El
Ecoturismo está siendo desarrollado, y potenciado en muchos
países, como una alternativa al desarrollo masivo del turismo
tras el boom económico de las décadas de
los años 60-70, cuando el ocio vacacional se socializa
y el nivel adquisitivo permite el planteamiento de segundas viviendas
o el desplazamiento a lugares más o menos alejados del
lugar habitual de residencia; algo hasta la fecha restringido
a determinadas élites sociales. Esta reacción puede
enmarcarse dentro de la llamada "revolución verde" tras
la cual se incrementa el interés por delimitar áreas
naturales, visitar espacios protegidos. Esta preocupación
de la gente es aprovechada para plantear y promover el desarrollo
sostenible de áreas, hasta la fecha, marginales. De hecho,
el mercado del turismo es consciente del atractivo
ante la tendencia creciente que ha manifestado este modelo de
turismo alternativo en los últimos años, con incrementos
cercanos a un 300%.(1)
Partimos de una
serie de supuestos entre los que cabe destacar la creencia de
que el turismo recreativo puede reactivar la conservación
del medio natural, dado que a la gente le gusta moverse por áreas
bien conservadas y descubre una nueva estética en dichos
espacios naturales hasta entonces olvidados por la priorización
del desarrollo industrial.
En definitiva, nos
encontramos con la suposición de que el ecoturismo, en
general, puede servir como catalizador para proteger a gran escala
el medio natural.
Concepto
El Ecoturismo viene
definido como recorrido práctico por áreas naturales
para comprender la cultura local y la historia natural del entorno,
cuidando de no alterar la integridad del/los ecosistema/s, a la
vez que desarrolla oportunidades de desarrollo económicas
para hacer de la conservación de los recursos naturales
algo beneficioso para la población local.
 |
Calvas
de Posidonia oceánica en una cala de Cabrera.-
La Posidonia es una de las pocas especies de planta
vascular marina, responsable de retener la arena y asegurar
las playas durante los temporales, muy frecuentes en la zona
tanto en verano como en invierno. No solo la limpieza indiscriminada
de fondos o la recogida de arena para rellenos en playas mal
gestionadas, también las anclas de las embarcaciones
contribuyen a destruir estas praderas tan importantes para
el equilibrio costero. Basta con cuidar donde anclamos para
evitar contribuir a su destrucción y más en
reservas naturales como es el archipiélago de Cabrera. |
Sin embargo, una
ausencia de legislación o de su correcta aplicación
conlleva una serie de problemas. La falta de un verdadero control
de estas actividades alternativas puede derivar los modelos tradicionales
de ocio hacia esta nueva vertiente. Así, empiezan a presentarse
serias denuncias de masificación de esta manera de viajar,
de una falta de formación, conocimiento y concienciación
de los tour-operadores, de turistas desconocedores de unas pautas
básicas de comportamiento en el entorno que pretenden conocer
y mal educados, de una derivación de beneficios hacia empresas
ubicadas fuera de los lugares de destino, con el consecuente empobrecimiento
local, en definitiva, del potencial incremento de situaciones
de injusticia y desplazamiento social de las comunidades que deberían
de ser beneficiarias directas de estas actividades.
Problemática
actual
La mayoría
de los problemas referidos al reparto insostenible de recursos
son justificados, con frecuencia, por una hipotética necesidad
de proveer a una sociedad sobrealimentada de bienes (mercancías)
que son absolutamente prescindibles, pero que campañas
de marketing adecuadamente orquestadas nos hacen creer que nuestra
vida carecería de sentido sin alcanzar dichos objetivos.
Todos nos quejamos del ritmo desorbitado de vida que llevamos
pero todos creemos imprescindible disponer del coche más
rápido y potente (aunque consuma cantidades insostenibles
de combustible y produzca niveles insoportables de CO2 en nuestra
atmósfera); nadie quiere centrales nucleares cerca de su
residencia pero todos creemos necesitar mantener temperaturas
elevadas en invierno y bajísimas en verano en nuestro entorno
doméstico y laboral a costa de consumir energía
en lugar de optar por desarrollos más inteligentes de nuestros
edificios, energía solar en nuestros tejados o simple y
llanamente abrigarnos más en invierno y taparnos con una
manta cuando estamos inactivos. Yendo más lejos en la referencia
a estos supuestos derechos absolutamente prescindibles e hipotéticos,
exigimos el derecho de estar dónde simplemente nos apetezca
y hasta donde seamos capaces (física o económicamente)
de poder llegar, por el simple placer o prestigio de decir a nuestros
conocidos que hemos estado allí.
