ser una ecología de ecosistemas y de relaciones entre ecosistemas, ya que la unidad básica no es la lengua, sino la-lengua-y-su-contexto. Hacer sostenible una lengua será hacer sostenible el ecosistema sociocultural que garantice su adecuada (re)producción. Igual que se estudia el impacto medioambiental o ecológico, también habría que estudiar el impacto sociolingüístico de medidas económicas, políticas, educativas, migratorias, etc., desde la perspectiva de una gestión sostenible del plurilingüismo.
Siguiendo con el símil ecológico, la sostenibilidad trata de no romper el equilibrio dinámico entre los elementos que participan en el ecosistema; por ejemplo, no consumiendo materias a un ritmo más rápido que su capacidad de renovación. Eso se traduce en: No usar lenguas ajenas más allá de lo razonablemente necesario y con el menor costo o distorsión de funciones para la lengua propia: no provocar usos lingüísticos en lengua ajena a una velocidad o intensidad tan elevadas que hagan imposible la continuidad de las lenguas autóctonas. La aplicación del concepto político de subsidiariedad: no usar una lengua global en todo lo que pueda usarse una lengua local. Condiciones para avanzar en la ecología lingüística
Queda mucho camino por andar en la creación de un desarrollo lingüístico sostenible, pero también hay que tener en cuenta que el momento actual se caracteriza por un aumento exponencial del contacto entre los grupos lingüísticos y sus hablantes. En un mundo globalizado refuerza la necesidad y presencia de las grandes lenguas de comunicación internacional, con la consiguiente presión en contra del resto de las lenguas. Pero también se ha incrementado, como nunca, la sensibilidad a favor del multilingüismo y los organismos internacionales y numerosos gobiernos se esfuerzan en torno a una ética de protección de los grupos lingüísticos minoritarios: “Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos” (Barcelona 1996), “Carta Europea de las lenguas minorizadas”, suscrita entre otros países por España, etc.
Es un hecho cada vez más asumido que el conocimiento de diversas culturas y lenguas enriquece a las personas y a los pueblos. Pero ese enriquecimiento cultural se basa en sumar lenguas y culturas, no en contraponerlas. Y esta lógica entre nosotros se traduce en la máxima: “Cervantes más Axular”, en lugar de contraponer Cervantes a Axular, o viceversa. Por tanto, se hace aun más necesario arbitrar políticas de apoyo a la sostenibilidad lingüística de los distintos grupos, aunque con planteamientos y medidas adaptados a cada caso. Porque lo cierto es que, sin un planteamiento que reconozca y plasme los derechos y dignidades de todas las opciones, una situación de multiculturalismo y plurilingüismo podría fácilmente derivar en un conflicto entre grupos, con los costos sociales y de convivencia que ello conllevaría.
Ahora bien, para tener éxito en esta tarea universal de la sostenibilidad lingüística, es necesario:
1. Superar las posiciones políticas que se limitan a subvencionar a las lenguas, para pasar a otras posturas basadas en la distribución igualitaria de las funciones lingüísticas.
2. Hacer frente a las causas y no sólo tomar medidas que alivien el problema.
3. Asumir un compromiso entre los grupos lingüísticos para influir eficazmente en las causas del abandono de las lenguas propias.
4. El compromiso de las instituciones internacionales con la filosofía sostenibilista y con la búsqueda de principios organizativos válidos y prácticos.
5. La acción mundial concertada de todos los pueblos, para acordar como quieren organizarse comunicativamente en el nuevo siglo.
6. Esa actuación internacional ha de ser aceptada y aplicada coordinadamente por las instituciones de cada lugar, en sus diversos niveles.
En pos de ese objetivo de la sostenibilidad lingüística indiquemos, en resumen, cinco puntos cruciales:
1. Frenar los usos abusivos de las grandes lenguas internacionales y extender la ideología de la igualdad y la solidaridad lingüísticas.
2. Dignificar la auto imagen de los grupos lingüísticos minoritarios y subordinados.
3. Permitir que tales grupos lingüísticos puedan controlar su propio espacio comunicativo, regulando autónomamente los usos lingüísticos públicos.
4. Distribuir las funciones comunicativas, dotando de funciones exclusivas y efectivas a las lenguas actualmente subordinadas.
5. Hacer conscientes a gobiernos, empresas y sociedades de la importancia que tiene la sostenibilidad lingüística, invitándolos a incorporar de forma habitual los estudios de impacto sociolingüístico en sus procesos de toma de decisiones. Referencias
Bastardas, A. (2004): Towards a “linguistic sustainability”: Concepts, principles, and problems of human communicative organisation in the 21st century. In Diálogo sobre diversidad lingüística, sostenibilidad y paz (Congreso Linguapax).
Martínez de Luna, I. (2006): La diversidad lingüística y el símil ecológico. Conferencia Pronunciada en el Ateneo Navarro. Ayuntamiento de Pamplona (Diciembre 2006). Suberbiola, P. (2006): Hizkuntza garapen iraunkor baterantz. In HIZNET Hizkuntza Plangintza Ikastaroa. Asmoz Fundazioa. Es resumen de una conferencia de Martínez de Luna (2006), a su vez basada en el trabajo de Albert Bastardas (2004) y en la adaptación del mismo realizada por Pablo Suberbiola (2006).