De Oteiza a Julio Caro Baroja
Yo no podría, y no concibo que nadie en nuestro país
trate de servir a nuestra vida en la cultura, sin los conocimientos
y sin la visión y el rigor intelectual y moral que representa
la aportación, libros, historia, investigaciones, de esta
personalidad extraordi-naria, decisiva para nuestra cultura, de
Julio Caro Baroja. Con mi particular reconocimiento profundo, admiración
y afecto, me atrevo a dedicarle esta Teomaquia número 3,
es en lo que más estoy y más quiero y tengo en mi
mano en estos momentos.
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Jorge Oteiza con Luis Mendizabal, Juan Antonio
Garmendia, Miguel Pelay Orozco y Fernando Larruquert (Fotografía:
Lamia). |
TEOMAQUIA opus setiembre 85
(este material para esta tercera Teomaquia, con
las anotaciones que me vayan ocurriendo, para
una deseable puesta en escena como Pastoral)
1
en la Eternidad no existía el Tiempo
no existe el Tiempo en Dios no existía
Dios mismo en su infinito inmóvil de lo Eterno
Él mismo no sabe que es Dios
no precisa saber ni entender crea sin saber sin entender
porque es Dios era Dios
hasta el momento que algo se le cae de la mano
es el Tiempo
(el personaje que tradicionalmente
dirije la Pastoral sentado a una mesa
aquí está detrás de un árbol, una
encina
cuya copa coincide con el piso alto
en el que se sitúa la banda de música
como una banda de pájaros
este personaje ha salido detrás del árbol
y dando su vuelta en el tablado
ha recitado este texto y vuelve a su lugar
también el mismo Dios puede iniciar estos giros
pronunciando el texto, un Dios joven
pero con barba larga y muy blanca)
Dios ha creado el Tiempo el Tiempo se opone a la Eternidad
es cuando Dios descubre que esta solo
(aquí Dios da su vuelta preocupado
con un reloj de arena en sus manos)
(se ha explicado el Génesis sin contar con la versión
oculta
que tratamos de desocultar aquí
de nuestra cultura original de cazadores
los primeros cazadores de caballos
y de artistas cazadores descubridores de Dios)
2
Dios siente su soledad y crea el mundo se viste
se acompaña de Naturaleza
y sigue estando solo
y crea una figura a semejanza suya
para que te acompañe
esta figura
es hombre en las culturas indoueropeas
patriarcales
pero en nuestra cultura anterior
y matriarcal es mujer
y contempla Dios complacido
con sus manos todavía húmedas
de barro
la redondez camal de Eva
y sus alfareros senos
yo escondido de árbol lo
veía todo
se acercó Dios a Eva
y descubrió el Amor que no
sabía
se acercó Dios a Eva
y natalmente la amaba
y Eva virginalmente crecía en su redondez fértil y
carnal crecía
para el nacimiento virginal de Adán
todas las representaciones de nuestra
primera Madre
las esculturas sacralmente gordas
y camales
en nuestra Prehistoria lo sabían
y contaban
3
y Eva tuvo a Adán
Eva que luego nos dirán Mari
y explicaré su nombre nuestro
Eva que tuvo a Adán
en su vientre de luz y de barro
y que tuvo con Adán a Atarrabi el bueno su único hijo
y explicare también
quién nos atribuyó
mas tarde
el otro hermano el maligno Mikelats
el de las tormentas
y yo escondido de árbol lo
veía todo
y Adán pregunta a Eva si ella era su madre
Eva le señala el gran Hueco-madre
del cielo
Hombre he ahí a tu Madre
y pronuncia con ARR su nombre sagrado
que yo no oí bien
que era un nombre vacío
y como sagrado no debía pronunciarse
pero con ARR nacían los nombres
y se multiplicaban
yo escondido de árbol lo
veía todo
y los artistas mágicos escribían
en las paredes sagradas
y miles de años repetían
que al morir
subiríamos al cielo-madre
llenos para siempre de luz en las
noches
4
(cuando de la mano se le cae a Dios
el Tiempo
y qué sabemos de su peso su
volumen su velocidad qué sabemos
ya nos figurábamos que Dios
crearía a la Mujer
pero qué era que es el Tiempo?