En la actualidad,
estamos capacitados para llegar extremadamente rápido a
las áreas más aisladas del planeta, zonas que hasta
hace relativamente pocos años, eran simple y llanamente
inalcanzables. La oferta de viajes de turismo está aumentando
durante las décadas pasadas tanto como la demanda. El 40-60%
de las actividades del turismo actual puede ser considerado como
turismo verde. La gente no sólo puede sino que se le permite
llegar, a veces en masa, a áreas que antaño fueron
restringidas, de forma natural, a nuestra propia presencia, con
el consiguiente impacto para áreas que deberían
estar estrictamente protegidas contra nuestra intervención.
La solución
no es sencilla, dado que este turismo alternativo puede mejorar
considerablemente las condiciones económicas de áreas,
e incluso de los países en vías de desarrollo (Burger,
2000). Sin embargo, nos encontramos con denuncias
claras y meridianas de que enriquece
principalmente a los países desarrollados,
consumidores del bien y del beneficio más que a los países
del destino (Scheyvens, 1999) que son los que aportan el recurso.
Una vez más, al igual que en cualquier otra política
de mercado, el gestor, el transportista, el vendedor, se enriquece
a costa del productor del recurso. Muchos de los problemas denunciados
se refieren a disturbios hacia la
fauna protegida, a cuyo acceso directo
no deberíamos estar autorizados salvo que nos encontremos
en campañas de investigación y protección
de estas especies amenazadas. Porque, por desgracia, son las especies
en peligro de extinción las que mayor atracción
turística y morbo
dan.
 |
Barco
de turistas fotografiando una ballena yubarta sin guardar
la distancia de seguridad. El ruido de los motores y los
gritos de los turistas pueden llegar a provocar alteraciones
de la conducta, al irrumpir bruscamente en su territorio durante
un periodo especialmente delicado como es el del cortejo y
el amamantamiento de las crías. El acercamiento debe
ser lento, con los motores apagados a partir de una distancia
de seguridad y es de esperar un comportamiento discreto por
parte de los observadores. |
Las denuncias
se suceden durante los últimos años (Gutzwiller,
K. J. y S. H. Anderson, 1999. Orams, 2000) y deberían alertar
a las administraciones y a los gestores, a los que se supone deberían
proteger a dichas especies en lugar de utilizarlas como meros
reclamos turísticos. Es
de mención, especialmente grave, la existencia de recientes
denuncias sobre corrupción referida a Mafias que están
enmascarando el turismo sexual dentro de lo que denominan
"alternativa" que ofertan a turistas (cf. Duffy, 2000),
sin el más mínimo decoro ni respeto por los derechos
más básicos del ser humano, su dignidad y su derecho
a elegir libremente, sin coacciones ni condicionado por hambre,
el desplazamiento o la exclusión social.
Pero,
probablemente, la amenaza más impactante que acecha sobre
los países en vías de desarrollo, dónde se
encuentran los lugares más privilegiados del planeta, base
de estos programas turísticos y que podrían ayudar
a su desarrollo ambiental. Se refiere a los conflictos étnicos,
una vez más apoyados y promovidos por nuestros propios
países, productores de las armas que se les vende para
nuestro lucro personal. Muchas de sus culturas están definitivamente
condenados a muerte, sin futuro para sus descendientes debido
una sistemática destrucción de espacios cultivables
y de espacios naturales por las minas antipersona. Estas minas
antipersona han hipotecado su futuro, están "minando"
literalmente su futuro. Insisto, minas antipersona
que se construyen y se venden en nuestros países desarrollados.
Esto es ecológica y éticamente insostenible.
2002 ha
sido declarado el Año Internacional del Ecoturismo
(2). Tenemos la urgencia
de revisar y redefinir algunas de las supuestas prioridades. La
administración, los legisladores y los políticos,
tiene una responsabilidad prioritaria y deben actuar de acuerdo
a principios éticos. Sólo así pueden exigir
y esperar una sociedad solidaria y justa. Una ley adecuada no
es suficiente si no es correctamente aplicada. Hay muchos ejemplos
de intervenciones corruptas en la naturaleza bajo etiquetados
"legales" que pueden leerse en recortes diarios de la prensa.
Deben definirse y estructurarse urgentemente comités éticos
internacionales y adecuar los planes de estudios para formar a
especialistas imparciales e independientes que sean capaces de
supervisar y controlar, si es preciso, nuestras acciones para
asegurar un modelo sostenible de globalización.
 | Senderismo
en Abrolhos (Caravelas, Bahía, Brasil). Un miembro
del Ebama (Agencia Brasileña del Medio Ambiente) atiende
a un grupo de turistas que practican senderismo en una de
las Islas del Archipelago dos Abrolhos, famoso por ser lugar
de apareamiento y cría de la Ballena Yubarta (Megaptera
novaengliae) |
Aun
así, no podemos obviar nuestra responsabilidad como "usuarios"
de dichos servicios. No podemos autojustificar todos y cada uno
de nuestros actos creyéndonos impunes "porque hemos pagado
suficiente por ello". El dinero no puede comprar nuestra
conciencia. Nos queda un largo camino para alcanzar cotas de compromiso
social tales que nos aseguren objetivos tan altruistas como el
promovido por la organización "Turismo
por los pobres"
(3)
que defiende el destino
directo de los beneficios del turismo para los más pobres;
yo añadiría que para
la correcta gestión y conservación de su patrimonio
natural y cultural.
No es una cuestión de caridad sino de reconocimiento social,
de justicia y de solidaridad.
 |
Clase
a Bordo. Tras la sesión de observación y
avistamiento, arribados a una cala, aprovechamos para discutir
los aspectos más importantes del día confirmar
algunas observaciones e identificar las especies animales
y vegetales con ayuda de guías de campo bajo la supervisión
de la monitora y el capitán (Programa de Educación
Ambiental de Greenpeace-España a bordo del Zorba). |
Así, una alternativa interesante y que
debemos trabajar a todos los niveles es el ecovoluntariado (4),
una forma diferente de contactar con otras especies y con otras
culturas. El ecovoluntario participa directamente en proyectos
de investigación y colabora activamente en los programas
de gestión y conservación de especies amenazadas
de extinción. Se integra en grupos de investigaciones dirigidos
y gestionados, con frecuencia por gente del propio país
lo que facilita la integración en esa nueva cultura que
se visita. Es, en definitiva no sólo una nueva forma de
viajar sino un nuevo modo de vivir.
 |
Recogiendo
datos.- Recogida de observaciones sobre identificación,
actividad, etc. en fichas técnicas cuyos datos serán
procesados posteriormente por los investigadores del proyecto
(Programa de Ecovoluntariado "Balaea Yubarta", Caravelas,
Bahia, Brasil). |
BIBLIOGRAFÍA
.
Burger, J. 2000. Landscapes, tourism, and conservation.
Science of the Total Environment. 249
(1-3): 39-49.
.
Duffy, R. 2000. Shadow players: ecotourism development,
corruption and state politics in belize. Third
world quarterly, 21(3): 549-565.
.
Gutzwiller, K. J. y S. H. Anderson, 1999. Spatial
extent of human-intrusion effects on subalpine bird
distributions. Condor 101 (2): 378-389.
.
Orams, M. B. 2000, Tourist getting close to whales,
is it what whale watching is all about? Tourist
Management, 21(6): 562-569.
.
Reguero Oxinalde, M. del. 1995. Ecoturismo. Nuevas
formas de turismo en el espacio rural. Ed. Bosch
Turismo
.
Scheyvens, R., 1999, Ecotourism and the empowerment
of local communities. Tourism management,
20: 245-249.
.
Weaver, D. B. 1998. Ecotourism in the less developed
world. C.A.B. Int. Pbl. 288 pp. [disponible en
línea] |
|
1)
http://people.colgate.edu/sfahrenkrog/enst480/ecotourism.htm
(VOLVER)
2)
United Nations Environment Programme. Tourism Home. International
Year of Ecotourism [documento en línea] <http://www.uneptie.org/pc/tourism/ecotourism/iye.htm>
[consulta 2-04-02] (VOLVER)
3) <http://www.propoortourism.org.uk/>
(VOLVER)
4) ver http://www.ecovolunteer.org
dónde se podrán elegir destinos según especies
y según localidades y desde dónde se puede efectuar
un seguimiento de los programas y de las impresiones de otros voluntarios
que participaron en ediciones anteriores. Altamente recomendable.
Eso si, una advertencia, ¡engancha! y cambia muchosprejuicios
y modos de vida pasados... (VOLVER)
http://www.cabi-publishing.org/Bookshop/ReadingRoom/0851992234.asp
Marta I. Saloña
Bordas, Dpto.
de Zoología y Dinámica Celular Animal. UPV-EHU |