en algún otro fugar
de estas confesiones explicaré
mis experiencias
y encuentros personales con el Tiempo)
a mi alrededor y no me miran
unos pájaros negros y grandes como pollos
picotean el suelo
aparentan que comen
son cada vez más me cierran el paso
son cada vez más y aumentan de tamaño
quiero huir me creo vestido de pájaro
agito mis brazos y vuelo
los pájaros gritan se agitan
tratan de seguirme cerrarme el paso
pero no saben volar
los veo desde mi altura me siguen
se extienden como mi sombra sobre la tierra
en forma de grandes manchas que se suceden
cada mancha es una colonia de estos pájaros
que nace reaparece
crece y muere en unos momentos
se alimentan de la Nada original
sólo comen de la mano de
Dios
que se ha ido a veces no está
por esto no duran crecen rápidamente
no les llega el tiempo para aprender a volar
no tienen cenizas
como el pájaro Fénix
por esto no renacen
están hechos solamente de Tiempo
y el Tiempo no existe solo
las manchas son de Tiempo avanzan por generaciones de colonias repentinas
y aparentan que es una colonia la
que avanza
y es una colonia que siempre muere
5
(preciso, concretar en esta reflexión
algo más estas experiencias)
crearía Dios el Tiempo para disolver su Eternidad
pensó Dios primero poner divinidad en el cilindro alfarero
del Hombre
pero Dios rectificó como hizo Juan Gris con Cézanne
puso divinidad en el cilindro como botella de mujer
un Dios que decide humanizarse
y del cilindro de la botella
fabrica como Juan Gris una Mujer
y Dios bebe de esta botella de mujer
y se complace
se emborracha de Tiempo en la botella
que cura su Eternidad
perder eternidad no es perder el
tiempo
la botella vacía sólo
contenía eternidad
Dios marca su eternidad como el oso araña en las paredes
de Isturitz y de Lascaux la estatura
del oso
el tamaño de Dios fuera de
la cueva de su eternidad
Porque en Dios hay dos dioses uno de eternidad y el otro de tiempo
el hombre animal fronterizo entre
estos dos dioses
gastándose de Hombre se restablece Dios de su soledad
y nuestra angustia solamente durará
pedazos de madera
de la rota botella de la mujer
6
(en dónde y cómo encontré que
Dios se escondía)
otros aseguran que Dios ha muerto
Dios, Dios mío, yo sé que te escondes
otros que no lo han visto nunca
he viajado lo he buscado en todo el mundo
escondido de árbol vestido de ciclista
regreso vencido pero sigo fijándome en todo
en Moscú en una calle sigo a unos corredores de fondo
en el pelotón y entre los últimos uno parece escondido
y no tiene número en la camiseta
en el puente de Broocklin noté algo raro
en los ojos de un suicida que fue el que Maiakoeski pudo haber visto
dormía yo aquella noche trataba de dormir en el campo
un árbol daba a mi ventana abierta
todos los pájaros juntos cantaban
me pareció sentir que uno de ellos hablaba
presté atención los pájaros callaron
sentí cerca de mí una sombra
más cerca cada vez y vacilaba
amanece y una abeja que se golpea en el cristal
le abro la ventana queda inmóvil en el aire
se vuelve me mira y no se va
no sé si lo que cuento tiene valor no sigo
pues me ha pasado en el sueño y el sueño es eternidad
y en la eternidad todo pasa y para todos al mismo tiempo
Dios, Dios mío, aquí está tu Miguel
este hombre grita tanto
que no se entera de nada
ya de vuelta en mi ciudad un coche que se detiene en un semáforo
y descubro sola que conduce una ancianita pequeña el pelo
todo blanco
y que me mira y sonríe (esto que me ha pasado a mí)
un niño que juega y para no caerse me coje de una pierna
me mira Sonríe y no Se va me despierto y ya no está
un humo en el horizonte de un barco que no se ve
es el humo en el cielo en la fábrica es el humo en la ría
me despierto y ya no está
un fraile se me acerca no recuerdo dónde es
me pregunta la hora se me ha hecho tarde me dice
que sentado en una piedra oía cantar un pájaro en
el bosque
por supuesto le digo sois el abad Virila
yo con mi Ventana abierta al mismo pájaro oí hablar
ahora los frailes ya no escuchan a los pájaros
palomas en el campanil de Aranzazu llegaron y porque lo ensuciaban
un fraile extranjero con escopeta y los otros con veneno las mataban
la sorpresa caníval en sus plumas en sus ojos abiertos y
azules
luto sagrado en lo alto en los ojos azules de Francisco
no volveré a subir no llamaré no te buscaré
nunca más aquí
dije al doctor Cristóbal estudia en Suiza con Ajuriaguerra
necesitamos siquiatras porque ya no hay niños ni frailes
ni locos en nuestro país
y hay que encontrar a Dios que imaginarlo
aunque no quisiera porque se esconde
aunque no exista hay que buscarlo
pero al quedarme solo y resignarme fracasado
descubro que se esconde en mí
que Dios se esconde en cada uno de nosotros
y esa noche no dormí ya nunca podré dormir
a Dios ya no puedo buscarlo ni dejarlo fuera
ya nunca podré morir
nada nadie ha cambiado nadie nada
yo escondido de árbol desde entonces
yo escondido de Dios
Publicado originalmente
en RIEV, v. 31, 1986, pp. 1061-1065. |